La isla del Barón atesora el inquietante asesinato de una princesa rusa
Contexto histórico y genealógico
El Barón de Benifayó, don Julio Falcó d’Adda, nació en Milán (Italia) el 22 de febrero de 1834, y falleció el 29 de enero de 1899, a los 65 años de edad, en San Pedro del Pinatar (Murcia). Era hijo de don Juan Jacobo Falcó y Valcárcel (1797-1873), XIII marqués de Castell-Rodrigo, XI marqués de Almonacid de los Oteros, príncipe Pío de Saboya y Grande de España de primera clase, y doña María Anna d’Adda y Khevenhüller (1814-1875), XIII marquesa de Castell-Rodrigo y princesa Pío de Saboya. Emparentado con la realeza española, fue Montero Mayor y amigo íntimo de Amadeo I de España (reinado, 16 de noviembre de 1870 – 11 de febrero de 1873).
El Barón de Benifayó, de la casa italiana de Saboya, era un hombre liberal y aventurero, que fue condenado y recluido en la isla Mayor o Conejera, en la Manga del Mar Menor (Murcia), por matar en duelo a don Diego de Castañeda, en defensa de María Victoria dal Pozzo della Cisterna, princesa de la Cisterna y Belriguardo y, posteriormente, reina de España, tras su matrimonio, en 1867, con Amadeo I de España. La isla, también conocida posteriormente como «la del Barón», que pertenecía a la Armada Española desde 1726, se convierte desde sus inicios en uno de los centros penitenciarios de la época. A continuación, se descubren las palabras inéditas que pronunciaba el barón al recordar este hecho:
“Yo soy el barón de Benifayó, y en grata hora me batí en duelo con cortesano tan relevante como fue don Diego de Castañeda, y digo fue, pues no puede serlo más después de que mi florete le atravesara el pecho de parte a parte en perfecto lance. Murió el malhayado don Diego y quisieron los cielos que en castigo, fuese yo confinado en singular isla, nacida y reinante en el centro mismo del mar que llaman certeramente, menor” (1).
Sobre la belleza de la Manga del Mar Menor, sus playas, arena, islas y atardeceres se ha escrito mucho. Aquí aparece una muestra de ello:
-
“La Manga del Mar Menor
es un edén celestial,
de fama internacional,
y de insólito esplendor,
ubicado entre dos mares,
que custodian su riqueza,
y armonizan su belleza
las olas con sus cantares”
Al acabar su cautiverio en 1878, el barón, embelesado por la belleza de la ínsula, la adquiere para fijar su lugar de residencia. Inmediatamente, manda construir un palacete en la isla, diseñado por el arquitecto madrileño Lorenzo Álvarez Capra. Realmente, era una copia reducida del Pabellón que realizó para España en la Exposición Universal de Sevilla, celebrada en 1873. Este edificio es un magnífico ejemplo de la arquitectura neomudéjar que, por su estilo y materiales de construcción, está emparentado con el Hotel Victoria de Murcia, construido en 1880 por el arquitecto Fort. Está formado por varios cuerpos de edificación que, en su aspecto externo, toman la forma romántica de una especie de castillo con almenas y torreones, rodeada por un gran parque. Disponía, además, de un pequeño embarcadero particular y una casita para el guarda.
Al mismo tiempo, compró un terreno en San Pedro del Pinatar donde construyó otro palacete similar al de la isla, pero con una torre más. El interior del palacete era un museo en sí mismo, con infinidad de cuadros y retratos familiares, una biblioteca de casi cuatro mil volúmenes (repartida entre la casa de San Pedro y la de la isla): manuscritos, incunables e impresiones góticas; panoplias con armas de diferentes épocas y una colección de autógrafos de reyes y nobles; entre otros.
La leyenda
Tras este contexto genealógico, geográfico e histórico, iniciamos una historia que evoca el pasado, un misterioso e inquietante asesinato que se mece entre voces marineras en las cálidas aguas del Mar Menor.
Como su fortuna era abundante, los pensamientos del barón se centraban en la organización de frecuentes celebraciones, donde tuviera la ocasión de lucir aquel idílico paisaje. A una de esas frecuentes fiestas asistió una princesa rusa, de la que se enamoró perdidamente por su juventud y belleza. La familia de la joven, arruinada, dio el beneplácito para que ambos contrajeran matrimonio. No obstante, ella no amaba ni deseaba esa relación que había surgido por la obligación de sus padres.
Obligada al cruel destino que le esperaba, cerró su corazón y perdió para siempre su vista en el mar con melancólico gesto. Constantemente descendía hasta la playa de los contrabandistas, desnuda y abandonando sus reflexiones entre las olas que golpeaban fuertemente las rocas. Invitados y pescadores observaban con embeleso y lujuria los largos paseos de la princesa, que no tuvo nunca más dueño que el mismo mar; el mar era la fuente que hacía olvidar aquellos pensamientos que consternaban diariamente a la joven, siempre sumida en una lacónica tristeza.
El barón, mientras tanto, iba llenándose de rabia e impotencia, sabiendo que nunca podría conseguir su amor. Una noche, durante una de las habituales fiestas, la joven rusa abandonó el bullicio palaciego para perderse nuevamente en sus pensamientos, contemplando el horizonte desde la orilla de la playa. El barón aprovechó dicha oportunidad, envuelto de egoísmo y derrota, para matar a la joven, valiéndose de uno de sus criados. Nadie volvió a ver a la bella princesa con vida.
Han pasado dos siglos y el alma del barón ha quedado encerrada entre las ruinas de aquel palacete que, en vida, fue su morada y ahora es sólo su cárcel. No obstante, en nuestros días, aún quedan marineros que perjuran haberse encontrado con el fantasma de aquella espléndida mujer, adornado con un resplandor que provoca el aturdimiento, en las más oscuras madrugadas, que envuelven esta isla de tinieblas, enclavada en el corazón de la albufera de Murcia.
Video
Sólo para nostálgicos, para ver como era la Manga del Mar Menor, la tierra donde vivieron el Barón y la princesa rusa, antes del boom turístico.
Bibliografía citada
(1) ELTRAVIESO, Guillermo. El Barón Benifayó y la Leyenda de la Princesa Rusa. 27 de mayo de 2009.
Más información
(2) ELTRAVIESO, Guillermo. Del juicio que no se le hizo al Barón de Benifayó, por la desaparición de la Princesa Rusa. 29 de mayo de 2009. Posible final de la leyenda.
(3) Fundación Integra. Mar Menor: playas e islas del Mar Menor. Región de Murcia Digital. 2004.
(4) Fundación Wikimedia, Inc. Amadeo I de España. Wikipedia, la enciclopedia libre. 19 de enero de 2004.
(5) Fundación Wikimedia, Inc. Marquesado de Castel-Rodrigo. Wikipedia, la enciclopedia libre. 19 de agosto de 2010. Disponible en .
(6) GARCÍA, Pepa. Un mar de leyenda. La Verdad Digital: planes. 10 de junio de 2011.
(7) HOBBS, Nicolas. Castel-Rodrigo. Grandes de España. 18 de marzo de 2007.
(8) NAVARRO SANTA-CRUZ. Marqueses de Castel-Rodrigo. AbcGenealogia.com. 27 de agosto de 2009.
(9) PASCUAL SASTRE, Isabel María. La Italia del Risorgimento y la España del sexenio democrático (1868-1874). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 2001. XX, 543 p. Biblioteca de historia. ISBN 84-00-06303-1.
(10) PÉREZ PARRA, Javier. La princesa rusa. La Verdad Digital: reportajes. 01 de julio de 2003.
¡Qué historia tan preciosa y, al mismo tiempo, inquietante! Nos invita a la reflexión y a la evocación del pasado para conocer hechos tan interesantes. Además, cuenta con el aliciente de que ocurrió en el Mar Menor, ya que he estado allí en algunas ocasiones, y puedo decir que es un lugar bellísimo para
visitar y perderse entre sus paisajes.
Al saber tan apasionante historia, he sentido mucha curiosidad por seguir descubriendo este blog, y por ello, he leído el resto de posts que han publicado. Les felicito por un trabajo tan bien redactado, documentado y referenciado, ya que no suelo encontrar en la red blogs que traten el tema del mar y su historia, y menos con información tan profusa e inédita (en lo que a mí respecta). Especialmente, me han cautivado los temas que trata Garbo, tanto por sus contenidos tan desconocidos para mí, como por la excelente forma de tratarlos.
Para terminar, sólo me queda añadir que espero su siguiente publicación con mucho anhelo, y que sigan trabajando con esa dedicación que se puede apreciar en cada post.
Un respetuoso saludo.
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Muchas gracias, seguiremos intentándolo..
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Buenas tardes. Como no, Garbo me ha vuelto a sorprender con esta historia tan interesante, que mezcla realidad y ficción de una forma casi inapreciable por el vínculo tan estrecho que crea. Me encanta, sobre todo, la meticulosidad con la que se describe esta historia tan maravillosa y llena de misterio. Espero que Garbo siga manteniendo vivo este tema tan interesante que a mí, en particular, tanto me atrae. Estoy deseando ver su siguiente publicación. Por último, nuevamente, quería felicitar tanto a Garbo como a todo el equipo que lleva este blog tan intersante, y con una temática de gran interés social. Un saludo.
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Muy interesante gracias. http://ramonaescarabajal.wordpress.com/
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[…] encontrarlos en la web: https://cartagenaantigua.wordpress.com/tag/isla-del-baron/ o en la web: https://blogcatedranaval.com/2011/11/05/una-princesa-rusa-asesinada-en-la-isla-del-baron/ de donde se ha extraído la […]
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[…] Igualmente hay muchas e interesante leyendas marítimas vinculadas a barcos fantasma, al nacimiento de lugares como Nueva Zelanda, Madagascar o Singapur, a grandes viajes de sus reyes míticos, príncipes, obispos y de osados navegantes como Piteas. La realidad se mezcla con la ficción en la derrota seguida por grandes exploradores como Marco Polo y Clavijo, entre otros muchos. Incluso con asesinatos de princesas acaecidos en islas conocidas. […]
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