Por Almudena Ródenas Valero, alumna del Máster en Historia y Patrimonio Naval
Síntesis
Joaquín Sorolla y Bastida fue uno de los pintores más relevantes de finales del siglo XIX y principios del XX. Tuvo una gran carrera y una brillante proyección internacional, lo que le reportó prestigio, posición económica y numerosos discípulos. Uno de los temas recurrentes de este artista fue el mar, y por ello le dedicamos una entrada.
Breve biografía
Sorolla nació el 27 de febrero de 1863 en Valencia (España), era de familia humilde y creció junto al antiguo barrio de pescadores. Con sólo dos años quedó huérfano y se crio, junto a su hermana, con sus tíos maternos. Ingresó en 1874 en la Escuela Normal Superior de Valencia, donde pronto destacó por su habilidad para el dibujo y la pintura. Aprovechando sus capacidades ingresó en las clases de dibujo de Cayetano Capuz y en 1878 se matriculó en la Escuela de San Carlos.
Entrar en esta Escuela no sólo le permitió continuar sus estudios, además conoció al fotógrafo Antonio García, padre de uno de sus compañeros, quien dado su talento le ofreció trabajo como iluminador en su taller. Este continuo contacto con la familia García propició su encuentro con Clotilde, hija del fotógrafo, que con el tiempo se convertiría en esposa de Sorolla.
Básico en su formación fue la influencia de los clásicos como Ribera, El Greco, Velázquez o Goya, a quienes estudió y copió durante meses en Madrid, y de los que supo asimilar el estudio y tratamiento de la luz. Como muchos otros genios, fue determinante su estancia en Roma o París y el estudio in situ de los grandes maestros. Así, cuando Sorolla recibió el premio de la Diputación Provincial de Valencia, que otorgaba una plaza de pensionado en la Academia Española de Roma, marchó a la cittá eterna a principios de 1885.
Viajó por numerosas ciudades como Asís (Italia), Berlín (Alemania), Londres (Gran Bretaña) y Chicago (Estados Unidos); recibió múltiples premios y el reconocimiento internacional. Destaca el encargo que realizó para la Hispanic Society de Nueva York (Estados Unidos), para quien tenía que realizar una serie de lienzos que remarcaran el folclore español, lo castizo de nuestra tierra. Fue el encargo más importante que había recibido y también su gran oportunidad, ya que realizó 14 obras de gran tamaño, con el título de Regiones de España.
Su obra
Sorolla pintó magistralmente la pureza de la luz mediterránea, que descubrió observando el mar, sus reflejos y las ondas. En palabras de Laura García Sánchez “representa sin lugar a dudas el triunfo del mediterráneo pictórico, hecho de blancos y azules luminosos”. Otra de sus características es la instantaneidad y lo imprevisto de sus obras.
Temáticamente Sorolla ha sido un pintor muy polifacético, con cuadros orientalistas como “El árabe examinando una pistola”, históricos (“Dos de Mayo”) y paisajes (“Jardín de la casa Sorolla”). Pero sin lugar a dudas el grueso de su producción lo componen retratos (“Clotilde en traje de noche”), marinas (“Descargando la barca”) y escenas costumbristas como “Pescadoras valencianas”.
Es destacable también su etapa de denuncia social, influenciada por las ideas de su amigo Vicente Blasco Ibáñez. Sorolla puso entonces sus pinceles al servicio de la denuncia de las injusticias sociales, y una de sus obras más conocidas de este período, y relacionada con el tema marítimo, es «¡Aún dicen que el pescado es caro!», muy influenciada por la novela de Blasco titulada Flor de Mayo.
Los temas marítimos
Separar la producción del maestro valenciano en bloques es complicado, ya que los combina, como pudiera ser el caso de obras como “A la sombra de la barca”, donde se puede encontrar una escena costumbrista con una marina. Sin embargo, como pintor de vibrante luz y ondas de sal, trataremos en profundidad el tema del mar en su pintura, su signo de presentación, el alma de su pintura.
Sorolla pintó del vivo, en las playas de Valencia, escenas cotidianas de la vida en el mar, marinas, pescadores y bañistas; plantando su caballete durante horas en la playa. Dentro de esa “irresistible pasión por el mar” que sufría el artista, según Laura García Sánchez, podríamos estructurar sus obras dentro de tres grandes temas:
– Escenas de baño y esparcimiento
La burguesía de los siglos XIX y XX tomó como nueva forma de ocio y de esparcimiento las vacaciones en la playa, y pasar temporadas junto al mar se convirtió en signo de poder social y económico. A partir de entonces el mar ya no era asociado exclusivamente al trabajo físico. Sorolla pinta ambos entornos en su producción: hermosas damas de blanco paseando y también pescadoras faenando.
En «Paseo a orillas del mar», Clotilde y su hija mayor andan por la playa. Es de destacar la instantaneidad de la pintura, que la hace parecer una fotografía. Sorolla capta la brisa marina con el movimiento de las telas de los vestidos, movimientos elegantes y sutiles que componen la imagen, con esos blancos relucientes foco de luz de la composición. Lo mismo ocurre con «Instantánea».
Otra de sus obras, «el balandrito», posee una de las características más destacables de Sorolla, su capacidad para representar el movimiento de las olas y el juego de luces y ecos que éstas levantan con su movimiento. El cromatismo es asombroso y la realidad que emana de su contemplación no tiene parangón.
Esto mismo ocurre con otras obras destacables como es el caso de los «Nadadores de Jávea», que con unos excelentes reflejos y transparencias, recrea un agua asombrósamente cristalina.
Finalizamos este apartado con «El niño de la barquita», una obra impresionante, cargada de dulzura y realismo. Además, en ella se aprecia la luz cegadora del sol en el verano valenciano, los brillos que produce en el mar, la piel y la arena.
– Marinas
Las marinas del pintor valenciano destacan bien por ser escenas de paisajes, donde la naturaleza es el fin único de su composición, o bien por ir acompañada de escenas costumbristas de pesca o la vida en el mar. En éstas destaca, sobre todo, la importancia que le da a la fuerza de la naturaleza, de la las olas o las velas de los barcos pesqueros.
«Marina» es una obra de formación en la que Sorolla nos presenta una escena muy relacionada con otros pintores valencianos, entre los que destaca Rafael Monleón, otro artista importante en la pintura de temas navales.
En esta otra marina, «Playa de Valencia a la luz de la mañana», los barcos, pescadores y sus familias se entremezclan en la orilla de la playa. Los cascos de los barcos son masas estáticas que se contraponen a las grandes velas blancas que iluminan la escena hinchadas por el viento, mientras el mar levanta pequeñas olas que se rizan al llegar a la orilla, y lo mismo ocurre en la obra «Playas de Valencia por la tarde». «La hora del baño» es otra pintura con similares características, sin embargo en ella destacan la incorporación de los bueyes, el barco fondeado en la orilla luchando por avanzar entre las olas, pero sin lugar a dudas lo más asombroso es el brillo de la luz reflejada en el agua.
El puerto de Valencia es un tema recurrente en la producción de Sorolla: en la obra del mismo nombre aparecen fondeados barcos pesqueros rodeados de niños, y al fondo algunos veleros y barcos de mayor envergadura, una clara distinción de clases. Otra maravillosa escena es «Barcos en el Puerto de Valencia», una obra singular por la perspectiva que se ofrece, ya que podemos apreciar el interior de los barcos de recreo atracados.
– Escenas costumbristas de pescadores
Para finalizar hacemos un guiño a los tipos populares que aparecen en las obras de Sorolla. El pintor valenciano dedica gran parte de su producción a los pescadores y sus familias, personas con las que convivió y a las que retrató en multitud de ocasiones, siendo esenciales para el carácter costumbrista de sus obras. «El pescador» es una de ellas, en la que que el pintor retrata a un joven en plena faena, con el mar y sus luces de fondo. Lo mismo ocurre con otra obra característica en su producción, «Pescadoras valencianas».
Fuentes
– Exposición Joaquín Sorolla (1863-1923). José Luis Díez y Javier Barón (Comisarios). Madrid: Museo Nacional del Prado, 2009.
– Museo del Prado
– Museo Sorolla
Muchísimas gracias. Me ha parecido una exposición preciosa. Me ha encantado!
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Gracias a usted por escribirnos y comentar nuestras aportaciones. Saludos.
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Reblogueó esto en Barcos, mar y artey comentado:
Sorolla, el pintor del mar
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Lo he utilizado en clase con mis alumnos porque me ha parecido muy completo. Los cuadros son una maravilla. ¡¡Muchas gracias!!. Un saludo.
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Cita recibida:
[…] – Un cuadro. Joaquín Sorolla – Playa de Valencia a la luz de la mañana https://pinake.wordpress.com/2014/01/12/sorolla-el-pintor-del-mar/ […]
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Me ha parecido sencillamente maravillosa.
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Muchas gracias por la página. La hemos utilizado para trabajar en el cole con los niños de tercero y han hecho unos trabajos muy chulos. Si tienes un rato te invitamos a que te pases por el Gabriela Mistral a verlos. ¡ Un saludo !
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Muchas gracias a usted por darle utilidad a este material. Si usted fuera tan amable de enviarnos alguno de los trabajos que han hecho sus alumn@s, lo podíamos colgar para que todo el mundo pudiera apreciarlo. Escríbanos, si le parece bien, a catedranaval@um.es
Saludos.
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[…] de Cartagena han realizado una serie de trabajos artísticos basándose en una entrada sobre Sorolla y el mar, recientemente publicada en este blog. Como nos ha parecido una magnífica idea, hemos decidido […]
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J.Salan
Conozco la pintura de Sorolla, es sencillamente LUZ VIVA, MARAVILLOSA.
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Maravillosa la pintura de Sorolla, siempre me fascinò, fuì a su museo, gracias por esta preciosa excibiciòn
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Gracias a usted por leer el blog y por escribirnos.
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