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Archive for the ‘– Leyendas’ Category

Los viajes de Marco Polo son muy conocidos, pero no siempre se sabe que parte del viaje de regreso de la corte del temible Kublai Khan lo hizo en barco. En el Libro de las maravillas de Marco Polo se recoge parte de él, y aunque siempre debemos tener en cuenta que se puede intercalar la realidad con la ficción por la cantidad de siglos que han transcurrido, parece que hay una historia de tormentas, piratas, naufragios y otra de amor, en la que Marco Polo es el protagonista.

Marco Polo partiendo de Venecia en 1271, en una representación procedente de un manuscrito iluminado de finales del siglo XV. Colección de la Bodleian Library (Oxford).

Sin embargo, la última, la relación que mantuvo con una princesa a la que tuvo que escoltar por mar, no la relata en sus libros …

Ruta del viaje de Marco Polo según fuentes chinas.

Marco Polo en la corte del Khan

Tras permanecer 17 años en la corte mongola, los Polo (Marco, su padre y su tío) decidieron que ya era momento de volver a su tierra, Venecia, pero como el Kahn no estaba muy de acuerdo con esa decisión, Marco Polo se ofreció a escoltar a una princesa mongola a la tierra de su futuro marido, un príncipe persa sobrino del Khan. Y una vez que la dejaran, podían regresar a su tierra natal.

Esta parecía la forma más sencilla de que el Khan les dejara marchar. Pero el viaje hasta Persia duró dos largos años y murieron casi todos los que habían partido de tierras mongolas. Se salvaron los Polo, la princesa y algún miembro mas de la tripulación.

La salida de China

Partieron de Zaiton (Quangzhou) en 1281, con una flota de 14 buques de alta mar con 4 mástiles y 600 personas cada uno, según estimó Marco Polo, y se embarcaron alimentos y pertrechos para dos años.

Según las crónicas, las naves tenían unos 100 pies de largo, remos que requerían cuatro hombres para bogar, así como una docena de velas, probablemente hechas de listones de bambú (Fuente: Mike Edwards, National Geographic, 2001).

Este fue un viaje desastroso y muy duro, ya que de los que embarcaron sólo sobrevivieron ocho. El texto contiene una descripción de las costas del Índico, con información de Ceilán y las costas de Malabar, con fantasías de todo tipo y un interesante apartado sobre el litoral de Arabia y África. En esta última bordearon la costa entre Somalia y Madagascar, haciendo un recorrido similar al que cien años después llevó a cabo la gran armada del navegante chino Zheng He. Pero sobre su regreso Polo proporciona mucha menos información de la que dedica a China.

Marco no dio datos de lo que salió mal en el viaje, pero hay algunas teorías, como que pudieron morir de escorbuto o cólera; otros sugieren que las pérdidas fueron causadas por los nativos hostiles y ataques piratas. En este espantoso viaje marítimo pasó por el Mar de China Meridional hasta Sumatra y el Océano Índico, y finalmente atracó en Ormuz. Allí se enteraron de que Arghun, el prometido de la princesa había muerto dos años antes, de modo que ésta se casó con su hijo, el príncipe Ghazan. En Persia también se enteraron de la muerte de Kublai Khan. Sin embargo, su protección le sobrevivió, ya que con tan sólo mostrar la tablilla de oro que les regaló a modo de salvoconducto, se les abrieron casi todas las puertas.

La princesa y el navegante veneciano

Durante el viaje, que duró dos largos años, Marco Polo entabló gran amistad con la princesa mongola Kokejin (hay variaciones de su nombre, como Kokojin), cuyo nombre significa «Cielo Azul». Parece ser que añoró mucho la travesía en compañía del navegante veneciano, y murió entristecida a los 22 años.

Más información

Marco Polo’s return journey to VeniceFacts and details.

Marco Polo, viajero en la China del siglo XIII. Instituto Confucio.

Nota: la fuente de las imágenes, a excepción de las dos primeras, es el Libro de las maravillas de Marco Polo (Marco Polo, Le Livre des merveilles) publicado en París durante el siglo XV.

 

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Aunque el emperador Qin Shi Huang, el unificador de China, es evidente que vivió durante el siglo III a.C., tiene detrás de sí tantas leyendas que a veces cuesta trabajo desenmascarar la realidad de la ficción. Las expediciones navales que organizó, y especialmente sus propósitos, se mezclan entre lo mítico y lo histórico.

Qin-Shi-Huang_0, el primer emperador. Fuente

Qin-Shi-Huang, el primer emperador. Fuente

El primer emperador, el que unificó los sistemas de medidas, generó importantes infraestructuras para distribuir el agua entre sus súbditos y mandó levantar una parte de la gran muralla, tenía un sueño, la inmortalidad, que procedía de su gran miedo a la muerte. En la búsqueda del elixir que le permitiera ser eterno dedicó grandes esfuerzos, y parte de éstos fueron las expediciones navales que zarparon con la orden de conseguir la fuente de la inmortalidad. Otra de las grandes obras fue su impresionante mausoleo, hoy Patrimonio de la Humanidad, el que contiene los famosos y espectaculares 8000 guerreros de terracota, que deberían acompañarle y protegerlo cuando volviera a la vida.

Los guerreros de terracota que fueron enterrados con él para su protección

Los guerreros de terracota que fueron enterrados con él para su protección

Pero Qin tuvo sus sombras, y es también conocido porque quemó muchos de los textos de épocas previas y por asesinar a más de 400 intelectuales de su imperio.

Las islas de la inmortalidad

Según la leyenda, había tres misteriosas islas situadas a miles de millas al este de China. Éstas eran conocidas por los nombres de Penglai, Fangzhang y Yingzhou. Supuestamente, los inmortales vivían allí en palacios, todos los animales eran de color blanco puro, y también había hierbas que otorgaban la vida eterna y resucitaban a los muertos. Las islas estaban cubiertas de nubes, de manera que podían ocultarse a las embarcaciones que se aproximaran. Igualmente la magia podía provocar un viento que alejara a las naves de ellas, de tal forma que no pudieran acercarse.

Las expediciones marítimas

Qin organizó varios viajes para llegar a estas supuestas islas y conseguir la fuente de la inmortalidad.

a) Las primeras búsquedas

Al emperador Qin le llegaron noticias de estas hierbas. Por ello envió a buscarla a Lu Sheng, del estado de Yan, pero fracasó en su intento. El punto de su partida fue la actual ciudad de Qinhuangdao.

Posteriormente mandó a Xu Fu, un monje y astrónomo reconocido. Cuando regresó dijo que tras haber subido a la montaña Penglai, vio la hierba de la inmortalidad, pero los habitantes inmortales que allí vivían no le permitieron llevársela. Recomendó al emperador que debería llevar algunos artesanos diligentes para conseguir la hierba.

Jiaogulan – La hierba de la inmortalidad. Fuente

Jiaogulan, conocida como la hierba de la inmortalidad. Fuente

b) La segunda gran expedición

El emperador decidió que acompañaran al astrólogo 3000 niños y jóvenes junto a una serie de artesanos. Dicen que la expedición estaba formada por unas 60 embarcaciones.

La expedición en busca de la medicina de la inmortalidad Autor: Utagawa Kuniyoshi (c. 1839-1841. Fuente

La expedición en busca de la medicina de la inmortalidad. Obra de Utagawa Kuniyoshi (S. XIX). Fuente

Después de viajar durante un tiempo en el mar, Xu Fu regresó y dijo al emperador que había un dragón en el agua que le impedía alcanzar la montaña, aunque este pasaje no sabemos si es cierto.

Un dragón representado en un antiguo pendiente chino del siglo IV antes de C.

Un dragón representado en un antiguo pendiente chino (s. IV antes de C). Fuente

Sin embargo, Xu Fu, al no conseguir la hierba inmortal no se atrevió a ver al emperador de nuevo y se dirigió a lo que hoy es Japón. Se instaló allí y murió a los pies de la montaña Fuji. Hay muchas historias y registros históricos sobre él en Japón, incluso algunos investigadores especulan que fue el legendario Jimmu Tenno.

Una visión mas amplia de una d elas salas de la tumba de Qin en la que aparecieron los guerreros

Una visión más amplia de una de las salas de la tumba de Qin en la que aparecieron los guerreros

El viaje del emperador en busca del gran pez

Cuentan las leyendas que el propio Qin soñó con la bestia y quiso ir a matar al dragón del que Xu Fu le había hablado, y que cuando el barco llegó a una pequeña isla, se encontró con un gran pez y lo mató. Sin embargo, parece que la realidad fue diferente.

Una garza encontrada en el mausoleo de Qin

Una garza encontrada en el mausoleo de Qin

Tras el sueño consultó a los astrólogos. Ellos le dijeron que la verdadera faz de las divinidades del mar era invisible y que a menudo tomaban forma de enormes tiburones o dragones. “Ahora usted, emperador, reza, hace sacrificios y rinde homenaje cabal y respetuoso, pero aparecen estas crueles criaturas. Hace falta eliminarlas. Sólo tras eso, las divinidades bondadosas se presentarán”, le dijeron (fuente).

Entonces Qin dio la orden a todos los que pescaban en el mar de preparar redes para conseguir capturar los peces mas grandes y de tener listos arcos y flechas para matar tiburones. “Desde el norte de Langya hasta Laoshan y Chengshan no vieron aparecer ningún tiburón. Cuando llegaron a Zhifu, efectivamente aparecieron”. Aunque dispararon muchas flechas sólo lograron matar a uno. Luego vadearon la costa, viajaron hacia el oeste por el río. Cuando llegaron al embarcadero de Pingyuan, el emperador contrajo una enfermedad y moriría poco tiempo después. “En el mes séptimo, el día bingyin, Shi Huang murió en el terraplén de Shaqiu” (fuente).

Su muerte se mantuvo en secreto durante un tiempo, dejando un periodo para su traslado, con objeto de que pudiera reposar en su hermosa tumba.

Uno de los aurigas del emperador. Fuente.

Uno de los carros del emperador encontrado en su tumba. Fuente.

En definitiva, un gran emperador, con una vida llena de muchas luces y algunas sombras, que tuvo un sueño y lo persiguió durante toda su vida. Consiguió unificar China, pero nunca llegó a la tierra de la inmortalidad, falleciendo tras casi 40 años de reinado. La inmensa tumba que mandó construir fue descubierta muchos siglos después. Paradójicamente, su impresionante ejército de guerreros de terracota, conforme van apareciendo y recomponiéndose, parece que pueden levantarse y cobrar vida, otorgando  a su creador un lugar inmortal en la Historia.

Más información

El primer emperador. Beijing, 2005.

PAINE, L. The sea and civilization: a maritime history of the world. Atlantic Books, 2014.

Tratado de cosmología de la época

Videos de la UNESCO sobre el mausoleo de Qin

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Las leyendas sobre el Preste Juan, un supuesto rey que tenía sus dominios en el oriente, se difundieron rápidamente durante toda la Edad Media en el occidente cristiano. Le dedicamos una entrada porque curiosamente el reino del Preste Juan aparece en portulanos y cartas náuticas, que son un tipo de documentos sobre los que la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval tiene abierta una de sus líneas de investigación. También porque este mito es una impresionante mezcla de tradiciones antiguas y medievales, cuyo resultado final, a pesar de ser una fantasía, es de un enorme interés.

Una imagen en un libro portugués

Una imagen de este rey de leyenda en un libro portugués del S. XVI

Vamos a ver la descripción de este reino, cuya existencia no se ha podido demostrar jamás, a pesar de que corrieron por Europa supuestas epístolas escritas por el preste y dirigidas a monarcas y papas, y de que muchos aventureros dijeron haberlo visto y visitado.

El reino del Preste Juan: su localización

La leyenda sitúa al Preste en varios lugares del oriente antiguo, aunque los mas conocidos son en Asía y en África. Incluso hay quienes lo localizaron en el continente americano después del siglo XV.

S. XVIII Fuente: Gallica

El reino del Preste Juan, según un mapa del siglo XVIII. Fuente: Gallica

Asia

Dependiendo del texto, este reino se asimilaba con el imperio tártaro (mongoles). Realmente en esa corte había un grupo de cristianos nestorianos, pero era minoritario.

Posiblemente el error viniera porque durante el siglo XIII el emperador mongol Gengis Kan luchó contra los musulmanes y los derrotó, lo que, en tiempo de cruzadas, pudiera haber facilitado una identificación de éste con un gran monarca cristiano en los confines del mundo entonces conocido.

África

La leyenda decía que era un rey cristiano en la Gran India. Por ello, a principios del siglo XV los portugueses continuaron buscándole, pero no en la India, sino en su camino hacia ella, es decir, en Etiopía.

Este reino africano, importante desde la prehistoria, situado en una zona de especial interés por la tradición cristiana milenaria que posee, era el lugar idóneo para situar el posible reino del Preste Juan.

Islario general de todas las islas del mundo es la obra más importante del cosmógrafo sevillano Alonso de Santa Cruz

El supuesto reino del Preste situado en Etiopía, tal y como aparece en el Islario general de todas las islas del mundo, obra del cosmógrafo sevillano Alonso de Santa Cruz

De hecho, el texto dice que el infante Pedro de Portugal había vivido allí en Etiopía, con el Preste Juan, tres meses. Sintetizamos y seleccionamos partes del texto en las que se explica quiénes eran y cómo vivían, por el interés intrínseco que posee.

El reino del Preste Juan según el infante Pedro de Portugal

Parece que el texto no fue escrito por este noble portugués, sino por un español, Gómez de Santisteban, conocedor de los libros de viajes medievales (Mejía, p. 216-17).

a) La descripción de la ciudad

La ciudad donde tenía su sede el Preste Juan se llamaba Albes. Sobre ella dice:

«Es la más populosa, la más rica, y fortalecida que hay en aquella parte del mundo, tiene de circunferencia más de doce leguas, en su castillo tiene mas de ciento cincuenta torreones bien fortificados. En cada uno de ellos hay mas de mil hombres de guarnición, todos con barba larga, mostrando su luto en señal de haber perdido la tierra de Promisión».

Escudois heráldicos d elos reinos dle Preste Juan, según el Armorial de Conrad Grunenberg

Escudos heráldicos atribuidos a los reinos del Preste Juan, según el Armorial de Conrad Grunenberg (siglo XV), entre los que se encuentra una sirena

b) El palacio

«Una vez entrado en la ciudad nos dijeron que para llegar al palacio era necesario ocupar medio día sin dejar de andar. Un vez que llegamos pudimos ver que tenía ocho torres tan hermosas y brillantes que no se pudiera mirar sin recibir impresión (…) Tenía una guardia de seiscientos hombres de caballería e infantería, lujosamente vestidos y bien armados».

Dibujo d ela corte dle Preste Juan en el armorial de Conrad Grunenberg

Dibujo de la corte del Preste Juan en el Armorial de Conrad Grunenberg (siglo XV)

Una vez que pudieron entrar en el palacio como emisarios del rey de León, vieron «que debajo de un magnífico dosel estaba sentado el Preste Juan, con su esposa al lado, y un hijo que tenía el título de emperador de las provincias Galdras».

c) La iglesia

«Vimos cosas muy maravillosas. Los sacerdotes son casados en aquella tierra, pero cuando quedan viudos no pueden volver a casarse (…) y por quebrantar este precepto tienen irremisible pena de muerte».

«Poco antes de venirnos, mandó el Preste a dos sacerdotes que nos mostraran el cuerpo de Santo Tomás (…) que está colocado en el altar mayor (…) La víspera del día del santo le ponen en la mano un sarmiento seco, el cual se reverdece al instante, echa hojas y tres racimos de uva».

d) La sucesión al trono

La dignidad de Preste no es hereditaria: se reúnen en la ciudad todos los obispos o abades del reino, y en solemne procesión se dirigen a la iglesia de Santo Tomás, y «ruegan al santo designe al que debe ser el nuevo gobernante».

Más blasones de los reinos del Preste Juan

Más blasones de los supuestos reinos del Preste Juan, entre ellos podemos ver a la izquierda de la imagen el escudo de Etiopía, descrito en el texto como «las Indias».

e) El resto del reino

Pidió el infante licencia para pasar a otra parte del reino, y el Preste les aconsejó que se pararan antes de llegar a una provincia «habitada por gentes tan idiotas que tienen por costumbre los hijos comerse a los padres cuando éstos llegan a una edad avanzada».

La comitiva del infante de Portugal «tomó el camino del desierto del Paraíso. Luego de estar durante trescientas veinte leguas sin ver habitante alguno», llegaron a «unas altísimas montañas, vimos al pie de ellas algunas poblaciones circunvaladas por cuatro ríos que se denominan Tigris, Eúfrates, Guión y Fisón, los cuales salen del Paraíso Terrenal».

Los ríos Tigris y Eufrates. Fuente

Los ríos Tigris y Eufrates a los que el texto del infante Pedro dice que llegaron. Los otros dos ríos se citan en la Biblia, pero actualmente no hay rastro de ellos. Fuente

Tomamos un texto en el que el propio Preste, siempre según el infante portugués, explica sus dominios:

«tengo bajo mi autoridad 64 reyes, me obedecen 12 arzobispos, 20 obispos y 4 patriarcas. El dominio de mis tierras se extiende a diez mil leguas cuadradas, en las que tengo dos provincias muy importantes llamadas India mayor e India menor, en las que se crían mucha variedad de animales y aves de tan grandes fuerzas que sin perder el vuelo arrebatan del suelo las reses y se las llevan al nido. Con los dromedarios, elefantes, camellos y unicornios, se labran los campos y hacen las labores que necesitamos».

f) Los habitantes mas fantásticos

«Tengo en mis territorios unos habitantes que no tienen mas que un ojo en la frente, cuando muere alguno se  lo comen entre sus parientes». En otra provincia «con una clase de gentes que tienen los pies redondos. En otro tengo una generación cuyas gentes son de la alzada de una vara, pero son muy belicosos. En otra provincia hay unos cerros muy elevados, en los que se cría gente que de cintura para arriba son hombres y de cintura para abajo son caballos».

Epílogo

En síntesis, un fantástico y onírico reino, que parece descrito por un infante de Portugal que afirmaba haber recorrido el mundo y estar alojado en la tierra del Preste. Magia y leyenda alimentando la mente de los habitantes del Medievo y de parte del Renacimiento, en una mezcla casi increíble de mitos antiguos, creencias religiosas y supersticiones.

Más información

El texto completo del relato del infante Pedro de Portugal. Un análisis de las primeras ediciones puede encontrarse aquí.

SANTIESTEBAN, G. de. Historia del infante D Pedro de Portugal el cual anduvo las siete partidas del mundo. Barcelona: Imprenta de los herederos de la viuda Pla, 1842.

VILLALBA RUIZ DE TOLEDO, F.J. y NOVOA PORTELA, F. Los mitos medievales en la obra de John Mandeville. ISIMU, 2016, vol. 9.

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Existe una leyenda, muy poco conocida en el ámbito hispanohablante, sobre las hijas de un rey de Siria llamado Diodicias. Estas fechas navideñas son propicias para la lectura de mitos, y aquí traemos uno en el que el mar aparece como vehículo de comunicación: las hijas del legendario rey son condenadas al exilio y deben embarcan sin rumbo por el Mediterráneo, en un viaje que acabará cerca del Mar del Norte.

Detalle de la página inicial de la crónica del siglo XV
Detalle de la página inicial de la crónica del siglo XV

El destierro en la Antigüedad

En época romana, cuando los acusados eran nobles, el castigo que recibían los culpables de asesinato solía ser el destierro en una isla. Frecuentemente tenían que embarcar hacia una tierra conocida, pero lejana, y a veces sin rumbo, para salvar sus vidas. Esta pena se mantuvo durante siglos y se extendió a otros muchos lugares. También parece  que entre los antiguos incas se practicaba.

Hay múltiples ejemplos, aunque el mas conocido, el de Napoleón en la isla de Santa Elena, sea de época muy posterior.

Muchas veces este destierro fue el motivo de grandes colonizaciones de islas lejanas, que actualmente se han configurado como países. Australia es otro de los mejores ejemplos de esta colonización forzosa, que acabó generando una nación y forjando una identidad muy distinta a la de sus remotos orígenes. En este nuevo sentir el mar ha dejado una profunda huella, detectable en muchas de las manifestaciones culturales, incluso en la propia simbología nacional.

Escudo de la Isla de Santa Helena, en el Atlántico
Escudo de la isla de Santa Helena, situada en el Océano Atlántico

Los inicios del mito

El monarca de Siria, Diodicias, se había casado con Labana, y de este matrimonio nacieron las princesas protagonistas.

Esponsales de Diodicias y Labana, reyes de Siria
Esponsales de Diodicias y Labana, reyes de Siria (detalle)

Las princesas fueron casadas con otros tantos señores principales del próximo oriente. Sin embargo, ellas no estaban conformes con ese destino y decidieron asesinar a sus maridos. El mito otorga la responsabilidad de este magnicidio a la hermana mayor, Albina, casada con Sardacia, el rey de Damasco.

Albina matando a su marido
Albina matando a su marido, el rey de Damasco

Pero en mitad de esta confabulación, la hermana pequeña, que estaba profundamente enamorada de su marido, avisó a éste, que fue el único que se salvó. Conocido lo sucedido, las hijas del rey fueron juzgadas y obligadas a embarcar sin rumbo fijo, desde la orilla este del Mediterráneo.

La confabulación de las princesas
La confabulación de las princesas

Las islas

Tras navegar por el Mare Nostrum durante largo tiempo, consiguen atravesar el estrecho de Gibraltar y se dirigen, por el Atlántico, hacia el norte, hasta llegar a unas islas deshabitadas cercanas a Francia. Allí desembarcaron y se quedaron a vivir. La leyenda dice que llegaron a las costas británicas.

Albina saliendo para el exilio
Albina y sus hermanas llegando a las costas inglesas

Una vez en suelo firme descubrieron que la habitaban unos demonios. La crónica afirma que fueron obligadas a tener hijos con estos seres infernales, y que de estas uniones nacieron unos gigantes. En la imagen superior pueden verse a dos de estos gigantes saliendo de un bosque.

Otra representación
Otra representación de la llegada de las hijas de Diodicias a las costas inglesas

La llegada de nuevos moradores

La crónica se detiene aquí, y vuelve a retomarse cuando Brutus, un descendiente de Eneas de Troya, arriba a estas islas con sus naves. El héroe asesina a los gigantes, y en honor de la princesa Albina denomina Albión a esta tierra (Gran Bretaña).

El campamento de Brutus (Fuente British Library, Royal 15 E IV f. 36)
El campamento de Brutus

Una versión para todos los públicos

Para adaptarlo al público infantil y juvenil se puede cambiar el magnicidio por cualquier otro hecho, como que sus maridos desaparecieron y fueron a buscarlos o que las tierras fueron invadidas por otros pueblos y tuvieron que emigrar.

La fuente

A pesar de que en este mito se cuenta cómo se poblaron las islas británicas, parece que fue un escrito francés del siglo XV a través del que nos ha llegado la noticia. Aunque esta leyenda es mucho mas antigua y alguno la relaciona con las crónicas artúricas. Se conservan versiones del texto en la British Library, pero hay también ilustraciones, copias y traducciones en la Biblioteca Nacional francesa, y en otras tantas centroeuropeas. Las imágenes que aquí aparecen son las originarias del manuscrito francés.

Las distintas versiones existentes varían en parte este mito, aunque en esencia es el mismo. Por ejemplo, en alguna crónica Diodicias es un rey griego. En otras el número de las princesas nacidas varía entre 14 y 34.

El texto original

La traducción inglesa actual del escrito original de Wavrin está disponible en Internet:

Jean de Wavrin. Recueil des croniques d’Engleterre, vol. I. British Library, Royal MS 15 E IV. s. XV. Síntesis. Traducido al inglés por W. Hardy y publicado con el título A Collection of the Chronicles and Ancient Histories of Great Britain …. Cambridge University Press, 2012.

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Hay pueblos que sólo conocemos por la filmografía o por la literatura. Los que viven en el círculo polar ártico son un ejemplo. Pero aparte de ciertos tópicos, apenas sabemos de ellos, de su formas de pensar o de vivir. Publicamos esta semana una entrada, realizada por un especialista, sobre la vinculación con el medio marino de uno de estos pueblos, los inuit, así como un magnífico relato sobre uno de sus mitos: Sedna, la señora de las profundidades marinas, la que originó a los animales acuáticos y aquélla a la que oran para que éstos nunca falten. Analizando mas detalladamente algunos de los seres que aquí se describen, será fácil encontrar analogías con otros mitos marinos mas cercanos. 

Por Carlos Moral García, miembro de la Asociación de Historia y Cultura del Mar (HyCmar)

Un elemento bastante significativo de la cosmovisión inuit es la pequeñez del hombre en su contexto, pues todos los seres son considerados en igualdad, aunque algunos personajes de carácter mítico tienen más protagonismo. La creencia en seres espirituales está muy asentada, pues se considera que conviven con los humanos, de modo que muchas veces se interpreta que participan en acontecimientos de la vida cotidiana.

Rutas de los pueblos inuit. Fuente

Rutas de los pueblos inuit. Fuente

El espíritu del mar

En este sentido, uno de los personajes con mayor importancia es Sedna, inua o espíritu del mar, pues, dado que no se encuentra jerárquicamente por encima del resto de seres, no debería ser tratada como “diosa”. Se trata de un personaje que aparece a lo largo de prácticamente todo el Ártico inuit, con diferentes nombres, como Uiniγumayuituq (“la que no quiere esposo”), Nuliayuk (“Madre de los animales”), Imaqukûa (“Madre del Mar”) o Takanna·luk (“Mujer de las profundidades”). Se trata de un personaje matriz de la vida universal, pues de los animales marinos que ella genera y controla se alimentan los humanos.

La joven Takánakupsâluk dibujada por un chamán inuit.

La joven Takánakupsâluk dibujada por un chamán inuit

Para la tradición de los pueblos Igloolik de Nunavuk, al norte de Canadá, esta joven fue casada en primer lugar con un perro, por orden de su padre. De este matrimonio tuvo dos tipos de vástagos, los indios y los blancos, es decir, los humanos diferentes a los inuit. Sin embargo, en otras ocasiones este primer matrimonio se obvia y toma especial protagonismo el segundo. En esta región se considera que se trata de un petrel, aunque en otras fuese una gaviota o un cuervo, ya que este último en ocasiones tiene carácter cosmogónico.

Sedna y el cuervo

Sedna y el cuervo

En este relato mítico, Sedna se habría casado con el ave ante las promesas de una vida cómoda y apacible con una tienda de pieles en el reino de las aves. No obstante, resultó ser un engaño, pues todo eran incomodidades. Esto hizo que la joven rehusase de este matrimonio y su padre decidió llevarselá en su embarcación. A veces se considera que para poder ejecutar su plan de fuga debió matar al esposo. En cualquier caso, la huída enfurecería al resto de las aves, que iniciarían una persecución con tal furia que provocaría una tormenta.

Dibujo del mito

Dibujo del mito

El nacimiento de los animales marinos 

Ante las dificultades y el peligro de naufragio, el padre cambia de opinión, decidiendo entregar a Sedna, arrojándola por la borda, pero ella se aferró al bote con ambas manos. Para hacer que se precipitase al agua él golpeó sus manos con un remo hasta cortarle las falanges, que cayeron al mar, transformándose en las primeras ballenas blancas o belugas, aún así la joven seguía agarrada. Entonces el padre cortó la segunda articulación, dando lugar esta vez a las focas, pero pese a todo no fue capaz de hacer que se soltase. No obstante, las aves dieron a Sedna por muerta, por lo que se marchan, la tormenta amaina y el padre sube a su hija de nuevo al bote, aunque ya era demasiado tarde para que ella no lo odiase profundamente. Una vez en tierra ella logra que sus perros devorasen las manos y los pies de su padre. Tras esto, la tierra se abre y ambos caen a las profundidades, aunque otras veces el descenso de Sedna es en solitario y él va a buscarla más adelante, arrepentido por sus actos, pasando a ser su guardián.

Escultura de Sedna lanzando una ballena beluga.

Escultura de Sedna lanzando una ballena beluga.

En otras versiones más simplificadas se trata de una bella joven que surcaba los mares en un umiak o bote colectivo, pero una tormenta les sorprendió y sus compañeros tratan de arrojarla por la borda para calmar la tempestad. El resultado es muy similar al del relato anterior, pues le cortan de nuevo los dedos, surgiendo de ellos los animales marinos. Sin embargo, en este caso, ella, agotada y decepcionada, se deja caer hasta sumergirse en las profundidades marinas, donde cuida y guarda a los animales.

Una visión de la mitología inuit vista por una de sus mujeres, Mialia Jaw

Una visión de la mitología inuit vista por una de sus mujeres, Mialia Jaw

En general, los inuit tradicionales habrían considerado que las faltas y rupturas de tabúes enfadarían a Sedna, por lo que retiene a los animales marinos en las profundidades acuosas, lo que produce escasez de caza y alimentos. Esto se debe a que las faltas de los humanos manchan los cabellos de la joven, que por las mutilaciones de los dedos no se puede peinar. Por eso, cuando el chamán desea que la caza vuelva a ser abundante debe realizar un viaje a las profundidades para peinar los cabellos de la Madre de las Bestias Marinas, de modo que se reconcilie con la humanidad. En ocasiones no debe solo peinarla, sino enfrentarse a sus guardianes y someterla por la fuerza, hasta que se calme y entre en razón. Muchas veces los tabúes que más se vinculan con este espíritu están relacionados con la reproducción, como es ocultar las menstruaciones y los abortos naturales, pero también el mal tratamiento de los animales marinos cazados, que deben ser respetados.

Dibujo de Sedna. Fuente

Dibujo de Sedna. Fuente

La dueña de la tierra

En algunas regiones en las que los recursos marítimos comparten su protagonismo con los terrestres tiende a aparecer un personaje paralelo, antitético y complementario. Se trata de un espíritu de los animales terrestres que vive en las profundidades del bosque, Numan-Shua (“Dueña de la Tierra”). En algunas zonas del interior de Canadá, entre los inuit del caribú, recibe el nombre de Pinga o Pingna (“La que está allí arriba”), madre de los humanos y de todos los animales terrestres, pero sobre todo, guardiana de los caribúes, por lo que sus enfados harían escasear la caza.

Museo de arte inuit

Sedna. Museo de arte inuit

Otros seres marinos

En definitiva, se trata de entidades de enorme importancia para la subsistencia de las poblaciones inuit, pues son los seres protectores y propiciadores de la caza. Esto hace que tomen bastante protagonismo en los relatos míticos, aunque también existan otros seres de carácter marino, como los mermemes. Se trata de seres teriántropos, con cabeza humana y cuerpo de foca que en ocasiones aparecían atrapados en las trampas de caza y debían ser liberados para no atraer la desgracia, pues, como ya se ha dicho, el trato respetuoso a los seres de la naturaleza es fundamental en la cosmovisión inuit.

Sedna según el artista Kakulu Sagiatok

Sedna según el artista Kakulu Sagiatok

Más sobre los pueblos del Ártico

Normalmente a las poblaciones del Ártico norteamericano se las ha tendido a llamar esquimales, de forma reduccionista e incluso descalificadora, pues parece significar “comedor de carne cruda” en algunas lenguas de indígenas vecinos. Otro término que se usa con bastante asiduidad es inuit (inuk en singular), pues fue adoptado en 1977 por la Inuit Circumpolar Conference para designar a todos los grupos de lengua esquimal. No obstante, convendría diferenciar en dos familias lingüísticas: inuaq y yupik.

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En épocas pre-europeas se podía apreciar una notable uniformidad cultural en todo el ártico. Existía una notable tendencia a la ocupación de zonas litorales, ya que había una enorme dependencia de los mamíferos marinos para la subsistencia. A estos animales se les empleaba para la alimentación, la confección de vestimenta e incluso para obtener combustibles. Sin embargo, dado el carácter estacional que algunos de estos recursos presentaban, se trataba de una alimentación diversificada, con aprovechamiento veraniego de recursos fluviales y caza de caribúes en algunas regiones.

Caribues

Un inuit con su caribú

Los aspectos relativos a la religión se encuentran articulados a través de relatos orales que se han ido transmitiendo de generación en generación, con bastante continuidad. En estas narraciones no se hace diferencia entre lo natural y sobrenatural o lo científico y religioso, de modo que aparecen diferentes personajes míticos de carácter espiritual en el desarrollo de la vida cotidiana. Esto explica la fuerte vinculación de los inuit al mundo natural y espiritual antes mencionada. Hay que tener en cuenta que se considera que todo ser, vivo o inerte, tendría un “alma” o inua (en plural, inue), que parece significar “persona” o “poseedor” y da forma a cada ser. En ocasiones se diferencia del tarneq, otro tipo de entidad anímica que se identificaría con el “aliento vital”.

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Los magníficos y únicos manuscritos medievales europeos siguen proporcionando sorpresas, y en este caso descubrir cómo se representaba el mar y su contexto nos permite sumergirnos en este mundo onírico e ingenuo, poblado de monstruos marinos.

Las embarcaciones y los animales marinos gigantescos suelen aparecer navegando a la par, o incluso mezclados, como en este manuscrito inglés del s. X, en el que podemos apreciar un barco cuyo mascarón de popa representa un impresionante dragón.

Viking Dragon Ship Source Manuscript, Northumbia, England, 900s CE.jpg

Barco con forma de dragón. Manuscrito del siglo X. Northumbria (Gran Bretaña)

Los monstruos marinos, como se puede apreciar en las siguientes imágenes, suelen aparecer con forma de peces enormes, muchas veces «confundidos» con islas, como en este bestiario inglés de comienzos del siglo XIII, o en los dos siguientes, que son posteriores (s. XV).

Sea Monsters (C van Duzer) 009 A ship landing on a whale mistaken for an island in an early thirteeth century bestiary. London, British Library, Harley MS 4751, f. 69r, c. 1230-40.jpg

Monstruo marino (C van Duzer). British Library, Harley MS 4751, f. 69r.

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Bestiario (c. 1277), Fundación Paul Getty (Los Ángeles), ms. Ludwig xv 4 fol-94v

Getty, MS. Ludwig XV 3, fol. 89v

Dos pescadores sobre un monstruo conocido como Aspidochelone. Fundación Getty, MS. Ludwig XV 3, fol. 89v

También encontramos seres con cabeza humana y cuerpo de pez, o criaturas marinas con las extremidades inferiores terrestres.

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Liber de natura rerum, de Thomas de Cantimpré (S. XIII). Biblioteca Municipal de Valenciennes. Ms. 320, fol. 117r.

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Biblia inglesa del siglo XIII. Alençon, Bibliothèque municipale, ms. 56, fol. 250r.

Haciendo uso de la imaginación, los artistas medievales otorgaban poder para navegar a algunos animales como las ratas, adentrándonos involuntariamente en el mundo de los cuentos infantiles.

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Pontificias de Guillaume Durand, Avignon, antes 1390. París, Bibliothèque Sainte-Geneviève, ms. 143, fol. 77v

O incluso se aventuraban a predecir el futuro dibujando cápsulas para introducirse en el agua, adelantando la imagen que siglos después tendrían los primeros sumergibles.

 detail-of-a-miniature-of-alexander-exploring-the-ocean-in-a glass barrel, accompanied by a cat and a cock; in this version of the story, his unfaithful wife tries to murder him by cutting the cord connecting him with the ship, and it is by killing the cat (not a dog) that he is able to rise to the surface; from Le livre et le vraye hystoire du bon roy Alixandre, France (Paris), c. 1420, Royal MS 20 B. xx, f. 77v. - See more at: http://britishlibrary.typepad.co.uk/digitisedmanuscripts/2013/01/#sthash.4XxSHTET.dpuf


Detalle de una miniatura del Libro de Alexandre, Francia (París), c. 1420, Royal MS 20 B. xx, f. 77v. Fuente

En definitiva, al indudable valor artístico y estético de estas obras se une otro más intangible, porque se convierten en la representación de la mentalidad de la sociedad medieval, reflejando sus temores y su forma de entender el universo marino, habitado por monstruos con forma de grandes peces. Pero es que a veces se adelantan siglos, y dibujan artefactos venideros, e incluso nos sugieren e ilustran temas para cuentos infantiles. Una maravilla de imágenes a las que les dedicaremos más espacio en entradas posteriores.

Más información

ELLIS, R. Monsters Of The Sea: The History, Natural History, and Mythology of the Oceans’ Most Fantastic Creatures. Knopf, 1994.

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