En esta nueva página incluimos transcripciones de textos históricos que nos envían nuestr@s lector@s. Con cada texto aparece la fuente y la persona que amablemente nos lo ha enviado.
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LOS CIRUJANOS DE LAS GALERAS DEL REY: CONVOCATORIA PROFESIONAL
Documento del siglo XVII, concretamente de 1696, en el que las autoridades de las galeras surtas en el puerto de Cartagena solicitan con urgencia, un cirujano Mayor para asistir a los forzados del Rey o galeotes, en sus enfermedades y en los traumatismos originados por los malos tratos, latigazos, palizas y, sobre todo, resultado de aplicar tormentos que, por lo general, descoyuntaban los huesos.
Era habitual que en las galeras reales contaran con estos cirujanos acompañados de otros menores como barberos, pero para ello debían de contar con la presentación de credenciales del Protomedicato y efectuar un examen para valorar sus habilidades; es por lo que se solicita a la ciudad de Murcia, Carta acordando reconocer a cirujanos mayores de la galeras (1696).
«Señor mio: Hallándose vaco el puesto de zirujano Maior de estas galeras, por dejación del que lo ejercía, siendo preciso proveerlo con toda brevedad, por estar próxima la salida de campaña y necesitando de prezeder examen por si alguno de los que ay en esa ciudad quisieren concurrir, participo a V.S. que el día doze de abril es, el señalado al examen en esta ciudad para que sirviéndose V.S. mandar poner edictos, pase esta noticia a la de esos b zirujanos; y la de tener este cargo zinquenta escudos de sueldo, con doze pagas y una ración y alguna ayuda de costa, según es estilo que es quanto se me ofrece, deseando no estar ozioso en servicio de V.S y que Nuestro Señor le guarde m.a. Cartagena y Marzo 18 de 1696, Don Vicente de Argote y Córdova.
En la ciudad de Murcia, a tres de abril de mil seiscientos noventa y seis, el Señor D. Francisco de Zevallos, Cavallero Escovedo y Velasco, del Consejo de su Majestad, su Alcalde de Casa y Corte, Correxidor y Justicia Maior de esta ciudad dijo:
Se lea entregado carta escrita a su Señoría por don Vicente de Argote y Córdova, su fecha, en Cartaxena a veinte y ocho de marzo próximo pasado, para que se pregone en esta ciudad como se alla vaca la plaza de Zirujano Maior de las Reales Galeras de España, por dexación del que lo ejercía, siendo preciso proveerlos con toda brevedad por estar próxima la salida de campaña y necesitar de prezeder examen por si alguno de los que ay en esta ciudad, quisieren concurrir a el que se zelebra el día doze del corriente en la dicha ciudad de Cartaxena, por cuio encargo, para el que lo exerce, cinquenta escudos de sueldo con doze pagas y una ración, y alguna ayuda de costa, según es estilo. Y para que tenga efecto, mando se fijen edictos en las partes públicas deesta ciudad, por allarse el pregonero de ella ausente para si uviere persona que quisieren pasar a pretender dicha plaza en l conformidad que ba referido; y de ello se remita testimonio de este auto al dicho don Vicente ded Argote y Córdova.
Lo firmo, Ignacio Muñóz. En la Ciudad de Murcia, en dicho día, a tres de abril del dicho año, en cumplimiento del Auto antezedente, se fijó el todo su contenido en la plaza pública de Santa Cathalina de que doi fee. Ignacio Muñoz».
(A.M.M. Legajo nº. 2757).
Enviado amablemente por José Antonio Fernández Palazón.
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ARRIBO DEL EMINENTÍSIMO SEÑOR CARDENAL BELLUGA A ALICANTE
Durante la Edad Moderna las galeras, que comenzaban su decadencia como buque de guerra principal, seguían siendo el medio más seguro de viajar por mar, por su capacidad de navegar tanto a remo como a la vela, y por su pequeño calado que le permitían refugiarse en cualquier rincón de la costa.
Alicante era uno de los puertos utilizados, tanto por los mercaderes genoveses que tenían sus pequeñas industrias en Murcia como por soldados, eclesiásticos, y sobre todo por los obispos de la diócesis que tenían la obligación de viajar a Roma cada cuatro años para informar de los problemas de la diócesis (Visitas Ad Límina).
En el presente documento, las galeras empleadas en el viaje son de la República de Génova, pues la Escuadra de Galeras de Génova, armada por los Doria, a sueldo de España, había sido disuelta, al no renovarse el asiento al fin de la Guerra de Sucesión. Pero el viaje por mar era azaroso, pues todavía en esta época, los corsarios argelinos, marroquíes, tripolitanos y tunecinos, estaban en su apogeo, capturando tanto las naves como sus ocupantes, esclavizando a éstos, vendiéndolos en el mercado de esclavos o esperando su rescate por los padres trinitarios o mercedarios.
La duración de once días en el trayecto de Génova a Alicante, permitió, sin duda, hacer varias escalas. En alguna de ellas, o en Genova, había peste, por cual había que pasar la cuarentena. La afortunada circunstancia de estar en Alicante el Capitán General y Gobernador del Reino de Valencia, evitó al Obispo a pasarse 40 días en las galeras sin poder desembarcar.
Es muy posible que Belluga se trasladase a Roma para asistir, ya como Cardenal, al Cónclave donde fue elegido el Papa Inocencio XIIII o para recomendar para el obispado de Cartagena a Tomás José Ruiz de Montes su sucesor, presentado anteriormente por Felipe V.
Arribo del Eminentísimo Señor Cardenal Belluga a Alicante:
“El Señor Arzediano de Lorca, propuso, como avia convocado al cavildo para dar noticia del arrivo del Eminentísimo Señor Cardenal Belluga, Obispo de este obispado al puerto y ciudad de Alicante, el qual avía participado su eminencia con propio que llegó anoche a las 10 y media más o menos, el qual parece ha sido con felicidad por haber venido en once días desde Génova sin vorrascas ni tropiezos, aviendole aprontado aquella República para su viaje, dos galeras que le han conducido con toda seguridad y conveniencia y en consideración de estar en tierra de España su persona, porque hallándose en Alicante, el Capitán General y Gobernador del Reyno de Valencia, avía dispensado con su Eminencia la quarentena, le parecía conveniente que, en esta Santa Iglesia se haga alguna demostrazión y acción de gracias por esta faborable noticia que se publicó anoche con repique de campanas en toda esta ciudad. Y oído lo referido, confirió el Cavildo y acordó que, hoy, domingo antes de la misa conventual, se cante con toda solemnidad, el Te Deum Laudamusy que se vuelvan a repicar las campanas de esta Santa Iglesia y se prebengan para ello al Ministro de Ceremonias, Capilla de Música y al campanero y al Señor Fabriquero maior, para que el día en que su Eminencia entre en esta ciudad, haga poner en la torre por la noche, luminarias y disparar fuegos, festejando la entrada y feliz arrivo de dicho Eminentísimo Señor Cardenal, Obispo de este obispado”.
A.C.A.C. 27 de junio de 1723.
Enviado amablemente por José Antonio Fernández Palazón.
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EDICTO DE EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS
Magnífico documento sobre la expulsión de los mudéjares y moriscos del Vale de Ricote y la importancia que tuvo la Armada Real de Galeras para llevar a cabo la expulsión con un cierto orden, como se señala en el documento.
Enviado por José Antonio Fernández Palazón.
EL REY, Por quanto por una mi cédula firmada de mi mano y refrendado de Andrés de Prada, ya difunto mi Secretario que fue de Estado, dada en Madrid a nueve de Diciembre del año pasado de mil y seyscientos y nueve, mandé publicar un bando para que de los Reynos de Granada y Murcia y Andalucía y de la villa de Hornachos, se espeliesen todos los christianos nuevos Moriscos que en ellos avía, así de hombres como de mugeres y niños, ecepto los que fueren esclavos por las causas y razones que se declaran en la dicha cédula ( a que me refiero) y porque en la execución del dicho bando, se eceptuaron y reservaron los moriscos antiguos del Reino de Murcia, que llaman mudexares, por entenderse que vivían christianamente: y ahora se ha savido por muy ciertas vías, que algunos de ellos y particularmente los que residen en los lugares del Valle de Ricote, y otros que están separados de Christianos Viejos, proceden escandalosamente contra el servicio de Dios y mio y de los pocos christianos viejos que abitan en dichos lugares, mostrando en todo su dañada intención. E resuelto con acuerdo y parecer de mi Consejo de Estado y de muchos doctos hombres y de otras personas muy Christianas y prudentes, de expeler del dicho Reino de Murcia, todos los christianos nuevos moriscos, aunque sean antiguos ansí de hombres como de mugeres y niños que ubiere en dichos lugares de Val de Ricote y otros que están separados de Christianos viejos. Por tanto, en virtud de la presente, ordeno y mando que todos los christianos nuevos moriscos, sin exceptar ninguno aunque sean antiguos que viven y residen en los dichos lugares de Val de Ricote y otros que están separados de Christianos viejos del dicho Reino de Murcia, anasi de hombres como de mugeres de qualquier edad que sean tanto de los naturales de ellos como los naturales que en qualquier manera o por qualquier causa ayan venido y estén en los dichos lugares: excepto los que fueren esclavos, salgan dentro de treynta días primeros siguientes que se cuenten desde el día de la publicación desta mi cédula, de todos estos mis reinos y Señoríos de España con sus hijos, y hijas, criados, criadas y familiares de su nación, así grandes como pequeños y que no sean osados de tornar a ellos ni estasr en ellos ni en parte alguna dellos de vivienda ni de piso ni en otra manera alguna. Y les porhibo que no puedan salir sino fuere por el Puerto de la Ciudad de Carthagena ni entrar en ninguno de los otros mis reinos: do pena que si no lo hicieren y cumplieren ansí y fueren hallados en los dichos mis Reinos y Señoríos de qualquier manera que sea, pasado el dicho término, incurrirán en pena de muerte y confiscación de todos sus bienes para el efecto que yo los mandare aplicaren, las quales penas inscustan por el mismo por el mismo hecho sin otro proceso ni sentencia, ni delarazión. Y mando y prohibo que ninguna persona de todos mis reinos y Señoríos estantes y habitantes de qualquier calidad, estado preheminencia y condición que sea, no sean osados de recibir, ni aceptar, ni acoger ni defender pública ni secretamente, morisco ni morisca pasado el dicho término para siempre y jamás en sus tierras ni en sus fortalezas y otros heredamientos. Y que otro si pierdan qualquier mercedes que de mi tengan apliados para mi Cámara y Fisco.Y aunque pudiera juntamente mandar, justificar y aplicar a mi hazienda todos los bienes muebles, y rayzes de los dichos Moriscos como bienes de prodictores de Crimen de la Magestad Divina y Humana y usando de clemencia con ellos, tengo por bien que los que llaman antiguos de los dichos lugares del Val de Ricote y otros que están separados de Christianos viejos en el dicho Reyno de Murcia, puedan durante el dicho tiempo de treynta días, disponer de sus bienes rayzes y muebles y semovientes y llevar consigo los procedidos de estos, dexando para mi Real hazienda, la mitad de lo que sacaren en poder de la persona que está nombrada para recibirlo en dicho Reyno de Murcia.
Y declaro que los Moriscos que no fueren antiguos, no puedan disponer, sino sólo de los muebles y semovientes, cuyo procedido podrán también llevar consigo, dexando la mitad de ello para mi Real hazienda, con todos los bienes y rayzes que tuvieren. Y mando a las Justicias de estos dichos reinos y a los mis Capitanes Generales de Galeras y Armadas de alto bordo que hagan guardar y cumplir todo lo susodicho, y no sólo no vayan contra ellos pero den para su buena y Breve execución todo el favor u ayuda que fuere menester so pena de privación de sus oficios y confiscación de todos sus bienes: y que esta mi Cédula y lo en ella contenido se pregone públicamente parea que venga a noticia de todos y ninguno pueda pretender ignorancia. Y cometo y mando en virtud de la presente a don Luis Fxardo, Comendador del Moral, de la Orden de Calatrava, mi Capitán General de la Armada y Exército del mar Oceano, que haga cumplir y executar todo lo susodicho y a las dichas justicias y otras qualesquiera personas que no sólo no se lo impidan ni se entrometan en ello, pero antes le den el favor y asistencia que para estos cada cosa y parte dello, doy a dicho Don Luis tan cumplido poder y facultad como se requiere.
Dada en San Lorenzo a ocho de octubre de mil y seyscientos y onze años. Yo el rey. Antonio de Arostegui.
En la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Murcia, en las plazas del Mercado y de Santa Cathalina y puerta los Bidrieros de ella, diez del mes de Noviembre de mil y seyscientos y onze años, a son de caxas de Guerra y voz de Pregones.
Publicó por ante mi el Escrivano juso escripto, se pregonó el Bando y Cédula Real desta otra parte, por mandato de su Señoría Don Luis Faxardo, Comendador del Moral, Capitán General de la Real Armada y Exército del Mar Oceano,. A cuyo cargo está la expulsión de los moriscos, cumplimiento y execución del dicho Real Bando por su Magestad. A lo qual se halló presente mucha gente de que doy fe, Pedro Suarez Escrivano.
Yo Pedro Suarez Escrivano del Rey Nuestro Señor, Público del Número y Juzgado de Murcia, de la Guerra, y Adelantamiento de Este Reino, y de la Comisión de su Señoría, Don Luis Faxardo, Capitán General, hize sacar este traslado de su original, con el qual concuerda ya el me refiero. En la Ciudad de Murcia a diez días del mes de noviembre de mil y seyscientos y onze años. Siendo testigos Pedro Ortiz de Velasco y Francisco Martínez Ballejo, y Antón Marín, Vezinos de Murcia y lo signé.
Archivo Municipal de Murcia, Actas Capitulares. 9 de diziembre del año pasado de mil y seyscientos y nueve.
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REDENCIONES DE CAUTIVOS EN ÁFRICA. LA VISIÓN DUAL
Presentamos aquí dos textos del primer cuarto del siglo XVI sobre redenciones de cautivos enviado por José Antonio Fernández Palazón, nuestro generoso colaborador. Los originales están en la Biblioteca Nacional. Estos documentos presentan una peculiaridad, y es que describen el acto de la redención de cautivos desde dos distintas perspectivas: la visión cristiana y la musulmana, ya que se incluyen ambos textos. Esta vez en lugar de incluir las transcripciones, dejamos los texto originales. Si algun erudit@ conoce la lengua árabe de aquellos tiempos y quiere ilustrarnos con la traducción, será bienvenida.
Las láminas aparecen también en: GARCIA NAVARRO, Fray Melchor. Redenciones de cautivos en África (1723-1725). Edición, prólogo y notas por Fr. Manuel Vazquez Fajardo, O.de M. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Jerónimo Zurita, 1946. Páginas 520, 521 y 241, respectivamente.
– Pasaporte original de la redención de 1724 (Actas, B.N. ms 3589, fol, 1).
– Pasaporte original de la redención de 1724, en castellano (Actas, B.N., ms.
3589, fol. 4).
– Pasaporte original de la redención de 1725 (Actas. B.N. ms, 3598. fol. 2).
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SOBRE CORSARIOS BERBERISCOS (s. XVI)
Documento del siglo XVI.
Archivo General de Simancas. E, leg. 79, año 1549, folio, 3. Corsarios berberiscos
“A la Sacra Cesárea y Católica Majestad: Esta ciudad de Cartagena y comarca de ella, estaba muy descansada con la paz que V.M. Asentó con el turco porque como en la Ciudad de Argel, ha avido e ay tantas fustas de turcos que tan continuos han sido por estas partes y que tanto mal nos an hecho así en nuestras pesquerías y tierras de lavores que están cerca de la mar como en toda esta costa, y si no fuera por las guardas que V.M. Tiene en esta costa cerca desta ciudad nos ovieran hecho mayores males y abundante peligro de saquear esta ciudad por estar como esta yo sin muralla ni defensa alguna. De la ciudad de Argel, han salido tres galeotas armadas, andan por esta costa haçiendo todo mal y guerra y en Ybiça tomaron ciertos cristianos y vinieron de las peñas de albir que es en el reyno de Valencia, y ay hiçieron presa y además de estas tres fustas an venido por estas partes dos bergantines de turcos y moros y el uno de ellos dio çerca de Guardamar y catiuo seys cristianos y de Alicante salieron tres barcas armadas contra ellos, y estando rescatando los cristianos tomaron al bergantín de los turcos donde tomaron treynta y seis moros y turcos y catorçe cristianos que trayan los quales yban a Velez de la Gomera con mucho caudal e haçienda para haçer fustas y armas contra los cristianos y ayudarse y servir al jarife que esta en Fez, y el tro bergantin vino a esta ciudad y arrio una barca de cristianos desta ciudad, los quales huyeron y se fueron y les tomaron la barca que trayan, y esta ciudad siendo avisada por las guardas que V.M. Tiene, armaron tres brgantines contra ellos y los siguieron y les quitaron la barca que tomaron a los cristianos, también hemos sido avisados por carta como a las peñas de albir an venido quatro fustas de turcos con otras, de todo lo qul se enbia ynformación bastante a.V.M. Hecha por el mariscal de Leon Corregidor que es en este rreyno de Murcia por V.M, el qual a tenido especial cuydado en todo esto acaheçido.
Visto estas novedades y como de esta manera no se guarda la paz hecha por V.M, con el turco, acordamos de hacello saber a V.M. Para que en ello provea el servicio de Dios nuestro Señor y de V.M. Y bien de estos Reynos y para saber de V.M. Si con estos hemos de tener paz o guerra y estar guardados y avisados como de antes lo estavamos y ansi, suplicamos a V.M. Nos enbie a mandar lo que hemos de haçer en ello.
Guarde Nuestro Señor la cesarea y católica majestad con aumento de muchos y mayores reynos e señoríos. De Cartagena, siete de mayo de mill quinientos y quarenta y nueve años”.
Citado por MARTÍNEZ TORRES, J.A. Prisioneros de los infieles. Vida y rescate de los cautivos cristianos en el Mediterráneo Musulmán siglos XVI-XVII. Barcelona: Edicions Bellaterra, S.L., 2004.
Enviado por nuestro amigo José Antonio Fernández Palazón
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LOS CAUTIVOS DE ARGEL: VICISITUDES Y DESESPERANZAS (S. XVI)
Este documento expresa con la mayor intensidad las vicisitudes de cautivos que no esperan ni tienen fe en ser rescatados y que piensan que el propio monarca carece de la información fehaciente para proceder a su redención.
Archivo General de Simancas, E Leg, 475 año 1550 “Muy Ilustrísimo y reverendísimo Señor. Esta Cuaresma pasada escriví a V.S. Rma. letra aviśándole de çiertos casos afrescidos entre los cautivos desta çiudad de Argel, y porque no soy çierto si legó a sus Reverendísimas manos, e propuesto escribir esta avisando a V.S. Rª de los memos y de otros que después suçedieron, porque no es razón sean secretas en el mundo cosas tan estrañas, sino públicas y cristianas, y pues V.S. Rª es uno y principal entre todos temido y loado entre cristianos, moros, judíos y otras naciones. Cuya fama vuela por el mundo, ansi en gobierno de Reynos como en amparo y remedio de pobres. Causa ligitima tengo para que a V.S. Rª vayan dirigidas mis raçones, siendo certisimo como señor la oyra, y como misericordiosos avra caridad, y como poderoso ponga el Remedio. Y con tal esperança pongo mis ynojos en tierra y en sus reverendisimas manos esta letra presento suplicando a V.S.Rª no mire a quien la escribe que es un misero cautivo, sino al servicçio de dios y al remedio de pobres cautivos.
En tiempos pasados ya V.S.Rª se acordara que solía venir con limosna a sacar cautivos un hidalgo que se diçe pedro de narvaez, veçino de Cartaxena, y aunque la limosna no era en mucha cantidad con la buena diligencia el dicho narvaez rescatava algunos y dexaba consolados a otros. Y agora pasa tres años que ni con limosna poca ni mucha ni con otro consuelo a venido el dicho narvaez ni otro ninguno a esta ciudad de argel. Y sabiendo como saben aca las
grandes limosnas que dexaron las serenísimas emperatrizy princesa nuestras señoras de gloriosa memoria y otros grandes señores de nuestra España y que no se cumplan ni les pongan remedio. Desesperados de que aquél gran Cesar emperador que dios prospere la vida, venga, no ombre otro por el a darles Redención General, antes presto en tantos años de paz, que para los cautivos es continua guerra, pues les trae mayores trabajos y menor Remedio.. Que desde diez y nueve de febrero pasado que fue primero de cuaresma hasta domingo yn albis que fue a doçe de abril, renegaron la fee de Jesucristo ciento y sesenta cristianos. Y estos con tanta Ressolución que avia días de seis y de diez, y de quinçe juntos. Y domingo de Ramos fueron veynte y ocho. Eran tantos los que se yban a tornar moros que el Rey no sabía que haçerse, y fuele aconsejado no diese más liçençias por que no le quedaría más cristianos. Lo primero que hacían en casa del Rey, era una cruz en tierra y escupirla y pisarla y a grandes bozes dezir que eran moros negando al verdadero jesucristo por dios.
Entre tanto el clamor entre los miseros cautivos pidiendo a Dios Misericordia que no oyera V.S. Rª, sino llorar y clamar unos, y blasfemar y renegar otros.
Blasfemaban de dios que los crio y de la fee que avia sostenido y de todos quantos en el adoraban. Blasfemaban de España y de quanto la gobiernan, pues no avia en ellos caridad. Blasfemaban de los frayles que tienen nombre de Redentores de cautivos, pues les comían y bevían las limosnas que les davan.
Blasfemaban de quantos testamentarios ay, pues no cumplían con las animas de los muertos.
En aquel tiempo por salvar un anima ponía un apostol la persona y vida al martirio, y agora por salvar tantas no ay quien ponga un ducado de sus Rentas.
No se yo Señor muy reverendísimo que limosna ni que caridad ay que yguale a la del cautivo. No hay hospitalidad de tanto merito como Redimir cautivos, ni iglesias ni ermitas ni otras cosas ningunas se ygualan a la redençion de cautivos. Veo que si ay ospitales en la Cristiandad que no sirven ya más de amparar los cuerpos de los pobres. Y la limosna del cautivo anyma el cuerpo de trabajos y libra el anima del Ynfierno. Los monasterios ricos que les sobran
las rentas no sirven otro salvo engrasar y mantener frayles. Y las limonas de cautivos engrasa y mantiene las anmas cristianas en la fee de Jesucristo.
Donde están Señor mio reverendisimo los frayles trinitarios y merçenarios y otros que andan por las calles de puerta en puerta pidiendo para cautivos. Que hacen estas limosnas que no llegan. A quien las dan. O para que causa tienen esta licencia de pedir para cautivos y para nombrar Redentores de cautivos.
Por cierto yo no lose pero a mi entender mejor se nombrarían robadores de la limosna de los Cautivos. Seys años ha que soy cautivo que no veo aquí tal limosna, ni en toda este berbería donde ay gran numero de cautivos. Creo que la deven de gastar en buenos vinos y mejor pan. Y a los cautivos que los ahorquen, que con trabajos desiguales feneçen sus tristes días en cautiverio, y otros reniegan de la fee. Estas son cosas señor muy reverendisimo para llora y aver lastima, pues claramente vemos que por pobreza y falta de una caridad los cristianos reniegan de aquél que los redimió con su preciosa sangre. No creo Señor muy reverendisimo que perjudico a ninguno en lo que digo pues no digo falsedad ni digo cosa contra razón, salvo declarar lo que oyo y veo con los ojos. No porque ayudasen a los cautivos se perderían los monasterios ni dexaria de aver frailes ni hospitales, que con las migajas que les sobran en las mesas serían sustentados los pobres cautivos. No es tanta cantidad que por remedio a tan gran mal, que hiçiese falta a los señores de españa ni a los prelados y dignidades que en ella residen. Hagan consideraçion los que tienen rentas y señoríos. Que dios se las dió y que les a de pedir quenta de ellas.
Que bien cierto soy, si pido limosna yo para salir de aquí que no me la daran.
Y si me la dieren la he bien menester, aunque me fue mandada ya una vez, que mis hermanos la pidieron. Y porque supieron después que yo estava cautivo por otro y por mucha cantidad la tornaron a Rebocar. Como si yo fuera un malfechor. Pues sea notorio a V.S.Eª que a seys años que soy cautivo por bien servir, y tengo de pagar mil y setecientos escudos de oro. Y tenia ya aquí mi Recado, menos dosçientos escudos y por estos estoy cautivo.
Las nuevas que ay en esta tierra creo ya sean notirias a V.S.Rª yo para cumplir a lo que soy obligado las diré. V.S.Rª ha de saber que Dargut arraez salio de africa con treynta velas de Remo, armado de cristianos en que ay tres mil cautivos en cadena, y llego en esta ciudad de Argel con veynte y cinco navíos, y los otros diez se avían apartado del con temporal. Y estuvo aquí veynte días, donde le dieron todas las cosas que avia menester. Y estando aquí el rey, pregonó guerra contra cristianos por toda esta berbería. Y Dargut
arraez, se fue a la costa de España. Y agora arma otros tantos para embiarlos a robar. La guerra se pegonó a veynte y seis de abril pasado. Es tanta la voluntad que tiene el rrey y los suyos de haçer el arte de corsarios, y son tantos los navíos que aquí se armaron que beata la madre que se hallara con sus hijos ni nadie de la costa de la mar de españa. Y no se si podrán salir de las puertas de las ciudades afuera. Dios nuesro señor ponga remedio de sus manos a tanto trabajo. Y guarde y prospere la Ilustrísima y muy reverendisima persona de V.S. con aviniendo de mayor dignidad.
Desta ciudad de Argel a 18 de junio de 1550.
Citado por MARTÍNEZ TORRES, J.A. Prisioneros de los infieles. Vida y rescate de los cautivos cristianos en el Mediterráneo musulmán, siglos XVI-XVII. Barcelona: Edicions Bellaterra S.L, 2004, p. 171-175.
Enviado por nuestro amigo José Antonio Fernández Palazón
Gracias nuevamente por atender la documentación que envio
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De nada José Antonio, para nosotr@s es un placer recibir trabajos, textos y comentarios. Es la razón de ser de este blog. Sin vosotr@s nuestra actividad, la difusión de la Historia y el Patrimonio Naval y Marítimo, no tendría sentido.
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