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Posts Tagged ‘S. XXI’

Actualmente, cuando vemos un contenedor, nos parece habitual, pero cuando se inventó supuso una auténtica revolución en el transporte marítimo de mercancías. El interés comenzó a principios del siglo XX, cuando algunos transportistas comenzaron a plantearse lo que suponía cargar primero los productos en pequeñas cantidades o recipientes (sacos, cajas, barriles…) en su camión, transportarlos por tierra y luego llegar a puerto, volver a descargarlos para subirlos de nuevo en un buque, que al llegar a su destino tenía que volver a descargarse. Este proceso implicaba manipular la carga en pequeñas cantidades varias veces, lo que significaba invertir mucho tiempo y fuerza humana. Ello se traducía en cuantiosos costes que encarecían los precios y retrasaban su distribución.

Los inicios

El antecedente lejano del contenedor es el ánfora utilizada por fenicios y griegos. Posteriormente las mercancías, como dijimos anteriormente, se cargaban en pequeños recipientes. Ya en plena revolución industrial fue en la extracción minera del carbón donde nació la idea de conseguir mayor espacio de almacenamiento para el transporte. Las enormes cajas usadas eran de madera y servían para contener una enorme cantidad del mineral. Muy pronto se vio la necesidad de que estas cajas tuvieran una forma adecuada para poder apilarlas. Así en el siglo XIX se hicieron de hierro, ya que eran más resistentes y fáciles de transportar. Pero su manipulación todavía era bastante lenta, y peligrosa. También era fácil que se dañase o que pudiera robarse. Pero el mayor problema era que solo estaban navegando la mitad del tiempo, porque se invertía mucho tiempo en las tareas de carga y descarga en puerto.

Fuente Rodrigo, 2018

Fue ya en el siglo XX, y especialmente durante la II Guerra Mundial, cuando el desarrollo de los contenedores recibió un nuevo impulso. El ejército de los EE.UU. comenzó a utilizar unos grandes envases para acelerar las tareas de cargar y descargar, tanto maquinaria como suministros de guerra. Entonces se les llamaba ‘transportadores’, estaban hechos de acero y ya eran reutilizables.

El barco que compró McLean, el Ideal-X. Fuente

En 1955 fue un camionero estadounidense llamado Malcolm McLean quien les dio el empuje definitivo. Creía que estos nuevos sistemas de transporte de mercancías tenían futuro, y para ello compró una empresa de buques de vapor con la idea de transportar los camiones cargados a bordo. Esta idea estaba basada en que a menudo se producían daños durante la descarga y la recarga, con lo cual pensó que era bueno que también los propios camiones embarcaran. El Ideal-X fue uno de los primeros.

Pronto vio que los camiones pesaban mucho y que ello disminuía la posibilidad de cargar más mercancía. El siguiente avance fue construir sus vehículos en dos piezas (cabeza tractora y remolque). Así sólo se transportarían los remolques y utilizar cabezas tractoras para su posterior transporte por tierra. El primer barco zarpó con 58 contenedores a bordo desde Nueva York hasta Houston. Una vez allí, se cargaron en camiones y se entregaron a los destinatarios. En esos momentos el precio del transporte de una tonelada de carga se había reducido desde unos 6 dólares a unos 20 centavos. Estaba apareciendo un sistema que permitía utilizar al menos dos modos de forma integrada en la cadena de transporte, que hoy se conoce como intermodal.

Malcolm McLean, el inventor, frente a un portacontenedores. Fuente

Los contenedores marítimos se globalizan en las décadas de 1960 y 1970

A fines de la década de 1960, el gobierno de EE.UU. invitó a una empresa, Sea-Land Service, Inc., a enviar contenedores a Vietnam del Sur y McLean insistió en estandarizarlos para reducir la mano de obra y el tiempo invertido en el transporte por carretera. A mediados de la década de 1970, todas las líneas navieras utilizaban contenedores de envío más modernos. Era necesario acordar las medidas porque no todos los países usaban las mismas, lo que dificultaba el transporte internacional.

Posteriormente, ante esta necesidad, se adoptó la norma ISO-668 (hay una última versión del año 2022) y se fabricaron contenedores marítimos con tamaños estándar desde unos 33 m2 hasta 83 m2. Según esta, se fabrican conforme a unos estándares específicos que unifican, simplifican y mejoran la eficiencia de su utilización. También los hay especiales para líquidos y gases en forma de tanque, así como refrigerados (reefer), entre otros muchos.

Actualmente, están entrando en servicio buques portacontenedores con cada vez mayor capacidad de TEUs (unidad de medida de capacidad del transporte marítimo, que corresponde a la capacidad de carga de un container normalizado de 6,1 m de largo por 2,4 m de ancho y 2,6 m de altura), a título de ejemplo el Ever Given, conocido por su varada en el canal de Suez, puede manejar unos 20.000 TEUs.

Ya han entrado en servicio los primeros portacontenedores con capacidad superior a los 24.000 TEUs.


A pesar de que los contenedores han mejorado la seguridad del transporte de mercancías, a veces ocurren accidentes y caen al océano. Una muestra fue el Svendborg Maersk, de 346 metros de eslora, al que una tormenta sorprendió en el Golfo de Vizcaya. Tras este suceso informó que se habían perdido 520 contenedores. El número total estimado de las unidades que se pierden cada año no se conoce, pero está entre las 2.000 y 10.000.

Para acabar

Era una idea que hoy puede parecer simple, pero se trataba de conseguir un contenedor de medidas universales para que pudiera ser transportado en cualquier parte del mundo sin problemas de ajustes. Actualmente los containers son una realidad que permite una entrega más competente, segura y económica de los bienes transportados en buques, que actualmente suponen el 90% del transporte de mercancías de la economía mundial. Esta aparente simplicidad que han proporcionado los contenedores requiere, sin embargo, de la participación de profesionales cualificados.

Rutas actuales que siguen los grandes portacontenedores a lo largo del mundo. Fuente

Así la intermodalidad es la base de la logística de envíos. En el mismo momento que el que la carga llega a un puerto, ya está preparado todo un sistema para su descarga con grúas especializadas (portainers), lo que permite continuar su transporte en portacontenedores menores o el inicio del transporte terrestre. Hoy los puertos mas importantes del mundo están repletos de estas unidades, usadas por empresas como MSC, Grupo A.P. Moller-Maersk, CMA CGM, COSCO, Evergreen, entre otras muchas.

Más información

A brief history of shipping containers. Gateway Containers, 2015

ALVARIÑO CASTRO, Ricardo; AZPÍROZ, Juan José MEIZOSO FERNÁNDEZ, Manuel. El proyecto básico del buque mercante. Madrid: Fondo Editorial de Ingeniería Naval, 1997.

FRUEHAUF Trayler Historical Society. The first name in transportation [s. a.].

INFANTE PAEZ, Jair Duvan. Elemento de unión para contenedores de carga maritimos: uso de estructuras recicladas para construcción de edificaciones en altura. 2014. Tesis de Maestría. Universitat Politècnica de Catalunya.

LEVINSO, Marc. The box: how the shipping container made the world smaller and the world economy bigger. New Jersey: Princeton University Press, 2016.

LUBIANKO, P.; BONDZICH, S. & LADUTSKA, N. Containers, Their History and Role in Globalization. Proceedings of the 77th Student Scientific and Technical Conference. Belarusian National Technical University. Minsk: BNTU, 2021, p. 81-84.

NOTTEBOOM, Theo. Container shipping. The Blackwell Companion to Maritime Economics, 2012, p. 230-262.

RODRIGO DE LARRUCEA, Jaime. Manual del transporte en contenedor. Barcelona: Marge Books, 2018.

SLACK, Brian & FRÉMONT, Antoine. Fifty years of organisational change in container shipping: regional shift and the role of family firms. GeoJournal, 2009, 74, 1, p. 23-34.

TOMLINSON, John. History and impact of the intermodal shipping containerPratt Institute, 2009, 1, p. 1-8.

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Aunque su existencia no estaba en duda, hace unos meses que se ha declarado oficial la existencia de un nuevo Océano: situado al sur del globo, llamado por ello Austral. Curiosamente sí estaba admitido como tal el Océano Glaciar Ártico, su opuesto, pero en el Polo Norte.

El océano Austral es la región marítima que rodea y aísla parcialmente al continente antártico (por lo que también tomó su nombre de este espacio terrestre) de las cálidas aguas subtropicales. La Antártida es una gran masa continental que está cubierta de una enorme barrera de hielo, aunque debajo hay tierra. Sin embargo, el polo norte sólo es hielo, por lo que cuando éste se derrite queda exclusivamente agua.

El Océano Austral, con algunos de sus mares internos y con su contacto con los otros grandes océanos de la Tierra. Fuente

La importancia de este océano

Los intensos vientos del Oeste elevan las aguas profundas y densas hacia el Sur, lo que tiene dos efectos principales. Por un lado, da lugar a la «Corriente Circumpolar Antártica» (ACC), la más intensa, larga y profunda del planeta, que va hacia el Este y conecta las tres principales cuencas oceánicas (Pacífico, Atlántico e Índico), dando paso al establecimiento de lo que se conoce como «cinta transportadora oceánica global«. También permite la interacción directa entre la atmósfera y las aguas más profundas, regulando el intercambio entre las capas inferiores y superiores del océano global.

Dirección de la Corriente Circumpolar Antártica. Fuente

¿Quiénes llegaron a este Océano en primer lugar?

Sin duda los aborígenes que vivían cerca de esta tierra antes de la llegada de los europeos. Ya durante el siglo XVIII barcos españoles, ingleses y rusos se acercaron por allí, aunque no existe evidencia de que llegaran hasta el Polo Sur. El navío San Telmo, de la Armada Española, naufragó en 1819 muy cerca de la isla Livingston, y en el fondo del mar descansan, además de los restos del barco, 644 marinos que iban en él.

Oficialmente fue Amundsen en 1911 el primero que llegó al Polo Sur. Contaba con una excelente formación marinera y una especial habilidad en las técnicas de supervivencia. Hay que recordar que su idea inicial fue conquistar el Ártico y alcanzar el Polo Norte. Sin embargo, acabó pasando a la historia por clavar su bandera, la noruega, justo en la otra punta del mundo, en el Polo Sur.

Un mapa del Polo Sur de 1639 realizado por Henricus Hondius, publicado en Nouveau Theatre du Monde. Se le denomina Terra Australis Incognita. Fuente

El barco de Amundsen

Su nave, el Fram, había sido utilizada previamente por Nansen en 1893 para atravesar la banquisa ártica de la costa del norte de Siberia, intentando llegar al Polo Norte, pero no lo consiguió. El Fram, de tipo goleta, es posiblemente el barco de madera más resistente jamás construido, y fue diseñado por el noruego Colin Archer. Hoy se encuentra en un museo que se levantó para conservarlo en Oslo (Noruega), el Frammuseet.

El Fram preparado para la expedición al polo sur. Fuente

El Polo Sur en la actualidad

Hoy el Polo Sur es una zona protegida. A ella acuden grupos de científicos en el verano austral para llevar a cabo sus investigaciones. España cuenta con dos bases, una en la isla Livingston y otra en la isla Decepción. Dos grandes buques de investigación oceanográfica son .los encargados del transporte hasta allí, son el Hespérides y Las Palmas, de la Armada Española.

Hespérides

Más información

CACHO, Javier. La odisea de Amundsen y Scott en el polo sur. Desperta Ferro. Arqueología e Historia, 2022, 41, p. 36-41.

ESCOBEDO ROSADO, Gabriel. Estudio de los sistemas de supervivencia en los barcos de navegación polar. Tesis de Licenciatura. Universitat Politècnica de Catalunya. 2021.

OLIVÉ ABELLÓ, Anna & PELEGRÍ, Josep Lluís. The impact of the Southern Ocean on climate. PELEGRÍ, J. et al. El océano que queremos: ciencia oceánica inclusiva y transformadora. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2021, p. 44-46

WRAKBERG, Urban. Hacia el hielo: La exploración polar en el siglo XIX y comienzos del XX. Desperta Ferro. Arqueología e Historia, 2022, 41, p. 6-13.

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Hace ya años que llevamos publicando de manera periódica opciones para poder acceder a las fuentes históricas, desde las diversas posibilidades que proporciona Internet. Hay múltiples herramientas, tales como los enormes repositorios digitales nacionales (Biblioteca Digital Hispánica, Gallica o la British Library) y las que han llevado a cabo muchas universidades o fundaciones. También están aquellas que contienen específicamente Patrimonio Naval y Marítimo, entre los que destaca la Biblioteca Virtual de Defensa. Aquí vamos a sintetizar las más representativas, ya que la mayoría han sido objeto de entradas monográficas en este blog.

Los repositorios de las grandes bibliotecas nacionales

Aunque hay muchos más, aquí hemos visto los que contienen mayor número de fuentes para la Historia Naval y Marítima. En lo que se refiere a la calidad y cantidad de documentos y objetos, la Biblioteca Digital Hispánica es una de las más importantes. En un nivel similar está Gallica, el repositorio francés.

Bahía de Cádiz y Estrecho de Gibraltar. Inicios del siglo XVIII. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica.

Fuera de Europa, la Biblioteca del Congreso, posee una importante colección, y en la misma línea está la Biblioteca Digital Estadounidense (DPLA).

Artilleros de Marina españoles. Fuente: DPLA

Otros depósitos digitales

a) Los de las grandes universidades, como la Complutense de Madrid (E-print), la de Heidelberger, Harvard u Oxford (Bodleian Library) entre otras muchas, que han ido desarrollado a lo largo de los años importantes bibliotecas digitales.

b) Igualmente lo han llevado a cabo algunas fundaciones como Schoyen y Larramendi. La Colección Schøyen contiene muestras de la mayoría de los tipos de manuscritos de todo el mundo, y éstos abarcan más de 5000 años. Tiene el mayor fondo de manuscritos privados que se ha formado en los últimos cien años. La otra citada, la “Biblioteca Virtual de la Ciencia y la Técnica en la empresa americana” es un proyecto conjunto de dos fundaciones, Ignacio Larramendi y MAPFRE. Ofrece una importante cantidad de obras antiguas sobre Navegación, Cosmología, Cosmografía y Matemática aplicada.

c) Otros consorcios como la Biblioteca Digital del Patrimonio Iberoamericano también han puesto su granito de arena en este mundo digital. Esta Biblioteca es un proyecto impulsado por la Asociación de Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica (ABINIA), que permite el acceso desde un único punto de consulta a los recursos digitales de todas las instituciones participantes (Bibliotecas Nacionales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, España, Panamá, Portugal y Uruguay).

Página principal de esta biblioteca

Pero la más cercana, para el mundo hispanohablante, al Patrimonio Naval y Marítimo es, sin duda, la Biblioteca Virtual de Defensa del estado español.

Un libro de 1590. Fuente: Biblioteca Virtual de Defensa de España

Otro lugar donde podrá encontrar documentos digitalizados directamente vinculados con la Historia Marítima está en la página de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval, que dedica desde 2013 una sección de su web a este tema (enlace).

También puede encontrar algunos ejemplares en la sección un mar de libros digitalizados. Ya dedicamos una entrada a presentar todas las opciones que ofrecemos desde los recursos de la Cátedra para poder acceder a documentos, objetos, estudios e informes (aquí).

En otro lugar donde se puede localizar patrimonio digitalizado o fotografiado es la herramienta Google Arts & Culture. Su página web recoge cuadros, pinturas, murales, objetos, arquitectura y muchas más opciones.

Detalle del Mapa de D. Rivero (1528). Fuente: Google Arts & Culture

Navegar por la red a través de la Historia y el Patrimonio Naval hoy es posible. Otra cuestión es que todavía son pocas las que están disponibles y que su localización en Internet debería ser más fácil, y en ello estamos en la Cátedra.

Con esta cuarta entrada terminamos el repaso a las series del blog de la Cátedra, al menos temporalmente hasta otro periodo vacacional. La próxima semana ya publicaremos nuevos contenidos.

¡Feliz semana!

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En este blog ya hemos visto varias herramientas tecnológicas que facilitan el acceso a fuentes documentales de incalculable valor. Sin embargo no hemos tratado algunas de las nuevas posibilidades que están llegando a la Arqueología desde otros campos del saber. Por ello dedicamos esta entrada a un escáner-láser, conocido como LIDAR, que en los últimos años está revolucionando esta disciplina, al ampliar sus opciones como nunca antes otra técnica lo había hecho. En las zonas costeras apenas se ha usado, pero tiene un enorme potencial, como ya se ha podido comprobar con el estudio del fuerte vikingo de Borgring.

El fuerte vikingo de Borgring. Fuente: GOODCHILD, 2017

No es magia, ni forma parte de ningún oscuro secreto, es simplemente tecnología generada para otros usos (Geología o Sismología), que en un momento determinado se comenzó a utilizar para levantar planos virtuales tridimensionales de edificios como las catedrales, y que ahora se usa también para descubrir restos arqueológicos en zonas de difícil acceso y generar los correspondientes planos, como los de algunos fuertes vikingos (que se pueden ver en la imagen siguiente).

¿En qué consiste esta tecnología?

La denominación, LiDAR, proviene de las iniciales de su nombre en inglés (Light Detection and Ranging). Es un sistema de medición masiva de posiciones de forma remota, basado en un sensor de barrido láser (región espectral del infrarrojo) que emite pulsos y registra los retornos contra la superficie. Cuando este sensor se ubica en un avión, helicóptero o drón se denomina LIDAR aerotransportado. Además, se obtienen imágenes tridimensionales de los objetos reflejados (Zamora 2017).

Dicho de una manera menos técnica, el aparato emite múltiples haces de luz, que cuando llegan a la superficie y luego vuelven hacia el centro emisor, establecen su posición precisa. Todos esos puntos, al final, terminan creando un mapa que dibuja el territorio o la superficie sobre la que se lanza.

Levantamiento por tecnología LIDAR de una ciudad maya

A partir de esa nube de puntos generada se pueden realizar cálculos métricos, obtener dibujos, cortes o secciones, vectorizar entidades y modelar los elementos deseados en 2D/3D. Se abren así grandes posibilidades con la utilización del LIDAR para documentar construcciones que muchas veces se encuentran ocultas por la vegetación y también para identificar estructuras de grandes dimensiones (Galacho 2018). Combinada con otras tecnologías como el geo-radar ofrecen una ayuda enorme a arqueólogos e historiadores. No es la única, pero sí es una de las que está dando mejores resultados.

Una organización que usa LIDAR para compartir

CyArk es una organización sin fines de lucro, fundada en 2003, cuyo objetivo es registrar, archivar y compartir digitalmente el patrimonio cultural más importante del mundo, así como garantizar, mediante su difusión, que estos lugares continúen inspirando admiración y curiosidad durante las próximas décadas. Ha documentado más de 200 sitios, desde maravillas modernas de la ingeniería como la Ópera de Sydney, hasta sitios arqueológicos como Skara Brae, un asentamiento neolítico de 3000 a.C. en Escocia.

cabo verde

Cabo Verde. Fuente

Proporcionan planos de ingeniería y mapas detallados para ayudar en el trabajo de conservación de la arquitectura descubierta. También capturan un registro completo del sitio, que puede usarse en los esfuerzos de recuperación después de un daño o una pérdida catastrófica. Y, finalmente, comparten los datos a través de Internet. Han firmado un acuerdo con Google Art & Culture para ofrecer herramientas conjuntas.

Como puede comprobarse, están surgiendo nuevas herramientas que facilitan el trabajo de recuperación y conservación patrimonial, y que a la vez son magníficos instrumentos para su difusión. Suponen, por lo tanto, un apoyo múltiple en las labores de descubrimiento, estudio, conservación y divulgación vinculadas con nuestra herencia cultural.

Más información

DONEUS, M,; DRAGANITS, E. & GANSUM, T. The Viking-age royal burial site of Borre (Norway): LiDAR-based landscape reconstruction and harbour location at an uplifting coastal area. na, 2013.

DRAGANITS, E., et al. The late Nordic Iron Age and Viking Age royal burial site of Borre in Norway: ALS-and GPR-based landscape reconstruction and harbour location at an uplifting coastal area. Quaternary International, 2015, vol. 367, p. 96-110.

GALACHO-JIMÉNEZ, F. B. et al. Geotecnologías 3D para la generación de contenidos digitales en el ámbito del patrimonio arqueológico. 2018.

GOODCHILD, H.; HOLM, N. & SINDBÆK, Søren M. Borgring: the discovery of a Viking Age ring fortress. Antiquity, 2017, 91, 358, p. 1027-1042.

HARRAP, R. & LATO, M. An overview of LIDAR: collection to application. Norway Google Scholar, 2010.

ZAMORA-MARTINEZ, M. C. La tecnología LiDAR, herramienta útil para el estudio de la biodiversidad. Revista Mexicana de Ciencias Forestales. 2017, 8, 39, p. 4-6.

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Hay organizaciones que se dedican a recoger datos sobre el estado del mar y de sus seres vivos. Pero no todas comparten esa información con el resto del mundo y Ocearch es una de las pocas que sí lo hacen. Fue creada en el año 2007 y desde su barco se dedican a marcar a tiburones, delfines, ballenas, leones marinos y tortugas, entre otros, para poder conocer sus desplazamientos y saber algo más de estos animales marinos errantes. Nos dan acceso a las rutas que desde hace miles de años recorren para alimentarse y reproducirse, y que se cruzan en nuestros caminos desde que la humanidad comenzó a hacer uso de la navegación.

Además de esta labor científica, también tiene actividades pedagógicas y de comunicación.

Las rutas marinas

Como el sistema de seguimiento es de gran interés para científicos, profesores y alumnos, entre otros, describimos brevemente las opciones y posibilidades, ya que es una magnífica herramienta, tanto para conseguir datos como para enseñar y aprender sobre la vida marina en el planeta.

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Página principal del sistema. Se ven los símbolos de los animales marcados a ambos lados del continente

Para obtener información se puede seleccionar, pinchando sobre el mapa, eligiendo una especie o mirando entre las que aparecen a la derecha de la imagen y marcando una de ellas. Una vez elegida la especie, permite buscar entre los ejemplares de ésta, y ofrece más información del animal seleccionado, como una fotografía, su nombre y algunos otros datos de interés.

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Ruta seguida por una tortuga, con las fechas correspondientes de la toma de datos

La pantalla se puede ir ampliando o disminuyendo para poder conocer las rutas. Dentro de cada una hay más opciones para seguir al animal. Se pueden seleccionar fechas específicas, ver más datos de cuándo se marcó, imágenes y poder seguirlo a través de las redes sociales, entre otras opciones.

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Ruta recorrida por un tiburón ballena en la costa noreste del continente australiano

También se puede acceder a las expediciones llevadas a cabo, los programas desarrollados e incluso descargarse los informes de años previos.

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Tiburón ballena

La organización ha desplegado un importante sistema de difusión, que incluye, además de la herramienta de seguimiento y su web, su participación en distintas redes sociales y miles de imágenes en Instagram (como las de los animales que aquí aparecen).

Como puede comprobarse, Ocearch nos proporciona un potente e interesante recurso sobre la vida marina, sus rutas y la forma de llevar a cabo este ingente trabajo, que pueden ser de interés para muchos de nuestros lectores.

 

Más información

BEATLEY, Timothy. Making the Marine World Visible: Fostering Emotional Connections to the Sea. En Blue Biophilic Cities. Virginia: Palgrave Macmillan, 2018, p. 57-77.

CURTIS, Tobey H., et al. First insights into the movements of young-of-the-year white sharks (Carcharodon carcharias) in the western North Atlantic Ocean. Scientific reports, 2018, 8, 1, p. 10794.

DIPPENAAR, Susan M. Symbiotic Siphonostomatoida (Copepoda) collected from white sharks, Carcharodon carcharias (Lamniformes, Lamnidae), during the OCEARCH expedition along the coast of South Africa. Crustaceana, 2018, 91, 1, p. 103-111.

Web de Ocearch

 

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Las ballenas pueblan la tierra desde hace unos 30 millones de años. Eso significa que cuando el hombre comenzó a navegar ya compartía con ellas el espacio marítimo, y que ellas llevaban ya millones de años en él. Primero vistas con temor y luego consideradas mercancía, han ido evolucionando paulatinamente en el entorno marino. Hay estudios muy recientes que dicen que el tamaño gigante de la ballena azul es una adaptación evolutiva, que tuvo lugar en los últimos 4 millones de años.

La más grande de todas, la denominada ballena azul, que puede llegar a medir hasta 30 metros, es un peligro para los barcos, ya que chocar con una puede suponer un serio accidente, aparte claro está del daño que supone para el animal y del impacto en el medio marino. A lo largo de la historia estos choques han sido frecuentes, aunque los barcos eran más pequeños que los actuales. Moby Dick es un ejemplo clásico en la literatura del encuentro de humanos con cetáceos.

Estos animales, a pesar de su tamaño, son inofensivos y se alimentan de krill. Protagonizan migraciones de miles de kilómetros desde sus lugares de nacimiento y luego de cría hasta los que le sirven de alimento.

Un programa informático para detectar el paso de las ballenas

Se ha desarrollado una aplicación informática, WhaleWatch, que utiliza una serie de tecnologías avanzadas para informar dónde es probable que haya ballenas azules casi en tiempo real.

El programa se alimentó de datos procedentes de ballenas que fueron marcadas con transmisores del satélite Argos, cuyos desplazamientos fueron seguidos desde los criaderos del Pacífico central oriental hasta sus áreas de alimentación, frente a la costa oeste norteamericana.

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Rustas de desplazamiento de las ballenas que han sido marcadas. Fuente: WhaleWatch

Las localizaciones de las ballenas se combinaron con otros datos ambientales, como la temperatura del agua y las concentraciones de clorofila, entre otros.

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Síntesis de la aplicación para el seguimiento de ballenas y predicción de los lugares de aparición en la costa del Pacífico. Fuente: WhaleWatch

Los resultados se usaron para poder predecir la probabilidad de localizar ballenas en una ruta concreta, y así evitar los temidos choques con los grandes buques.

La investigación se ha llevado a cabo por un equipo dirigido por Helen Bailey, del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Maryland en colaboración con el NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration).

El avistamiento de ballenas

En ciertos lugares costeros ya se han dado cuenta de la importancia turística de estos mamíferos marinos y organizan excursiones para avistarlos y fotografiarlos.

Turistas cerca de una ballena con su cría. Fuente

Más información

HAZEN, Elliot et al. WhaleWatch: a dynamic management tool for predicting blue whale density in the California CurrentJournal of Applied Ecology, 2017, 54, p. 1415-1428.

Un rastreador de ballenas azules. SINC, la ciencia es noticia. 2016.

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