Actualmente, cuando vemos un contenedor, nos parece habitual, pero cuando se inventó supuso una auténtica revolución en el transporte marítimo de mercancías. El interés comenzó a principios del siglo XX, cuando algunos transportistas comenzaron a plantearse lo que suponía cargar primero los productos en pequeñas cantidades o recipientes (sacos, cajas, barriles…) en su camión, transportarlos por tierra y luego llegar a puerto, volver a descargarlos para subirlos de nuevo en un buque, que al llegar a su destino tenía que volver a descargarse. Este proceso implicaba manipular la carga en pequeñas cantidades varias veces, lo que significaba invertir mucho tiempo y fuerza humana. Ello se traducía en cuantiosos costes que encarecían los precios y retrasaban su distribución.

Los inicios
El antecedente lejano del contenedor es el ánfora utilizada por fenicios y griegos. Posteriormente las mercancías, como dijimos anteriormente, se cargaban en pequeños recipientes. Ya en plena revolución industrial fue en la extracción minera del carbón donde nació la idea de conseguir mayor espacio de almacenamiento para el transporte. Las enormes cajas usadas eran de madera y servían para contener una enorme cantidad del mineral. Muy pronto se vio la necesidad de que estas cajas tuvieran una forma adecuada para poder apilarlas. Así en el siglo XIX se hicieron de hierro, ya que eran más resistentes y fáciles de transportar. Pero su manipulación todavía era bastante lenta, y peligrosa. También era fácil que se dañase o que pudiera robarse. Pero el mayor problema era que solo estaban navegando la mitad del tiempo, porque se invertía mucho tiempo en las tareas de carga y descarga en puerto.

Fue ya en el siglo XX, y especialmente durante la II Guerra Mundial, cuando el desarrollo de los contenedores recibió un nuevo impulso. El ejército de los EE.UU. comenzó a utilizar unos grandes envases para acelerar las tareas de cargar y descargar, tanto maquinaria como suministros de guerra. Entonces se les llamaba ‘transportadores’, estaban hechos de acero y ya eran reutilizables.

En 1955 fue un camionero estadounidense llamado Malcolm McLean quien les dio el empuje definitivo. Creía que estos nuevos sistemas de transporte de mercancías tenían futuro, y para ello compró una empresa de buques de vapor con la idea de transportar los camiones cargados a bordo. Esta idea estaba basada en que a menudo se producían daños durante la descarga y la recarga, con lo cual pensó que era bueno que también los propios camiones embarcaran. El Ideal-X fue uno de los primeros.

Pronto vio que los camiones pesaban mucho y que ello disminuía la posibilidad de cargar más mercancía. El siguiente avance fue construir sus vehículos en dos piezas (cabeza tractora y remolque). Así sólo se transportarían los remolques y utilizar cabezas tractoras para su posterior transporte por tierra. El primer barco zarpó con 58 contenedores a bordo desde Nueva York hasta Houston. Una vez allí, se cargaron en camiones y se entregaron a los destinatarios. En esos momentos el precio del transporte de una tonelada de carga se había reducido desde unos 6 dólares a unos 20 centavos. Estaba apareciendo un sistema que permitía utilizar al menos dos modos de forma integrada en la cadena de transporte, que hoy se conoce como intermodal.

Los contenedores marítimos se globalizan en las décadas de 1960 y 1970
A fines de la década de 1960, el gobierno de EE.UU. invitó a una empresa, Sea-Land Service, Inc., a enviar contenedores a Vietnam del Sur y McLean insistió en estandarizarlos para reducir la mano de obra y el tiempo invertido en el transporte por carretera. A mediados de la década de 1970, todas las líneas navieras utilizaban contenedores de envío más modernos. Era necesario acordar las medidas porque no todos los países usaban las mismas, lo que dificultaba el transporte internacional.

Posteriormente, ante esta necesidad, se adoptó la norma ISO-668 (hay una última versión del año 2022) y se fabricaron contenedores marítimos con tamaños estándar desde unos 33 m2 hasta 83 m2. Según esta, se fabrican conforme a unos estándares específicos que unifican, simplifican y mejoran la eficiencia de su utilización. También los hay especiales para líquidos y gases en forma de tanque, así como refrigerados (reefer), entre otros muchos.
Actualmente, están entrando en servicio buques portacontenedores con cada vez mayor capacidad de TEUs (unidad de medida de capacidad del transporte marítimo, que corresponde a la capacidad de carga de un container normalizado de 6,1 m de largo por 2,4 m de ancho y 2,6 m de altura), a título de ejemplo el Ever Given, conocido por su varada en el canal de Suez, puede manejar unos 20.000 TEUs.
Ya han entrado en servicio los primeros portacontenedores con capacidad superior a los 24.000 TEUs.


A pesar de que los contenedores han mejorado la seguridad del transporte de mercancías, a veces ocurren accidentes y caen al océano. Una muestra fue el Svendborg Maersk, de 346 metros de eslora, al que una tormenta sorprendió en el Golfo de Vizcaya. Tras este suceso informó que se habían perdido 520 contenedores. El número total estimado de las unidades que se pierden cada año no se conoce, pero está entre las 2.000 y 10.000.
Para acabar
Era una idea que hoy puede parecer simple, pero se trataba de conseguir un contenedor de medidas universales para que pudiera ser transportado en cualquier parte del mundo sin problemas de ajustes. Actualmente los containers son una realidad que permite una entrega más competente, segura y económica de los bienes transportados en buques, que actualmente suponen el 90% del transporte de mercancías de la economía mundial. Esta aparente simplicidad que han proporcionado los contenedores requiere, sin embargo, de la participación de profesionales cualificados.

Así la intermodalidad es la base de la logística de envíos. En el mismo momento que el que la carga llega a un puerto, ya está preparado todo un sistema para su descarga con grúas especializadas (portainers), lo que permite continuar su transporte en portacontenedores menores o el inicio del transporte terrestre. Hoy los puertos mas importantes del mundo están repletos de estas unidades, usadas por empresas como MSC, Grupo A.P. Moller-Maersk, CMA CGM, COSCO, Evergreen, entre otras muchas.
Más información
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