Hay un tipo de pez que se representa en muchas ocasiones, se esculpe, se dibuja o se graba, y su presencia lleva asociada un profundo significado místico. Pertenece a una de las culturas más antiguas de América del Sur. Vamos a conocerlo.
El pez gato
Llamado pez gato, bagre o life, tiene una cabeza semicircular rematada en varios apéndices y un cuerpo sinuoso, algunas veces manchado, que termina en una cola trapezoidal. Se desarrolló en el continente americano, tanto en costas como en ríos y lagos. Incluso ha habido veces que se ha confundido con una serpiente, precisamente por su morfología (la forma de la cabeza y sus apéndices, las manchas en el cuerpo y su desplazamiento ondulante, lo asemejan a la “boa de costa”).
El movimiento ondulatorio del life a la hora de desplazarse, generando una figura en “S”, es un símbolo relacionado con el agua, muy frecuente en la iconografía usada por el pueblo moche.
El animal vive en aguas estancadas y pequeñas oquedades, y tiene afinidad por la oscuridad y el mundo nocturno. Se desplaza en dirección al nacimiento de las aguas que, en la costa norte del Perú, se encuentran hacia el este (Cordillera de los Andes). El life abunda en el solsticio de verano, coincidiendo con la época de las lluvias y de las avenidas del agua pluvial, aunque se le puede observar en otros momentos del año. Evita la luz solar, para lo cual se oculta en las oquedades de las acequias y de las aguas estancadas durante el día. Por el contrario, durante la noche tiene gran movilidad, se desplaza en forma vigorosa a contra corriente y también es el momento en el que se alimenta.
Su representación en la culturamaterial mochica
Es un elemento frecuente en la iconografía mochica (siglos II – IX d.C.) en la costa norte del Perú. Por ejemplo, en los muros de las huacas (lugares sagrados indígenas) del Complejo Arqueológico El Brujo (valle de Chicama) aparece con mucha frecuencia. Unas veces se puede apreciar como tal y en otras ocasiones aparece estilizado. También se puede ver en la Huaca de la Luna, así como en estructuras funerarias, entre ellas en la tumba del Cerro La Mina.
El life está representado también en numerosos recipientes de cerámica mochica, en ornamentos metálicos como narigueras, textiles, así como en objetos de madera y concha de uso ceremonial, que proceden de contextos funerarios de la elite. Para ellos este tipo de pez tenía unos valores simbólicos elevados.
Para acabar
La manera de desplazarse del pez life se asimila con el movimiento de ir y venir de las aguas, símbolo de fertilidad y renacimiento. Además, como durante el día apenas se mueve y hace su vida por la noche, lo vinculan con el mundo de ultratumba. Ambas son poderosas representaciones básicas en las creencias moches. Así, vida, muerte y renacimiento se asocian con esta figura de naturaleza marina.
VEGA, Ronny y BALTODANO, Víctor. Procesos gnoseológicos que conforman los conocimientos de las diversas expresiones de los pueblos ancestrales Moche y Chimú. Revista Ciencia y Tecnología, 2017, 13, 1, p. 57-69.
WIERSEMA, Juliet. Moche Architectural Vessels: Small Structures, Big Implications. Andean Past, 2012, 10, 1, p. 7.
Por Marina Ortiz, Grado en Gestión de Información y Contenidos Digitales
Las islas Molucas forman un archipiélago situado en el Este de Indonesia, y cuentan con una asombrosa variedad de ecosistemas marinos. Durante el siglo XVIII, fueron un importante centro de comercio y actividad marítima. Sus costas atraían barcos de todas las naciones, que buscaban comerciar con las especias y recursos naturales que abundaban en la región. Asimismo, las islas también captaron la atención de los exploradores y naturalistas de la época que querían descubrir los secretos que escondían sus aguas. También son conocidas como Maluku.
El primer libro iluminado sobre peces
En el siglo XVIII, un apasionado observador de la vida marina, Louis Renard, realizó una obra que nos traslada a las profundidades del océano, incluyendo detalladas ilustraciones de peces de colores. Su trabajo, titulado «Poissons, Ecrevisses et Crabes« (Peces, crustáceos y cangrejos de río), se convirtió en un testimonio visual del rico mundo marino de las Islas Molucas. Publicado en 1719 marcó un hito, ya que fue considerado el primer libro coloreado de peces.
No obstante, Renard nunca viajó a las islas Molucas, ni a ningún destino similar, por lo que se piensa que para crear sus representaciones se basó en los dibujos de otros artistasy naturalistas como Samuel Fallours y Hans Sloane, a los que decidió agregar una paleta de colores más vibrantes. Este toque algo surrealista y extravagante va siendo más evidente conforme avanzamos en el libro, siendo la primera parte mucho más realista y la segunda más fantasiosa.
De su primera edición de 1719 sólo salieron 100 ejemplares y las ilustraciones eran tan relevantes que apenas se añadió texto. Sin embargo, el éxito fue tal que en 1754 el libro fue reeditado. A pesar de que algunas críticas han cuestionando la exactitud científica de las representaciones y descripciones de Renard, lo cierto es que abrió a los lectores una ventana hacia los desconocidos colores brillantes de la vida marina de los océanos tropicales.
Los peces de colores
Estos animales eran la joya de la corona en las aguas de las Molucas. Algunos, como el pez mandarín con sus rayas azules y naranjas, eran más que meras exhibiciones visuales; sus características servían tanto para atraer parejas como para camuflarse entre los arrecifes de coral.
Además de su rol en el apareamiento y camuflaje, desempeñaban un papel fundamental en el equilibrio de las aguas. Algunas especies, como los peces loro, contribuían al mantenimiento de los arrecifes de coral al alimentarse de algas.
Otros, como los peces ángel, eran esenciales para la distribución de las especies coralinas, ya que ayudaban a dispersar los corales y las semillas de las plantas marinas mientras se desplazaban entre los diferentes hábitats.
Cangrejos
Estos crustáceos también fueron importantes en el ecosistema marino y fluvial de las Molucas. Desde el cangrejo violinista de patas rojas (Uca mjoebergi) hasta el cangrejo de coco (Birgus latro), famoso por su tamaño colosal, estas criaturas eran una parte esencial del entorno costero y un enigma para los observadores del siglo XVIII.
Una última aportación
Entre las páginas de «Poissons, Ecrevisses et Crabes» se encuentra una ilustración fascinante que añade un toque mágico al libro: una sirena con una larga cola. Esta figura mitológica, que se dice que se avistó en las aguas de las Molucas en esa época, agrega un aura de misterio a la obra.
Para acabar
Pese a la sirena y a otros detalles decorativos e imaginativos en su relato, el libro fue considerado como un esfuerzo científico serio cuando se publicó por primera vez. Esto ocurrió en un momento en que se sabía muy poco sobre la fauna marina de las Indias Orientales, por lo que se consideró un producto de la Ilustración.
En definitiva, la obra de Renard fue en muchos aspectos un reflejo de cómo la investigación científica estaba cambiando, para centrarse en mirar las cosas directamente, analizar y usar la lógica.
Los narvales, a pesar de que realmente existen, son animales acuáticos envueltos en magia y leyenda. El largo apéndice que sale de su cabeza les ha hecho protagonizar muchos relatos en los que se interpretaba su vida, origen y capacidades. Como viven en las aguas del Océano Ártico, no son muy conocidos, lo que ha dado lugar a que estas historias se distorsionen, muchas veces sin fundamento alguno.
Un narval auténtico en el mar
Los inicios de la leyenda
El unicornio, ese animal quimérico empezó a ser conocido gracias a la imaginación de los trovadores durante la Edad Media. Previamente, un galeno griego del siglo IV a.C., que fue médico personal del rey persa Artajerjes II, había comenzado a escribir sobre él. Recogía rumores referidos al cuerno de un extraño animal que vivía en la India, del que se obtenían enormes beneficios para la salud (era afrodisíaco y curativo). Según contaba este autor, procedía de un caballo de gran envergadura con un solo cuerno en la cabeza. Esta defensa le permitía enfrentarse a los elefantes. Muy posiblemente se refería a los rinocerontes. Ya en el siglo I, Plinio el Viejo, un naturalista romano, recogía estas historias y denominó monocerote al animal, cuyo cuerno molido, al ser bebido, «preservaba de las enfermedades y de los venenos».
Durante la Edad Media en Europa no tenían constancia de la existencia de los cuernos de rinoceronte, pero gracias a los vikingos sí que se conocían los del narval, por lo que la asimilación fue sencilla (el apéndice del narval se creía que era el cuerno del rinoceronte indio). Además, se decía, entre otras cosas, que el unicornio podía purificar el agua envenenada por la serpiente.
Unicornio en una marca de agua de papel medieval español . Fuente: Valls, 1978
Hay un relato fantástico que habla de estos animales, los sitúa primero en tierra y luego en el mar, tras una persecución:
Los narvales eran animales blancos que vivían en un bosque cercano al mar. Era fácil distinguirlos por su cuerno helicoidal al que se atribuían poderes mágicos. Eran muy huidizos y las personas apenas sabían nada de ellos, con excepción de los poderes mágicos del cuerno que portaban en la cabeza. Un rey ordenó atraparlos a todos para conseguir su magia. La mayoría fueron exterminados y los pocos que quedaron se lanzaron al mar por el acantilado. Desde entonces viven allí. (Sintetizado del texto de Cuevas 2019)
Ilustración de un libro del siglo XVI en el que se dibuja el supuesto antepasado terrestre del narval (Paré, 1582)
Ésta sería, posiblemente, la explicación de cómo un animal que en las leyendas habitaba en la tierra, pasó a ser acuático.
El «cuerno» del narval
No es nada raro que la primera vez que se ve un narval, aunque sea en una ilustración, se piense que la protuberancia que le sale de la cabeza es un cuerno. Sin embargo, está demostrado que es un diente.
Un narval (parte inferior izquierda) en la obra de O. Magnus. Fuente
Estos apéndices eran frecuentemente utilizados por los vikingos para el intercambio de mercancías. De hecho, parece que su nombre actual deriva del que ellos mismos le dieron. Su otra denominación, la científica (Monodon monoceros según Linnaeus, 1758) está basada en el que Plinio le dio al supuesto unicornio.
Uno de los primeros autores en nombrarlo, dibujarlo y describirlo fue Olaus Magnus en el sigo XVI. Hablaba del peligro que suponía para los marineros y para la navegación en las aguas del Ártico.
Narval en el mapa del mar de O. Magnus.
Durante el Renacimiento los gabinetes de historia natural solían adquirir un diente de narval para sus colecciones. Estudiosos como Ole Worm (1588-1654) llegó a algunas conclusiones científicas importantes, demostrando, por ejemplo, que el mítico «cuerno del unicornio» pertenecía en realidad a un mamífero marino: el narval.
Un apéndice de narval. Fuente: Valero
Benito Feijoo, ya en el siglo XVIII, le dedicó al narval el discurso XVIII en su obra Demonstracion critico-apologetica del theatro critico universal, Hace un repaso de los autores que han tratado el tema, y ya afirma que «el cuerno está como continuo del cráneo y encajado en la mandíbula». Aparte de su temprana afirmación del reconocimiento del diente, también aclara que el animal del que se habla vive en el agua «estos cuernos se hallan en las ondas (mar), no en las selvas», y añade «que los portugueses, que han viajado tanto, creen que el unicornio, si lo hay, es animal marino».
El narval dibujado en la obra de BUFFON, G. Histoire naturelle, générale et particuliére. Cétacés. París, 1749-1804. Fuente: Gallica.
Otra representación del siglo XVIII que diferenciaba el supuesto unicornio de mar del narval. Ransonnette, Nicolas. Illustrations de Superstitions orientales. Paris, 1785. Fuente: Gallica
Este magnífico y único animal marino, cuyas ilustraciones hemos tratado de recoger en esta entrada, ha formado parte de las leyendas como el unicornio que cura las enfermedades, que libra de los venenos y que mejora la salud. En época medieval se identificó con la pureza y la valentía. Su apéndice se confundió con el cuerno del animal terrestre que parece que dio pie al mito: el rinoceronte. Durante siglos autores y navegantes han hablado sobre él. Hoy sabemos que se encuentra en las zonas polares y que su famoso «cuerno» es un diente, como ya aclaraba Feijoo en el siglo XVIII.
Más información
BRUEMMER, F.The Narwhal: Unicorn of the Sea. Shrewsbury: Swan Hill Press, 1993.
En épocas remotas de la Humanidad se utilizaban las aves para orientar a los navegantes en el mar. El conocido relato de Noé y la suelta de palomas para comprobar si el diluvio había cesado, es una buena prueba de ello (existen diversas versiones, aunque siempre las aves llevan la noticia de que se podía tomar tierra).
En la mitología griega encontramos otro ejemplo: una paloma orientó a Jasón y a los argonautas en su peligroso periplo por el Mar Negro. Sin embargo, el simple avistamiento de aves desde el mar no es lo mismo que la suelta de éstas para conseguir conocer el rumbo a seguir en medio del océano.
Las aves
La especie más utilizada y conocida era la paloma, pero también se usaban cuervos. cornejas y lechuzas.
Vamos a ver cómo se utilizaban en algunos mares y océanos.
En el Mediterráneo
Las mejores muestras que nos han quedado del uso de pájaros para facilitar la navegación en la Antigüedad proceden de Cerdeña, de la cultura nurágica (entre la edad del Bronce y el siglo II a.C.). Labraban pequeñas esculturas de carácter religioso, que solían ser metálicas. Las naves eran una de las figuras usadas en esta práctica, y algunas llevan pájaros en la borda, como la imagen siguiente.
Embarcación ligera nurágica, Anticuarium Arborense de Oristano
En el mar Báltico
Los vikingos también hacían uso de estos animales para orientarse. Entre ellos la costumbre se mantuvo en el tiempo, posiblemente por las adversas condiciones climáticas, pero sobre todo porque la visión de las estrellas es mucho más limitada que en el mar Mediterráneo. Está documentado el uso de cuervos, por ejemplo en el descubrimiento de Islandia a mitad del siglo IX. Para que les ayudaran en la navegación se consagraron tres cuervos a los dioses. Se fueron soltando a intervalos para saber si la tierra estaba cerca. Los dos primeros acabaron regresando a la nave, mientras que el tercero, con su vuelo, guió a los vikingos a tierras islandesas.
Barco vikingo dibujado en un manuscrito, Northumbria (S. X). Fuente
Los pescadores de las islas Shetland y de Islandia también usaron las aves para orientarse durante siglos, especialmente cuando la visibilidad era escasa.
En el Océano Índico
Existen textos que hablan del uso de aves para facilitar la navegación cinco siglos antes de nuestra era. Posiblemente la proximidad al Ecuador dificultara en algunos lugares la vista de las estrellas, en especial la Polar, por lo que los pájaros eran muy útiles para otear la costa desde alta mar.
El uso de pájaros para orientarse es una tradición milenaria en las aguas de este inmenso océano poblado de miles de islas, en las que las aguas eran autopistas en lugar de fronteras. A pesar de que durante siglos en Occidente se pensó lo contrario, las técnicas de navegación tradicionales les permitieron hacer grandes viajes por el mar. De hecho, la colonización de la isla de Pascua (América del Sur) por parte de los polinesios está ya demostrada.
Canoa con batanga (el ala que aparece en un lateral) construida según técnicas antiguas
Como hemos podido apreciar las aves fueron muy importantes para orientarse desde mar abierto en épocas en las que la navegación astronómica todavía no se utilizaba, o cuando no era posible ver las estrellas, ya fuera por la latitud o por las condiciones meteorológicas.
Más información
HORNELL, James. The role of birds in early navigation. Antiquity, 1946, 20, 79, p. 142-149.
Las aves y la Navegación. Descubriendo Física, 2018.
LUZÓN NOGUÉ, José María y COÍN CUENCA, Luis Miguel. La navegación pre-astronómica en la antigüedad: utilización de pájaros en la orientación náutica. Lucentum, 1986, V, p. 65-85.
Entre las pocas enciclopedias medievales que han sobrevivido, el llamado «Liber Floridus» es una de ellas. Es extremadamente valiosa porque pertenece a un género poco frecuente en esta época. Para los estudiosos de la Historia y el Patrimonio Marítimo contiene varios temas de interés, como las ilustraciones vinculadas con naves, animales marinos y paisajes marítimos. Su autor, Lambert, un canónigo de la iglesia de Nuestra Señora de Saint-Omer (Francia), lo terminó en 1120.
El manuscrito posee un valor especial porque ofrece una visión del conocimiento disponible en el siglo XII y también de la estructuración de éste. Aporta también información única sobre la historia del condado de Flandes.
Su grafía sirve, además, como fuente para poder situar cronológica y geográficamente otros manuscritos, ya que está fechada. Tiene un valor artístico especial, sobre todo, por estar iluminado y contener miniaturas de alta calidad, que no pertenecen exclusivamente al marco religioso, como era habitual en el siglo XII.
Primera hoja del manuscrito
La Tierra como centro del Universo
La Edad Media se distinguió por la consideración de que el planeta Tierra era el centro del Universo. Todos los demás astros, planetas y resto de cuerpos celestes giraban en torno a ella. El «Liber Floridus» ilustra a la perfección esta consideración, que no fue heredada de la Antigüedad, sino propia de esta época histórica, con una importante carga teológica.
En esta consideración geocéntrica, la Tierra estaba representada según la idea medieval de los mapas denominados «T en O», en los que los 3 continentes conocidos en ese momento (Europa, Asia y África) aparecían diferenciados por las masas de agua (ríos, mares y océanos).
El mar medieval en el liber Floridus
Tradicionalmente, durante la Edad Media, existía una fuerte relación entre el mar y los peligros. En el imaginario medieval no es difícil hallar estrechos vínculos entre ambos conceptos. Así, siguiendo las famosas imágenes de los bestiarios, se incluyen aquí animales quiméricos que tienen cuerpo de especies terrestres y una cola de pez, por ejemplo.
Pero también podemos admirar dibujos de naves, entre las que la más cuidada y detallada es la del arca de Noé.
A pesar de que no se ha publicado casi nada sobre él, debería ser conocido en España porque, aunque su autor era francés, tuvo como una de sus fuente principales las famosas Etimologías de San Isidoro, uno de los pensadores hispanos que más influencia han tenido a lo largo de la Historia.
Con un importante ascendente religioso propio de esta época y magníficamente iluminado, es otra muestra más de ese patrimonio documental profundamente desconocido, susceptible de formar parte de una biblioteca, de un archivo o de un museo por su valor histórico y testimonial.
La forma más completa y más exacta de representar la Tierra es sobre una superficie esférica, es decir, mediante un globo terráqueo. En él se incluyen todos los océanos, mares y continentes de la Tierra. Es, por lo tanto, un modelo tridimensional a escala, y también la única representación geográfica que no tiene distorsión geométrica. El primero que ha llegado a nuestros días es tan antiguo que ni siquiera incluye el continente americano. De hecho, se cree que Cristóbal Colón trabajó con él. Aparte de ser el más longevo, nos transmite muchas evidencias del saber cartográfico de su época y una serie de imágenes de indudable valor estético e histórico.
El mar Mediterráneo y una parte de los continentes europeo y africano
Su autor
Martin Behaim (1459-1507) era un comerciante y cartógrafo alemán, nacido en Bohemia, que tras recorrer varias naciones europeas llegó a Portugal en misión comercial. Allí conoció a su futura mujer, y gracias a estas relaciones tuvo ocasión de entrar en la corte portuguesa, así como de ponerse al servicio del rey luso Juan II. Distintos autores contemporáneos lo llaman Martín de Bohemia y hablan de sus logros (como por ejemplo Pigafetta).
El globo Behaim en distintas posiciones
«El mundo es esférico, como una manzana»
El globo
El que aquí exponemos se llevó a cabo en 1492 por orden de los gobernantes de la ciudad alemana de Nuremberg, y se conoce como el globo Behaim o Erdapfel.
De izquierda a derecha se pueden apreciar las figuras de distintos reyes africanos, el Nilo, el mar Rojo y parte de la península arábiga
Además de la representación de la Tierra hay abundante información textual que orienta e ilustra sobre la geografía allí descrita. Se enumeran alrededor de 2000 ubicaciones geográficas y aparecen unas 200 imágenes en miniatura, que ilustran una gran variedad de temas políticos, religiosos, fantásticos, comerciales, de historia natural, marítimos y navales, entre otros.
Las miniaturas
En las imágenes aparecen representados animales terrestres y marinos (peces, focas, ballenas, hipocampos, así como vacas, serpientes y leones marinos). Además, se dibujan once embarcaciones.
Una embarcación navegando en popa con un solo papahigo, posiblemente una carraca, en el Océano Índico, cerca de Madagascar.
Las banderas marcan los dominios de cada nación. También muestra, por ejemplo, cuarenta y ocho reyes o gobernantes sentados en carpas o en tronos, según los lugares de origen.
Esta imagen se corresponde con la parte del continente asiático, muy distinta de la actual
A diferencia de los mapas medievales del mundo, no incluye la representación del paraíso. Pero sí que dibuja en Oriente Medio otros símbolos religiosos, como por ejemplo, entre el Mar Negro y el Mar Caspio, se ve el Arca de Noé, que está varada como una cabaña blanca en el Monte Ararat. A la derecha del Mar Rojo, se sitúa La Meca, debajo de la inscripción «Arabia Petrea».
La geografía
Con influencias tanto de la Antigüedad grecolatina y de libros de viajes, como de los tradicionales mapas medievales y de los portulanos de la Baja Edad Media, Behaim ofrece una visión del mundo integrada, que refleja muy bien el saber geográfico del momento, justo el mismo año en el que Colón salió del puerto de Palos hacia las Indias. Por ese motivo hay una gran masa de agua que bordea los tres continentes recogidos, y en ella confluyen los actuales océanos Atlántico y Pacífico.
Entre la isla que se sitúa a la derecha, que se corresponde con lo que hoy es Japón, y el continente europeo, no aparece nada más que un gran mar. Behaim aprovecha este «vacío» para incluir texto y algunas imágenes
Australia, la terra australis, tampoco está dibujada ya que deberían pasar años hasta su inclusión en los primeros mapas. Nos consta que fue una expedición española al mando del portugués Pedro Fernández de Quirós la que descubrió el archipiélago de las Nuevas Hébridas (actualmente es Vanuatu) en 1606, y que a su isla más grande decidieron denominada Austrialia del Espíritu Santo. Se estaba entonces dando forma el nombre del continente, a pesar de que inicialmente Australia fue conocida como Nueva Holanda.
El colonialismo temprano en la zona litoral oeste de África facilitó que se pudieran incluir detalles de las líneas costeras, así como nombres de algunos ríos y otros puntos de referencia.
Costa oeste de África y parte del Océano Atlántico, con escudos y banderas portugueses
Los dos polos aparecen como Terra Incognita, ya que en ese momento no se conocía qué había más allá. La región del Polo Sur está ocupada por el Águila de las Vírgenes de Nuremberg, el escudo de la ciudad que impulsó la construcción de este globo.
Curiosidades de esta representación del mundo de 1492
Aunque son muchas, destacamos las que consideramos que pueden ser de mayor interés. La idea del exotismo oriental se puede comprobar en la descripción de la actual Sri Lanka, ya que según Behaim, el «rico rey de Ceilán tiene el rubí más grande y hermoso del mundo y su gente va desnuda».
La isla de Sri Lanka (Ceilán), aquí llamada Taprobana
Aparecen igualmente animales fantásticos (sirenas, sátiros, hombres con cabeza de perro). También se incluye Cipango, el actual Japón, como una gran isla entre Asia y Europa.
Sureste asiático. Se ven muchas islas más pequeñas y una grande, que es Cipango, la actual Japón.
Muchos de los pasajes hacen referencia a recursos económicos, como las especias más caras, por ejemplo, la pimienta, la nuez moscada y la canela, lo que refleja perfectamente el oficio de su autor. Gran parte del texto incluido en la esfera proviene de la época de Behaim, aunque luego se realizaron algunos añadidos.
Estado actual de conservación
Los mares del globo originalmente tenían un color azul claro. El envejecimiento y las múltiples restauraciones mal hechas llevaron a una imagen que ahora es difícil de leer con un mar de color gris oscurecido. Se puede ver cómo está actualmente en el vídeo y en el dibujo que aparece abajo, porque el resto de las imágenes se han mejorado para que se pueda apreciar la riqueza y belleza de la obra de Behaim.
Un dibujo actual del globo de Behaim, en el que se puede observar, además de la ballena, las naves y resto de figuras, el color oscuro del agua marina, producto del envejecimiento
El globo en 3D
Actualmente se encuentra depositado en la Biblioteca Nacional alemana, en Núremberg, y gracias al repositorio digital de otra Biblioteca Nacional, la de Francia, se puede ver el globo en color, mejorado y en 3 dimensiones.
En síntesis, es otra indudable joya de nuestro patrimonio naval, muy desconocida, estéticamente muy valorable y una fuente primaria básica, con importantes conocimientos históricos, geográficos, mitológicos, políticos y económicos de los inicios de la Edad Moderna.
NICKEL, H. The Seven Shields of Behaim: New Evidence. Metropolitan Museum Journal, 1995, 30, 29-51.
POHLE, J. Martin Behaim (Martinho da Boémia) e os Açores. Boletim do Núcleo Cultural da Horta, 2012, 21, p. 189-201.
RAVENSTEIN, E.G. Martin Behaim, his life and his globe. Londres, 1908.
Nota: Informamos a nuestros lectores que a partir de ahora las imágenes que aparecen en este blog, sobre las que se ha intervenido para mejorarlas, ampliarlas, eliminar ciertos desperfectos o que los detalles se puedan ver mejor, llevarán la marca de la Cátedra. Por supuesto se mantendrá al pie de página la fuente de la que se han extraído. Hemos tenido que hacer ésto porque varias webs y blogs han copiado literalmente las entradas, texto e imagen, sin citar adecuadamente el origen. A los miembros del equipo de esta bitácora nos supone mucho tiempo y esfuerzo la elaboración de cada una de las entradas semanales y no nos parece correcto que se copien, ni que se reproduzcan sin ni siquiera citar el blog del que se han copiado. Para facilitar las citas se añadirá, a partir de ahora, una forma internacional de referencia, la norma ISO 690, tanto para citar en papel como para las que sean digitales (en ambas sólo hay que añadir en qué fecha se ha consultado, cuyo formato aparece marcado en color rojo).
CHAÍN NAVARRO, Celia. La representación del mundo en 1492. Blog de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval, marzo de 2019 [Fecha de consulta: día, mes y año]
El Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA)presenta en Cartagena la exposición titulada “Nuestra Señora de las Mercedes. Vida más allá del naufragio» desde el martes 24 de octubre de 2023 hasta el 14 de enero de 2024. Más información
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El Secretario de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval, C.N. (R) Pedro Fondevila Silva, ha sido nombrado miembro Correspondiente de la Real Academia Alfonso X El Sabio, en atención a sus relevantes méritos en el ámbito de la Historia Naval.