Los narvales, a pesar de que realmente existen, son animales acuáticos envueltos en magia y leyenda. El largo apéndice que sale de su cabeza les ha hecho protagonizar muchos relatos en los que se interpretaba su vida, origen y capacidades. Como viven en las aguas del Océano Ártico, no son muy conocidos, lo que ha dado lugar a que estas historias se distorsionen, muchas veces sin fundamento alguno.

Un narval auténtico en el mar
Los inicios de la leyenda
El unicornio, ese animal quimérico empezó a ser conocido gracias a la imaginación de los trovadores durante la Edad Media. Previamente, un galeno griego del siglo IV a.C., que fue médico personal del rey persa Artajerjes II, había comenzado a escribir sobre él. Recogía rumores referidos al cuerno de un extraño animal que vivía en la India, del que se obtenían enormes beneficios para la salud (era afrodisíaco y curativo). Según contaba este autor, procedía de un caballo de gran envergadura con un solo cuerno en la cabeza. Esta defensa le permitía enfrentarse a los elefantes. Muy posiblemente se refería a los rinocerontes. Ya en el siglo I, Plinio el Viejo, un naturalista romano, recogía estas historias y denominó monocerote al animal, cuyo cuerno molido, al ser bebido, «preservaba de las enfermedades y de los venenos».

Un dibujo del supuesto unicornio. Fuente
Durante la Edad Media en Europa no tenían constancia de la existencia de los cuernos de rinoceronte, pero gracias a los vikingos sí que se conocían los del narval, por lo que la asimilación fue sencilla (el apéndice del narval se creía que era el cuerno del rinoceronte indio). Además, se decía, entre otras cosas, que el unicornio podía purificar el agua envenenada por la serpiente.

Unicornio en una marca de agua de papel medieval español . Fuente: Valls, 1978
Fuera del viejo continente también existían mitos y leyendas sobre este animal, como en Persia, India, China, en algunos lugares de África, así como en las mitologías americanas.

Tapiz sobre «la dama y el unicornio»
La leyenda de su origen terrestre
Hay un relato fantástico que habla de estos animales, los sitúa primero en tierra y luego en el mar, tras una persecución:
Los narvales eran animales blancos que vivían en un bosque cercano al mar. Era fácil distinguirlos por su cuerno helicoidal al que se atribuían poderes mágicos. Eran muy huidizos y las personas apenas sabían nada de ellos, con excepción de los poderes mágicos del cuerno que portaban en la cabeza. Un rey ordenó atraparlos a todos para conseguir su magia. La mayoría fueron exterminados y los pocos que quedaron se lanzaron al mar por el acantilado. Desde entonces viven allí. (Sintetizado del texto de Cuevas 2019)

Ilustración de un libro del siglo XVI en el que se dibuja el supuesto antepasado terrestre del narval (Paré, 1582)
Ésta sería, posiblemente, la explicación de cómo un animal que en las leyendas habitaba en la tierra, pasó a ser acuático.
El «cuerno» del narval
No es nada raro que la primera vez que se ve un narval, aunque sea en una ilustración, se piense que la protuberancia que le sale de la cabeza es un cuerno. Sin embargo, está demostrado que es un diente.

Un narval (parte inferior izquierda) en la obra de O. Magnus. Fuente
Estos apéndices eran frecuentemente utilizados por los vikingos para el intercambio de mercancías. De hecho, parece que su nombre actual deriva del que ellos mismos le dieron. Su otra denominación, la científica (Monodon monoceros según Linnaeus, 1758) está basada en el que Plinio le dio al supuesto unicornio.
Uno de los primeros autores en nombrarlo, dibujarlo y describirlo fue Olaus Magnus en el sigo XVI. Hablaba del peligro que suponía para los marineros y para la navegación en las aguas del Ártico.

Narval en el mapa del mar de O. Magnus.
Durante el Renacimiento los gabinetes de historia natural solían adquirir un diente de narval para sus colecciones. Estudiosos como Ole Worm (1588-1654) llegó a algunas conclusiones científicas importantes, demostrando, por ejemplo, que el mítico «cuerno del unicornio» pertenecía en realidad a un mamífero marino: el narval.

Un apéndice de narval. Fuente: Valero
Benito Feijoo, ya en el siglo XVIII, le dedicó al narval el discurso XVIII en su obra Demonstracion critico-apologetica del theatro critico universal, Hace un repaso de los autores que han tratado el tema, y ya afirma que «el cuerno está como continuo del cráneo y encajado en la mandíbula». Aparte de su temprana afirmación del reconocimiento del diente, también aclara que el animal del que se habla vive en el agua «estos cuernos se hallan en las ondas (mar), no en las selvas», y añade «que los portugueses, que han viajado tanto, creen que el unicornio, si lo hay, es animal marino».

El narval dibujado en la obra de BUFFON, G. Histoire naturelle, générale et particuliére. Cétacés. París, 1749-1804. Fuente: Gallica.

Otra representación del siglo XVIII que diferenciaba el supuesto unicornio de mar del narval. Ransonnette, Nicolas. Illustrations de Superstitions orientales. Paris, 1785. Fuente: Gallica

Dibujo del siglo XIX, mucho más realista. Greville, R. Illustrations de An Account of the Artic Regions with a history. Edinburgh, 1820. Fuente: Gallica
Para concluir
Este magnífico y único animal marino, cuyas ilustraciones hemos tratado de recoger en esta entrada, ha formado parte de las leyendas como el unicornio que cura las enfermedades, que libra de los venenos y que mejora la salud. En época medieval se identificó con la pureza y la valentía. Su apéndice se confundió con el cuerno del animal terrestre que parece que dio pie al mito: el rinoceronte. Durante siglos autores y navegantes han hablado sobre él. Hoy sabemos que se encuentra en las zonas polares y que su famoso «cuerno» es un diente, como ya aclaraba Feijoo en el siglo XVIII.
Más información
BRUEMMER, F. The Narwhal: Unicorn of the Sea. Shrewsbury: Swan Hill Press, 1993.
CUEVAS GUINTO, M.A. Textos «bizarros». 2019.
GREVILLE, Robert Kaye. Illustrations de An Account of the Artic Regions with a history. Edinburgh, 1820.
IMPEY, O. y MAC GREGOR, A. The origins of museums: The cabinet of curiosities in sixteenth ―and seventeenth― century Europe. Oxford, Clarendon, 1985.
PARÉ, Ambroise. Discours d’Ambroise Paré,… asçavoir, de la mumie, des venins, de la licorne et de la peste, avec une table des plus notables matières contenues esdits discours, 1582.
PLUSKOWSKI, A. Narwhals or unicorns? Exotic Animals as material culture in medieval Europe. European Journal of Archaeology, 2004, 7 , 3, p. 291-313.
VALERO DE BERNABÉ, Luis y DE EUGENIO, Martín. El Unicornio en la Heráldica Española. (s.f.)
VALLS Y SUBIRÁ, Oriol. La historia del papel en España. Madrid: Empresa Nacional de Celulosa, 1978.