Cascadia es el nombre con el que se conoce una parte de la costa oeste de Estados Unidos. Hasta la llegada de los exploradores europeos estuvo habitada por nativos de diversas tribus indias. En el año 1700 hubo una explosión volcánica seguida de un enorme maremoto que dejó una profunda huella en el territorio, y que fue interpretado de una manera por parte de las tribus aborígenes, distinta de la forma en la que actualmente se entienden estos fenómenos naturales.


La zona del este del Pacífico
Este amplio territorio costero forma parte del cinturón de fuego del océano Pacífico, lo que significa que es propenso a que muchos de los volcanes allí situados entren en erupción, y que como resultado también se originen maremotos. Esto ocurre porque las placas continentales pacífica y americana chocan, dando lugar a una serie de fenómenos naturales originados al montarse una placa sobre la otra, en un movimiento llamado de subducción.
Las leyendas nativas
La mayor parte de las tribus habitaba la costa en verano, surcaban las olas con sus canoas hechas con el tronco de un enorme árbol, pescaban y vivían allí mientras el clima era benigno. Cuando entraba el frío se desplazaban a zonas interiores no muy alejadas para pasar el invierno. Algunas de estas tribus fueron testigos del tsunami que tuvo lugar en la costa pacífica en el año 1700. Confirmado por estudios actuales, nos detenemos para explicar cómo se veía un fenómeno de estas características en esos momentos (los textos en cursiva son descripciones de los nativos).
Las leyendas de las tribus nativas del Pacífico narran una batalla épica entre el pájaro del trueno (Thunderbird), un espíritu sobrenatural, y una gigantesca ballena asesina, que estaba castigando a varias tribus de pescadores. Este enfrentamiento surgió porque la ballena había invadido la bahía, asustando a los salmones de los que los nativos dependían.
El pájaro del fuego es una criatura mitológica y venerada en las culturas de muchos pueblos indígenas de América del Norte. Es un emblema de la fuerza y la dominación. Se cree que, cuando está en vuelo, el batir de sus alas enormes causa el trueno y el viento de las tormentas. Lleva serpientes relámpago bajo las alas y sus ojos escupen relámpagos. En los tótem se representa con varios colores, con cuernos y una corona y un pico ganchudo algo más grande que el de un águila. La mayoría de los pueblos nativos norteamericanos creen que es un mensajero siervo del Gran Espíritu, que vive en una montaña y sólo vuela cuando tiene un propósito.
Después de una terrible lucha que atronó el cielo, agitó el mar y levantó olas gigantescas que arrasaron aldeas enteras, talaron bosques milenarios en un abrir y cerrar de ojos, y penetraron tierra adentro asolando los caminos ancestrales indios, Thunderbird venció y sacó a la ballena del mar. Entonces los salmones volvieron de nuevo a la bahía. Sin embargo, como resultado del feroz enfrentamiento un bosque de árboles enorme que había crecido en las orillas quedó arrasado y hoy podemos ver los tocones en la playa.
El tsunami visto hoy
Justo antes de la medianoche del 27 de enero del año 1700, el mismo tsunami azotó las costas de Japón, pero parecía que allí nadie sintió el terremoto. Mas de tres siglos después, científicos e historiadores de Japón y Estados Unidos resolvieron el misterio de la causa del que llamaron «tsunami huérfano«, mediante un análisis cuidadoso de registros históricos en Japón, usando también como fuente las historias orales de nativos americanos, los depósitos de sedimentos y especialmente los bosques fantasmas de árboles ahogados en el noroeste del Pacífico. Llegaron a la conclusión de que esta región geológicamente activa de Cascadia no solo alberga volcanes en erupción, sino que también produce enormes terremotos capaces de generar devastadores tsunamis que, por su potencia, pueden cruzar el océano y llegar hasta Japón.

Al comparar los anillos de los árboles muertos con los que aún viven, pudieron saber cuándo azotó la región el último de estos grandes terremotos. Todos murieron en el invierno de 1699-1700, cuando las costas del norte de California, Oregón y Washington descendieron repentinamente entre 1 y 2 m, inundándose con agua de mar. Tanto movimiento sobre un área tan extensa requiere un terremoto muy grande para explicarlo, quizás de una magnitud 9.2, comparable al gran terremoto de Alaska de 1964. Tal movimiento habría abierto la tierra a lo largo de los 1000 km de la falla larga de la zona de subducción de Cascadia y las enormes sacudidas podrían haber durado hasta 5 minutos. El tsunami cruzó el océano Pacífico y llegó a Japón en 9 horas.
Para acabar
Así, en esta zona tan predispuesta a sufrir movimientos tectónicos, se pueden comparar las dos formas de entender cómo y porqué se abre la tierra y escupe fuego, y posteriormente llega un enorme maremoto. Todos estos acontecimientos geológicos terminan arrasándolo todo y la población que allí está asentada los siente y padece. De esta manera, por una parte tenemos la explicación más científica, la que mantiene que se deben a movimientos de las placas tectónicas y, por otra, la interpretación aborigen, con animales gigantescos como actores de esos hechos. El mar es co-protagonista de los fenómenos naturales y su interpretación debe formar parte, por lo tanto, del Patrimonio marítimo intangible.
Más información
NOOA. Informe completo del tsunami de 1700.
PEINADO, Manuel. El tsunami huérfano y el bosque fantasma. La luna del Henares, 2018.
RIERA GUILERA, Carmen. Elogio de las canoas. Boletín de Información Lingüística de la Real Academia Española, 2019, 12, p. 2-6.
SATAKE, K. et al. Tiempo y tamaño de un terremoto gigante en Cascadia inferido de los registros de tsunamis japoneses de enero de 1700. Nature, 1996, 379, p. 246-249.
WEAVER, Thomas. Los indios del gran suroeste de los Estados Unidos. Madrid: Editorial Abya Yala, 1996.
WEAVER, Thomas. Neskowin, el bosque enterrado. Venerables árboles, 2020.