El viaje en barco del obelisco

La historia del traslado de los diversos obeliscos que salieron de Egipto rumbo a las capitales europeas y norteamericanas está documentada en varios libros y folletos, pero sabemos poco de cómo fue el viaje en barco de estas inmensas construcciones hechas en granito. Durante el siglo XIX, las autoridades egipcias tenían la costumbre de regalar obeliscos. Actualmente es algo difícil de comprender, pero en esos momentos se pudo llevar a cabo. Esta semana vamos a conocer de cerca cómo fue el traslado de uno de ellos, el que llegó a Nueva York.

Localización de Egipto en el mapa. Fuente

Una de las agujas de Cleopatra

En el mundo anglosajón hay dos obeliscos que se conocen como las «Agujas de Cleopatra» (Cleopatra’s Needles). Uno, que se transportó a Londres en 1877, a bordo del navío llamado Cleopatra y otro, el que llegó a Nueva York. Originariamente ambos habían sido mandados erigir por el faraón Tutmosis III, en el siglo XV a. C., y estaban destinados a embellecer la ciudad de Heliópolis (cercana al actual El Cairo). En época romana se decidió que debían estar en Alejandría y allí permanecieron hasta el siglo XIX.

Vista del obelisco situado en la costa de Alejandría. Fuente: The New York Public Library

La financiación

La financiación del transporte hasta Nueva York estaba a cargo del magnate industrial William H. Vanderbilt, que nombró responsable al comandante naval Henry H. Gorringe. Este contó con la ayuda del teniente Seaton Schroeder, que había servido anteriormente con él en el buque de guerra USS Gettysburg.

El traslado

No fue una tarea fácil, ya que pesaba unas 200 toneladas, y su base cerca de 50 t.

1º) Tuvieron que buscar, asegurar y equipar especialmente un barco para el transporte del obelisco. Eligieron un vapor que estaba en el puerto de Alejandría. Tenía el tamaño suficiente, y podía servir para la tarea haciendo algunos arreglos. Era el Dessoug, que se había construido en 1864 por Denton, Gray & Co., en Hartlepool (Gran Bretaña) para el Gobierno de Egipto.  

El comandante entendió pronto que una carga como esa podía hundir el barco si se colocaba en la cubierta, por lo cual decidió que iría en la bodega de carga. En la imagen siguiente puede verse cómo fue el diseño de esta opción.

Dibujo sobre cómo iría el obelisco dentro del barco. Fuente: Simmons, 2015

Para llevarlo desde donde estaba instalado hasta el barco se construyó un enorme cajón de madera. El 31 de marzo de 1880 fue transportado, metido en su embalaje, hasta el puerto de Alejandría.

Embarcando el pedestal. Fuente: D’Alton 1993

Tras trasladarlo a un dique seco resistente, hizo que taladraran en el casco del buque un agujero de más de 9 m por 3,7 m para introducir el obelisco. Para subirlo a la nave fue necesaria la construcción de un enorme andamio, con una red de pesados ​​aparejos y tirantes. Una vez a bordo, se cerró el agujero.

Embarcando el obelisco. Fuente: D’Alton 1993.

2º) El obelisco fue cuidadosamente calzado y asegurado (estibado y trincado en términos náuticos) para el viaje por mar.

El obelisco en la bodega del barco. Fuente: D’Alton 1993.

3º) El 12 de junio de 1880 zarpó rumbo a Estados Unidos en el barco de vapor Dessoug, en un viaje que duró 40 días.

Saliendo de Alejandría, con el obelisco en la bodega. Fuente: D’Alton 1993.

Llegó a Nueva York y ancló frente a Staten Island el 20 de julio. En esos momentos ya había empezado a surgir un inusitado interés por las antigüedades egipcias, por lo que la popularidad del obelisco fue casi inmediata tras llegar a la ciudad de Nueva York, y estuvo en exhibición unos días en el muelle.

4º) Posteriormente fue necesaria su extracción y hacer las maniobras para dirigirse hacia la Quinta Avenida de Manhattan. La proa se sacó del agua, se abrió de nuevo un enorme orificio y el obelisco fue retirado, pasando sobre un conjunto de pilotes especialmente construidos y luego transferido a un conjunto de pontones. Una vez llegó al sitio previsto, hubo una ceremonia de inauguración.

Desembarcando el obelisco en el muelle de Nueva York. Fuente: D’Alton 1993.
Desembarcando el obelisco. Fuente: D’Alton 1993

Para acabar

El proceso duró más de cuatro meses. Vanderbilt había previsto gastar sólo 75.000 dólares, pero acabó pagando 103.732 dólares por el transporte del obelisco hasta Central Park. El Dessoug recibió matrícula estadounidense mediante una ley especial del Congreso en 1881 y más tarde fue vendido a la Ocean Steamship Company.

Fuente: D’Alton 1993

Nota: Más detalles sobre el traslado se pueden consultar en D’Alton 1993, que dedica más de 70 páginas a ello. Imágenes de época también aparecen en el trabajo antes citado y en la magnífica colección digital de la New York Public Library

Más información

BRIER, Bob. Cleopatra’s Needles. The Lost Obelisks of Egypt. London: Bloomsbury, 2016.

D’ALTON, Martina. The New York obelisk, or, how Cleopatra’s needle came to New York and what happened when it got here. Metropolitan Museum of Art, 1993.

ELLIOTT, Chris. Needles from the Nile: Obelisks and the Past as Property. Liverpool: University Press, 2022.

GIL PÁEZ, Cristina. La aguja de Cleopatra. Historia y vida, 2014, 554, p. 18-21.

LONDON, John. How «Cleopatra’s Needle» Was Brought to America. Proceedings of the United States Naval Institute, 1943, 69, 8.

MACAULAY, Elizabeth R. Cleopatra’s Needle: An Obelisk for a Rising Metropolis. En Archaeological Ambassadors: A History of Archaeological Gifts in New York City. Cham: Springer International Publishing, 2024, p. 35-76.

SIMMONS, Grant. Centerpiece to Empire: Understanding the New York Obelisk. Tesis doctoral defendida en la Universidad de Michigan, 2015.

WILSON, William J.E. Cleopatra’s Needle, with Brief Notes on Egypt and Egyptian Obelisks. Brain, 1878.

WINKLER, Erhard M. Egyptian Obelisks (Cleopatra’s Needles) of New York City and London-Environmental History and weathering. International Journal for Restoration of Buildings and Monuments, 1996, 2, p. 519-530.

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