De todas las revistas recogidas en la sección, ésta es la fuente que contiene más y mejores ilustraciones, entre las que se destacan dibujos y fotografías. Sus páginas no sirven sólo para entender el contexto histórico en el que se desarrolla la publicación, sino que ofrece imágenes de esa época, convirtiéndose por ello en testimonio único de su tiempo.
El Mundo Naval Ilustrado
Fue una de las revistas especializada en el mundo naval más prestigiosas de la época. Nació en el momento en que se producían los conflictos independentistas cubano y filipino. Se autodenominaba “proteccionista de las industrias navales” españolas.
Era quincenal e incluía secciones fijas como “Crónica naval española”, “Crónica naval extranjera” y “Notas diplomáticas”, así como artículos científicos, técnicos y profesionales sobre fábricas, arsenales y construcciones navales, puertos, pesquerías, marina mercante y de guerra, navíos, historia y bibliografía naval y compañías navieras.
Además ofrece contenidos literarios, entre los que se incluyen biografías, narraciones y crónicas teatrales, a cargo de José Echegaray (1832-1916), Juan Varela (1824-1905), Cesáreo Fernández Duro (1830-1908) o Rubén Darío (1867-1916). Igualmente contiene secciones como miscelánea, variedades y anécdotas.
Fue fundada y dirigida por Pedro Novo Colson (1846-1931) hasta 1900, en que inicia su segunda época al absorber a la también Revista de navegación y comercio (1889), cuya cabecera pasa a ser subtítulo de El mundo naval y que dirige José Díaz Quijano, impulsor de la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos. Tenía una periodicidad quincenal y solía ocupar entre 24 y 28 páginas.
Entre sus redactores y colaboradores se encuentran jefes y oficiales de la marina mercante y la Armada Española e ingenieros, entre otros profesionales. Destacan el liberal Ramón Auñón y Villalón, marqués de Pilares y Almirante de la Armada (1844-1925), como autor de la «Crónica naval española»; Víctor María Concas (1845-1916), autor de «Crónica naval extranjera»; José Ricart Giralt, de la sección Marina mercante; así como Fernando Villamil (1845-1898), Adolfo Navarrete (1861-1925), José María de Beranger (1824-1907) o Eloy Noriega y Ruiz.
Además de sus textos, la revista tiene multitud de fotografías, cromolitografías y reproducciones de cuadros (todas las imágenes que ilustran esta entrada han sido tomadas de esta prestigiosa publicación). En 1901 desaparece para dejarle el testigo a Vida Marítima, que continuará siendo el órgano oficial de la Liga Marítima Española.
El texto completo está en la Biblioteca Digital Hispánica desde el 01/05/1897 hasta 30/12/1901
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