«El código de los piratas», ¿Mito o realidad?
Por José A. Mármol Martínez y Manuel Muñoz Viñegla
Introducción
En la actualidad, debido a la influencia de la literatura y del cine, el llamado código-pirata es considerado como una serie de reglas de conducta comunes a todos los piratas. Es una especie de «código de honor» entre ladrones, supuestamente redactado por los piratas Bartholomew y Morgan, siendo el primero el autor de la parte «teórica» del código y Morgan de la parte «practica», debido a los duros castigos que imponía en sus expediciones.
Sin embargo, no existe tal cosa. En realidad no había un código único sino que cada capitán, cada bando o barco, poseía su propias reglas, vistas éstas como una serie de normas para la convivencia y servicios, mientras que la implicación de Bartholomew y Morgan como autores del código universal mítico se debe a que fueron los primeros en redactar uno para su barco. A decir verdad, era algo más que unas simples normas de trabajo: se convirtió en la constitución del Estado que representaban el barco y su capitán.
El pirata
Antes de hablar del código, debemos saber que tipo de gente componía estas bandas. ¿Quién era y por qué motivo se convertían en piratas?.
Eran gentes con bajos recursos así como delincuentes, vagabundos y desertores. Los «novatos» que se enrolaban en un barco pirata aprendían el oficio de manera experimental, bajo la sombra de algún maestro, que le enseñaba el manejo de la nave, de la artillería, las costumbres entre la tripulación, las rutas, los obstáculos climatológicos, castigos crueles, leyes exóticas y el código del barco. Finalmente, se les asignaba también una parte del botín.
Muchos se hacían piratas por falta de recursos o también porque su barco había sido asaltado y tenían que elegir entre hundirse con él o unirse a la tripulación asaltante.
Los recién incorporados con el tiempo podían, o no, ascender en la jerarquía del barco o de la banda, dependiendo de que tuvieran ciertas capacidades tales como la astucia, el conocimiento y el espíritu, es decir, según era su nivel de adaptación al mundo que les rodeaba.
Para mantener su prestigio el capitán debía tener éxito en las expediciones. Si fracasaba era depuesto. Si ganaba muchos botines, pasados unos años se terminaba convirtiendo en una leyenda.
Para los piratas no había respeto alguno por ninguna bandera, ya que barco que veían, barco que asaltaban. El mejor momento para un pirata era volver a su guarida tras un golpe exitoso. Sin embargo, a pesar de sus códigos particulares, su comportamiento era igual que el de las restantes gentes del mar.
El código
Hay tres momentos clave en la historia de una expedición pirata. La primera era la búsqueda de una tripulación, de unos hombres dispuestos a dar la vida por la empresa. La segunda consistía en estipular el reparto del botín. Y la tercera, la redacción de la llamada «Chartie Partie» o «código de conducta» a bordo, el cual dio lugar al mito del código de los piratas. En esta etapa se buscan las naves, se embarca a la tripulación definitiva y se hace «oficial» la expedición. La «Chartie Partie» es promulgada por el capitán y aprobada por todos en el inicio de la aventura, lo que supone una puesta por escrito del código antes estipulado verbalmente. En ese acta se definen los castigos, las acciones censurables y sus consecuencias.
Después de la búsqueda de la tripulación y de haber concluido un bosquejo de la «Chartie Partie» definitiva, se va gestando el código que reglamentará la vida en el barco y el comportamiento durante la aventura. En esta segunda reunión, se define lo más importante: la parte del botín que se llevará cada uno. Existen unas líneas comunes en todos los buques, como que no todos recibían el mismo botín. Así, la empresa era comunitaria y capitalista. El “capitalismo” se refleja en el reparto del botín, donde cada uno recibe en consonancia con lo que ha aportado.
Otra parte era para el capitán. Entre los gastos comunales los más recurrentes eran el sueldo del carpintero y del cirujano, a los que se les pagaba más porque tenían que sufragar los pertrechos y medicamentos de su bolsillo.
El resto del botín se repartía de la siguiente forma: media parte para los aprendices; una parte para la marinería; dos para el capitán (además de los otros beneficios que ya obtenía) y otras dos para el contramaestre. Si el capitán ponía el barco a la causa recibía otras cinco o seis partes adicionales.
Descendiendo a las cantidades, el botín se estima que entre 100-150 pesos eran para el sueldo del carpintero y 200-250 para el cirujano. Había también una especie de indemnización para los mutilados, que comprendía pagos según el miembro perdido: 600 pesos por un brazo derecho, 500 por la extremidad superior izquierdo; 500 por la pierna derecha, 400 por la pierna izquierda y 100 por un ojo. A veces aumentaban las indemnizaciones como incentivo (como hizo Morgan para aumentar el arrojo de su tripulación en el ataque a Panamá). En cuanto a las provisiones, que normalmente eran robadas, se llevaban a bordo y se repartían de manera igualitaria.
Una vez se redactaba el código, en el puente del barco cada tripulante lo juraba ante un vaso de ron y una Biblia (o crucifijo o hacha de abordaje, a falta de Biblia). Lo único imprescindible era el vaso de ron, firmando el documento con su nombre o con una cruz. Esta «Chartie Partie» era una especie de acta de la reunión donde se reflejaba su lugar y fecha, el nombre del barco, objetivos de la empresa y relación de fraternidad entre la tripulación, se establecía el reparto el botín y se proclamaba la obediencia a los jefes. A éste se pueden unir otros juramentos como luchar hasta morir, no ocultar ninguna parte del botín.
Quebrantamiento del código
Antes de partir, el capitán leía en voz alta para toda la tripulación la «Chartie Partie». Quedaban todos advertidos ante el quebrantamiento del código. Como ya hemos dicho, no todos los códigos eran iguales, pero normalmente se consideraban delitos graves la ocultación de parte del botín, el robo a los compañeros, hacer trampa en el juego, desertar en un momento importante, matar a un hermano o no tener las armas listas en el momento del abordaje. Otros menos graves podían ser fumar cuando estaba prohibido, pelear con un compañero o forzar a una mujer honesta.
Los delitos eran castigados por el contramaestre o por el capitán.
La Cofradía de los Hermanos de la Costa
Aunque los más frecuente era que el capitán tomara la autoridad judicial en el barco, otras veces los delitos podían ser juzgados por la denominada justicia de Tortuga (o Jamaica) a cargo de la Cofradía de los Hermanos de la Costa, que era una asociación de filibusteros que buscaba garantizar el libre ejercicio independiente de la piratería por sus asociados, que estaba dirigido por un Consejo de Ancianos cuya misión era conservar la pureza del espíritu libertario y decidir la admisión de nuevos hermanos. Esta Cofradía actuaba como una corporación pirata: poseía sus propios barcos y realizaba sus propias acciones delictivas.
Usualmente el homicida era arrojado al mar atado a su víctima, mientras que otras veces se le dejaba en un islote rocoso para que se ahogase cuando subiera la marea. Si el delito no era muy grave, se le dejaba en territorio español con una botella de agua, algo de pólvora y un arma pequeña con municiones, dejándolo a su suerte («Maroon»). Otros castigos menores eran privación de la parte del botín, el paso por la quilla, obligación de subir al palo mayor con mal tiempo y los latigazos (que no era usual). Para las rencillas entre miembros de la tripulación, se hacían duelos a sable o a pistola, comúnmente hasta que uno de ellos resultaba herido.
En cuanto a los prisioneros que podrían coger en sus expediciones, el código no estipulaba ninguna conducta específica, aunque los capitanes recurrían a costumbres tradicionales basadas en la extorsión y la crueldad, tales como pedir rescates, tortura para que dijeran donde estaban sus tesoros (les cortaban la lengua si no confesaban) o castigos corporales como amputación de miembros.
Conclusiones
En conclusión, queda clara la mitificación de algunas partes de la historia que han producido la literatura y el cine en la concepción que tienen de la realidad histórica.
Sin embargo, los códigos tampoco eran simples directrices que uno podría saltarse, sino que representaban una «constitución» si consideramos el barco como un estado, al capitán como el jefe del mismo y los tripulantes como sus súbditos; concepción parecida a la expresada por Thomas Hobbes en su obra Leviatán, donde también los tripulantes tienen la legitimidad de derrocar al jefe si consideran que no actúa correctamente en su labor.
En definitiva, el código era la búsqueda de un espacio en el que parecía primar la libertad absoluta, especialmente si lo comparamos con los parámetros de la sociedad que los había expulsado y condenado a una vida que, como el mar, tiene sus momentos de tensa calma, de mareas estruendosas y de infinita quietud y placer.
Texto basado en EXQUEMELIN, A. O. Piratas de América. Edición Manuel Nogueira Bermejillo. Madrid: Ed. Dastin, 2002.
Nota: este texto ha sido modificado y revisado por expertos de la Cátedra.
Más información
– ABELLA, R. Los Halcones del Mar. Barcelona: Ed. Martínez Roca, 1999.
– LUCENA SALMORAL, M. Piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros. Madrid: Ed. Síntesis, 2005.
– PÉREZ VALENZUELA, P. Historias de Piratas. San José: Ed. Educa, 1977.
Webs
Soy una madre de una alumna de 15 años. Y os doy muchas gracias por la información. En el Instituto BAIX PENEDES de Tarragona, el vendrell, en 4º de ESO se hace leer el libro: The True Confessions of Charlotte Doyle traducido, y se habla sobre un papel (o pergamino) que uno de los personajes enseña al capitán que demuestra que queda destituido, gracias a vuestra descripción del código pirata se comprende el pergamino, su importancia, su credibilidad entre piratas y porqué es importante para el capitán recuperarlo.
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Gracias a usted por leer el blog y por escribirnos. Siempre es un placer recibir mensajes como el suyo y más, si como se desprende de este, comprobamos que nuestros textos sirven para ilustrar a diferentes generaciones.
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Muy buena y muy interesante nota,
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Me ha encantado. Muy buena información. Muchas gracias por este post^^
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[…] “Las reglas del diablo” el código pirata https://blogcatedranaval.com/2012/05/04/las-reglas-del-diablo-el-codigo-de-los-piratas/ […]
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Me ha ilustrado en cuanto al código de los piratas.Muchas gracias.
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Quería que supieran que todo este texto me ha servido como guión base para el proyecto de gamificación que tengo en mente para mi alumnado dentro de la asignatura de educación física, este proyecto pretendo ponerlo en marcha en el IES. Guadalmedina de Málaga, muchas gracias por vuestro trabajo.
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Muchas gracias a usted por leer lo que publicamos y por escribirnos. Nos alegramos mucho de que lo que escribimos sirva, y mas si lo es para la educación, que creemos que es la base mas sólida para los ciudadanos de la siguiente generación. ¡Feliz navidad 2017!.
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Thanks great blogg
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Thank you.
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