La ciudad de Hoi An es hoy sólo un recuerdo de lo que fue hace siglos. Recientes excavaciones arqueológicas la sitúan en el mapa de la Historia hace 2.200 años, y también constituyen la evidencia más antigua de presencia humana en ese área.
Situada en Vietnam, en el estuario de un río muy cercano al mar, contó durante siglos con una privilegiada situación que le valió fama mundial. Era un puerto en la ruta de la seda, y por ella pasaron comerciantes de toda Asia y de Europa, y su población se multiplicó casi al mismo ritmo que entraba la mercancía en su puerto fluvial.
Desde el siglo X hasta el XIX fue un activo puerto marítimo del antiguo reino Champa. Algunos de los primeros documentos del imperio persa hablaban ya de Hoi An como un lugar de aprovisionamiento.
La Edad Media fue convulsa para Vietnam, pues estaba situado geográficamente muy cerca del gigante chino, y sufrió numerosos ataques, algunos de los cuales lo privaron de su hegemonía marítima en esta parte del sureste asiático, especialmente durante los siglos XIV y XV. Hoi An fue el lugar del primer asentamiento chino en el sur de Vietnam.
Sin embargo, un siglo después la ciudad se vería beneficiada por la visita de barcos de diferentes países, algunos tan lejanos como los de la Vieja Europa. Hay constancia de la llegada de buques portugueses, holandeses, españoles, franceses y británicos, aparte de los habitantes de lugares más cercanos como chinos, japoneses, indios, filipinos, indonesios y tailandeses.
En esta ciudad se podían comprar una de las mejores sedas del mundo, así como otras telas, papel, porcelana, té, azúcar, melaza, nueces, pimienta, colmillos de elefante, cera de abejas, perlas, azufre y plomo.
Los comerciantes de algunos países cercanos como chinos y japoneses hacían paradas temporales en Hoi An, mientras los vientos no eran favorables para la navegación. Llegaban a estar 4 meses, durante los cuales alquilaban casas frente al mar para su uso como almacenes y viviendas (hoy forman parte del conjunto de casas antiguas protegidas por la UNESCO). El éxito de este puerto fue tal que se empezaron a crear delegaciones continuas en la ciudad, y así fue como empezaron a aparecer colonias extranjeras, aunque los japoneses dejaron de ir a Hoi An después de 1637, cuando el gobierno nipón prohibió todo contacto con el mundo exterior.
Este fue también el primer lugar en Vietnam para ser expuestos al cristianismo. Entre los visitantes misioneros del siglo XVII fue el sacerdote jesuita francés Alejandro de Rodas, quien desarrollo el alfabeto vietnamita, conocido popularmente como Quốc Ngữ, basado en el alfabeto latino, apoyándose en el trabajo previo de los misioneros portugueses Gaspar de Amaral y Antonio de Barbosa; y confeccionó un diccionario latín-portugués-vietnamita.
Continuó sirviendo como un importante puerto para el comercio exterior hasta finales del siglo XIX, cuando el río Thu Bon, que une Hoi An con el mar, se llenó de sedimentos, lo que convirtió al caudaloso río en una bahía muy poco profunda para la navegación. A pesar de ello, estas colmataciones naturales han hecho de sus orillas un lugar idílico para descansar en sus magníficas playas.
Preciosa ciudad con un encanto especial en el centro de Vietnam.
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