Hay un dicho atribuido a diferentes autores, que Pascual Madoz recoge en su Diccionario Geográfico: «Puertos seguros son Cartagena, junio y julio». Sólo con ésto ya está casi todo explicado.

Localización en el mapa de España
Abordadas sus costas por fenicios, púnicos, romanos y una gran cantidad de pueblos, eran pocos los que llegaban allí y no se quedaban. Un excelente clima, un buen abrigo y tierra rica, entre sus muchas bondades.

Vista aérea actual del puerto de Cartagena (España)
Sin embargo todas estas ventajas no supusieron siempre riqueza, y muy al contrario a menudo significaron guerra, hambrunas y abandono. Es el panorama común de muchas de las ciudades costeras del Mediterráneo, ciclos donde la abundancia va seguida de la miseria, paz que sigue a la guerra y hambre tras las buenas cosechas.

Faro de Navidad
De Cartagena, la ciudad trimilenaria, dicen sus habitantes que «no existirá tierra mas pisada, mas trillada y mas castigada». Históricamente casi siempre ha estado, como las nuevas corrientes ideológicas, enfrente del poder establecido, y por ello ha recibido mucha «metralla». Pero esta urbe, que se yergue orgullosa y heroica, que ha sido maltratada tanto por propios como por extraños, se ha levantado periódicamente sobre sus ruinas.

Vista desde el puerto
Posee un patrimonio histórico digno de reyes que no ha sido suficientemente valorado ni protegido como se merece, y del que podría vivir como otras ciudades italianas, griegas o norteafricanas. No siempre ha contado con buenos juglares, ni con buenos señores.
Otro de sus muchos patrimonios heredados es el genético, sangre francesa, italiana, británica y alemana se mezcla con la de otros países y distintos continentes. Los apellidos evidencian este devenir secular que puede encontrarse hasta en las denominaciones de las calles, en las que los nombres foráneos, españolizados o no, abundan.

Vista panorámica con el mar al fondo
También en Cartagena hallamos genes diversos de la propia Península Ibérica, que pueden encontrarse en topónimos de origen catalán, y apellidos vascos y aragoneses principalmente. Un crisol de culturas que no es tan fácil de localizar en la vieja Europa, y que sólo por el carácter marítimo y naval de esta villa puede entenderse.

Paseo marítimo
Visitada periódicamente por las fiebres tercianas, que descendían su población a uno o dos tercios, ha sabido re-inventarse a lo largo de su devenir, y en los malos momentos se recogía sobre sí para renacer a posteriori, bien como puerto de comercio o como abrigo para galeras, bien como arsenal militar. Toda su historia ha estado ligada inexorablemente a la mar, a un flujo continuo de idas y venidas.

Otra vista del impresionante teatro romano
Y a pesar de esa indudable e inevitable interconexión, no hay un análisis histórico global que incardine esta urbe milenaria con la fuerza del mar, la que cala los huesos de sus habitantes, la que genera riqueza con la mezcla y la variedad, la que ha caracterizado la idiosincrasia de un pueblo que muchas veces ha mirado al puerto, y otras no ha querido hacerlo porque la diosa fortuna podía traer tanta abundancia como desgracia.
Dra. Celia Chaín
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Cartagena, el puerto trimilenario
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Es simple, es un puerto, y allì hay, gente de mar , gente de tierra, gente de otras partes, y aquellos pocos agraciados hijos de las sirenas, no podremos entenderlo nunca.
si nos reducimos a la ciencia, nunca podremos amarlo. ni hablar de comprenderlo todo.
saludos Félix-
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[…] asiático o en el africano. Algunas son ya trimilenarias, como ocurre con Atenas (Grecia), Cádiz y Cartagena (España), Hipona (Argelia), Leptis Magna (Libia) y Siracusa (Italia). En otras sus fundadores […]
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[…] nuevo, el del dominio del mar. Parece que su espíritu marítimo había surgido en Cartagonova (Cartagena), cuando vieron la enorme flota romana en el puerto. Por sus venas corría la sangre de sus […]
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