El gran emperador bizantino Teodosio construyó en la ciudad de Estambul (Turquía), durante el siglo IV, un puerto ubicado en lo que hoy es el barrio Yenikapi. Estaba situado en la parte sur, frente al mar de Mármara. También se conoce como puerto de Eleutherios.

Inicio
Al convertirse en la capital imperial, Constantinopla (hoy Estambul), la población comenzó a crecer y con ella también el comercio. El aumento de la demanda saturó los puertos existentes. Por ello, la desembocadura del Lykos (un arroyo estacional también conocido como el río Lobo) se amplió para construir un rompeolas en dirección este-oeste. Así surgió el puerto de Teodosio, con una enorme capacidad comercial que se apoyaba en el transporte en grandes embarcaciones de alta mar.

Desarrollo
Muchas de las ciudades portuarias bizantinas tenían tanto un puerto interior como uno exterior. En la parte occidental se encontraba el puerto interior y las excavaciones sacaron a la luz su arquitectura, como los diques, el muelle construido con grandes bloques y la parte inicial del rompeolas. Este último estaba compuesto de altos muros que dibujaban las líneas del puerto principal interior, que además solían ser las prolongaciones de las fortificaciones en la línea de costa. La entrada estaba flanqueada por torres de vigilancia, como la Torre de Belisarios, también conocida como Mazmorra de Belisarios o Torre del Sacerdote, que se alzaba en medio del mar. También podría haber tenido funciones de faro, con su brillante luz en la noche. El acceso estaba bloqueado con enormes cadenas, de la misma manera que los de Tesalónica, Modon y Hierax. Se sabe que en un momento determinado se prohibió la entrada al puerto a los barcos procedentes de naciones sin tratados comerciales con Constantinopla.

Se transportaba mármol de Prokonnesian, tejas, ladrillos y otros materiales demandados para la construcción, así como madera, alimentos y bebidas.

Petrus Gyllius, que estuvo en la ciudad desde 1544 a 1547 para recopilar manuscritos antiguos en nombre del rey de Francia, escribió lo siguiente:
«El puerto de Teodosio se encontraba dentro de los huertos llamados Blanka hoy; estaba rodeado de muros por todas partes y ubicado en el área plana en las faldas de la séptima colina a lo largo del Mar de Mármara. La boca del puerto miraba hacia el Este y un muelle se extendía desde esta dirección hacia el Oeste. Ahora, encima de estos hay un muro de fortificación de 12 pies de espesor que se extiende 600 escalones, mientras cuento mis pasos mientras camino (…) Mirando el muelle y la ubicación, descubrí que el perímetro del antiguo puerto era más de una milla. En la bocana aún hoy accesible hay una torre rodeada de mar y escombros de piedra».
Los barcos se cargaban en el muelle que había en el lado Este del puerto. Sin embargo, los vientos y las corrientes se convirtieron pronto en un gran impedimento, porque retrasaba el transporte. Por ello el emperador Justiniano (s. VI) decidió construir unos almacenes intermedios en la pequeña isla de Ténedos y que el transporte continuara en adelante sobre embarcaciones menores hasta la capital.

El ocaso
A mitad del siglo VI el puerto de Teodosio dejó de ser imprescindible, cuando cesó el transporte de grano desde Egipto, pero siguió acogiendo a embarcaciones de carga de corta distancia y de pesca. Ya en plena Edad Media dejó de utilizarse cuando se quedó bloqueado debido al cieno arrastrado por el Lykos. Se cree que la sedimentación llenó primero la parte occidental del puerto. Así que las actividades se trasladaron a la parte Este; sin embargo, la sedimentación continuó y ya estaba casi completamente enlodado a fines del siglo XII. Esta saturación solo permitía el acceso a los pequeños barcos costeros. El hecho de que la mayoría de los naufragios descubiertos daten de finales del siglo X y principios del XI y que ninguno sea de períodos posteriores respalda esta hipótesis.

Cuando se colmató por completo dio paso a terrenos de uso agrícola, según se desprende de los relatos de los viajeros. Petrus Gyllius narró así este cambio «El puerto se ha llenado, se han plantado verduras en los amplios campos. De los árboles cuelgan frutas, no velas como había dicho Fabios; las huertas se riegan de fuentes inagotables que quedan del antiguo puerto».

Cómo se encontró
Durante los trabajos de perforación del túnel ferroviario submarino Marmaray, en el año 2004, se descubrieron los restos de este impresionante puerto, que ya estaba a unos 300 m de la costa actual. En su momento de mayor uso era un puerto natural en el que había una gran bahía, donde el arroyo Lykos desembocaba. El sitio arqueológico ocupa unos 58 km².

Dedicaremos entradas posteriores a los numerosos pecios descubiertos en este magnífico puerto, hoy sumergido en el mar de Mármara.
Más información
FOWDEN, Elizabeth Key et al. Historical Distance, Physical Presence and the Living Past of Cities. In Cities as Palimpsests?: Responses to Antiquity in Eastern Mediterranean Urbanism. Oxbow Books, 2022, p. 3-26.
KOCABAŞ, Ufuk; ÖZSAIT KOCABAŞ, Işıl. Shipwrecks at the Theodosian Harbour. Publications de l’Institut Français d’Études Anatoliennes, 2010, 20, 1, p. 109-127.
Proyecto OLKAS: “Del Egeo al Mar Negro” – Puertos medievales en las Rutas Marítimas de Oriente.