Por Marina Ortiz Lorente, Grado en Gestión de información y Contenidos Digitales
Construido en el Reino Unido en 1911, navegó bajo el nombre de SS Corrimal antes de ver cambiado su nombre en 1950. Este coloso de acero, con 71,9 metros de eslora y 1.140 toneladas, fue diseñado y construido para resistir la prueba del tiempo.
Aunque inicialmente el SS Ayrfield funcionó como un barco de vapor minero, su papel cambió con los años y las circunstancias. Durante las primeras décadas navegó rutinariamente por las aguas entre Newcastle y Sydney, transportando carbón para alimentar la creciente economía de Australia en el siglo XX. Sin embargo, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, su propósito se transformó, ya que fue reasignado y adaptado para funcionar como un buque de transporte de tropas y suministros, jugando un papel fundamental en la maquinaria de guerra.

Cuando el abandono da lugar a la vida
En 1972, el SS Ayrfield fue retirado del servicio y dejado a su suerte en Homebush Bay, Sydney (Australia). Este lugar, conocido por ser un cementerio de barcos, se convirtió en el punto de partida de su insólita transformación.
Aunque abandonado, el barco pronto encontró nuevos ocupantes. Las semillas llevadas por el viento, las aves y las mareas no tardaron en encontrar su camino hacia las grietas de la estructura en descomposición del SS Ayrfield. Abriéndose paso en este terreno inusual, estas semillas comenzaron a germinar, arraigándose en el acero oxidado y el barro que se había acumulado en la bodega del barco.
A medida que pasaban los años, esta vegetación comenzó a prosperar. La lluvia y el sol proporcionaban el sustento necesario y el barco daba una protección contra las mareas y las corrientes. Sobre el casco del buque varado, nació y creció un bosque lleno de vida.

Un ecosistema
La vegetación no es la única forma de vida que ha encontrado un hogar en el SS Ayrfield, durante el día, se puede escuchar el canto de diferentes aves como gaviotas y pájaros cantores locales. También se han avistado cormoranes descansando en las ramas de los árboles y cazando peces en las aguas cercanas, mientras que las palomas y los loros a menudo se ven picoteando las semillas y las frutas de los árboles.
Bajo la superficie del agua los peces y las pequeñas especies de crustáceos y moluscos encuentran refugio entre los restos sumergidos del barco, creando un ecosistema marino en miniatura.
Mientras tanto, en la cubierta y entre los árboles, pequeños mamíferos han hallado un refugio seguro. Estos animales, a menudo desplazados por el desarrollo urbano, tienen en el SS Ayrfield un santuario donde poder habitar en paz.

Reflexiones finales
La metamorfosis de SS Ayrfield en un bosque flotante demuestra cómo la naturaleza puede reclamar y transformar espacios que antaño fueron dominados por la actividad humana. En un mundo cada vez más urbano, el SS Ayrfield es un recordatorio de nuestra coexistencia con la naturaleza y de su asombrosa capacidad para adaptarse y florecer, incluso en las circunstancias más inverosímiles.
Localización del SS Aryfield en Homebush Bay, Sydney.
Más información
ANDERSON, Ross. Ships’ graveyards: abandoned watercraft and the archaeological site formation process. 1998 [Consulta 11/07/2023]
BROOK, Benedict. The bizarre hidden shipwrecks of Sydney Harbour where nature has taken over. News.com.au [en línea]. 11 de junio de 2017 [Consulta 11/07/2023]
GROUNDWATER, Ben. SS Ayrfield, Homebush Bay: The strange Sydney Harbour shipwreck that grew a forest. The Sydney Morning Herald [en línea]. 23 de septiembre de 2020 [Consulta el 11 de julio de 2023].
MASSAAD, Phillip. Rusting Relics: Exploring Australia’s Shipwreck Heritage. Australian Self Publishing Group, 2020 [Consulta 11/07/2023]
Submerged secrets: Life thrives beneath Sydney’s waterways. Australian National Maritime Museum [en línea]. 2020. [Consulta 11/07/2023]
