En el Pacífico, en la isla de Pompei (en español se conoce como Ponapé) en la Micronesia, se descubrió una impresionante urbe conocida como Nan Madol, que había sido la sede de la dinastía Saudelor (aproximadamente desde el siglo XII hasta el XVII). Aparece situada en la parte Este, como se puede apreciar en la segunda imagen.


La ciudad
Está construida con piedra volcánica, formada por bloques basálticos de varias toneladas. Aunque hay más de 90 estructuras, ya se han podido identificar claramente una gran tumba, templos y un palacio.




Todo el conjunto está protegido por un dique de unos 2 km., que se levanta sobre el arrecife de coral. Es una construcción realmente impactante, tanto por su magnitud como por la técnica constructiva utilizada, que requería la extracción, tallado y colocación de grandes bloques de piedra. Algunos tienen una altura de hasta 7 metros y una anchura de 5 m. El tamaño colosal de esas construcciones, así como la perfección técnica y la concentración de sus estructuras megalíticas, son un vivo testimonio de la complejidad de las prácticas religiosas y sociales de los pueblos insulares en ese periodo. El peso promedio de cada piedra es de 5 toneladas y algunas llegan hasta las 25 toneladas. Son tan pesadas que los investigadores todavía deben determinar cómo se construyó. Los isleños creen que la capacidad para desplazar semejantes bloques basálticos tiene un origen mágico.

Una ciudad llena de canales
Estaba compuesta por un cúmulo de islas artificiales cimentadas sobre arrecifes coralinos y conectadas mediante canales. En el momento de su máximo esplendor estaba surcada diariamente por pequeños barcos, que eran una parte vital de la urbe porque a través de vías se comunicaban los islotes, que eran plataformas artificiales elaboradas con piedra o hechas de corales. Por este motivo, la ciudad es conocida en Occidente como la “Venecia del Pacífico”.

Parece que además los canales servían para permitir que por allí pasaran los dioses del océano, que según la mitología tenían forma de anguilas, y a los que adoraban ofreciendo el sacrificio de tortugas marinas, de las que se han hallado multitud de restos.
Las leyendas fundacionales
Una de las leyendas locales sostiene que las construcciones estaban allí antes de que los primeros pobladores llegaran a la isla. Se dice que las piedras de algún modo se levantaron y se movieron solas para dar lugar a los templos y restos de edificios. Según otra crónica, la ciudad fue fundada por unos hermanos gemelos que llegaron allí en canoa desde una isla cercana, buscando un lugar para construir un altar para su dios, y que levantaron los edificios ayudados por un dragón.
En los relatos de pueblos cercanos se asegura que se esconde otra ciudad misteriosa bajo las aguas, que irradia las luces resplandecientes que se avistan alrededor del sitio por la noche. Estas historias contribuyeron a que fuera conocida como la ciudad fantasma, ya que aparte de estar deshabitada, se halla a unos 1500 km. de tierra continental. Para quienes viven en lugares cercanos, Nan Madol es un gran centro ceremonial, considerado terreno sagrado.
Las piedras sakau
Se ha conocido que en Nan Madol, igual que en otras islas cercanas, se llevaba a cabo una ceremonia llamada sakau. Consistía en machacar raíces del árbol Piper methysticum, para obtener un líquido y tomarlo. Actualmente estas fiestas sakau se siguen celebrando en Pompei.

Con el tiempo, en las piedras en las que se llevaba a cabo esta ceremonia quedaron huellas, ya que se fueron desgastando, y hoy aparecen en ellas unas concavidades.

Además
Muchos buceadores occidentales que se han sumergido en esa zona han descrito que en las aguas costeras existen amplias zonas con construcciones, calles y avenidas cubiertas de conchas y corales, bloques, monolitos y otras señales inequívocas de que el sitio arqueológico es mucho más grande de lo que hasta ahora se ha descubierto. Aparte de que hacen falta más recursos, tiempo y excavaciones, el secretismo que impera en los pueblos cercanos ha hecho muy difícil conocer más de esta cultura y de sus habitantes.
La UNESCO reconoció a Nan Madol como Patrimonio Mundial en 2016.
Más información
BALICK, Michael J. & LEE, Roberta A. Chapter Six: The Sacred Root: Sakau en Pohnpei. En Ethnobotany of Pohnpei. University of Hawaii Press, 2009, p. 165-203.
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