La sirena de Zennor (I)

Concretamente, la aldea de Zennor se encuentra en la costa de barlovento del Condado de Cornualles. Las casas se disponen en las laderas, aparentando haber sido colgadas por el viento que se mece entre los parajes de ensueño, donde las olas bañan los salientes de los acantilados, en las calas. Solamente, unos pocos pescadores rutinariamente se hacen a la mar en sus barcos para autoabastecerse de alimentos, con los que mantener a sus familias. No obstante, en otros tiempos, el mar era la fuente de vida para los habitantes de Zennor, ya que les proporcionaba el pescado que precisaban, tanto para su alimentación como para la venta de pueblo en pueblo. Se tenía constancia de la hora gracias al flujo y reflujo de las mareas, y de los meses y años por los bancos de arenques. Las tormentas repentinas provocaban el naufragio de los barcos pequeros que salían del puerto de Zennor, ocasionando la pérdida de numerosos marinos, dentro de un mar furioso a consecuencia del temporal. Al final de la jornada, cuando el mar estaba en calma y todos los barcos habían atracado en la costa, con su cargamento de pescado en las bodegas, el pueblo de Zennor se dirigía a la antigua iglesia de “Saint Senara” en señal de agradecimiento por la suerte que había acompañado a los marineros en sus largas travesías por las aguas del mar Céltico. En la ceremonia religiosa, el coro cantaba, y, tras el himno de clausura, las familias se reunían en sus hogares.