Durante el mes de agosto hacemos recopilaciones temáticas, basadas en las series que contiene esta bitácora. Esta semana tratamos los mitos y leyendas marineras.

Muchas veces lo que se narra está entre la realidad y el mito. Es decir, hechos reales se han llenado de misterio y han ido acompañados de sugerentes interpretaciones acerca de cómo tuvieron lugar y de qué forma se desarrollaron. Así, cuando llegan hasta nosotros, sólo la investigación científica puede determinar hasta qué punto acaecieron los hechos narrados y dónde se inicia la leyenda. Otros ya han sido descartados y se han convertido en mitos que a pesar de su interés, no pertenecen a la historia de la Humanidad. De cualquier forma, reales o no, son una parte muy importante de nuestro acervo cultural y siguen teniendo el favor de muchos lectores, que disfrutan leyendo estas magníficas crónicas.
Se han dedicado múltiples entradas a esta temática. Algunas de los más tratadas son los monstruos marinos y los animales fantásticos.
Los monstruos marinos
Una época clave en la representación de los monstruos de los mares fue la de los portulanos y las primeras cartas náuticas. La leyenda de muchos de ellos data de siglos previos, pero su inclusión en los documentos cartográficos se inició a fines de la Edad Media. También en los bestiarios medievales aparecían con cierta frecuencia junto a otros terrestres o con características mezcladas como los de los dibujos siguientes.


En España hubo un género único, que terminó irradiando su sistema a otras naciones, los impresionantes beatos, en los que de vez en cuando se podían ver animales marinos, que sin tener características monstruosas, dada la escena, podían apoyar la visión casi terrorífica que ya existía sobre el mar en época medieval.
Sin embargo, fueron las cartas náuticas las que mejor documentaron ese temor vinculado al mar que durante siglos caracterizó la conciencia europea, poblada de multitud de leyendas.







Entre los dibujos, algunos estaban basados en avistamientos de animales reales a los que la fantasía y el miedo habían transformado en monstruos. Otros eran sólo producto de la imaginación de navegantes y artistas.
Otros animales marinos
En este mundo mítico, ciertos animales que vivían en las profundidades marinas han sido reconocidos a lo largo de la toda la Historia, como el conocido monstruo del lago Ness, la temible serpiente marina, los calamares gigantes y también los magníficos narvales (que, a pesar de que realmente existen en las zonas polares, han estado cubiertos de un manto de misterio, confundidos con caballos, rinocerontes o el irreal unicornio, sin contar las propiedades atribuidas a su mágico diente).

También otros que viven cerca del mar y nadan en sus aguas, como las iguanas de las islas Galápagos, fueron confundidas con monstruos que atraían la mala suerte y que representaban al mismo demonio, lo que supuso que durante siglos parecieran estar malditas y protagonizar narraciones fantásticas.
Las sirenas, los tritones y resto de figuras con características antropomorfas han estado apareciendo en mapas y cartas durante siglos, muchas veces a modo de aviso a los navegantes y otras para continuar infundiendo el miedo a lo desconocido.

Islas imaginarias
Una de estas narraciones destaca por su vínculo marítimo, la de San Brandán, que tuvo representación a fines de la Edad Media en manuscritos, de indudable valor artístico y estético. Brandón (el nombre del obispo que dio nombre a la leyenda, que dependiendo del idioma de los navegantes se llamaba Brandán, Borondón, Brandoni, entre otros) era un santo irlandés que vivió en el siglo VI. Lo que dio origen a este relato es el viaje que emprendió por el Océano Atlántico con otros monjes durante 7 años en busca del paraíso. En su derrota encontró diversas islas y en una de ellas dice la leyenda que celebró misa y encendió fuego, pero luego se dio cuenta de que la supuesta isla era una ballena, lo que ha dado lugar a muchas representaciones de este hecho fantástico.


En el profundo y oscuro océano, al que Homero se refería como el negro ponto, también se terminaron incluyendo islas que realmente nunca estuvieron allí. Muchas veces eran reales, pero esa no era su localización correcta (Taprobana, que tuvo otros nombres como Ceilán y que ahora es Sri Lanka) y otras fueron producto de la imaginación de ansiosos autores (Tule, también llamada Tile, o la isla de Brasil). En otras cartas incluso se pudieron situar y nombrar continentes irreales como Lemuria.

Más leyendas
Igualmente hay muchas e interesante leyendas marítimas vinculadas a barcos fantasma, al nacimiento de lugares como Nueva Zelanda, Madagascar o Singapur, a grandes viajes de sus reyes míticos, príncipes, obispos y de osados navegantes como Piteas. La realidad se mezcla con la ficción en la derrota seguida por grandes exploradores como Marco Polo y Clavijo, entre otros muchos. Incluso con asesinatos de princesas acaecidos en islas conocidas.

Más narraciones fantasiosas como la del estrecho de Anian, que posteriormente se descubrió que estaba mucho más lejos de lo que inicialmente se suponía, el estrecho custodiado por los monstruos Scila y Caribdis en la bella isla de Sicilia, del que ya hablaba Homero, la de la ninfa que se enamoró de un marinero y la de los delfines que salvaban a náufragos, son buenos ejemplos de ello.
Para concluir
Muchas de estas leyendas se convirtieron en la representación de la mentalidad de la Antigüedad, y de la sociedad medieval y moderna hasta el siglo XVIII, reflejando sus temores y su forma de entender el universo marino, habitado por monstruos. A pesar del terror que solía causar la mar, existían valientes navegantes que hacían frente a estos peligros y se convertían en auténticos héroes. También se solían situar reinos míticos al otro lado del Océano.
Ya, cuando la mentalidad ilustrada empezó a calar en la sociedad, comenzaron a surgir otras historias, que habían dejado atrás parte de esos miedos, pero que mantenían ciertas características, y donde la lejanía hacía volar la imaginación de los autores, pero también de lectores. Así siguen todavía escuchándose leyendas de barcos fantasma, de naufragios encantados que llevan tras de si una potente maldición, el monstruo del lago Ness sigue desatando polémica, los calamares gigantes y otros seres de las profundidades son objeto de estudios científicos. Igualmente la aparición de nuevas islas y las serias amenazas de que otras pueden desaparecer en un futuro relativamente cercano, siguen alimentando la imaginación de muchos y dando rienda suelta a diversas interpretaciones. Todos son textos, escritos para todo los gustos, donde el mar es el vínculo y el porcentaje de realidad que contienen va cambiando sensiblemente.