Autor: Garbo
1) Contexto general
Como la siguiente canción está ambientada en un café cantante de Sevilla, a continuación, se acompaña una explicación de lo qué eran estos lugares; concretamente, eran un tipo de local de ocio donde, además de comercializar bebidas, se ofrecían espectáculos de cante, toque y baile flamenco, muy populares desde mediados del siglo XIX hasta la segunda década del siglo XX. Los cafés-cantantes estaban instalados alrededor de un patrón general: un salón lo más amplio posible, decorado con espejos y carteles de toros, en el que, además de las sillas y mesas destinadas al público, se levantaba el tablao donde actuaba el cuadro flamenco. Por ejemplo, el tablao del café del Burrero era tan amplio que, en él, se lidiaron becerros de casta. En los lados del salón, solían instalarse palcos para el público adinerado, y cuartos reservados para juergas o comidas familiares.
2) Letra de la composición
En la Sevilla del ochocientos,
de marineros y bergantines,
puso banderas de sentimientos
con sus cantares Concha Jazmines.
Dice que tiene, tiene y un almirante,
dice que si un gitano, y un marinero,
pero la Concha sólo tiene su cante
sin importarle nada del mundo entero.
Apená’ por mi «farsía»,
mandé a un hombre pa’ los restos;
tengo que morir «vestía»,
y con los zapatos puestos.
Ole con ole vamos andando
que está cantando Concha Jazmines.
Ole con ole que, en su garganta,
cantan que cantan los serafines .
Por culpita de un amante
que Dios sabe dónde está,
se le «mua» hasta el semblante
cuando acaba de cantar.
A ver si vamos callando,
ya dejarse de maitines ,
la guitarra está sonando,
y sus boquelas cantando,
ole con ole Concha Jazmines.
Con el semblante «despavorío»
vieron a Concha con un fulano,
y la noticia pronto ha «corrío»
por las tabernas del Altozano.
Y aquella noche, Concha, sin dar razones
no fue al café-cantante como a diario,
y las lenguas hablaban por los rincones,
haciendo paz y guerra de su calvario.
Y a las claritas del día
la lloraba el pueblo entero,
cuando la vieron sin «vía»
entre cuatro marineros.
Ole con ole llevarle rosas
que vaya hermosa Concha Jazmines.
Ole con ole vamos andado
que están llorando los serafines.
No se sabe quién ha «sío»,
ni tampoco cómo fue,
el misterio sabe el río,
pero nadie más que él.
Con que vámonos callando,
y arriad los banderines,
que Sevilla está llorando,
y sus campanas doblando,
porque se ha muerto Concha Jazmines.
3) Resumen
Esta composición analiza, en profundidad, la biografía de una prestigiosa cantante sevillana, que acude por las noches a uno de los cafés marineros de su ciudad natal, deleitando al público que allí se encuentra. Esta mujer de bandera ignora las murmuraciones que, sobre ella, van divulgando. Un día, misteriosamente, varias personas contemplan la presencia de un hombre acompañando a la artista, y a la mañana siguiente la encuentran sin vida en las cercanías del río Guadalquivir a su paso por el barrio marinero. Triana se viste de luto porque se ha apagado la voz de su sangre; el silencio tiñe cada uno de los cafés-cantantes sevillanos por un suceso aún sin resolver.
4) Audio
Se puede escuchar, cantada tanto por Carmen Morell como por Mercedes Chacón, aquí
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