En las islas del sureste asiático el concepto de casa-barco adquiere una gran relevancia y heterogeneidad. Su intrínseca vinculación con el mar ha hecho que parte de sus habitantes sigan viviendo en el mar (en barcos-casa), pero es que otra, que habita en tierra firme desde hace siglos, construye sus casas con forma de barco y, además, utiliza estructuras similares a las de un buque en las ceremonias de enterramiento.
Barcos-casa
Un pueblo conocido como los gitanos del mar se ha negado a abandonar su tradición y siguen viviendo literalmente en pequeñas embarcaciones (lepas). En ellas familias enteras se desplazan, cocinan y duermen. Estos habitantes nacen, viven y mueren en el mar. Sólo cuando han fallecido son enterrados en cementerios situados en tierra firme. Son unos magníficos buceadores que aguantan hasta 5 minutos sumergidos, y su conocimiento del mundo marino es tal que saben en qué día del mes están con sólo mirar el desarrollo de las algas de la orilla.
El gobierno indonesio ha intentado que estos nómadas del mar abandonen su forma de vida, pero sólo ha conseguido que algunos de ellos pasen a habitar en palafitos. Son viviendas que están apoyadas en pilares o estacas sobre el agua de cursos tranquilos.
Casas con forma de nave
Una parte importante de la población indonesia de Célebes (Sulawesi) habita tierra firme, pero sus casas tienen una forma que recuerda perfectamente la de las embarcaciones (se llaman tongkonan). Son el pueblo toraja.
Hay antropólogos que creen que con ella hacen honor a los orígenes marinos de este pueblo, aunque hay otras interpretaciones, como que son un tributo a sus dioses, que llegaron desde el cielo en un barco.
En la parte más alta de la casa se guardan las posesiones más importantes. En la zona media suelen habitar los miembros de la familia y es donde desarrollan sus actividades cotidianas. En la franja mas baja estaban los animales.
Los colores que más aparecen en las viviendas son el rojo, el negro y el amarillo. Cada casa muestra una gran variedad de dibujos geométricos, cuyo significado está establecido desde tiempos ancestrales.
Como los toraja no tienen tradición escrita, una forma de transmitir conocimientos y costumbres es a través de los dibujos de las tallas en madera, que se convierten, a la vez, en una manifestación cultural. En el exterior de las casas es frecuente encontrar cuernos de búfalo colgados en la fachada, símbolo de riqueza y prestigio social de sus dueños.
Ritos funerarios con tradición naval
El apego al mar es tan grande que en las ceremonias de enterramiento el catafalco que lleva el ataud tiene la forma de una nave. El fallecido, tras pasar un tiempo en casa de su familia, es trasladado al «cementerio» en una estructura hecha de madera que simula también un barco, como si éste debiera ser su última morada.
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