por Fernando Díaz Pérez, alumno del Máster en Historia y Patrimonio Naval
Síntesis
El SS Great Britain es un transatlántico británico que se botó en julio de 1843, y fue diseñado por Isambard Kingdom Brunel, Thomas Guppy, Christopher Claxton y William Patterson para la naviera Great Western Steamship Company. Fue el primer transatlántico cuyo casco estaba hecho de hierro. En esa época era, con sus 98 metros de eslora, el barco más grande del mundo. Tras sufrir varias reformas y servir para funciones diferentes, fue hundido en las Islas Malvinas. Un proyecto británico consiguió rescatarlo de las profundidades. Hoy el SS Great Britain es un barco-museo, está instalado en el puerto de Bristol (Gran Bretaña) y recibe entre 150.000 y 175.000 visitantes cada año.
Los inicios
Originalmente fue diseñado para transportar 360 pasajeros y 130 tripulantes, pero tras construirse una cubierta extra, su capacidad aumentó hasta un total de 730 pasajeros. Su bautismo de mar tuvo lugar el 19 de julio de 1843. El 26 de julio de 1845 el buque realizó su viaje inaugural desde Liverpool hacia Nueva York, trayecto que finalizó en 14 días. Su llegada despertó mucho interés en el continente americano.
Varado en Irlanda
Un año después de haber realizado su primer trayecto, el barco encalló en las arenas de Dundrum, en el condado de Down (Irlanda) y surgieron serias dudas sobre si sería posible desbloquearlo. Al final se consiguió, pero el coste de esta operación llevó a la quiebra a la Great Western Steamship Company, y el buque fue vendido a Gibbs, Bright & Co, que lo transformó en un barco de emigrantes.

Vuelve a navegar
Para su nueva función se construyó otra cubierta, se modificó la estructura interna de los camarotes, se cambió la maquinaria, se añadió una segunda chimenea y el número de mástiles se redujo de seis a cuatro.
El SS Great Britain pasó entonces a realizar la mayoría de sus viajes entre el Reino Unido y Australia. En 1852 realizó su primer viaje hacia Melbourne (Australia), transportando 630 emigrantes. El interés por el barco fue tan grande en la ciudad que aproximadamente 4000 personas pagaron un chelín para verlo.
Entre 1855 y 1858 se usó para el transporte de tropas durante la Guerra de Crimea y la rebelión de los Cipayos, y en 1882 fue transformado en un velero para el transporte de carbón.
Almacén flotante
En 1886 fue gravemente dañado en una tormenta y su carrera en alta mar llegó a su fin. Comprado entonces por la Compañía de las Islas Malvinas, pasó los siguientes 47 años como almacén flotante. En 1937 fue remolcado a Sparrow Cove, una bahía próxima a Port William, y hundido en sus aguas poco profundas.
Durante la Segunda Guerra Mundial parte de su acero fue utilizado para reparar el HMS Exeter, uno de los navíos de la Marina Real Británica que había sufrido daños graves.
En los años 1930 y 1960 hubo algún intento infructuoso de rescatar el barco. Permaneció en las Malvinas hasta 1970. Finalmente, consiguieron reflotarlo y lo transportaron hasta Inglaterra para hacer una gran restauración. Antes de emprender la travesía, dejaron un mástil en Puerto Stanley como memorial del tiempo que estuvo allí.
La recuperación del fondo del mar
El regreso fue posible gracias al arquitecto naval Ewan Corlett, que emprendió la tarea hercúlea de sacar el transatlántico del fondo del mar, y en 1969 ayudó a organizar una misión de rescate, para llevarlo a su lugar de origen, el Reino Unido.
Para que se pudiera efectuar el viaje de 8.000 millas hasta Bristol fue necesario estabilizar el buque. Trabajando contra reloj y en duras condiciones, los buzos intentaron arreglar el casco dañado utilizando una combinación de colchones y maderas donados por los habitantes de las Islas Malvinas. Pero el duro clima de esas latitudes no ayudaba mucho, con lo que el mástil de mesana terminó estrellándose contra la cabina central. Cuando consiguieron ponerlo a remolque zarparon con rumbo a Montevideo, la primera escala del viaje de vuelta.
Los fuertes vientos no ayudaron mucho en el tornaviaje. Después de dos meses el SS Great Britain arribó a Avonmouth, cerca de Bristol. Allí se repararon las grietas de su casco. Finalmente, llegó el 19 de julio de 1970 al histórico muelle en el que fue construido en Bristol, exactamente 127 años después del día de su botadura.
El SS Great Britain en proceso de restauración
En los treinta años transcurridos entre su hundimiento y su recuperación, el medio marino había dañado tan gravemente su casco de hierro que en el momento de su rescate se llegó a pensar que no aguantaría más de seis meses fuera del agua. Se vio que el dique seco de Bristol no era un buen emplazamiento porque, a pesar de su nombre, no estaba precisamente seco. Los altos niveles de humedad en el aire produjeron una nueva corrosión en la nave, por lo que un equipo de investigadores de la Universidad de Cardiff estimó que la nave podría conservarse de una forma correcta si se mantenía en un ambiente muy seco, protegido de la humedad. Por ello, se procedió a sellar las partes más frágiles de la nave en una cámara de deshumidificación gigante. Ésta está formada por una placa de vidrio que rodea prácticamente toda la nave, manteniéndola hermética al aire y al agua.
Además, por otro lado, se instalaron dos máquinas de deshumidificación especiales que secan el aire que hay en el muelle y en la nave. Éstas mantienen el aire a una humedad relativa del 20%, lo que hace difícil que vuelva a aparecer la corrosión. Las secciones superiores del casco se limpiaron utilizando chorros de agua a alta presión, y posteriormente se cubrieron con pintura anticorrosión para protegerlo de los fenómenos atmosféricos.
Debemos un homenaje a los siete restauradores que dedicaron tres años a completar la renovación del buque.
El SS Great Britain de Brunel en la actualidad
Hoy día es un barco musealizado que permite participar activamente en la recreación de la vida cotidiana a bordo del primer gran transatlántico del mundo, en una de las épocas de mayor apogeo naval británico.
Uno de sus principales atractivos es la plataforma de vidrio que protege la parte inferior del buque del agua y permite a los visitantes contemplarlo. Pero también se puede acceder a la cubierta, y a partir de allí se puede visitar el interior de las cabinas de lujo de pasajeros de primera clase, así como la cocina del barco y otras muchas estancias del mismo.
El Museo del Astillero cuenta la historia del SS Great Britain, desde su botadura en 1843 hasta su abandono en las islas Malvinas. Junto a la nave se encuentra el Instituto Brunel, que cuenta con una biblioteca marítima que tiene archivados miles de libros, documentos, planos y otros objetos, además de diarios y cartas de los pasajeros, maquetas y dibujos originales realizados por el propio Brunel.
Más imágenes del SS Great Britain
Video sobre el tornaviaje desde las Malvinas hasta Gran Bretaña
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Reblogueó esto en El blog de Juan Manuel Grijalvo…y comentado:
Isambard Kingdom Brunel
fue el mejor ingeniero
de todos los tiempos.
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[…] el siglo XIX, un transatlántico británico, el SS Great Britain, también fue recuperado del fondo del mar y convertido en museo. Se expone hoy en Bristol (Gran […]
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