Dedicamos esta serie a una parte de la Historia de la navegación localizada casi en las antípodas del Mediterráneo, en las islas del Pacífico austral. Entender cómo navegaban estos insignes antepasados nuestros hasta el siglo XIX es importante, además del conocimiento intrínseco que ello supone, porque posiblemente algunas de sus técnicas eran similares a las que en la Antigüedad usaron los marinos que surcaron el Mediterráneo antes de que apareciera la aguja náutica.

Detalle del mapa de Joan Martinez en 1587 en el que aparece marcado una parte del espacio que ocupa el Pacífico
Actualmente muchos de los métodos ancestrales se han perdido, pero en las pequeñas islas se mantienen algunos. Tenemos noticias porque los navegantes europeos que llegaron allí durante los siglos XVIII y XIX describieron parte de ellos, y porque algunos investigadores actuales, conscientes de la riqueza epistemológica que conllevaban, se dedicaron a recogerlos, documentarlos, describirlos y dibujarlos.

Australia según Cassini (1798)
Habitat marino
El Océano Pacífico abarca un área que supone, nada mas y nada menos, que 1/3 de la superficie de la Tierra. Este ámbito en el que la tierra firme ocupa algo mas de dos milésimas del total fue, desde hace miles de años, el habitat de un grupo heterogéneo de humanos para los que el mar, lejos de ser una barrera, se terminó convirtiendo en una inmensa autopista.

El mar del Sur o Pacífico en una carta de América. G. Danet, ca 1730
Las miles de islas que pueblan este mar han estado conectadas gracias a viajeros, que con los siglos desarrollaron un impecable sistema de navegación profundamente desconocido por el resto del mundo.
Lejos de los estereotipos que parece que se generaron, basados en relatos de viajes de algunos descubridores europeos, los conocimientos del medio marino facilitaron que se forjara una élite de cuyo dominio de las técnicas de navegación dejarían absortos a muchos entendidos.
Desgraciadamente el desprecio que algunos teóricos mostraron por estas habilidades, la prohibición de los gobiernos europeos de navegar entre islas y los modernos y cómodos sistemas de navegación actuales, han minado mucho el uso de los conocimiento originarios.

Canoa con batanga (el refuerzo exterior a modo de aleta) construida según técnicas antiguas
En un ámbito marítimo como el Pacífico los navegantes fueron una casta, de tradición oral exclusivamente, que guardaba celosamente su conocimiento, que lo transmitía a unos pocos elegidos, que nunca documentaron ni dejaron mas evidencias que alguna «carta de navegación» construida a base de ramas y conchas marinas.
Parece, según Lewis y otros muchos investigadores, que los tres grandes espacios geográficos (Melanesia, Polinesia y Micronesia) se poblaron gracias a los navegantes asiáticos, aunque éstos no descartan que hubieran incursiones de navegantes americanos.

Portada del libro de Lewis
Una vez establecidos en los diferente archipiélagos, los habitantes de cada uno de ellos no dejaron de tener contacto porque los separaran miles de kilómetros de agua marina. Al contrario de lo que se pensó inicialmente, los intercambios fueron muchos, frecuentes e importantes, y la comunicación se establecía primeramente a través de contactos esporádicos primigenios y posteriormente se plasmaba a través de viajes programados.
Algunas de las técnicas alternativas a los sistemas de navegación mediterráneos
En próximas entradas vamos a explicar detalladamente las técnicas mas comunes en las islas de la Polinesia, Melanesia y Micronesia, un territorio que abarca miles de kilómetros cuadrados, donde la mayor parte es agua, y en ella surgen pequeños islotes, cuyos habitantes han hecho uso durante siglos de estos impresionantes conocimientos para poder navegar entre ellas.

División de las islas del Pacífico Meridional
A muchos occidentales les costaba trabajo entender, según Lewis, cómo sin un solo instrumento y en pequeñas embarcaciones los aborígenes podían navegar miles de kilómetros. Ello supuso que se lanzaran teorías, basadas en conocimientos adquiridos en Europa que, lejos de servir para comprender las habilidades desarrolladas en las antípodas, sólo contribuyeron a generar estereotipos que podían ir desde el desprecio a la mitificación, y que no aclaraban nada.
Un estudio detallado de los sistemas de navegación permite saber que muchos de sus conocimientos se basaban en datos procedentes del análisis visual del oleaje, del vuelo de las aves o de la evolución de las nubes durante el día y de la observación de las estrellas durante la noche. Y que éstos sustituyeron durante siglos a nuestros sextantes, brújulas y demás instrumentos que en Europa se usaban para orientarse.

Carta vientos del Pacifico según un derrotero español de 1852
(Continuará)
Desde luego, la historia de la navegación en el Pacífico es realmente sorprendente; pero cabe preguntarse si los métodos de orientación utilizados en este ámbito serían válidos para el Mediterráneo o el Índico, por ejemplo. Es decir, el vuelo de las aves ha sido desde siempre y casi universalmente un método válido la orientación marina, ¿pero la observación de oleajes y cúmulos nubosos sería efectiva en el Mediterráneo?
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Estimado señor, la suya es una excelente pregunta. Se la hacemos llegar al experto en estos temas para que le de su opinión. Un saludo.
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Estimado Sr:
En la navegación antigua pueden considerarse, en mi opinión, tres tipos diferentes de navegación:
● La navegación de exploración o descubrimiento.
● La navegación comercial o de enlace entre puertos.
● La navegación de poblamiento o emigración.
Cada uno de estos tipos tiene características diferentes. En el caso de la navegación por el Pacífico, desde la llegada de los españoles, se trata del segundo modelo de travesía, es decir, la relación entre diversas islas por comercio o intercambios de habitantes o de relaciones para evitar la consanguinidad. Dicho de otra forma, se trata de viajar entre dos puntos conocida la dirección y las jornadas del viaje. Así, una «carta náutica» como la que aparece arriba de las islas Marshall, es prácticamente igual que una carta plana mediterránea, las cuales estuvieron en uso hasta bien entrado el s. XVIII.
Dicho esto, en relación con la observación del oleaje y de los cúmulos nubosos que indicaban la posición de islas, no se utilizaron en la náutica mediterránea por dos motivos:
1º Porque no era necesario. La navegación era de cabotaje, y la distancia entre la orilla norte y la del sur del Mediterráneo se podía cubrir en menos de dos días.
2º Las condiciones ambientales son diferentes. La variación del oleaje y el posicionamiento de nubes sobre islas, se deben a unas condiciones oceanográficas y meteorológicas diferentes, cuya discusión se sale del marco del blog.
Esperando haber contestado a su pregunta, quedo a su disposición.
Un cordial saludo. Pedro Fondevila
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[…] es, desde hace miles de años, el hábitat de un grupo heterogéneo de humanos para los que el mar, lejos de ser una barrera, se terminó convirtiendo en una inmensa autopista. Eran los habitantes originarios de las zonas de Melanesia, Polinesia y Micronesia, que llevaron a […]
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