Hay textos antiguos que, aunque estén escritos en un lenguaje algo distinto al actual, merece la pena conocer por el interés que presentan para llegar a entender las peculiaridades de la vida en otros tiempos. En este caso, la de los que viajaban en galeras. Por ello traemos las recomendaciones que en el siglo XVI el obispo de Mondoñedo, D. Antonio de Guevara, les ofrece a los que iban a embarcar en ellas y cómo les previene acerca de ciertas necesidades y peligros que puedan acaecer.
La obra se denominó Arte de marear y de los inventores de ella: con muchos avisos para los que navegan en ellas, y se publicó por primera vez en 1539, aunque hay otras ediciones posteriores.
En el preámbulo ya explica que se va a tratar de
las cosas que el mareante se ha de proveer para entrar en la galera. Las cosas necesarias para navegar: porque no basta, que el pasajero vaya avisado de todas las cosas de que se ha de guardar, sino que también ha de entrar con lo que le fuera menester.

Galeras en el puerto de Leghorn (S. XVII). Fuente: Museo de Greenwich
Y continúa así: Es saludable consejo, que todo hombre que quiere entrar en la mar, ora sea en nao, ora sea en galera, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:
Sobre la galera en la que es deseable embarcar
- Que cuando hubiere de navegar, navegue en galera que la fusta sea nueva, y la chusma sea ya en el remar curtida.
- Seleccione para su navegación galera afamada y afortunada, en la cual no haya acontecido alguna notable desdicha.

Galeras. Palacio del Viso del Marqués
Favores necesarios
- Vaya a visitar, y hablar al Capitán de la galera y se intente hacer amigo suyo. Lo mismo con el cómitre, el alguacil, el cocinero, los espalderos y los proeles.
Alimentos
- Haga hacer bizcocho blanco, compre tocino anejo, busque muy buen queso, tome alguna cecina, y aun alguna gallina gruesa, porque estas y otras semejantes cosas no las excusa de comprar el que quisiere navegar.
- Se provea de pasas, higos, ciruelas, almendras, diacitrón (confitura similar al cabello de ángel, hecha con cidra), dátiles, confites, y de alguna delicada conserva.
- Lleve un ristre de ajos, de un horco de cebollas, de una botija de vinagre, de una alcuza de aceite, y aun de un trapo de sal.
- Para los hombres regalados, y estómagos delicados, se provean de algunos perfumes, menjuí (también llamado benjuí, es un bálsamo aromático que se extrae de la corteza de un árbol), estoraque (otro bálsamo), ámbar, o aloes, y sino de alguna buena poma hechiza para poder dormir bien.

Galeras en Argel. Palacio del Viso del Marqués
Vestimenta y enseres para llevar
- Haga alguna ropa de vestir que sea recia y forrada, que sea más provechosa que vistosa.
- Se provea de pantuflos de corcho, de zapatos doblados, de calzas marineras, de bonetes monteros, de agujetas dobladas, y de tres, o cuatro camisas limpias.
- Lleve algún colchoncillo terciado, de una sábana doblada, de una manta pequeña, y no más de una almohada.
- Haga provisión de algún barril, o bota, o cuero de muy buen vino blanco: el cual si posible fuere sea anejo, blando y oloroso.
- El que quiera comer limpio, se provea de algún mantel, pañizuelo, olla, cántaro, y copa.
- En especial al que es un poco bisoño, que si llevare a la mar alguna arca con bastimento, algún ferón con armas, algún barril con vino, algún lío con ropa, o alguna caja con escrituras.

La escuadra de galeras de Florencia atacando un caramuzal turco. Manuscrito “Impresse delle galere toscane» (1597/1616). Erasmo Magno da Veletri. Biblioteca Riccardiana (Florencia)
Entretenimiento y amistades
- Mire mucho a quién se allega, con quién entra, de quién se fía, con quién habla, y aun con quién juega, porque son tan avisados, y tan taimados los de la galera, que si le sienten al pasajero, que es un poco necio, jugarán con el tres al mohíno.
- Que como en la galera no haya mucho que hacer, ni menos que negociar, ver allí el pasajero, que lo más del día, y de la noche, se ocupan en contar novelas, hablar cosas vanas, blasonar de sus personas, alabar sus tierras, y aun relatar vidas ajenas; y en semejantes pláticas, y liviandades, debe mucho el pasajero cuerdo guardarse de no ser prolijo, novelero, vocinglero, mentiroso, entremetido, chocarrero, y porfiado, porque más pena da en la mar una conversación pesada, que no la mala vida de la galera, y parece esto muy claro, en que la marea de en cuando en cuando os hace rebelar, y un necio porfiado cada hora os hace desesperar.
- Para el pasajero que presume de ser cuerdo, y honrado, compre algunos libros sabrosos, y unas horas devotas, porque de tres ejercicios que hay en la mar, es a saber, el jugar, el parlar, y el leer, el más provechoso, y menos dañoso es el leer.

Flota de galeras, escoltadas por una carabela. Obra de Brueghel (S. XVI)
Religisiodad
- Se confiese, se comulgue y se encomiende a Dios.
- Haga su testamento, cumpla con sus acreedores, reparta su hacienda y se reconcilie con sus enemigos.
Limpieza interna del cuerpo
- Ocho o quince días antes que se embarque, procure limpiar y evacuar el cuerpo.

Galeras dibujadas por Texeira
Consejos para sobrevivir
- Aviso muy necesario, que al tiempo que en la galera viere el pasajero alzar el ancla, coger los remos, meter el barco, apartarse de tierra, mudar la vela, y andar gran grita, calle, recójase, y no diga palabra, ni ande por la galera: porque los marineros como son unos desesperados, y aun agoreros, tienen por grandísimo agüero si en el conflicto de la tormenta oyen hablar, o hallan en quien tropezar.
- Mire por sí el pasajero, a que no ose de día traer por la galera los pies descalzos, ni dormir de noche la cabeza descubierta, porque a los pies le hará mal la humedad, y la cabeza el sereno, de lo cual sino se guarda en la mar mucho, no podrá escapar, ni salir de la galera, sino cargado de algún catarro, o muy malamente sordo.
- Para que uno no se maree, ni revese en la mar, ponga un papel de azafrán sobre el corazón, y estése quedo sobre una tabla en el hervor de la tormenta.
- Que cada pasajero trabaje en la mar, de tener siempre el estómago muy templado, y no de manjares cargados, es a saber, comiendo poco, y bebiendo menos.
Sobre este texto
Hay que tener en cuenta que esta obra tiene un tono humorístico, y que su autor la compuso más para provocar divertimento que preocupación. Este tipo literatura audaz y polémica nos proporciona la visión que un franciscano muy conocido en la Europa de su tiempo, que afirma ser buen conocedor de la vida en las galeras, escribió hace ya casi 500 años.
Nota: cuando la letra aparece en cursiva es que el texto se corresponde con el original.
Más información
Texto transcrito, reorganizado y adaptado de la traducción que aparece en el blog Filosofía en español.
GUEVARA, Antonio de. Arte de marear y de los inventores de ella: con muchos avisos para los que navegan en ellas. Compuesto por el Ilustre, y Reverendísimo Señor D. Antonio de Guevara, Obispo de Mondoñedo, Predicador, y Cronista, y del Consejo de su Majestad. Madrid: ed. viuda de Melchor Alegre, 1673 [La edición original es de 1539].
Otra versión publicada en Bilbao en 1895.
MOREIRAS, A. El Arte de marear, de Antonio de Guevara, y la autonomización del texto literario. Hispania. 1985, 68, 4, p. 724-732.
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Un texto divertido y muy interesante. Enhorabuena por la entrada y el blog. Un cordial saludo.
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Muchas gracias. Un cordial saludo.
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