Este personaje fue el que enunció la frase que encabeza el blog «quien domina el mar, lo domina todo». Ateniense de nacimiento, vivió entre los siglos VI y V a.C, no pertenecía a ninguna de las grandes familias aristocráticas, lo que le supuso mucho más esfuerzo para llegar a las altas esferas, pero también le granjeó las simpatías de otros. Fue un gran estratega que estaba convencido de que el poder naval era lo que salvaría a su ciudad. Sin embargo, en los inicios parece que sólo él lo pensaba.

Puede parecer algo extraño, pero ni Atenas, ni Esparta, ni luego Roma, contaron al principio de su formación con una flota de guerra. Fue posteriormente, con los acontecimientos bélicos, cuando se cambió la forma de pensar a este respecto.

El imperio persa, un gran enemigo
El gran imperio persa tenía entre sus objetivos conquistar la antigua Grecia, no sólo por ampliar sus enormes fronteras, sino porque los griegos apoyaron una rebelión contra ellos en Asia Menor. La guerra se convertía así, además, en una venganza.

Previamente ya los atenienses habían podido comprobar la fuerza de este imperio asiático en la batalla de Maratón. Era, por lo tanto, vital armarse y prepararse para la siguiente guerra. Como Temístocles era un gran orador consiguió convencer a muchos de sus conciudadanos atenienses de la necesidad de contar con una flota. Para ello fue necesario invertir una enorme cantidad de dinero en construir unos 200 trirremes. Otro personaje, Arístides, propugnaba que la guerra debía ser terrestre y que era innecesario gastar tanto dinero en barcos. Finalmente ganó Temístocles y las naves estuvieron listas en unos años, convirtiendo a Atenas en una potencia mercantil y militar marítima.

Muy pronto un potente ejército cruzó el Helesponto dispuesto a atacar. Esta vez las ciudades griegas se habían unido para luchar contra su enemigo común: Persia. Así, por una parte el general espartano Leónidas les hizo frente en el paso de las Termópilas junto a un pequeño ejército (que ha pasado a la historia como los 300, pero que fueron algunos más), aunque los persas los aniquilaron. Ante el peligro, Temístocles ordenó evacuar la población ateniense y situó la flota en las cercanías de Salamina.



Fue en esta pequeña isla donde tuvo lugar la batalla naval liderada por Temístocles, que a pesar de que contaban con muchos menos efectivos, supuso la victoria de los griegos. El poeta Esquilo escribió como testigo lo siguiente: «De naves tuvo Jerjes (rey de los persas), lo sé cierto, un millar, y, además, buques ligeros sobre doscientos siete: ésta es la cuenta. De Atenas eran las naves ciento ochenta, y cada una tenía sobre la cubierta diez y ocho hombres de armas, cuatro de ellos eran flecheros, y los demás infantes bien armados».

Tras haber ganado la batalla naval
Una vez acabada la guerra, Temístocles dedicó sus esfuerzos a la reconstrucción de Atenas, con especial atención al puerto del Pireo. A pesar de sus éxitos, en el año 471 a.C. tuvo que exiliarse porque sus conciudadanos así lo decidieron. Acabó en la corte del rey persa Artajerjes I, que tras conocerlo le otorgó el gobierno de Magnesia del Meandro (en la costa oeste turca), donde al cabo de unos años falleció.

Para concluir
El gran triunfo de Salamina convirtió a Temístocles en el hombre más admirado de Atenas. De hecho, muchos historiadores lo consideran el primer gran estratega naval de la historia. A pesar de sus victorias, tuvo que exiliarse en la corte del rey contra el que luchó, y aceptar un cargo de gobernador de una región del imperio persa. Según cuenta Pausanias, los ciudadanos griegos se arrepintieron y pidieron a sus hijos que volvieran y que repatriaran con ellos las cenizas de su padre ya fallecido. Existen varios monumentos en su honor, pero los más destacables son los levantados en Magnesia, de la que fue gobernador, y en su ciudad natal.
Más información
Batalla de Salamina (2020). Historia Universal.
CARDOSO, Filipe Paiva. Temístocles: Apogeu e Ostracismo. As duas faces da mesma moeda. Revista Cadernos de Clio, 2015, 6, 1.
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JORDAN, Borimir. The Athenian navy in the classical period: a study of Athenian naval administration and military organization in the fifth and fourth centuries BC. University of California Press, 1975.
JORDAN, Borimir. The crews of Athenian triremes. L’Antiquité classique, 2000, p. 81-101.
PÉREZ JIMÉNEZ, Aurelio. Religión y política en Grecia: Temístocles y el oráculo de Delfos. Minerva: Revista de filología clásica, 1992, 6, p. 61-82.
PÉREZ JIMÉNEZ, Aurelio. Temístocles: un ateniense en la corte persa. Temístocles: un ateniense en la corte persa, 2013, p. 51-58.
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SIERRA MARTÍN, César. Jerjes, Leónidas y Temístocles: Modelos griegos en el relato de Heródoto. Historiae, 2011, 8, p. 0065-91.
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Gracias
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Gracias a usted. Un cordial saludo.
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[…] a destruir las murallas defensivas que unían la urbe con el puerto. El imperio marítimo que Temístocles había levantado parecía que estaba llegando a su […]
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[…] hemos podido saber algo más de dos de sus grandes almirantes, Themístocles, el estratega naval que venció al imperio persa en el siglo V a.C. y Conon, que vivió casi un siglo después (IV […]
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