Hace unos años se descubrió en Noheda, en la provincia de Cuenca (España), un magnífico mosaico que situado dentro de una enorme vivienda perteneciente a las clases privilegiadas romanas. La antigua villa, de fines del siglo III, se localiza a escasos 500 m de la localidad de Noheda. Esta zona era una vía natural de comunicación entre las cordilleras montañosas que la rodean, por lo que el lugar estuvo habitado, según las evidencias, desde tiempos prehistóricos.

La villa romana
Tras el inicio de la excavación, los arqueólogos comenzaron a ver su importancia y en la actualidad se le denomina la «Pompeya española», lo que proporciona una idea de su relevancia patrimonial. En uno de los paneles se halló la representación de un barco dentro de una escena mitológica muy conocida en la Antigüedad. El complejo arqueológico fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2012, principalmente por los mosaicos allí descubiertos. Por estos motivos dedicamos una entrada sobre la escena marítima de esta joya patrimonial.

La localización de los mosaicos
La estructura residencial cuenta con varias estancias, entre las que destaca la sala Octogonal (se puede ver en la zona noreste de la figura anterior) y la sala Triabsidada, de imponentes dimensiones (casi 300 m2) y con unos extraordinarios pavimentos. Estas enormes habitaciones eran frecuentes en los más lujosos conjuntos residenciales. Estaban destinadas a los grandes banquetes, donde los comensales se podían reclinar en los lechos dispuestos en semicírculo. En esta última sala es donde se halla un excepcional mosaico con unas dimensiones conservadas de 231,62 m2, que fue realizado en una variadísima gama cromática, incluido el dorado, con una técnica que resaltaba el contorno alrededor de cada figura y se usaba para destacar los detalles principales del diseño (opus vermiculatum).
Es una amplia zona central dividida en seis paneles con escenas de temática mitológica y alegórica. En uno de los cuadros se representa el pasaje del rapto de Helena por el príncipe Paris y su viaje a Troya, que detallamos a continuación.
El rapto de Helena y la guerra de Troya
La vida de este príncipe troyano hijo del rey Príamo no se inició muy bien, ya que antes de su nacimiento su madre tuvo un sueño en el que se aventuraba que él sería la ruina del reino, por lo que fue abandonado y criado por pastores hasta que al final, cuando era ya un joven, entró en la corte troyana. Una vez aceptado fue enviado a Esparta y allí conoció a Helena, de la que se enamoró y a la que «raptó» (parece que ella estaba conforme en irse con él). Pero Helena era la esposa de Menelao, el rey de Esparta. Éste, una vez informado del suceso, pactó las alianzas bélicas oportunas con otros reyes griegos parientes suyos y fue a atacar Troya (en la actual Turquía). Y así comienza la historia de la famosa guerra de Troya que Homero narra en La Odisea.

La escena marítima
El panel figurativo C, que ocupa una enorme superficie (10 m x 2,32 m), aparece en la parte oriental y se puede subdividir a su vez en varias escenas. Hay que pensar que en ella se desarrollan varias acciones recogidas en el mismo panel y que pueden asemejarse a las actuales viñetas, pero sin separación. En un largo mosaico se narran de manera lineal los hechos mas conocidos de la vida del príncipe Paris, con especial detalle en el rapto de Helena, la reina de Esparta.

En la primera aparece el juicio de Paris, vinculado con su nacimiento y su destierro. El siguiente conjunto es la parte náutica y se desarrolla en torno a un barco. En él se pueden observar dos actividades distintas, una de arribada de la nave y otra de salida de puerto. Lleva cuatro marineros a bordo, dos de ellos atan amarras y otros dos que se afanan en izar las velas, queriendo describir las dos escenas diferentes. El príncipe Paris accede a la embarcación mediante una rampa situada en la popa, y lleva de la mano a Helena, que va acompañada de tres asistentas. En el otro lado de la nave, por la proa, simulando la llegada a Troya, los mismos personajes descienden por la pasarela.

El barco
La nave es redondeada y panzuda, con remos y arboladura sencilla, con el casco multicolor. El mástil principal porta una verga que sirve de soporte a una vela cuadrangular blanca. Del costado del barco sobresalen diez largos remos. La borda de estribor aparece decorada por una línea de ondas, con fondo degradado de color rojo y azul alternativamente.

El casco está decorado con casetones multicolor entre los que se encuadran dos animales acuáticos. Simulando ambas escenas, aparecen dos rampas de color dorado, una de entrada, al lado izquierdo del barco, compuesta por cinco listones transversales que hace las veces de escalones y que están fijados a la tablazón con tres clavos cada uno, bastante visibles en la escena. La del lado derecho, por la que descienden las jóvenes, porta una rueda en su extremo diestro, para permitir un atraque cómodo. Parece, por sus características, que representa una corbita, una nave de transporte usada en época romana.
Otra joya arqueológica más que contribuye a enriquecer nuestro importante legado patrimonial, que no siempre es apreciado como se merece, motivo por el cual insistimos en que se conozca y valore.
Más información
ARBEO CUESTA, Lucía. El mosaico en Hispania durante el Bajo Imperio: la Villa de Noheda. Archivos de la Historia, 2019.
LLEDÓ SANDOVAL, José Luis. Mosaico romano de Noheda (Cuenca): su descubrimiento. Madrid: Visión Libros, 2010. 201 p.
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, José Luis. Intervenciones de conservación y restauración en los mosaicos de Noheda. Informes y Trabajos, 2009, 2, p. 91-97.
VALERO TÉVAR, Miguel Ángel. La villa romana de Noheda: la sala triclinar y sus mosaicos. Tesis doctoral. 2015.
VALERO TÉVAR, Miguel Ángel. Los mosaicos de la villa de Noheda (Cuenca). Boletín Arqueología somos todos, 2016, 4, p. 10-12.
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