La mayor parte de los investigadores coinciden en que Kerné se encuentra en el emplazamiento del actual Mogador (Marruecos), que fue ocupado por los fenicios desde el siglo VII a.C.

El término nombra históricamente una isla que se puede localizar en la literatura antigua de periplos. Para los griegos era uno de los extremos de la Tierra, conocida como el último lugar a donde llegaban los fenicios a comerciar y también donde los cartagineses instalaron su colonia más lejana.
Esta denominación se vincula con las embarcaciones que en época prerromana se aventuraron a navegar por aguas del Atlántico africano. Es una clara alusión a las habilidades náuticas de los pueblos fenicios y púnicos, los que durante siglos se adentraron en el Mediterráneo, y que también fueron capaces de bordear, en mayor o menor medida, las costas de África. Dos autores, Guerrero y López Pardo, explican este hecho histórico.

La leyenda sobre la mítica Kerné
Había un mito vinculado con este nombre que lo alejaba bastante de su lugar geográfico conocido. La Kerné imaginaria se podía situar a lo largo de la costa oeste del actual desierto del Sahara y se identificaba como el país de los etíopes. Hay que apuntar que según una antiquísima concepción existían dos pueblos etíopes, uno situado en el extremo suroriental (donde actualmente se ubica Etiopía) y otro en la parte occidental de África, más o menos en la misma latitud (que no es real, pero que durante siglos tuvo mucha aceptación).

Según esta idea, a la costa atlántica que bañaba este país imaginario se denominó «Mar Etiópico», tal y como se puede apreciar en el mapa inferior. Hay quiénes sitúan la mítica Kerné en esta parte del continente, mucho más abajo de lo que está.

Las condiciones de navegación
Los vientos, el oleaje y las corrientes favorecían la navegación desde el norte al sur, pero de sur a norte se deban condiciones adversas que hacían pensar que si bien la ida era fácil, la vuelta se tornaba peligrosa y casi imposible. Sabemos por fuentes griegas que desde el Estrecho de Gibraltar hasta Mogador se tardaban doce jornadas y que más allá el mar no era navegable «debido a los mares poco profundos, la arcilla y las algas. El alga tiene el ancho de una mano y está afilada arriba, por lo que pincha» (Pseudos Scylax, del s. III a.C.).
A pesar de estas dificultades, existen evidencias arqueológicas de intercambios comerciales desde el siglo VIII a.C., aunque casi todas tienen como límite Kerné.
Los barcos que navegaron por el continente africano en época prerromana
Como las condiciones naturales no eran muy favorables para los viajes de retorno, muchos investigadores han descartado que los barcos que hacían esta ruta fueran muy grandes. Por eso apuestan porque fueran naves de mediano y pequeño porte, más fáciles de manejar cuando las olas, las corrientes y los vientos dificultaran el avance. Cabe la posibilidad de que se tratara de los conocidos hippoi fenicios, que ofrecían la posibilidad de una propulsión mixta que permitiera usar los remos cuando las condiciones atmosféricas fueran contrarias.

Mederos describe las características comunes de los hippoi como barcos con roda y codaste elevados en su proa y popa, que presentan como prolongación de la roda una cabeza de animal con forma de caballo a modo de mascarón, mientras en el remate superior del codaste (justo en el otro extremo de la nave) aparece una flor de loto, o de papiro, entreabierta. Contaban con un mástil, que en ocasiones aparece desplazado hacia la proa, y que era abatible según las necesidades.

Para concluir
Kerné, la real, la que se sitúa en el sur de Marruecos, fue posiblemente el límite de las expediciones comerciales fenicias y púnicas. Sin embargo, hay leyendas acerca de una ciudad mucho más alejada, con la que los púnicos tenían contactos. De momento no disponemos de evidencias sobre ello, pero sí que sabemos que los hippoi fenicios, dotados tanto de vela como de remos, se aventuraron a navegar la costa norte de África en su fachada atlántica. El periplo del general cartaginés Hannon, del que también se dice que llegó muy lejos en su intento de circunnavegar África, forma parte de otra historia que abordaremos en próximas entradas.
Más información
DOMÍNGUEZ MONEDERO, A. El periplo del Pseudo-Excilax y el mecanismo comercial y colonial fenicio en época arcaica. En SÁEZ, F y ORDÓÑEZ, S (eds.) Homenaje al Prof. Presedo, Sevilla, 1994, p. 61-80.
Fenicios. The pheniciens.com, 2018.
GARRIDO CHACÓN, Helia María. Las arqueofaunas malacológicas varias (no muricidae) en talleres de púrpura romanos del Mediterráneo occidental y Atlántico. Arqueología y Territorio, 2017, 14, p. 145-158.
GUERRERO AYUSO, Víctor. La navegación en el mundo antiguo. Mercantes fenicios y cartagineses. Aldaba: revista del Centro Asociado a la UNED de Melilla, 1998, 30, p. 141-192.
GUERRERO AYUSO, Víctor. Las Naves del Kerné. II. Navegando por el Atlántico durante la protohistoria y la antigüedad. En: GONZÁLEZ ANTÓN, Rafael, LÓPEZ PARDO, Fernando y PEÑA ROMO, Victoria. (eds.). Fenicios, Púnicos y el Atlántico. IV Coloquio Internacional del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos. Madrid: Centro de Estudios Fenicios y Púnicos, 2004, p. 69-142.
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LÓPEZ PARDO, Fernando. Las naves de Kérné (I). Las referencias literarias. En: GONZÁLEZ ANTÓN, Rafael, LÓPEZ PARDO, Fernando y PEÑA ROMO, Victoria. (eds.). Fenicios, Púnicos y el Atlántico. IV Coloquio Internacional del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos. Madrid: Centro de Estudios Fenicios y Púnicos, 2004, p. 51-68.
MEDEROS MARTÍN, Alfredo y ESCRIBANO COBO, Gabriel. Caballos de Poseidón. Barcos de juncos y hippoi en el sur de la Península ibérica y el litoral atlántico norteafricano. SAGVNTVM. Papeles del Laboratorio de Arqueología, 2008, 40, p. 63-77.
SHIPLEY, Graham (ed.). Pseudo-Skylax’s periplous: the circumnavigation of the inhabited world: text, translation and commentary. Liverpool: University Press, 2020.
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Felicitaciones por vuestra publicación, las imágenes que adjuntan a la investigación son sumamente enriquecedoras. Muchas gracias, os felicito por su blog.
El mar., 6 de septiembre de 2022 03:26, Blog Cátedra de Historia y
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Mil gracias. Un saludo.
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