La formación de pilotos navales en el lago Míchigan

Esta semana vamos a conocer la reconversión de dos antiguos buques de vapor estadounidenses que, tras varias intervenciones, se «convirtieron» en portaviones, con el único objetivo de permitir la formación y el entrenamiento del personal que en pocos meses debía incorporarse a los auténticos portaviones, para prestar servicio durante la II Guerra Mundial. El lugar en el que se entrenaron también se considera especial, ya que no era el mar, sino que se trataba de uno de los Grandes Lagos, el Míchigan.

Localización del lago Míchigan. Fuente

Durante la II Guerra Mundial, Estados Unidos necesitaba contar de manera urgente con pilotos que fueran expertos en despegar y aterrizar en sus portaviones. Este tipo de embarcaciones estaba tomando un papel importante en el enfrentamiento, pero los siete portaviones que tenía la Armada estaban en el campo de batalla. Eso significaba que era muy difícil formar a los futuros pilotos, ya que no disponían de una plataforma adecuada para su entrenamiento.

Los «portaviones de vapor»

Esta situación obligó a tomar una decisión importante: de cara a facilitar esta formación se hizo necesario reutilizar antiguos barcos de vapor, convirtiéndolos en aparentes portaviones. Para ello compraron dos y los reformaron con la idea de llevarlos al lago Míchigan, una extensa masa de agua dulce en el norte de los Estados Unidos. Allí, cuando estuvieran preparados, ya podrían empezar a entrenar a los futuros pilotos navales.

Uno de ellos era el Seeandbee, botado en 1912. Se convirtió en el USS Wolverine IX-64.

El otro fue el USS Sable IX-81, el más grande de los dos. Antes se llamaba Greater Buffalo.

Tuvieron que instalar enormes cubiertas en la parte superior de las naves, para imitar la plataforma de lanzamiento de los portaviones auténticos.

Los dos buques reconvertidos. Fuente

Se realizaron unas 120.000 operaciones en cubierta, con una media de 600 diarias por cada buque. Durante las maniobras de aprendizaje se perdieron un total de 128 aparatos, en unos 200 accidentes.

Por las cubiertas de vuelo del USS Wolverine y del USS Sable obtuvieron su cualificación unos 17.000 pilotos (aunque en algunas fuentes aparecen muchos más). Entre ellos también estuvo un futuro presidente de los Estados Unidos, el joven alférez George H. W. Bush que, con tan solo 19 años, obtuvo el título de piloto en el USS Sable, en agosto de 1943.

Algunos de los aviones malogrados durante los entrenamientos, en especial los que se hundieron en el lago, son actualmente pecios que, una vez localizados y rescatados, se convierten en importantes aportaciones para las instituciones patrimoniales culturales.

Para concluir

La historiografía nos explica que las modificaciones y adaptaciones permitieron contar con dos buques de entrenamiento que eran simples pistas para despegar y aterrizar, cuyas calderas se alimentaban con toneladas de carbón. Carecían de hangares, ascensores y defensas. Algunos pilotos decían que la cubierta era demasiado estrecha y corta.

Una vez acabada la guerra, los dos buques reconvertidos (USS Wolverine y el USS Sable) fueron dados de baja, y un año después se vendieron para el desguace.

Más información

GONZALEZ, Therese. Great Lakes Naval Training Station. Arcadia Publishing, 2008.

HALL, Kevin T. Michigan in World War II by Daniel W. Mason. Michigan Historical Review, 2022, 48, 1, p. 152-153.

HAYMES, Robert. The USS Wolverine and Sable in World War II. Warfare History Network [web]. [2020].

SOMERS, Paul M. Lake Michigan’s Aircraft Carriers. Chicago: Arcadia Publishing, 2003.

SWIERENGA, Sydney M. From Luxury Liners to Aircraft Carriers: USS Wolverine and USS Sable. East Carolina University, 2020. East Carolina University ProQuest Dissertations & Theses, 2020.

VERONICO, Nicholas A. Hidden Warbirds: The Epic Stories of Finding, Recovering & Rebuilding WWII’s Lost Aircraft. Quarto Publishing Group USA, 2022.

YUSTE GONZÁLEZ, Javier. Únicos en su especieRevista General de Marina, 2011, 261, 11, p. 673-680.

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