Una de las primeras cartas náuticas, origen de otras posteriores, recoge el Mediterráneo, con todas las costas bañadas por él, y parte del Atlántico oriental. Su autor es un judio mallorquín que se llamaba Samuel Corchos (1370-1423), pero fue obligado a convertirse al cristianismo en 1391, tras lo cual pasó a llamarse Meciá de Viladestes. Forma parte de la escuela cartográfica mallorquina, una de las primeras que surgieron en la Europa medieval.

Antecedentes

Previa a las cartas de Viladestes, se habían levantado, entre otros, el famoso atlas de los Cresques. Junto a uno de ellos, Cresques Jahuda (que era «maestro de cartas de navegar, hacer brújulas e iluminar»), Meciá había aprendido el oficio.

Una parte de la cartografía náutica tenía como finalidad ser admirada en palacios y villas, y esta es una de ellas. La riqueza de detalles decorativos indica que estaba destinada a formar parte de una colección de documentos valiosos, y que no se dibujó para orientar en la navegación.

La carta de 1413

Fue titulada «Carta náutica del Océano Atlántico Nororiental, el Mar Mediterráneo, el Mar Negro, el Mar Rojo, parte del Mar Caspio, el Golfo Pérsico y el Mar Báltico». Contiene múltiples descripciones y magníficas ilustraciones de personajes, accidentes geográficos y emblemas. En ella se muestra el espacio conocido en ese momento, que abarca el Atlántico nororiental, el Mediterráneo, los mares Negro y Rojo, así como una parte del golfo Pérsico, el mar Caspio y el Báltico. Por occidente, el límite lo marcan las Canarias e Islas de Cabo Verde.

En cada reino dibujó el escudo de armas y, en algunos, sus reyes, con una breve noticia histórica de sus costumbres.

Varias islas y banderas aparecen marcadas con pigmentos intensos. El mar Báltico, los ríos y las vestimentas de algunos soberanos están pintados de azul, mientras que el mar Rojo aparece del color de su nombre. Se dibujó en vitela y tiene un tamaño considerable: 115 x 85 cm.

El continente africano

En esta carta se puede apreciar la fascinación que existía con África. Se señalan ciudades, oasis, abrevaderos y montañas, y está especialmente adornada con representaciones de varios personajes espléndidamente vestidos. También las caravanas, que marchan por el desierto para intercambiar sal por oro con las tribus nómadas. En el margen inferior del mapa añade explicaciones sobre las etapas del viaje a través del Sahara.

El líder del antiguo Mali, Mansa Musa (reinó entre los años 1312 y 1337 aproximadamente) aparece entronizado en la esquina inferior izquierda, con corona, sosteniendo un cetro y una pepita de oro. Alcanzó renombre internacional tras su fastuosa peregrinación a La Meca en 1324. Hay quienes creen que es el rey más rico de todos los tiempos.

Abajo, a la derecha, se encuentra el Preste Juan (un supuesto rey cristiano que tenía sus dominios en Oriente).

Inmediatamente a la izquierda del preste Juan se encuentra el «río de Oro» (hoy su trazado lo ocupan los ríos Niger y Senegal). A partir de las leyendas clásicas y de las fuentes árabes, el «río de Oro» comenzó a aparecer en los mapas europeos en el siglo XIV. Tiene una gran isla en mitad de su curso.

De sur a norte, bordeando el continente, se hallan diversas islas, algunas reales (Canarias, Madeira, Azores) y otras imaginarias (del Brasil y San Brandán).

El norte de Europa

El cartógrafo mallorquín también representó algunas regiones septentrionales del Atlántico apenas cartografiadas. Frente a Islandia dibujó la caza de la ballena.

Las religiones

La carta incorpora motivos y figuras provenientes del ámbito religioso, tanto judeocristianos (Arca de Noé, en la cima del monte Ararat, y el Monte Sinaí), como islámicos, ya que señala la Meca, y la marca como centro de peregrinación.

Representa la religión dominante de las regiones y ciudades que abarca usando símbolos. Así, los territorios cristianos están marcados por torres con una cruz en la cima, mientras que la mayoría de las regiones de África y Asia tienen torres con almenas o cúpulas, identificando su religión islámica.

Meciá es autor de otra famosa carta, fechada en los años veinte del siglo XV, conservada en la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia. Conocemos también que un pariente suyo, Johannes de Viladestes, levantó en 1428 otra representación cartográfica marítima, que se conserva en Estambul (Turquía).

Para acabar

La carta de Meciá de Viladeste de 1413 tiene importantes reflejos de los maestros de los que aprendió en Mallorca, como es el caso de la representación de los monarcas, de la fauna y en la esquematización de las ciudades. Se encuentra depositada en la Biblioteca Nacional de Francia y se puede acceder a ella a través de Gallica. Una maravilla patrimonial que nos adentra en el impresionante mundo de los portulanos.

Nota: los nombre propios, como Meciá, Corchos o Viladestes, aparecen escritos de diferentes formas. Aquí hemos recogido sólo una para dar homogeneidad al texto, pero hay múltiples variaciones.

Más información

HAMY, Ernest Théodore. Mecia de Viladestes: cartographe juif majorcain du commencement du XVe siècle. Alphonse Picard et fils, éditeurs, 1902.

LLOMPART MORAGUES, Gabriel. La cartografía mallorquina del siglo XV: nuevos hitos y rutas. Bolletí de la Societat Arqueològica Lul· liana: Revista d’Estudis Històrics, 1973, 34, p. 438-465.

SABATER REBASSA, Tina; JUAN VICENS, Antonia y CARDA GARRIGA, Magdalena. Las cartas náuticas de la escuela cartográfica mallorquina. Aspectos artísticos y contexto productivo. Hortus Artium Medievalium, 2016, 22, p. 331-342.

SÁENZ-LÓPEZ PÉREZ, Sandra. La pluralidad religiosa del mundo en el siglo XV a través de la carta náutica de Mecia de Viladestes (1413). Anales de Historia del Arte, 2012, 22, p. 389-404.