Hay veces que los diques sirven para facilitar el fondeo, para ampliar la zona marítima, pero otras se usan para cercar poblaciones e impedir que lleguen a ella provisiones, con lo cual quedan aisladas, a su suerte. Esto fue lo que le sucedió en una ciudad francesa, La Rochelle.
El momento histórico
Durante el siglo XVII, en el contexto de las guerras de religión europeas, en Francia había una ciudad importante, La Rochelle, donde la mayoría de sus habitantes eran protestantes (hugonotes). El católico rey francés Luis XIII no podía permitirlo, por lo que en 1628 mandó tropas encabezadas por un personaje muy famoso, el cardenal Richelieu, para tomarla. Era un ejército de unos 20.000 hombres.

La ciudad
La Rochelle era una rica ciudad costera llena de comerciantes, cuyas murallas eran tan altas y estaban tan bien hechas que nunca había podido ser asaltada. Sus habitantes confiaban en esos baluartes, en las provisiones que tenían y en la promesa del rey inglés de apoyar a sus amigos protestantes. Al ser una urbe marítima era muy difícil acceder a ella y, además, el flanco que daba a tierra se había fortificado para evitar asaltos indeseados.

El asalto
Tras varios intentos de tomarla por tierra, el cardenal Richelieu y sus tropas pensaron que la forma de rendir la ciudad era aislándola del mar, por lo que construyeron un dique que impediría que desde el Océano llegaran refuerzos, provisiones o armas. Tardaron unos 4 meses en levantar un dique, que fue costeado por el propio Richelieu. En la Relacion verdadera de la reduccion de la ciudad de la Rochela… aparece descrito el asedio.

Cuentan las crónicas que para hacer el dique, aparte de poner los pilotes en el fondo, sobre éstos se hundieron más de cincuenta barcos llenos de piedras, de tal forma que el muro fuera lo más compacto posible. Dejaron un paso pequeño y bien fortificado que servía para atacar a quiénes quisieran entrar o salir de la ciudad. Tras catorce meses de enfrentamiento con el poder central ésta se rindió. Sus habitantes pasaron de ser más de 25.000 a tan solo 5.000, ya que las penalidades del asedio fueron brutales.

Para concluir
Unos días después una fuerte tormenta destrozó parte del dique, de modo que si hubieran conseguido resistir un poco más el clima les habría dado un respiro. Si quiere ver algo más del patrimonio de esta ciudad le recomendamos la entrada Viaje a la Rochelle.

Más información
COGSWELL, Thomas. Prelude to Ré: the Anglo-French struggle over La Rochelle, 1624-1627. History, 1986, 71, 231, p. 1-21.
HANOTAUX, Gabriel. Histoire de Richelieu: le siège de La Rochelle II. Revue des Deux Mondes (1829-1971), 1932, p. 602-639.
NOSJEAN, Madeleine. Les enjeux politiques et religieux du siège de La Rochelle. Les gouvernants et l’opinion publique française. Littératures classiques, 1987, 9, 1, p. 151-165.
ROVERI, Alessandro. Richelieu: un cardinale tra guerre, diavoli e streghe. Guida Editori, 2003.
TROCMÉ, Etienne. Actualité du siège de La Rochelle (1627-1628). Bulletin de la Société de l’Histoire du Protestantisme Français, 1979, 125, p. 115-121.
Reblogueó esto en ausevor.
Me gustaMe gusta
Muy interesante. Gracias
Me gustaMe gusta
Muchas gracias caballero. Un saludo.
Me gustaMe gusta