Por Jorge Martínez Reina. Revisado por Celia Chaín-Navarro
Esta semana dedicamos la entrada a un edificio erigido en época medieval como defensa de costa fluvial de una relevante ciudad española, la Torre del Oro de Sevilla. Tras múltiples usos, actualmente es un magnífico museo naval en el que se puede apreciar un importante patrimonio cultural. Las sucesivas restauraciones han permitido conservar esta muestra de la larga historia marítima peninsular.
Historia
Su nombre, «Torre del Oro«, cuenta una leyenda que proviene del revestimiento de azulejos dorados que una vez adornó su exterior, que reflejaba la luz del sol, originando el símil de un deslumbrante faro que guiaba a los barcos que navegaban por el río Guadalquivir. Sin embargo, el TN José Bernárdez Fonseca nos dice que nunca estuvo cubierta de azulejos, que era el reflejo del sol y el brillo de los materiales de construcción los que le otorgaban esa luminosidad

A lo largo de los siglos ha sido testigo de innumerables eventos históricos. En sus primeros años fue utilizada para controlar el acceso al puerto de Sevilla, que entonces era un importante centro comercial y punto clave para la navegación entre el Atlántico y el Mediterráneo. Su posición estratégica permitía a las autoridades supervisar el tráfico fluvial y cobrar impuestos a las embarcaciones que llegaban.
Construcción
La Torre del Oro fue erigida en el siglo XIII, durante el reino de los Almohades, una dinastía bereber que gobernó Andalucía durante varios siglos. Fue construida principalmente con el objetivo de formar parte de las defensas de la ciudad, para controlar el acceso al puerto y proteger la urbe de los invasores. No obstante, su construcción estuvo inmersa en tres fases a lo largo de cientos de años.
La primera, que tuvo lugar en el siglo XIII, resultó en una torre dodecagonal sólida. Una centuria después se añadió una segunda sección octogonal. Y, finalmente, durante el siglo XVIII, se coronó con un cuerpo cilíndrico y una cúpula de estilo renacentista.


Evolución
Permaneció en manos musulmanas hasta 1248, cuando la ciudad de Sevilla fue conquistada por el rey Fernando III de Castilla. A partir de entonces, la Torre del Oro pasó a formar parte del sistema defensivo de la ciudad bajo el dominio cristiano. En el siglo XIV, durante la denominada Guerra de los Dos Pedros, la torre sufrió un ataque por parte de las tropas castellanas del rey Pedro I.
En las dos centurias siguientes se llevaron a cabo varias remodelaciones y ampliaciones, adaptándola a las necesidades defensivas de la época. Sin embargo, su importancia militar comenzó a disminuir a medida que iban evolucionando los métodos de guerra.
En el siglo XVIII fue reutilizada como prisión y también como almacén militar. Durante la Guerra de la Independencia, en 1810 fue ocupada por los franceses y sufrió graves daños debido a los bombardeos. Afortunadamente, después fue restaurada y se le devolvió su antiguo esplendor.

A lo largo del siglo XIX, tuvo nuevos usos, entre ellos fue utilizada como estación telegráfica y para alojar al cuerpo de bomberos. En 1868, durante la revolución conocida como la «Gloriosa», fue tomada por las tropas revolucionarias y se convirtió en un símbolo de la lucha contra la monarquía. Sin embargo, tras el fracaso de la revolución, volvió a su función original de control aduanero y fue utilizada también como torre de vigilancia contra incendios.

Ya en el siglo XX fue sido objeto de diversas restauraciones y se ha terminado convirtiendo en uno de los principales monumentos identitarios y turísticos de Sevilla. De hecho, alberga un museo naval.
El Museo actual y su significado
Actualmente, la Torre del Oro posee un fascinante museo marítimo, dirigido por la Armada, que expone una parte de la historia naval de Sevilla. Desde su apertura en 1944 ha atraído a visitantes de todo el mundo con su colección de mapas antiguos, modelos, instrumentos náuticos y artefactos históricos.
Las exposiciones muestran hechos y relatos desde la antigüedad hasta la actualidad, con un enfoque particular en la era de los descubrimientos durante los siglos XV y XVI. Se exponen reproducciones de los barcos que llevaron a los exploradores españoles a las Américas, así como los instrumentos de navegación que utilizaron en sus viajes.

Además de sus exposiciones permanentes, también alberga otras temporales y eventos especiales a lo largo del año. Esto, combinado con la impresionante vista del río Guadalquivir desde la parte superior, hace de la Torre del Oro una visita inolvidable.
En resumen, es un testimonio vital que aún permanece en pie. Su transformación de torre defensiva a museo naval es un ejemplo perfecto de cómo las ciudades pueden preservar y dar nuevo uso a su patrimonio histórico. Su capacidad para evocar el pasado es indescriptible, pues se cuenta que al caminar por sus antiguas salas, casi se puede oír el murmullo de los almohades discutiendo estrategias de defensa, o el clamor de los marineros preparándose para explorar el Nuevo Mundo.
Sin duda, la Torre de Oro es un vínculo tangible con los siglos pasados, así como un recordatorio de la rica historia de Sevilla y de su papel en el mundo marítimo.

Más información
ARMADA. La Torre del Oro de Sevilla: su historia y su museo marítimo. Madrid: Ministerio de Defensa, 2023, 46 p.
BERNÁNDEZ-FONSECA, José. Museo Marítimo Torre del Oro: 75 años de historia (1944-2019). Revista General de Marina. 2019, vol. 173, p. 617-631.
GONZÁLEZ, Fernando. La Torre del Oro de Sevilla, testigo mudo de la Carrera de Indias. Revista de Historia Naval. 2002, n. 77, p. 65-84.
MÁRQUEZ-FALCÓN, Teodoro. La Torre del Oro en el siglo XIX: documentos inéditos. Revista del Departamento de Historia del Arte. 1993, n. 6, p. 221-244.
MUÑÓZ-JIMENEZ, José Miguel. La Torre del Oro de Sevilla, obra maestra de la fortificación almohade. Asociación Española de Amigos de los Castillos. 2002, n. 127-128, p. 97-103.


Muchas gracias. Muy interesante como siempre
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Muy agradecida por este artículo, muy útil para una próxima visita a Sevilla.
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Muchas gracias a usted. Un cordial saludo.
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Buenas tardes. En primer lugar, enhorabuena por dedicarle este artículo al «barco de piedra» de nuestra Armada, una Torre albarrana almohade vinculada a la historia de la Armada desde la conquista de Sevilla. Con respecto al nombre, Borj-al-Dsayeb (Torre del Oro) se debe a los elementos constructivos sobre los que incidía el Sol; nunca hubo azulejos dorados salvo los colocados sobre la «linterna» construida en el siglo XVIII. Su arquitectura inicial (construida entre 1220-1221) es de dos cuerpos aunque recientemente se ha aventurado la hipótesis de que el segundo cuerpo pudiera ser de época de Pedro I. Por lo demás les invito a conocer la reciente publicación editada por el Servicio de Publicaciones del Ministerio de Defensa sobre la Torre del Oro, disponible en el siguiente enlace: https://publicaciones.defensa.gob.es/la-torre-del-oro-de-sevilla-su-historia-y-su-museo-maritimo-libros-papel.html
Un cordial saludo. TN José Bernárdez Fonseca. Museo Marítimo Torre del Oro
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Me encantó este museo. Lo visité hace tres años y tengo montones de fotos. Un saludo.
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Muy buen artículo. Enhorabuena por tu primera entrada don Jorge.
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Interesante artículo aunque quisiera, brevemente, hacer un par de precisiones. El nombre de Torre del Oro es de época almohade (Borg-al-Dsayeb) y se debe al reflejo del sol y a los materiales de construcción; nunca estuvo recubierta de azulejos. La construcción original (1220-1221) es de dos cuerpos; aunque recientemente haya surgido la hipótesis de que el segundo fuera de época de Pedro I. La exposición actual se renovó hace poco tiempo y siempre es una maravilla visitar la Torre y su Museo.
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Estimado señor Bernárdez, muchas gracias por su dos mensajes. Tomamos buena nota de todo lo que nos aporta. Reciba un cordial saludo.
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