Cuesta trabajo creer que dos barcos de la misma flota puedan chocar, pero ha ocurrido muchas veces. Esta semana vamos a contar la historia de una colisión (abordaje en términos técnicos) que ocurrió en un momento de fuerte enfrentamiento bélico en el siglo XX, que hizo que el siniestro fuera todavía más angustioso.
El hecho sucedió en plena II Guerra Mundial, al norte de Irlanda. En 1942 el enorme RMS Queen Mary, un trasatlántico majestuoso en todos los sentidos de la palabra, de la naviera Cunard, había sido reconvertido y utilizado para el transporte de tropas de la armada británica. Llevaba como escolta un crucero, el HMS Curacoa, y 6 destructores. Debían cruzar un océano lleno de submarinos enemigos, y la mejor defensa que tenían era su enorme velocidad. El buque escolta HMS Curacoa desplazaba 4.500 toneladas y el Queen Mary 81.000 toneladas, unas 18 veces más.
El crucero Curacoa
El HMS Curacoa (D41) había sido botado en 1918 como un crucero ligero. Participó en algunas de las últimas batallas de la I Guerra Mundial. Sus medidas eran 140 m de eslora y 13 de manga. Se convirtió en crucero de escolta antiaéreo durante el segundo enfrentamiento global.

El trasatlántico Queen Mary
Inicialmente cubría la ruta atlántica entre Gran Bretaña y Estados Unidos. Formaba parte de la flota de la empresa naviera Cunard. En el mismo año de su botadura (1936) consiguió una de las preciadas banderas azules, por ser el más rápido en hacer esta travesía. Tenía 311 m de eslora y 36 m de manga.
También fue reconvertido y utilizado para el transporte de tropas durante la II Guerra Mundial.

La colisión
El 2 de octubre de 1942, el Queen Mary y el HMS Curacoa chocaron, cerca de la costa norte de Irlanda.

El Queen Mary navegaba haciendo zigzag intentando librarse de los ataques submarinos. Cerca iba su escolta, el Curacoa, que navegaba en línea recta. En un momento ambos rumbos coincidieron en el mismo punto y se produjo una colisión. La proa del enorme Queen Mary tocó la popa del Curacoa, le abrió un profundo agujero que inundó la sala de máquinas y lo partió en dos, por lo que se hundió rápidamente, muriendo 338 de sus tripulantes. Un convoy que lo seguía logró rescatar a 26 supervivientes.
El Queen Mary no redujo la velocidad, a pesar de tener 12 metros de la proa destruidos bajo la línea de flotación. Siguió navegando sin moderar la velocidad: su prioridad era evitar los ataques de los submarinos alemanes.

Tras una impresionante batalla legal se acabó estableciendo que hubo responsabilidad compartida entre los capitanes de ambas naves.
Hubo una fuerte polémica porque el transatlántico no se detuvo para recoger a los supervivientes, sino que siguió su camino. La historia se convirtió en uno de los secretos mejor guardados de la II Guerra Mundial, que con el tiempo se ha conocido y que hoy forma parte de nuestra Historia Naval Mundial.
Un detallado informe de este suceso realizado por Luis Jar en el año 2020, con multitud de datos técnicos e ilustraciones muy enriquecedoras, puede encontrarse en la web de Juan Manuel Grijalvo.
Para acabar
Los restos del HMS Curacoa están a 122 m de profundidad.
Una vez acabada la guerra, el Queen Mary fue reacondicionado para el servicio de pasajeros en el Atlántico. Se dio de baja en 1967 y hoy es un hotel-restaurante a flote en el que se puede apreciar cómo era un enorme buque en los años 30-40 del siglo XX.




29′ en inglés.
Más información
BUTLER, Daniel Allen. The Age of Cunard: A transatlantic history 1839-2003. ProStar Publications, 2004.
El Queen Mary y el CL HMS Curacoa. Comunidad Acero y fuego, 2021.
HEDLEY-WHYTE, John & MILAMED, Debra R. Sir Sheldon Francis Dudley, his Contributions to Diphtheria and the Aftermath of the Sinking of HMS Curacoa by the Queen Mary. The Ulster Medical Journal, 2018, 87, 3, p. 188.
JAR TORRE, Luis. Una reina arrolladora. El abordaje entre el “Queen Mary” y el “Curacoa”. Revista General de Marina, 2020, 278, p. 35-56. Otro acceso.
NICHOLS, C. A. G. Lessons from some Collisions and Groundings at Sea. The Journal of Navigation, 1950, 3, 2, p. 166-182.
THOMAS, David Arthur & HOLMES, Patrick. Queen Mary and the cruiser: the Curacoa disaster. US Naval Institute Press, 1997.
