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Posts Tagged ‘Carpintería de ribera’

Vamos a conocer esta semana uno de los naufragios más importantes investigados hasta ahora en el Mar Báltico. Era la nave de un monarca que acabó incendiada y hundida en el sur de Suecia. Su propietario fue el rey danés Hans (1455-1513), que en pocos años había logrado reunir las coronas de Dinamarca y Noruega y viajaba para tomar posesión del trono de Suecia. En esta entrada resumimos los hallazgos que han tenido lugar en diversas campañas arqueológicas.

Un buque de la época que lleva un mascarón similar. Fuente

Un barco de Europa del Norte construido con técnicas mediterráneas

Conocido como el Gribshunde, tenía unas medidas de unos 35 m. de eslora x 7,5 de manga. Es muy posible que el rey Hans se diera cuenta del potencial de las nuevas técnicas de construcción naval y quisiera que su barco insignia estuviera en esa línea. Pero sus carpinteros no tenían el conocimiento para construir tal barco en Dinamarca, por lo que lo encargó fuera de sus fronteras, lo que muestra las conexiones políticas y económicas de la Baja Edad Media en el norte de Europa. Lo más probable es que la nave se hubiera construido en un astillero del sur de los Países Bajos o en Francia.

Dibujo de la nave real danesa

Fue construido con una técnica propia de las embarcaciones mediterráneas (a tope), ya que en las tierras altas la técnica usada para la “fábrica” de barcos era la de superponer el borde de las maderas (a tingladillo) para conseguir la forma del casco, como fue la usada en los barcos vikingos. De hecho es, hasta el momento, el más antiguo que se encuentra en el norte de Europa así construido.

Las dos formas de unir las maderas de una nave para formar el casco

El hundimiento

La nave se hundió en el verano de 1495, mientras estaba anclada al norte de la isla Stora Ekö, en el archipiélago de Blekinge, al sur de Suecia. Parece que sufrió un ataque, se incendió y posteriormente se hundió hasta el lecho marino, donde se encuentra hasta el día de hoy. Su destino era la ciudad de Kalmar en Suecia, donde debía llevar al rey Hans. Aunque el barco no llegó, el monarca sí lo consiguió, porque se había bajado antes de que se incendiara.

Localización del pecio del barco real danés

El pecio

El naufragio está muy bien conservado y fue redescubierto en la década de 1970. Desde los inicios del siglo XXI varias organizaciones han realizado investigaciones científicas sobre sus restos. En total se han recogido 13 muestras de madera de roble extraídas de diferentes partes del barco y analizado con métodos dendrocronológicos. La datación de las muestras sugiere que fueron taladas durante el invierno de los años 1482/83. 

El mar Báltico es un entorno de conservación excepcional para la madera, entre otro motivos porque el molusco que perfora y termina destruyéndola, el Teredo navalis, no puede sobrevivir en estas aguas. Como resultado, los sitios arqueológicos permanecen en el lecho marino durante cientos o incluso miles de años.

Se encontraron restos de artillería y también de barriles de cerveza. Una de las piezas más famosas es el mascarón de proa, formado por la cabeza de un monstruo marino.

El monstruo marino que iba tallado como mascarón de proa. Fuente

Un esturión en la bodega del barco real

Durante las excavaciones arqueológicas en 2019 se localizaron varios barriles de madera intactos, de los cuales uno contenía numerosos restos orgánicos bien conservados de un esturión del Atlántico de unos 2 metros de largo. Este tipo de pez fue muy apreciado en Dinamarca y en otros lugares de Europa durante el período medieval. De hecho, en la ley de Jutlandia (Codex Holmiensis C 37), del siglo XIII, se afirma que todos los esturiones, independientemente de su tamaño, eran de propiedad real. 

Un esturión, las partes coloreadas en azul se corresponden con los huesos hallados en el pecio. Fuente: Macheridis, 2020

Para acabar

Aunque todavía hay aspectos sobre los que tratar más detalladamente, es muy posible que el rey, que iba en misión diplomática para reclamar el trono sueco, quisiera exhibir su buque insignia, que lo cargara con productos y objetos de valor buscando ofrecer una muestra de poder que impresionara a los militares y nobles suecos que lo esperaban en Kalmar. Este formidable impacto propagandístico se quedó en nada cuando el barco se hundió, antes de llegar a su puerto de destino.

Más información

HANSSON, Anton; LINDERSON, Hans & FOLEY, Brendan. The Danish royal flagship gribshunden–Dendrochronology on a late medieval carvel sunk in the Baltic SeaDendrochronologia, 2021, 68.

HOCKER, Fred & DALY, Aoife. Early cogs, Jutland boatbuilders, and the connection between East and West before AD 1250. in: BLUE, Lucy et al. Connected by the Sea: Proceedings of the Tenth International Symposium on Boat and Ship Archaeology, Denmark 2003. Oxford: Oxbow Books, 2016, p. 187-194.

MACHERIDIS, Stella; HANSSON, Maria C. & FOLEY, Brendan P. Fish in a barrel: Atlantic sturgeon (Acipenser oxyrinchus) from the Baltic Sea wreck of the royal Danish flagship Gribshunden (1495)Journal of Archaeological Science: Reports, 2020, 33.

RONNBY, Johan. Grifun/Gribshund (1495): Marinarkeologiska undersökningar. Södertörns högskola, 2021.

STEENSTRUP, Joh. De danske Kongers ret til hvaler og meget store FiskDansk Historisk Tidsskrift, 1906, 7, 6, p. 115-120.

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Esta semana vamos a conocer la historia de un tratado que se escribió para enseñar a otros los secretos de la navegación, especialmente las nuevas rutas hacia el continente americano, pero que las autoridades no dejaron que se publicara para evitar que los «corsarios, piratas y países enemigos» se adueñaran de los conocimientos que contenía. Se trata del denominado «Itinerario de Navegación» realizado por Juan Escalante de Mendoza.

Hay que añadir que éste no fue el primero, y de hecho creemos que se han perdido varios de los que se escribieron previamente, unos porque no se llegaron ni siquiera a solicitar su impresión y otros porque no se permitió sacarlos a la luz pública.

Una nave que aparece al principio del ejemplar impreso del tratado

El autor

Era un capitán, que llegó a general, Juan de Escalante de Mendoza (1529–1596). Había navegado desde muy joven en la Carrera de Indias. También fue gobernador de Honduras.

El objetivo

Por su experiencia en el mar conocía la necesidad de una instrucción que eliminara, dentro de lo posible, los peligros de la navegación y asociada con ella la pérdida de vidas y haciendas. Éste es, según él mismo, el motivo por el que se decidió a escribir un libro con los «avisos, reglas y documentos» que recogiera su propio conocimiento y lo aprendido de otros navegantes.

Detalle de la primera hoja del ejemplar manuscrito de la Biblioteca Nacional de España

El tratado

La obra comienza explicando su vida, en forma de diálogo, y sabemos que se empezó a escribir en 1575. Recoge los materiales necesarios para la construcción de un barco, identifica las maderas, explica cuándo y cómo hay que cortarlas y curarlas. Sigue con la relación que debe existir entre las dimensiones, así como las ventajas y desventajas que resultan de dar más amplitud a alguno de los elementos fundamentales utilizados. Más específicamente, indica las proporciones que deben tener la arboladura y velamen, anclas, cabos y bateles.

También se ocupa del armamento, manejo, composición y número, así como de los deberes de cada una de las personas embarcadas, fueran hombres de mar o no. Trata, además, las maniobras en las diversas situaciones de varada, temporal, incendio, naufragio y combate.

El tamaño de las naves

Uno de los puntos más importantes es que proporciona una comparación de las distintas embarcaciones españolas con las de otras naciones, mostrándose poco partidario de las de gran tonelaje, porque dice que «se desligan y zozobran con frecuencia en la mar», por lo que el tipo de embarcación más adecuada era para él es la de unas quinientas toneladas e incluso más pequeñas. Esta era una opinión generalizada entre los buenos mareantes, por lo que Colon, Vasco de Gama y Magallanes eligieron bajeles un poco mayores de cien toneladas para sus flotas. Siguiendo este consejo, se escogían naves de mediano tamaño para que reyes y príncipes embarcaran, pensando que navegasen con el menor riesgo posible.

La Península Ibérica en el derrotero de Escalante. Fuente: Museo Naval

Los derroteros africano y americano

Aportó una precisa descripción de las derrotas desde Sanlúcar hasta las islas de Cabo Verde, y las del continente americano en toda su costa Oriental, desde el río de la Plata, Antillas, Seno Mejicano, Florida, Bahamas y Bermudas, hasta llegar a las Terceras. Éste pudo ser el motivo por el que llamó a su libro Itinerario de navegación de los mares y tierras occidentales.

El Océano Atlántico en el derrotero de Escalante. Fuente: Museo Naval

Cuitas y desventuras de un tratado de navegación que no se publicó

Redactada tras veinte y ocho años de navegación, fue presentada al Consejo de Indias, que la aprobó basándose en los informes de astrónomos, cosmógrafos y marinos de aquella época, pero sin embargo no pudo obtener la licencia que pidió para imprimirla, porque «temió el Gobierno hacerla ostensible á los extranjeros», ni un resarcimiento de los diez mil ducados que dijo haber gastado en realizarla.

«Los corsarios no necesitan esta obra, los pilotos sí»

Tras la negativa del Consejo, el autor presentó diversos memoriales en los que trató de disuadirlos de la negativa de publicación, argumentando que los cosarios ya conocían el camino de las Indias; que el medio para pararlos era tener naves mejores que las suyas, y que en cambio sí que hacía falta el libro para los pilotos y maestros, cuya ignorancia era la causa de muchos de los siniestros.

Para concluir

La obra de Escalante es una especie de compendio de todos los conocimientos sobre la navegación que había en su época, adelantando incluso teorías que serían admitidas mucho después.

Tras 48 años, su hijo, Alonso Escalante, reclamó sus derechos y el pago de una cantidad que su padre había gastado en redactarla, pero únicamente logró que se le devolviese la obra. De cualquier forma, Alonso sabía que se habían hechos copias de ella, y que el mayordomo del Presidente del Consejo de Indias había pedido licencia para imprimirla con su nombre.

Al final se terminó publicando con el nombre de su legítimo autor, más de 400 años después (aunque previamente sí que se habían impreso algunos capítulos sueltos) y fue la propia Armada Española la que se hizo cargo de su impresión.

El Itinerario publicado en 1985

Martin Fernández Navarrete dice que «esta obra puede considerarse como la suma de los conocimientos marítimos de aquella época, importantísima para la historia de la navegación, y digna de todo aprecio por la sencillez con que está redactada, por los sucesos y noticias que refiere».

De la obra manuscrita hay una copia en la Biblioteca Virtual de Andalucía y otra en la Biblioteca Nacional de España, aunque son diferentes y tienen un número de hojas distinto cada una.

Más información

ESCALANTE DE MENDOZA, Juan, Itinerario de navegación de los mares y tierras occidentales [1575]. Madrid: Museo Naval, 1985. Su título original era «Itinerario de navegacion de los mares y tierras occidentales, escripto en modo de dialogos de preguntas y respuestas entre dos interlocutores, uno de ellos nombrado el Inclinado á la arte de navegar, y el otro, el Piloto muy práctico y cursado en la navegacion de los mismos mares y tierras occidentales».

GARCÍA-MACHO ALONSO DE SANTAMARÍA, María Lourdes, et al. Los diccionarios especializados o técnicos del Siglo de Oro. Anuario de Estudios Filológicos, 2014, 37, p. 71-89.

RODRÍGUEZ, Lorenzo et al. La política de sigilo en la carrera de Indias: el Itinerario de navegación de Juan Escalante de Mendoza. En VIAN HERRERO, Ana, et al. Diálogo y censura en el siglo XVI (España y Portugal). Diálogo y censura en el siglo XVI (España y Portugal). Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert, 2016, p. 307-327.

RODRÍGUEZ MENDOZA, Blanca Margarita. Standardization of Spanish Shipbuilding: Ordenanzas Para la Fábrica de Navíos de Guerra y Mercante-1607, 1613, 1618. Tesis Doctoral. Texas A & M University, 2010.

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