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Archive for the ‘Carpintería de ribera’ Category

En el antiguo Egipto la navegación fue mayoritariamente fluvial, pero la conexión con el Mediterráneo era básica para el comercio internacional. En el sur de ese mar, en la costa egipcia, los antiguos escritos nombraban la imponente ciudad de Heracles, pero no teníamos evidencias arqueológicas de su existencia. Era una bonita leyenda, pero nada más. Todo cambió cuando el prestigioso arqueólogo subacuático Franck Goddio la halló en la bahía de Abu Qir. Su nombre griego era Heracleion, aunque antes se llamaba Tonis (o Thonis). Había sido el puerto marítimo más importante desde el siglo XIII a.C., ya que era la conexión del Nilo con el Mediterráneo. Sus habitantes se convirtieron en dueños y señores del comercio de esta parte del mundo.

Bahía donde se localizó la ciudad sumergida de Heracleion

Fue un próspero emporio comercial, muy cosmopolita, en el que se comerciaba con perfumes, joyas, vino y utensilios domésticos entre otros bienes. En él atracaban naves de todo el Mediterráneo, que lo convirtieron en un centro multicultural. El auge duró entre los siglos VIII y II a.C. y su momento de mayor gloria fue en época ptolemaica, ya que allí los faraones recibían formalmente su trono en el santuario de Heracles. El puerto marítimo estaba conectado con canales fluviales del Bajo Nilo.

Una reconstrucción de la antigua Heracleion. Fuente

Pero entre los años 450 y 380 a.C hubo un impresionante terremoto, al que siguió un maremoto. Posteriormente tuvo lugar un terrible fenómeno conocido como licuefacción del suelo. La urbe acabó sumergida en el mar, reposando sobre el lecho marino, que terminó cubriéndola y sellándola. Como consecuencia de estos fenómenos naturales la ciudad se hundió unos 6 metros bajo el agua.

Este trágico acontecimiento permitió preservar bajo el lodo una parte importante de ella, de modo que hoy, tras el descubrimiento y la excavación, podemos verla.

Restos sumergidos de la ciudad de Heracleion. Fuente

Muy probablemente fue el mayor puerto marítimo egipcio hasta que el terremoto comenzó a destruirlo todo. Con el tiempo, la gran ciudad de Alejandría la sustituiría. A pesar de que ya se ha reconocido una parte de la urbe, según su descubridor, hay muchos más restos y quedan años de excavaciones.

Los barcos llamados baris

En su bahía se ha hallado el mayor cementerio de pecios del mundo. También se han rescatado casi 700 anclas de piedra.

Las fuentes antiguas, entre las que estaban las obras de Heródoto, mencionaban un tipo de barco muy utilizado en el Antiguo Egipto, el baris. Sin embargo, hasta el descubrimiento de Heracleion no hubo evidencia arqueológica de su existencia. Poder contemplar los restos de uno se consideró un gran hallazgo. A posteriori aparecieron más, aunque hasta el momento sólo se ha estudiado uno detenidamente, el barco 17, que está datado entre principios del siglo V y mediados del IV a.C.

Naves egipcias. Fuente: Belov, 2014

El baris era una nave fluvial de fondo plano construida con pequeños trozos de madera de acacia, puestos unos sobre otros como si fueran ladrillos. La embarcación descubierta en Heracleion tenía unos 28 metros de eslora y podía cargar hasta 120 toneladas.

A simple vista, el casco seguía la forma tradicional egipcia de una media luna, con la proa y el codaste continuando como prolongaciones directas de la quilla.

Dibujo que muestra la construcción de un baris. Fuente: Belov, 2014

Los segmentos de la quilla, que eran muy cortos, facilitaron dar la forma al casco. Las uniones entre los segmentos eran más bien flexibles y no demasiado profundas. Cabe destacar que para las uniones longitudinales entre tablones se utilizó un tipo diferente de unión, el empalme de media vuelta, y que tanto los tablones como la quilla se ensamblaron mediante largas espigas que pasaban a través de la quilla y de cuatro a cinco tracas de cada tabla. La distribución de las juntas de los tablones sigue un principio de ‘no alineación’, que produce un patrón similar al de un ladrillo, tal como lo describió Heródoto.

Para acabar

El yacimiento descubierto sacó a la luz dos noticias de enorme interés para el patrimonio marítimo: por una parte por fin se ha localizado la ciudad que los antiguos egipcios dedicaron a Heracles, en un lugar de la costa del Mediterráneo, y por otra se ha identificado una de las naves sobre las que el historiador Heródoto hablaba en sus escritos y de las que no se había conseguido encontrar ninguna evidencia arqueológica.

Más información

BELOV, Alexander. New evidence for the steering system of the Egyptian baris. International Journal of Nautical Archaeology, 2014, 43,1, p. 3-9.

BELOV, Alexander. Ship 17: a Baris from Thonis-Heracleion. Oxford: University Press, 2019.

GODDIO, Franck et al. Canopus I, the Submerged Western Canopic Region. Oxford: University Press, 2004.

MARIE, Mustafa. Thonis-Heracleion: An ancient Egyptian city that sank under water. Egypt Today, May 29, 2022.

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El oriente asiático es la cuna de la construcción de algunos tipos de embarcaciones de enorme influencia en la fabricación naval posterior. Uno de ellos, los barcos fu (Fuchuan 福船), muy desconocidos en Occidente, guardan una técnica milenaria que se empezó a usar en Europa siglos después.

Junco dibujado en un mapa de China del S. XVII. Fuente: Gallica

Los barcos Fu

El casco de estas naves era único, ya que tenía un fondo en forma de V. Este diseño les permitió llevar más carga y hacer giros rápidos. Al mismo tiempo, también lo hacía vulnerable cuando navegaba en aguas poco profundas. La quilla era extremadamente importante, porque una vez dañada ésta, todo el barco estaría en estado crítico. Para paliar este problema los constructores recurrieron a dos sistemas muy distintos: por una parte, pusieron en marcha sus conocimientos y empezaron a incluir en sus naves una serie de compartimentos estancos que reforzaran la seguridad material de la embarcación. Por otra, recurrieron a sus creencias espirituales y comenzaron a dibujar un grupo de estrellas que desde siempre habían usado como orientación, las de la constelación de la Osa Mayor, para que los protegiera.

Casco de un barco fu fabricado con las técnicas heredadas. Se pueden apreciar los compartimentos estanco. Fuente: UNESCO

El mamparo

La tecnología de mamparo hermético forma parte de la tradición en la construcción de embarcaciones oceánicas en la provincia de Fujian (China). Ha sido transmitida de generación en generación entre las comunidades locales y otras áreas relacionadas desde la dinastía Jin (265-420 d.C). Como su nombre indica consiste en dividir el casco en compartimentos estanco para que retarden la entrada de agua en caso de accidente, dando tiempo a la tripulación a reaccionar, para intentar solucionarlo. De esta manera, si una parte se daña durante la travesía, el agua marina no puede inundar las otras y el navío permanecerá a flote. Se ha estado aplicando ampliamente en la construcción de muchos tipos de embarcaciones, tales como buques pesqueros, cargueros, de guerra y otros que hicieron grandes expediciones. Los conocidos juncos asiáticos están construidos con estos compartimentos sellados.

Construcción actual de un barco fu con las técnicas heredadas. Fuente: UNESCO

Con el tiempo se ha ido actualizando. Hoy esta técnica es considerada, por parte de las comunidades que habitan esta zona, como una parte importante de su riqueza cultural. De hecho, el gobierno local abrió un museo en la capital provincial de Fushou, que caracteriza la cultura de Fuchuan, el Dengzhou Ancient Ship Museum.

Junco chino del siglo XIII. Fuente

La Osa mayor, una protección adicional

La Osa Mayor es una constelación que se puede ver en el Hemisferio Norte. Su parte más visible es el conjunto de siete estrellas con forma de carro. De ellas cuatro forman la caja y las otras tres dibujan la cola. Es posiblemente la más famosa y también la más fácilmente reconocible del cielo. Una vez localizada, sirve de guía para encontrar otras constelaciones que la rodean y, muy importante para los navegantes, para visualizar la estrella Polar (dentro de la la Osa Menor).


Se ha hallado la imagen de siete puntos tallados en la articulación de la quilla, que representan la Osa Mayor. Salvando las distancias, es una idea mística que recuerda la costumbre mediterránea de colocar una moneda en el mismo lugar, para que salvaguardara a la nave de las iras de dioses, mareas y vientos.

Dibujo de la localización y posición de los siete puntos que representan el carro de la Osa Mayor en la quilla. Fuente Li, 2020

Los cascos de los pecios recuperados

Se ha encontrado al menos en dos naufragios del siglo XIII: el de Sinan, que se hundió en su ruta desde Ningbo, en el sureste de China, a Japón, y el Quanzhou, otro barco descubierto en la bahía del mismo nombre, en el sureste de China. Las estructuras de esas dos embarcaciones eran casi idénticas. El de Sinan tiene una eslora de 27,5 m y una manga de 10,5 m, mientras que el naufragio de la bahía de Quanzhou tiene 26,5 m de eslora y 9,5 m de manga. Ambos tienen un fondo en forma de V y en la quilla portan siete puntos tallados, que muestran características del barco fu.

Restos del barco de Quanzhou. Fuente

Para acabar

Los barcos fu nos han dejado varios legados importantes, pero dos de ellos destacan especialmente, uno que fue una aportación esencial en la seguridad del casco, la técnica de los compartimentos estanco (o del mamparo) y otro místico, que todavía no se ha estudiado con detalle, la idea de incluir en la parte de la quilla que queda protegida, la imagen de la Osa Mayor, a modo de protección.

Junco chino de dos palos, con guerreros en la cubierta, echando a pique a una embarcación enemiga. Batalla en Fangliao. Fuente

En 2010, la tecnología de mamparos de Fuchuan fue inscrita en la lista de la Herencia Cultural Intangible en la necesidad de una urgente salvaguarda por la UNESCO, ya que localizó «hoy a sólo tres maestros capaces del dominio completo de esta tecnología». Esta es una situación muy similar a la que hoy ocurre en otros muchos lugares del globo, en los que las técnicas tradicionales de construcción naval se están perdiendo y sólo la unión de esfuerzos particulares y corporativos puede evitar esta sensible desaparición.

Más información

LI, Yiwen. Navigating Voyages in Real and Religious Life: The Big-Dipper Belief and Shipbuilding in Premodern China. Religions, 2020, 11, 398.

XIAOWU, Guan & LISHENG, Feng. Making Tools and Devices. En Chinese Handicrafts. Springer, Singapore, 2022. p. 1-114.

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Las pequeñas naves fluviales con fondo plano para navegar por algunos ríos de Irlanda, islas de Arán y Galicia se llamaban curraghs. Estaban hechas con tablones de madera, sobre los que se colocaban pieles o cueros de animales. Parece que su origen está en el Neolítico, en las que usaron los celtas para llegar a las islas británicas.

Reconstrucción de un antiguo curragh basado en el hallado en el Museo Nacional de Dublín. Fuente: Royal Museums Greenwich

Aunque las primeras embarcaciones de este tipo eran pequeñas y estaban diseñadas para navegar por aguas interiores, existen evidencias inequívocas de su uso en el Atlántico en épocas posteriores. Eran muy marineras y resistían muy bien el oleaje del mar. Sin embargo, debido a las características de los materiales utilizados, son muy escasos sus restos arqueológicos.

Un modelo de curragh

En el Museo Nacional de Dublín se conserva un modelo en oro de un curragh del siglo I a. de C. que se encontró en Broighter (Derry). Lleva nueve pares de remos afianzados a la regala con estrobos. También tiene un mástil central con verga, posiblemente destinado a portar una vela cuadra. Su timón era de espadilla.

Este modelo es el mejor testimonio que se conserva sobre el aspecto que debían tener los barcos de cuero oceánicos que conocieron los romanos cuando llegaron a Britania. Sirvió para deducir las dimensiones del «Breogan», del que se habla posteriormente.

El curragh de San Brandán

San Brandán fue un santo irlandés del siglo VI que emprendió un viaje por el Océano Atlántico con otros 14 monjes durante 7 años. En su derrota, buscando el paraíso, encontraron diversas islas imaginarias como las de las Delicias, de los Pájaros, de los Carneros y del Infierno. Algunas leyendas señalan que San Brandán y los monjes que lo acompañaron construyeron un pequeño bote de madera y lo cubrieron con pieles de vaca. También lo forraron con manteca por fuera para hacerla impermeable. Parece que pasaron 40 días preparando las pieles para el revestimiento de la nave. Colocaron el mástil fijo y una vela (según la transcripción de una parte del manuscrito del Codex 14, f° 1 r à 11 v., del siglo XI, conservado actualmente en la Biblioteca Municipal de Alençon, en Francia).

Antigua ilustración que representa a varios frailes embarcados que han varado sobre un gran animal marino. Posiblemente sea una alusión del viaje de San Brandán. Fuente: Cod. Pablo  Alemán  60,  fol. 179v. Universitätsbibliothek Heidelberg

En España

El origen de los curragh que se usaron en el norte de la Península Ibérica suele datarse en los contactos previos entre el Noroeste de España e Irlanda, y también en las expediciones de monjes irlandeses de origen celta que llegaron a las costas de Galicia en los primeros siglos de la era cristiana. Existen leyendas orales, así como manuscritos medievales irlandeses donde se recogen estos primeros encuentros. Un ejemplo es un pequeño barco construido con cuero y tres capas de pieles curtidas, llamado Immram Curaig Ua Corra, que llevaba nueve hombres a bordo, entre ellos un obispo y un sacerdote. El texto dice que desembarcó en “el rincón extremo de Hispania”, donde sus tripulantes y pasajeros fundaron una iglesia. Este y otros relatos similares aparecen en el llamado “Libro de Leinster”.

El Breogán

Era un barco de cuero de tipo curragh al que muchos llamaron equivocadamente «vikingo». La idea de su construcción surgió durante los años 70 del siglo pasado, y fue un profesor universitario llamado Fernando Alonso Romero quien elaboró una interesante teoría, que explicaba cómo pudo ser la comunicación por vía marítima entre la parte noroeste española y las islas británicas e Irlanda. Estudió los testimonios de diversos historiadores y geógrafos romanos, de arqueólogos contemporáneos e incluso analizó las inscripciones rupestres galaicas. Tras ello comenzó a construir una nave con los materiales de la época; casco de cuero de unos 12 metros de eslora, sin clavos, con un mástil y una vela de lino para vientos flojos. Llevaba diez pares de remos y se emplearon 25 de pieles para forrar el casco.

La idea de su constructor era utilizar esta embarcación para llegar hasta Irlanda, para demostrar que había sido posible este trayecto. Sin embargo, la financiación necesaria no llegó y no se realizó, aunque se sabe que su estudio lo utilizaron para seguir otras rutas en la parte norte del continente.

Detalles de la construcción de un curragh. Fuente

Para acabar

Estas naves tienen origen prehistórico, primero se construyeron para cruzar ríos y lagos, y con el tiempo se hicieron más grandes y mejores para navegar por el Océano Atlántico. Actualmente sobreviven, de la misma forma que otras embarcaciones construidas en madera, para competiciones náuticas, pero ahora las pieles son sustituidas por lonas.

Más información

ALBERRO, Manuel. Participación de la antigua Gallaecia en el Area Atlántica de la Edad del Bronce y en el proceso de celtización de la Península Ibérica. Anuario Brigantino, 2001, 24, p. 11-32.

Currach. Lo que dice Candela. 2014.

FRANCO, Fernando. Historias de barrio: la expedición del «Breogán». El Faro de Vigo, 2013.

HORNELL, James. The curraghs of Ireland. The Mariner’s Mirror, 1938, 24, 1, p. 5-39.

JOHNSTONE, Paul. The sea-craft of prehistory. London: Routledge, 2013.

KEHOE, Alice B. 14. Small Boats upon the North Atlantic. En Man Across the Sea. University of Texas Press, 2021. p. 275-292.

WOODING, Jonathan M. Saxons who furrow the British Sea with hides. The Great Circle, 1988, 10, 1, p. 33-36.

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A finales del siglo XX se halló una de las herramientas de carpintero de ribera más antiguas hasta ahora conocidas, que han sido datadas y localizadas en su lugar de origen. Se trata de un mazo o martillo, un instrumento muy vinculado durante siglos a esta profesión. Se utilizó con toda probabilidad para realizar pequeñas reparaciones a bordo. Datado en el siglo I a.C., está realizado en madera en su totalidad, y se compone de una cabeza percutora que se encuentra engastada en un astil. Está muy desgastado, lo que atestigua, aparte del paso de dos milenios, el continuo trabajo y labores de reparación y mantenimiento a la que debían someterse estas embarcaciones. Tiene 270 mm de altura, 200 mm de ancho y pesa algo más de 200 gramos.

El mazo de carpintero de ribera. Fuente: ARQUA

Fue hallado en el pecio romano de Punta de Algas, en San Pedro del Pinatar (Región de Murcia, España), en el que también aparecieron un cargamento de ánforas y elementos diversos pertenecientes a la tripulación (Pinedo, 1996). Sin embargo, no se ha localizado nada de la estructura de la nave, con la excepción de pequeños fragmentos de madera, varios restos de planchas de plomo y algún clavo perteneciente al recubrimiento del casco.

El lugar está muy cercano a la confluencia de las aguas del Mediterráneo y del pequeño mar interior de esta parte de España, que se conoce como Mar Menor. Es un espacio biológico muy rico, que durante siglos se aprovechó para la pesca, porque es el paso entre ambos mares.

Vista aérea del Mar Menor en San Pedro del Pinatar, donde se halló el pecio

Es muy probable que se hayan encontrado otros más antiguos, pero éste ha sido identificado y descrito como tal, por lo que contribuye a dar testimonio de ese antiguo arte de construir naves de madera, que durante tanto tiempo ha sido utilizado en casi todas las costas y litorales del mundo. Aunque los métodos podían variar, las herramientas eran muy similares. Est,a en concreto, forma parte de la técnica de construcción naval mediterránea.

Mazo dibujado en una de las láminas del Álbum del Marqués de la Victoria

Entre las herramientas de percusión se encuentra el mazo (que se llamaba maceta cuando era más pequeño). Se utiliza todavía para ajustar las uniones de madera, golpear los escoplos y gubias, entre otros. Con el paso de los siglos aparecieron dos tipos distintos:

  • El martillo de uña, que consta de una pieza de acero, a modo de cabeza, con mango de madera. La cabeza tiene un extremo con final plano y otro con una hendidura para sacar clavos.
  • El martillo de bola, que tiene un extremo de la cabeza redondeado y el otro plano.
Otra imagen del mazo de carpintero de ribera. Fuente: ARQUA

Esta pieza tan valiosa, hoy expuesta en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA), es una muestra del importante papel que los carpinteros de ribera tuvieron, así como de la función y utilidad de la navegación para la humanidad.

Para ampliar conocimientos sobre la carpintería de ribera puede consultar este blog y la web del proyecto de la Unión Europea AHOD, que tuvo como objetivo recuperar esta profesión y formar a la siguiente generación en ella, y que ha estado formado por instituciones de cinco países y coordinado desde España por la Universidad de Murcia.

Más información

LEÓN AMORES, Carlos, et al. La construcción naval en el Mediterráneo greco-romano. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 1999, 19. p. 199-218.

MAS, J. La nave romana de Punta de Algas. Noticiario Arqueológico Hispánico, 1971, p. 402-432.

MORAL CASADO, Alba, et al. La arqueología subacuática y los yacimientos de Hispania: puertos, fondeaderos, pecios y comercio fluvial. TFG. 2019.

PERAZA, J. Enrique. La evolución de la tecnología en la carpintería. Boletín de información técnica [de] AITIM, 2000, 206, p. 39.

PÉREZ BALLESTER, José. El portus de Carthago Nova. Sociedad, comercio tardohelenisticos”. En PÉREZ BALLESTER, José y PASCUAL BERLANGA, Guillermo. Puertos antiguos y comercio marítimo: III Jornadas de Arqueología Subacuática. Valencia: Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura, Educació i Ciència [etc.], 1998. p. 251-261.

PINEDO REYES, J. Inventario de yacimientos arqueológicos subacuáticos del litoral murciano. Cuadernos de arqueología marítima, 1996, 4, p. 57-90.

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El Patrimonio Marítimo está de enhorabuena, porque se ha inscrito el sistema tradicional de construcción naval nórdico en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Es un importante reconocimiento a una serie de técnicas de raigambre milenaria que se usaron, y todavía se siguen utilizando, en los países costeros del mar del Norte.

En varias de las entradas del blog hemos hecho alusión a las formas de construcción de las antiguas naves que se adentraban tanto en el Mediterráneo como en el mar del Norte. En ambos mares se generaron dos técnicas diferentes, aunque no es exactamente que fueran sistemas homogéneos, ya que a lo largo del tiempo fueron variando y también porque algunas veces se construían naves que tenían características propias de las dos técnicas. Lo que sí está claro es que en otro tiempo se diferenciaban, y que existía una muy usada en el mar Mediterráneo («a tope») y otra en el mar del Norte («a tingladillo»).

Patrimonio de la UNESCO desde 2021

Esta forma de construir embarcaciones se basa en una técnica muy antigua, según la cual primero se ponía la quilla y posteriormente sobre ella se iban uniendo las tablas del casco, solapadas unas sobre otras. Al principio, durante el Neolítico, la unión se fijaba con cuerdas, para pasar posteriormente a hacerlo con remaches.

Imagen de un momento de la construcción de una nave con el sistema nórdico. Se puede ver a la derecha claramente cómo están las tablas del casco una sobre otra, comenzando por la parte inferior, la quilla. Fuente

Los barcos de madera se han construido con este sistema durante miles de años, y han sido de gran importancia para el transporte marítimo en todos los países nórdicos, conectando a las personas de costa a costa durante generaciones. Por ello, la tradición de estas embarcaciones es una parte clave del patrimonio cultural costero de estos países y ahora también del resto de la Humanidad.

La construcción naval de estilo nórdico

Es un método caracterizado, como ya se ha comentado, porque las tablazón de la nave va superpuesta, dando ya forma al casco (forro). Posteriormente se realiza lo que conocemos como esqueleto (al contrario que el usado en el Mediterráneo, que tras la quilla se ponían las cuadernas y posteriormente el forro). Al encajarse y solapar los bordes de cada tabla, éstas se aseguraban con pernos, por lo que no siempre era necesario el calafateo, porque este método de forrado ya dotaba a la embarcación de estanqueidad. Luego, el casco se fortalece internamente con componentes de madera adicionales, que constituyen las llamadas costillas.

Se le denomina también sistema de casco trincado, «a tingladillo», o clinker system en inglés.

Ha sido muy utilizado a lo largo de los siglos en el mar del Norte, como lo corroboran las magníficas naves vikingas y las cocas posteriores, entre las que destacamos la coca real danesa, a la que ya le hemos dedicado dos entradas. También en algunos lugares de la Península Ibérica, tales como el Galicia, País Vasco o Cataluña, en ciertos momentos de la Historia se usó este método.

Se han construido innumerables barcos con el sistema nórdico, tanto para la pesca como para el transporte de personas y mercancías, que permitieron establecer rutas comerciales desde el extremo norte hasta el Mediterráneo, pero también atacar y asaltar.

Actualmente solo se mantiene la tradición de construir con este método en algunos lugares de Escandinavia y ha disminuido drásticamente durante los últimos años. Los carpinteros de ribera que viven de la fabricación de estos barcos también son cada vez menos y se corre el riesgo de perder las habilidades necesarias para mantener vivas las tradiciones.

Más sobre estos barcos

En el Museo de Barcos Vikingos en Roskilde se exhiben cinco naves, que fueron construidas en la tradición nórdica hace casi 1000 años. En muchos lugares se han establecido comunidades de voluntarios, como los miembros del Boat Guild, del citado Museo, que se ocupan del mantenimiento regular de los barcos y se reúnen para usarlos en actividades al aire libre.

Para acabar

Nuestra felicitación a todas las entidades que han luchado por llegar a tener esta denominación. También lanzamos una llamada para que la técnica de construcción naval mediterránea pueda alcanzar pronto la misma consideración.

Más información

CRUMLIN-PEDERSEN, Ole. Boat And Boat House. The Conceptional Origins of Clinker Boats and Boat-Shaped Halls of the Fourth to Eleventh Centuries In Scandinavia. In Creating Shapes in Civil and Naval Architecture. Brill, 2009, p. 194-212.

HORNELL, James. The sources of the clinker and carvel systems in British boat construction. The Mariner’s Mirror, 1948, 34, 4, p. 238-254.

OUNANIAN, Kristen & HOWELLS, Matthew. Clinker, sailor, fisher, why? The necessity of sustained demand for safeguarding clinker craft intangible cultural heritageMaritime Studies, 2022, p. 1-13.

POMEY, Patrice. New light on the false clinkers in ancient Mediterranean shipbuilding. En Connected by the Sea: Proceedings of the Tenth International Symposium on Boat and Ship Archaeology, Denmark 2003. Oxbow Books, 2016. p. 74.

PUJOL HAMELINK, Marcel. La Terminologia de construcció naval i el seu orígen: mediterrani / atlànticDrassana: Revista del Museu Marítim, 2006, 14, p. 84-102.

RIETH, Éric. The galley shipyard in Rouen. Mediterranean shipbuilders in Normandy (XIIIth-XVth centuries)Publications de l’Institut Français d’Études Anatoliennes, 2010, 20, 1, p. 155-160.

TANNER, Pat. 3D laser scanning for the digital reconstruction and analysis of a 16th century clinker built sailing vesselACUA Underwater Archaeology Proceedings, 2013, p. 137-49.

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Esta semana adelantamos la entrada para informar sobre la jornada que va a tener lugar en Cartagena (España) sobre carpintería de ribera y construcción naval clásica, el próximo martes 31 de mayo. Se celebrará presencialmente en el ISEN Centro Universitario, para presentar los resultados del proyecto europeo Erasmus+, titulado “All hands on deck” (AHOD), y además en ella se darán a conocer algunas de las experiencias más importantes existentes en España sobre construcción y mantenimiento de embarcaciones clásicas.

También existe la posibilidad de asistir de manera virtual. El formulario de inscripción, que da paso a la dirección para conectarse por videoconferencia, usando la aplicación Zoom está accesible aquí (por si no puede enlazar, la dirección acortada es https://acortar.link/0d5din)

La Universidad de Murcia, a través de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval, ha coordinado el citado proyecto “All hands on deck” (2019-1-ES01-KA204-065201). La expresión que le da título es una orden utilizada a bordo, que significa que todo el mundo es necesario en una determinada situación y actividad.

Está formado por seis socios de cinco países y regiones marítimas distintas: España, Grecia, Bélgica, Italia y Polonia. El otro socio institucional español que ha participado es el Centro Tecnológico de la Madera y el Mueble de la Región de Murcia (CETEM). Junto a ellos, han trabajado CEIPES (Centro Internacional para la Promoción de la Educación y el Desarrollo) desde Palermo, IDEC (empresa de consultoría y formación del Pireo), InnovaWood (Red europea de investigación, educación y formación del sector forestal, con sede en Bruselas) y WULS (Universidad de Ciencias de la Vida de Varsovia).

El proyecto se originó cuando se detectó el incremento de oportunidades laborales en el sector de la carpintería de ribera (la construcción de embarcaciones de madera), un oficio necesario y ecosostenible, mantenido en ciertos países como el Reino Unido o Suecia. Esto contrasta con la desaparición de nuevas generaciones de carpinteros en España o Italia, lo que está llevando al riesgo de pérdida de sus técnicas y conocimientos. Impulsando este sector laboral estamos ayudando también a recobrar un patrimonio inmaterial europeo que es parte de nuestra identidad marítima común.

Así, además de recuperar la construcción clásica de embarcaciones, haciendo que sus técnicas estén disponibles de manera digital, entre los objetivos del proyecto está el adaptarlas a los nuevos tiempos, creando formación para capacitar a personas de los sectores profesionales vinculados y con ello reducir el desempleo entre los mayores de 45 años. De este modo se garantiza también la transferencia de conocimientos de amplio valor cultural e histórico a las nuevas generaciones y, en definitiva, se impulsa una profesión rentable y capaz de crear desarrollo económico en las poblaciones costeras.

Fruto de estos objetivos, hemos desarrollado tres productos intelectuales:

a) Un repositorio digital con algunos de los documentos esenciales de los siglos XVI al XXI sobre la carpintería de ribera en las seis regiones marítimas europeas. Entre estos documentos, además de los históricos que están recolectados y descritos, como manuales, tratados, imágenes y planos, se añaden videos resultado de las entrevistas realizadas a los profesionales europeos, para que sus conocimientos actuales queden también conservados.

b) Diseño y desarrollo de un curso modular de introducción a la carpintería de ribera en todas las áreas marítimas europeas, que se puede seguir a través de Internet.

c) Elaboración de un curso de formación de formadores, para que los propios maestros carpinteros de ribera sean más eficaces a la hora de transmitir sus conocimientos a los aprendices.

Todos los productos intelectuales, el repositorio, la plataforma educativa, el resto de noticias y desarrollo del proyecto pueden consultarse a través de nuestra web.

Puede leer nuestras entradas sobre carpintería de ribera desde este enlace.

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