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Posts Tagged ‘China’

El oriente asiático es la cuna de la construcción de algunos tipos de embarcaciones de enorme influencia en la fabricación naval posterior. Uno de ellos, los barcos fu (Fuchuan 福船), muy desconocidos en Occidente, guardan una técnica milenaria que se empezó a usar en Europa siglos después.

Junco dibujado en un mapa de China del S. XVII. Fuente: Gallica

Los barcos Fu

El casco de estas naves era único, ya que tenía un fondo en forma de V. Este diseño les permitió llevar más carga y hacer giros rápidos. Al mismo tiempo, también lo hacía vulnerable cuando navegaba en aguas poco profundas. La quilla era extremadamente importante, porque una vez dañada ésta, todo el barco estaría en estado crítico. Para paliar este problema los constructores recurrieron a dos sistemas muy distintos: por una parte, pusieron en marcha sus conocimientos y empezaron a incluir en sus naves una serie de compartimentos estancos que reforzaran la seguridad material de la embarcación. Por otra, recurrieron a sus creencias espirituales y comenzaron a dibujar un grupo de estrellas que desde siempre habían usado como orientación, las de la constelación de la Osa Mayor, para que los protegiera.

Casco de un barco fu fabricado con las técnicas heredadas. Se pueden apreciar los compartimentos estanco. Fuente: UNESCO

El mamparo

La tecnología de mamparo hermético forma parte de la tradición en la construcción de embarcaciones oceánicas en la provincia de Fujian (China). Ha sido transmitida de generación en generación entre las comunidades locales y otras áreas relacionadas desde la dinastía Jin (265-420 d.C). Como su nombre indica consiste en dividir el casco en compartimentos estanco para que retarden la entrada de agua en caso de accidente, dando tiempo a la tripulación a reaccionar, para intentar solucionarlo. De esta manera, si una parte se daña durante la travesía, el agua marina no puede inundar las otras y el navío permanecerá a flote. Se ha estado aplicando ampliamente en la construcción de muchos tipos de embarcaciones, tales como buques pesqueros, cargueros, de guerra y otros que hicieron grandes expediciones. Los conocidos juncos asiáticos están construidos con estos compartimentos sellados.

Construcción actual de un barco fu con las técnicas heredadas. Fuente: UNESCO

Con el tiempo se ha ido actualizando. Hoy esta técnica es considerada, por parte de las comunidades que habitan esta zona, como una parte importante de su riqueza cultural. De hecho, el gobierno local abrió un museo en la capital provincial de Fushou, que caracteriza la cultura de Fuchuan, el Dengzhou Ancient Ship Museum.

Junco chino del siglo XIII. Fuente

La Osa mayor, una protección adicional

La Osa Mayor es una constelación que se puede ver en el Hemisferio Norte. Su parte más visible es el conjunto de siete estrellas con forma de carro. De ellas cuatro forman la caja y las otras tres dibujan la cola. Es posiblemente la más famosa y también la más fácilmente reconocible del cielo. Una vez localizada, sirve de guía para encontrar otras constelaciones que la rodean y, muy importante para los navegantes, para visualizar la estrella Polar (dentro de la la Osa Menor).


Se ha hallado la imagen de siete puntos tallados en la articulación de la quilla, que representan la Osa Mayor. Salvando las distancias, es una idea mística que recuerda la costumbre mediterránea de colocar una moneda en el mismo lugar, para que salvaguardara a la nave de las iras de dioses, mareas y vientos.

Dibujo de la localización y posición de los siete puntos que representan el carro de la Osa Mayor en la quilla. Fuente Li, 2020

Los cascos de los pecios recuperados

Se ha encontrado al menos en dos naufragios del siglo XIII: el de Sinan, que se hundió en su ruta desde Ningbo, en el sureste de China, a Japón, y el Quanzhou, otro barco descubierto en la bahía del mismo nombre, en el sureste de China. Las estructuras de esas dos embarcaciones eran casi idénticas. El de Sinan tiene una eslora de 27,5 m y una manga de 10,5 m, mientras que el naufragio de la bahía de Quanzhou tiene 26,5 m de eslora y 9,5 m de manga. Ambos tienen un fondo en forma de V y en la quilla portan siete puntos tallados, que muestran características del barco fu.

Restos del barco de Quanzhou. Fuente

Para acabar

Los barcos fu nos han dejado varios legados importantes, pero dos de ellos destacan especialmente, uno que fue una aportación esencial en la seguridad del casco, la técnica de los compartimentos estanco (o del mamparo) y otro místico, que todavía no se ha estudiado con detalle, la idea de incluir en la parte de la quilla que queda protegida, la imagen de la Osa Mayor, a modo de protección.

Junco chino de dos palos, con guerreros en la cubierta, echando a pique a una embarcación enemiga. Batalla en Fangliao. Fuente

En 2010, la tecnología de mamparos de Fuchuan fue inscrita en la lista de la Herencia Cultural Intangible en la necesidad de una urgente salvaguarda por la UNESCO, ya que localizó «hoy a sólo tres maestros capaces del dominio completo de esta tecnología». Esta es una situación muy similar a la que hoy ocurre en otros muchos lugares del globo, en los que las técnicas tradicionales de construcción naval se están perdiendo y sólo la unión de esfuerzos particulares y corporativos puede evitar esta sensible desaparición.

Más información

LI, Yiwen. Navigating Voyages in Real and Religious Life: The Big-Dipper Belief and Shipbuilding in Premodern China. Religions, 2020, 11, 398.

XIAOWU, Guan & LISHENG, Feng. Making Tools and Devices. En Chinese Handicrafts. Springer, Singapore, 2022. p. 1-114.

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Gracias a un texto anónimo fechado alrededor del siglo I a.C. tenemos noticia de cómo debía ser viajar en esa época. Es conocido como El Periplo del Mar Eritreo, y describe, a modo de manual, una ruta comercial desde los puertos egipcios del Mar Rojo hasta la India. Se han recogido algunos párrafos procedentes del texto para que el lector se pueda hacer una idea de cómo era este periplo y lo que contiene.

La descripción se inicia en los puertos egipcios del Mar Rojo y va recorriendo las costas africanas, pasando por lugares como Berenice hasta llegar a la zona de lo que hoy es Tanzania. La segunda parte trata la ruta terrestre al oeste, que pasa por la península arábiga, para luego adentrarse en alta mar por la costa india, llegando a la desembocadura del actual río Ganges y ocupándose de otras que se dirigen hacia la China.

«.. hay una pequeña ciudad comercial en la costa después de navegar a unos cuatro mil estadios desde Berenice, llamada Ptolemais de las Cazas […]. Esta ciudad-mercado tiene la verdadera tortuga terrestre en pequeñas cantidades […]. Y aquí también se encuentra un poco de marfil, como el de Adulis. Pero el lugar no tiene puerto y solo se llega en pequeñas embarcaciones».

El O. Índico representado por Mauro (hay que girarlo 180º para verlo según nuestros mapas)

Aunque pone especial interés en mercados y productos con los que se comercia en cada lugar, también añade diversas informaciones sobre navegación, puertos, fauna y sobre las personas y ciudades del trayecto. Es todo un manual para cualquier buen comerciante.

Detalle de la bahía de Goa en la India (fines s. XVI)

«Después de Avalites hay otra ciudad comercial, mejor que ésta, llamada Malao, distante una vela de unos ochocientos estadios. El fondeadero es un camino abierto […]. Aquí los nativos son más pacíficos. Se importan a este lugar las cosas ya mencionadas, y muchas túnicas, mantos de Arsinoe, vestidos y teñidos; vasos, láminas de cobre blando en pequeñas cantidades, hierro y monedas de oro y plata, no mucho. De estos lugares se exportan mirra, un poco de incienso, la canela más dura, y copal indio, que se importan a Arabia; y esclavos, pero rara vez».

Hay que recordar que en esa época había un gran riesgo para emprender un viaje a la India, por lo que resultaba fundamental contar con información básica que orientara la navegación, pero también para poder conocer de antemano los productos, las reglas económicas y políticas del juego. Para ello este texto ofrece información útil y accesible, distanciándose de las obras geográficas típicas que mezclaban lo mítico con lo real.

El O. Índico en el mapa de Ptolomeo

«Navegando por la desembocadura del Golfo, después de un curso de seis días, hay otra ciudad comercial de Persia llamada Ommana. A estas dos ciudades-mercado se envían regularmente grandes barcos desde Barygaza, cargados con cobre y sándalo y vigas de teca y troncos de madera de negro y ébano. A Ommana también se trae incienso de Caná, y de Ommana a Arabia, botes cosidos a la moda del lugar; estos se conocen como madarata. Se exportan a Barygaza y también a Arabia, muchas perlas, pero inferiores a las de la India; púrpura, ropa a la moda del lugar, vino, gran cantidad de dátiles, oro y esclavos».

El mar Rojo y la Meca

«Sobre la siguiente región, el curso que tiende hacia el este, que se extiende en el mar hacia el oeste, es la isla Palaesimundu, llamada por los antiguos Taprobane […] produce perlas, piedras transparentes, muselinas y caparazón de tortuga».

La isla de Taprobana en el globo de M. Behaim (S. XV). Hoy es Ceilán

Aunque es muy escueto, se pueden hallar retazos de la figura del comerciante, de su forma de entender la vida y también de enfrentarse al viaje mismo. Así emergen las categorías culturales y los prejuicios, se puede avistar la idea de la barbarie que existía (lo que no era romano era bárbaro), de los reyezuelos, pero también de los gobernantes sabios según el patrón del autor, de las gentes malvadas y de la acción de la divinidad. Todas muestran las formas de entender el mundo del comerciante y en general del mundo grecolatino, en el contexto de la información aceptable y útil para entablar relaciones comerciales.

Dibujo del puerto de Goa (India), del siglo XVII

En las descripciones de China, que el autor no llegó a conocer, se percibe la idea que el mundo griego alejandrino tenía de estos lugares, pero que no estaba contrastada con la experiencia propia.

Para concluir

Este texto es una fuente curiosa y también uno de los pocos periplos que se han conservado, ya que es un interesante testimonio sobre la vida comercial de la antigüedad. Es, por lo tanto, el resultado de la observación y el conocimiento que su autor tenía, por lo que sus descripciones geográficas son muy acertadas. Pero no es una guía de viaje, sino un conjunto de apreciaciones sobre los mercados y productos de esa zona, fruto de su propia experiencia y conocimiento.

De izquierda a derecha se pueden apreciar las figuras de distintos reyes africanos, el Nilo, el mar Rojo y parte de la península arábiga. Globo de M. Behaim (finales del s. XV)

Más información

ALBALADEJO VIVERO, Manuel. El color en el vestido, símbolo de identidad en el mundo antiguo: el paradigma indio. Herakleion. Revista Interdisciplinar de Historia y Arqueología del Mediterráneo, 2011, 4, p. 47-58.

CASSON, Lionel. The Periplus Maris Erythraei: Text with Introduction, Translation and Commentary. Princeton, Nueva Jersey: Princeton University Press, 1989.

DE CONTI RIVARA, Giuliano. En busca del comerciante antiguo a través del Periplo por el Mar Eritreo (s. I d.C). Historias del Orbis Terrarum, 2012, 4, p. 17-33.

GONZÁLEZ PONCE, Francisco José. El Periplo del mar Eritreo y la revolución interna del género periplográfico. Nuevas aportaciones al problema de la fecha. Habis, 1992, 23, p. 237-245.

GONZÁLEZ PONCE, Francisco José. El Periplo Griego antiguo: ¿verdadera guía de viajes o mero género literario? El ejemplo de Menipo de Pérgamo. Habis, 1993, 24, p. 69-76.

SCHOFF, Wilfred H. The Periplus of the Erythraean Sea: Travel and Trade in the Indian Ocean by a Merchant of the First Century. Nueva York: Longmans, Green, and Co., 1912. 

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En estas fechas nos unimos a las celebraciones que en algunos países se dan con motivo del día de los Reyes Magos, con una versión asiática del cuento de Cenicienta, que tiene como amigo a un pez mágico. Es nuestra forma de incorporar los temas marítimos dedicados a los más pequeños en estos momentos, que a pesar de las circunstancias que vivimos, deben ser de ilusión y alegría. 

Pez coi, que según la tradición china trae buena suerte

El cuento comienza en la lejana China y se escribió en el siglo IX, cuando la dinastía Tang gobernaba el país. Pasado mucho tiempo, en Europa, durante el siglo XVII, dos autores, Basile y Perrault, la adaptaron y la convirtieron en la narración que tantas veces hemos oído y relatado. Posteriormente, los hermanos Grimm publicaron una versión muy similar a principios del siglo XIX.

El cuento de la Cenicienta en China

Una niña china hábil e inteligente llamada Yeh-Shen, también conocida como Ye Xian (叶 限), se quedó huérfana desde pequeña. Su madrastra la trataba mal y la obligaba a hacer los trabajos más duros. Ella se ponía triste cuando se daba cuenta de que a su otra hermana, le proporcionaba cuidados y mimos, y a ella no. Según quien nos lo cuente, parece que al notar su tristeza un bonito pez de ojos dorados del estanque se hizo su amigo, la consolaba y le daba ánimos.

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Carpas chinas. Wellcome Collections

La madrastra un día se dio cuenta de que el pez sólo le hacía caso a la chica, lo que la llevó a trazar un plan para matarlo y luego cocinarlo. Se vistió con las ropas de su hijastra para atraerlo, y una vez que lo consiguió lo mató y lo sirvió para cenar.

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La Cenicienta lloró desesperadamente hasta que una voz le dijo que su pez era mágico y que si guardaba las espinas, cualquier cosa que deseara se la concedería. Así, cuando llegó la época del festival que se celebraba en la localidad, la madrastra no la dejó asistir, pero sí fueron ella y su hermanastra. Cenicienta esperó a que se hubieran ido y pidió el deseo de brillar en la fiesta. Muy bien vestida y con unos zapatos de oro hizo su aparición. Sus familiares la reconocieron y entonces huyó, dejándose un zapato.

Mas tarde un comerciante recogió el zapato y se lo vendió al rey. Éste intrigadísimo se dedicó a buscar a la chica que lo calzaba. El cuento acaba con Cenicienta casándose con el rey y con la madrastra encarcelada.

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Otras versiones del cuento

Hay más historias sobre una Cenicienta, ya que existen cuentos como éste en las culturas egipcia, india, vietnamita o musulmana. De hecho, se han llegado a contar hasta 700 versiones.

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Portada de una edición del S. XIX del cuento de Cenicienta. Biblioteca Nacional de Escocia

Los elementos distintivos son el pez mágico (que trae buena suerte en la cultura china) y el zapato de oro. El resto, con alguna variación (como por ejemplo que el zapato sea de cristal), es muy similar al que se conoce en Europa y América.

Más información

MAETH, Russell y DEVALLE, Susana. Yexian: la cenicienta china del siglo IX. Estudios de Asia y África, 1987, 22, 3, p. 386-410 [Versión asiática del cuento de Cenicienta].

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Esta semana traemos el manuscrito de un médico que viajó en las naves de la Compañía Sueca de las Indias orientales durante el siglo XVIII, y que en su diario recogió datos, información, dibujos y mapas de algunas de las zonas que más le impresionaron. Aunque casi todas las ilustraciones las dedica al continente asiático, hace algunas excepciones, como dibujar la bahía de Cádiz y algunos bocetos de mapas de Europa, África y Australia.

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La bahía de Cádiz

El manuscrito y su autor

El diario se llama Viaje a las Indias Orientales durante los años 1748 y 1749 (Ost-Indisk Resa 1748 och 1749) y está escrito por Gustaf Fredrik Hjortberg, un erudito ilustrado sueco (1724-1776), que también fue sacerdote. Se embarcó como médico en las naves de la Compañía Sueca de las Indias Orientales al menos en tres ocasiones. La empresa, la mayor de su época en Suecia, que estuvo navegando entre los años 1731 y 1813, comercializaba principalmente té, además de porcelana, seda, especias y otros productos.

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En sus informes añadió mapas dibujados a mano de los mares y continentes por los que navegó. Por lo que encontramos tres, uno del subcontinente indio, otro del sureste asiático y otro de la parte austral. En ellos aparece la zona del O. Índico y el Pacífico que corresponde. El manuscrito, de tamaño similar a una cuartilla, tiene 179 páginas.

También dibujó peces y otros animales marinos que vio en su largo periplo.

Dedicó varias ilustraciones a un puerto chino, que entonces ya era muy conocido, el de Cantón. De él levanta un pequeño plano y dibuja la muralla que lo protege.

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El puerto de Cantón (China)

Hjortberg donó los informes de sus viajes a la Real Academia de las Ciencias de Suecia. El manuscrito había formado parte de la biblioteca del Palacio Drottningholm, la residencia privada de la familia real sueca. Luego fue transferido a la biblioteca de la Real Academia de las Ciencias de Suecia, y desde 1942 es parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Suecia.

 

Más información

HELLMAN, Lisa, et al. Social relations in the canton trade: Information flows, trust, space and gender in the Swedish East India Company. The bulletin of the Institute for World Affairs, Kyoto Sangyo University, 2013, 28, p. 205-225.

HELLMAN, Lisa. Using China at Home: Knowledge Production and Gender in the Swedish East India Company, 1730-1800. Itinerario, 2014, 38, 1, p. 35-55.

KONINCKX, Christian. The maritime routes of the Swedish East India company during its first and second charter (1731–1766). Scandinavian Economic History Review, 1978, 26, 1, p. 36-65.

SKOTT, Christina. La ciencia linnaeana y la Compañía Sueca de las Indias Orientales. Nueva York: Routledge, 2014.

VOGEL, Hans Ulrich. The Diffusion and Transmission of the Rotary-Fan Winnowing Machine from China to Europe: New Findings and New Questions. History of Technology, 2006, 27, p. 1-42.

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Hay naves que unen historia, mito y leyenda, por lo que es difícil separar la realidad de la ficción. En el continente asiático, las embarcaciones conocidas como juncos son un buen ejemplo. Las crónicas medievales europeas se refieren a estas inmensas naves, pero las descripciones que hacen no siempre son muy precisas. Marco Polo e Ibn Battuta las pudieron ver y hablaron de ellas. Clavijo también nos dejó relato sobre ellos. Formaron parte de la Ruta marítima de la Seda en plena Edad Media y de la impresionante armada del almirante chino Zheng He en sus viajes de reconocimiento durante el siglo XV (la Flota del Tesoro).

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Los juncos

Aunque los más conocidos son los chinos, también se construyeron en Japón, Vietnam, Corea y otros países costeros del gran Pacífico.

Una de las grandes diferencias con las naves europeas era que las asiáticas estaban construidas con compartimentos estancos (mamparos), de forma que si entraba agua en uno de ellos, el resto permitían seguir la navegación sin peligro.

En esta imagen se pueden ver los compartimentos estanco. Fuente: Unesco

El cronista de la expedición de la primera vuelta al mundo (S. XVI) explicaba cómo eran los juncos que habían visto:

la obra viva era dos palmos de la obra muerta, «hechos con tablones unidos por amarras de madera; su construcción es bastante buena. En la parte superior llevan cañas muy gruesas que sobresalen de los bordes del junco para formar
contrapeso. Estos juncos cargan tanto como nuestros buques. Los mástiles son hechos de las mismas cañas, y las velas son de corteza de árbol» (Pigafetta, Primer viaje alrededor del globo, p. 116)

¿Cómo reconocerlos?

Tenían varias características que los hacían fáciles de identificar, aunque en las imágenes obtenidas no siempre se pueden distinguir todas ellas. Solían ser enormes, de casco plano, con mayor manga en el centro, proa fina y portaban unas velas muy distintas a las occidentales, ya que eran cuadradas y contaban con una estructura reticular o alistonada (parecida a las persianas).

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Dibujo de un junco, por R. Monleón. ANM

Otras características distintivas eran el castillo de popa volado con borda, un retranqueo a la altura del timón, un pequeño castillete protegido, una quilla ligeramente oblicua, con las toldillas y camarotes en popa. Habitualmente portaban tres grandes palos, pero existen noticias de que en la flota de Zheng He había juncos que tenían hasta 9 mástiles. Viajaban a la India y al golfo Pérsico en misiones comerciales. Fue, además, una de las embarcaciones favoritas para los piratas de las Indias orientales.

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Dibujo de un junco de guerra, por R. Monleón. ANM

Aunque durante mucho tiempo ha existido la costumbre de denominar juncos a todos los barcos chinos, a modo de voz genérica, las investigaciones están facilitando ya suficiente conocimiento para distinguirlas. De hecho, hoy sabemos que el junco se podía hacer de distintas medidas, por lo que es posible encontrar grandes naves como las de la flota del tesoro de Zheng He y también otras más pequeñas para pesca y transporte de pasajeros, y todas son juncos.

Juncos Fra Mauro

Juncos en el mapa de Fra Mauro

A lo largo de la Historia, de los sucesivos contactos establecidos con el imperio chino, se ha introducido otro término, «champán»o «xampán», para denominar a estos juncos, especialmente a los más grandes. De hecho, la Real Academia de la Lengua en España sí que contiene este término, pero no el de junco.

Junco chino mapa XVII Gallica

Junco dibujado en un mapa de China del S. XVII. Fuente: Gallica

Un junco del siglo XIX

Gracias a dos autores del siglo XIX (R. Monleón y el Almirante Paris) tenemos noticia y planos de una nave china de este tipo que era de gran porte. La llamaron Keying y tenía unas medidas de 160 pies de eslora (unos 49 m.) y 83 de manga (25 m.). Desplazaba unas 800 toneladas. Estaba construida con madera de teca y portaba 3 palos. Las velas eran también enormes y la mayor pesaba unas 9 toneladas, lo que le suponía a la tripulación dedicar dos horas a izarla. Llevaba 3 grandes anclas. El timón se podía izar, o arriar, dependiendo de la profundidad del fondo marino. No tenía ni quilla, ni bauprés, ni obenque.

Keying

Dibujo del junco Keying, por R. Monleón. ANM

Es curioso que esta nave asiática llevara pintado un ojo en cada costado (amura). Nos recuerda la idea del ojo de las naves mediterráneas, aunque en este mar era símbolo de buena suerte y en el junco parece que estaba vinculado con una leyenda, que decía que la nave debía ver por dónde iba, por lo que se le dibujaban dos grandes ojos.

Más información

HORNELL, James. The origin of the junk and sampan. The Mariner’s Mirror, 1934, 20, 3, p. 331-337.

La técnica de fabricación de compartimentos estancos de los juncos chinos. Blog Patrimonio de la Humanidad, 2017.

ANM = Archivo Naval de Madrid

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A lo largo de la historia ha habido gobernantes que a la faceta guerrera y política han sumado la de su apoyo a la cultura y a las artes. Esta característica se puede hallar entre reyes, emperadores, kanes, zares, sultanes, faraones y todo tipo de grandes señores de cualquier época. También estaban los que, además, ellos mismos eran destacados humanistas.

Provincia de Guangdong (Cantón) en el sur de China. Mapa del Nouvel atlas de la Chine, de la Tartarie Chinoise et du Thibet (1737). Biblioteca del Congreso de Washington

Un buen ejemplo lo podemos encontrar dentro de la dinastía china Qing, originaria de Manchuria, en un emperador que reinó durante 60 años, llamado Qianlong (1736-1795). Llegó al poder en un momento particularmente fascinante de la historia de China, ya que era una de las naciones más ricas y pobladas del mundo.

El emperador Quianlong a caballo (1757). Museo del Palacio de Beijing

A pesar de los buenos momentos, existían problemas internos como consecuencia de las batallas por conquistar nuevos territorios como Tibet, Vietnam, Mongolia o Turquestán, y también rebeliones de minorías étnicas. Esto supuso que los reyes chinos se volcaran en sus guerras internas, de ellas algunas tuvieron lugar en el mar y quedaron inmortalizadas en dibujos y grabados. Entre las obras hemos hallado varias en las que las flotas navales son las protagonistas, ya que el medio marino se utilizaba para el transporte, así como en las campañas de conquista y represión emprendidas.

Un emperador artista

Qianlong se dedicó por un lado a preservar y fomentar sus tradiciones guerreras-cazadoras manchúes, a la vez que adoptaba los principios de Confucio sobre el liderazgo político y cultural. Había estudiado pintura, le gustaba dibujar y practicar la caligrafía. Fue también un apasionado poeta y ensayista.

Caligrafía china del s. XVIII

Supo combinar su pasión por coleccionar arte con el papel de preservador y restaurador del patrimonio cultural chino. No tuvo inconveniente en incluir en su colección piezas de otras culturas, tanto de sus vecinos asiáticos (Japón e India) como de la lejana Europa. En este último empeño un jesuita italiano, Giuseppe Castiglione, ejerció una gran influencia. Y precisamente en este punto podemos situar la colección de grabados en cobre que el emperador chino encargó en Francia, para dejar constancia de sus éxitos en la guerra.

Los grabados en cobre

Son una serie realizada a partir de placas de cobre, que datan de la segunda mitad del siglo XVIII encargados por Quianlong, y que representan sus campañas militares en las provincias interiores de China y a lo largo de las fronteras del país. El encargo tuvo como destino París, que en esa época era hogar de algunos de los mejores artesanos europeos que trabajaban en esta técnica. Los primeros 16 grabados se hicieron en Europa, pero posteriormente los aprendices chinos de los jesuitas produjeron series de grabados en Pekín, que difieren notablemente en estilo y elaboración de los de la serie de París.

Cruce del océano y regreso triunfal

Como muestra para los grabadores franceses se usaron una serie de pinturas realizadas por artistas misioneros europeos, empleados entonces en la corte de Pekín (los jesuitas Giuseppe Castiglione, Jean-Denis Attiret e Ignatius Sichelbarth y el agustino italiano Jean-Damascène Sallusti).

Las imágenes que aparecen en esta entrada son de las 12 primeras encargadas en París, que representan la campaña contra Taiwán de 1787 a 1788, en la que las tropas chinas lideradas por el general Fukang’an vencieron la insurrección armada.

Captura de Zhuang Datian con vida

Las naves chinas

Debido al interés que tienen estas naves, hemos realizado ampliaciones de algunas de ellas para que se puedan apreciar más detenidamente los detalles.

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Batalla en Fangliao. Junco chino de dos palos, con guerreros en la cubierta, echando a pique a una embarcación enemiga.

Podemos apreciar juncos y sampanes chinos en plena batalla naval.

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Juncos chinos de dos palos vistos por la amura de estribor, con soldados en la cubierta.

Estos grabados, que inicialmente fueron encargados para glorificar las batallas del emperador, hoy son testimonio de una época de esplendor del imperio chino, nos permiten apreciar detalles de las embarcaciones utilizadas y también sirven para deleitarse con estas obras de arte, que conjugan técnicas orientales y europeas en placas de cobre.

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Un sampán a cuatro remos por banda cargado de soldados. En la popa un soldado maneja un mosquete o fusil, otros llevan lanzas y al que va de proel se le aprecia una aljaba con flechas.

Más información

Los grabados son un conjunto de 64 piezas que forman parte de la colección del Departamento de Asia Oriental de la Biblioteca Estatal de Berlín.

Exposición de piezas de la época de Qianlong en Atenas (2018-19).

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