Autor: Pedro Fondevila Silva
El Reglamento de 1728
Las Galeras como Cuerpo diferente a la Armada también fueron reorganizadas. El 12 de junio de 1728 se emitió una Real Orden con la denominación de «Reglamento que el Rey manda se observe para el Establecimiento y Régimen de su Escuadra de Galeras». Dentro del citado documento aparece otro “Reglamento para la formación del Batallón de Marina que ha de servir de guarnición para las Galeras…”.
Veamos los artículos relacionados con los granaderos:
“Habiéndose considerado indispensable el que para el perfecto armamento de las Galeras haya Gente de Guerra que las guarnezca, se deberá formar un Cuerpo con el nombre de Batallón de las Galeras (más tarde tomó el nombre de Mediterráneo)…”
“El referido batallón se compondrá del número de 770 hombres, en que solo se comprenderá Sargentos, Cabos, Tambores y Soldados.”
“Cada granadero gozará 15 cuartos al día……Cada soldado ha de gozar 14 cuartos al día…”
“El vestuario debe consistir en…, un sombrero (de tres picos)…, una birretina y una bolsa granadera con su hachuela”.
“… y el de los granaderos (vestido), para diferenciarse de los soldados sencillos, tendrá tres ojales en cada manga puestos sobre el codo a la dragona, hechos del mismo galón (de oro), que cada uno fenecerá con un alamar de seda o lanilla fina roja, mezclada con un poco de hilo de oro”.
Si comparamos esta Real Orden con la de la Infantería de la Armada vemos que, aquí, el empleo de granadero tiene existencia diferenciada de la del soldado, que cobra más que éste, y que como distintivo, para distinguirse de los soldados sencillos, usaban tres ojales de oro en cada manga. Este último punto tiene una gran importancia, pues es el primer antecedente de las sardinetas de la Infantería de Marina.
Resta decir, aunque se detallará en el apartado correspondiente, que la uniformidad del batallón de galeras fue diferente al del resto de los batallones de Marina, pues en su uniforme predominaba el color rojo, que era el tono distintivo de las galeras, y, aunque sufrió alguna modificación a lo largo del tiempo, siempre mantuvo la diferencia de uniformidad hasta la disolución del Cuerpo de Galeras. La supresión de la Escuadra de Galeras se ordenó por la Real Orden de 28 de noviembre de 1748, en la cual, entre otras disposiciones, se mandaba:
“A los Sargentos, Tambores, Pífanos, Cabos, Granaderos y Soldados se agregará a los Batallones de Marina para reemplazo de las faltas que tienen sus compañías.”
Así desapareció un Cuerpo y una infantería peculiar, pues, aunque en 1785 se restableció la Escuadra de Galeras (que no el Cuerpo), la infantería de guarnición fue de los Batallones de Marina.
Volvamos, ahora, sobre los soldados de los Batallones. Durante 50 años no se produce ninguna novedad en relación con los granaderos. Hay algunos cambios en la uniformidad y en las divisas de los sargentos y cabos, pero nada aparece sobre los granaderos, aunque la gorra granadera sigue apareciendo en las contratas de vestuario. En 1784 desaparece la bolsa granadera, y con ella la hachuela, comenzando a usarse la cartuchera; también se abandona el uso del frasco de pólvora por la generalización del cartucho.
En 1789 se produce el acontecimiento: ¡aparecen los granaderos!, por Real Orden de 25 de agosto de 1789 se dispone:
“Ha resuelto el Rey que en cada Compañía de los Batallones de Marina, haya nombrados de plaza fija, un Cabo primero, otro segundo y diez y seis soldados, para servir de Granaderos en los casos que fuere necesario, debiendo llevar en la vuelta de la casaca, una granada abierta de estambre o lana amarilla, con un cordón de oro al canto para que los diferencie de los fusileros, y con el goce al mes de sesenta y siete reales de vellón el cabo primero, cincuenta y siete el cabo segundo, y cuarenta y ocho el granadero. Notíciolo a V.S. de real orden para su inteligencia, y la de esos Oficios Principales, y a fin de que se pase las correspondientes a los Intendentes de los otros Departamentos.
Dios guarde a V.S. muchos años.
Madrid veinte y cinco de agosto de mil setecientos ochenta y nueve. Valdés
Sr. DN. Joaquín Gutiérrez de Rubalcaba
Es copia de la original que para estos Oficios Principales de mi cargo de que Certifico.
Isla de León cuatro de septiembre de mil setecientos ochenta y nueve.
Firmado: Alejandro de Terán”
Como resumen de todo lo expuesto podemos concluir:
– Desde su creación hasta 1789 el Cuerpo de Batallones de Marina no tuvo plazas fijas de granaderos.
– Que, sin embargo, todos sus soldados están adiestrados como granaderos y que su vestuario, además de las prendas de soldado sencillo, contiene las correspondientes a los granaderos.
– Que la Infantería de Galeras contó, desde finales del siglo XVII, con granaderos, teniendo estos sueldo y divisas diferentes de las de los soldados. Las divisas fueron el primer antecedente de las sardinetas de Infantería de Marina.
– Que en 1789 se crean los granaderos en los Batallones de Marina, con sueldo y divisa propia, pero sin las sardinetas.
Llegados aquí el lector se preguntará: ¿cuando recibió las sardinetas la Infantería de Marina? El propósito del autor era tratar este tema en el apartado de uniformidad, explicando, así mismo, los motivos para que se haya pensado que los Batallones tuvieran granaderos antes del año citado. Pero es justo que no hagamos esperar al lector. Al finalizar la Guerra de la Independencia, se autorizó el uso de las sardinetas a todo el Cuerpo por Real Orden de 15 de octubre de 1815, que dice así:
“Enterado el Rey Nuestro Señor, por el oficio de V.E. de 5 del corriente de que el Serenísimo Señor Infante Almirante General ha dado al Coronel del Primer Regimiento de Marina el galón de oro suficiente para poner divisa a los sargentos en el cuello y vueltas de la casaca, igualmente que en los morriones, con la prevención de que a la tropa se pusiese galones y sardinetas de estambre en las vueltas de la mangas, como usan los Batallones de Reales Guardias, se ha servido S.M. aprobar esta disposición de Su Alteza, y quiere que lo mismo se practique con los demás Regimientos y Batallones de Marina, haciéndose notorio en la Armada esta Declaración.”
Por estas fechas comienza el abandono, por parte del gobierno, de la Marina, lo que se traduce en una reducción de los efectivos y unidades de la Infantería de Marina, cuyos soldados iban harapientos y muertos de hambre por el retraso en sus pagas y en el socorro diario.
No obstante, por Real Orden de 13 de octubre de 1815 se da nueva uniformidad al Cuerpo, que ya había visto modificado su vestuario a la moda inglesa durante la guerra, adoptando, como prenda de cabeza, el chacó o morrión, con desaparición de la gorra de pelo; siguiendo el resto de las prendas la misma moda francesa. Los granaderos se distinguen de los cazadores y de los fusileros por el color rojo y amarillo de sus charreteras (sargentos) y hombreras (tropa), en las cuales figura una granada abierta de color amarillo, que también aparece en los faldones de la casaca.
En 1827 se va a producir una profunda variación orgánica al crearse la Brigada Real de Marina por Real Orden de 7 de enero. Esta Brigada se formaba con las tropas de la Infantería y de la Artillería de Marina, unión que, en realidad, encubría una reducción de efectivos.
Esta reforma se basaba en el principio de que, en la guerra naval del momento, el cañón era el arma principal, y que no tenía que existir ninguna incompatibilidad entre el uso del cañón y el del fusil, por lo cual, en la nueva organización, todos los componentes de la Brigada debían ser instruidos en ambas armas. La consecuencia inmediata de esta fusión fue la desaparición de los granaderos. Cuando por el Real Decreto de 22 de marzo de 1848 vuelve a crearse el Cuerpo de Infantería de Marina, con separación de infantes y artilleros, no aparecen los granaderos, por lo cual hay que considerar la fecha del 7 de enero de 1827 como la de la definitiva desaparición de los granaderos de la Infantería de Marina.
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