Mediterráneo: el Mar de los mil nombres

El Mar Mediterráneo, ese inmenso lago que muchos pueblos han considerado suyo a lo largo de la Historia, ha recibido cientos de nombres, precisamente por esa pertenencia múltiple. Muchos de ellos no han llegado hasta nosotros, pero algunos sí que todavía se pueden leer en las piedras, en los papiros, en los manuscritos, en los impresos y en otras manifestaciones patrimoniales que forman nuestro pasado común.

El Mar Mediterráneo en la actualidad
El Mar Mediterráneo en la actualidad

Ayudados por las imágenes que tenemos de este mar cerrado, vamos a repasar algunas de las denominaciones, siguiendo el orden cronológico.

– En Babilonia era conocido como el «Mar superior«, tal y como lo atestigua una antigua tablilla, de propiedad privada, en la que aparecen el rey Nabucodonosor y un zigurat de siete pisos que muchos han relacionado con la torre de Babel.

– El Mar Mediterráneo fue el «Gran Verde» de los egipcios, también llamado «gran mar» o «gran circuito«.

escritura egipcia
Un ejemplo de la escritura jeroglífica egipcia, con la que el ser humano empezó a grabar datos, ideas y pensamientos

– Era también el «Gran Mar» (Yam Gadol) de los judíos, los herederos del pueblo que definió las rutas del comercio marítimo: los enigmáticos y sabios fenicios.

– Fue el «Mar Blanco» (Akdeniz) o «Mar Occidental» de los antiguos turcos (blanco hace alusión a su localización al oeste, no al color)

Biblioteca de Éfeso
Biblioteca de Celso, en Éfeso (Turquía), uno de los grandes centros del saber antiguo

– El culto y refinado pueblo griego de la Antigüedad Clásica lo llamaba «Mesogeios Thalassa»(Μεσόγειος Θάλασσα), Mar entre tierras.

El delfín de Thira
El delfín de Thira (Santorini), una muestra más de la indudable inclinación marítima de las primeras civilizaciones del Egeo

Entre los sabios inmortales algunos se atrevieron a dibujar su contorno, como Homero, Hecateo, Anaximandro o Eratóstenes. Aunque no nos han llegado los mapas originales, sí que se han hecho aproximaciones a lo que en aquella época se podían considerar sus límites.

img_04L
Aproximación a las versiones cartográficas de Homero y Hecateo (Fuente)
anaximandro map
Un dibujo de lo que pudo ser el mapa de Anaximandro
Mappa_di_Eratostene, reproducción del S. XIX
Mapa de Eratóstenes (reproducción del S. XIX)

– El Mare Nostrum de los romanos fue también «Mar Medi Terraneum», cuyo significado, heredado del griego, es «mar en medio de las tierras»; que ocasionalmente se llamó «Mare Internum«.

orbis terratrum de Agripa
Orbis terratum de Agripa

– En la Biblia se le denomina el «Gran Mar», o simplemente “el Mar”. Hay veces que es llamado el «Mar Occidental», por su ubicación en la costa oeste de la Tierra Santa. También fue el «Mar de los filisteos«, a partir de la ocupación de aquéllos.

Una ilustración que representa el arca de Noe. British Library.
Una ilustración que representa el arca de Noe. British Library

– En la literatura árabe antigua suele aparecer como el Mar romano o el Mar bizantino. Hoy los árabes lo llaman al-Baḥr al-Mutawāsiṭ (البحر المتواسط «mar intermedio») o “Blanco mar intermedio”.

-Al-Idrisi'
El mapa de Al-Idrisi, el célebre cartógrafo hispanomusulman, en el que Europa aparece al sur y África al norte

– Fue también el Mittelmeer de los pueblos germánicos.

Medt aleman Blaeu 1618
Una carta del Mediterráneo levantada por el  cartógrafo alemán Blaeu en 1618

A ellos se añaden los más modernos de mar rodeado, mar amigo o mar fiel.

En el Atlante veneto de Coronelli, publicado en 1691, la parte oriental del Mediterráneo seguía denominándose Mare interno
En el Atlante veneto de Coronelli, publicado en 1691, la parte oriental del Mediterráneo seguía denominándose Mare internum

Muchos nombres para una misma realidad que se formó hace milenios ocupando parte del antiguo Océano de Tetis, y que hoy podemos compartir desde sus múltiples y variadas orillas. Por todo ello creemos que el Mediterráneo, el mar común, debería ser considerado Patrimonio de la Humanidad.

Más información

ABULAFIA, D. El Gran Mar. Barcelona: ed. Crítica, 2013.