Por Alberto Hoces García, doctorando de la Cátedra de Historia Naval
Dada la trascendencia de la guerra naval para España en el siglo XVIII –siglo en el que entra como potencia y del que se despide en franca decadencia– y los múltiples escritos sobre ella, tanto científicos como novelados, sorprende no encontrar demasiados que traten la marinería. Por ello, en este breve texto se trata algo fundamental en ambos aspectos: la Matrícula de Mar.

Pescadores y maestranza fueron los principales objetivos de la Matrícula de Mar. “Fishing boats off a jetty”, Arthur J. Meadows, 1862. Royal Museums Greenwich.
¿Qué es la Matrícula de Mar?
Fue un sistema de reclutamiento ideado en el S. XVIII para dotar a los buques de la Armada de tripulaciones competentes con las cuales enfrentar los riesgos a los que estaba expuesto el Reino. A diferencia de otros modelos basados en levas, como el sueco o el más conocido inglés, que enrolaban a sus marineros mayoritariamente a la fuerza, la Matrícula perseguía hacerlo de una manera más justa, mediante una inscripción generalizada. Eso sí, el servicio también era obligatorio.

“Marinero de la costa del Mediterráneo”, Juan Carrafa, 1825. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica
Si bien los primeros intentos de instaurar un sistema de inscripción similar se remontan a un intento del Conde-Duque de Olivares, no es hasta el advenimiento de la dinastía borbónica cuando los condicionantes sociopolíticos son propicios. Así, entre las reformas centralizadoras de Felipe V, es más sencillo entender este sistema de obligaciones y privilegios que había pretendido instaurar Olivares en una marina mucho más disgregada en cuanto a funcionamiento y marco ordenador.

Representación de un marinero inglés. Detalle de “Sailor”, anónimo inglés del siglo XIX. Fuente: Royal Museums Greewnwich
Un listado de la gente de Mar
Sobre el nuevo funcionamiento de la Armada se estableció la Intendencia General de Marina en 1717, bajo cuya responsabilidad se había de levantar un listado de la gente de mar. El primero fue ordenado el 28 de enero de ese mismo año para Guipúzcoa y, si bien no funcionó como se esperaba, resulta notable pues se establecieron dos de los objetivos primordiales de este sistema: garantizar el comercio con América y la seguridad en el Mediterráneo. Ambos de especial relevancia para recuperar la posición internacional que España había perdido en la reciente Guerra de Sucesión.

El Mediterráneo se convirtió en un nuevo punto de atención de la monarquía. “Mediterranean coast scene”, Nicholas Pocock. Fuente: Goverment Art Collection
Con la instauración del sistema de Departamentos Marítimos en 1726 se redactó la instrucción general que debía seguir el renovado sistema de registro marítimo, a instancias de Patiño; y ya en 1737 el Infante Almirante promulgó las exenciones y privilegios que habrían de gozar los matriculados. A saber: el fuero de Marina, la exención de reclutamiento para los ejércitos de tierra, la exoneración de cargas municipales y de alojamiento de tropas y, especialmente, la exclusividad de practicar los oficios marinos.

Conocida pintura inglesa que simboliza los excesos cometidos contra los marineros y el poco dinero que recibían a cambio de su trabajo. “The sailors return”. Fuente: Royal Museums Greenwich
En la práctica, suponía institucionalizar la obligatoriedad de la matriculación, lo que sumado al establecimiento claro y meridiano de las competencias de cada uno de los oficiales del Cuerpo del Ministerio, supuso un espaldarazo definitivo para la misma.

“Pescador de la costa del Mediterráneo”, Juan Carrafa, 1825. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica
De esta forma, en 1751, ya bajo iniciativa del Marqués de la Ensenada, se publicó la Ordenanza para el régimen y fomento de la marinería matriculada; que reseñamos como principal en el tema que nos ocupa. No sólo porque estuviera en vigencia hasta 1802 –fecha en que se publicó otra Ordenanza–, abarcando la segunda mitad del XVIII, conocida por ser la Edad de Oro de la navegación a vela, sino porque supuso la aplicación efectiva del sistema.

“Fishing boats in a breeze”, Charles M. Powell. Fuente: Royal Museums Greenwich
Así, se establecían cuatro listados por localidad: uno para la gente de mar, otro para la maestranza, un tercero de jubilados y un último de muchachos. En cada uno de estos listados se formaban a su vez cuatro cuadrillas equilibradas, de las cuales una, elegida por sorteo, había de servir en los navíos del Rey durante una campaña –es decir, un año. Teóricamente, esto garantizaba que el servicio obligatorio se prestara cada cuatro años.

Ejemplo de incapacidad física por la que un matriculado era incluido en el listado de jubilados. “A distressed sailor”. Fuente: Royal Museums Greenwich
El sistema debía garantizar el conocimiento de todas personas dedicadas a la mar en el país, por lo que, además, se indicaba en el nombre de cada una de ellas la clase a la que pertenecía: artillero, marinero, grumete o paje; con el fin de tener constancia de sus habilidades concretas. El nivel de previsión alcanzaba la inclusión de forasteros nacionales –naturales de otra localidad distinta a la de residencia– en listas específicas para ello, para posteriormente asimilarlos a la del municipio.

“Barcas del bou en el puerto de Valencia”, Rafael Monleón y Torres. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica
Síntesis
La Matrícula de Mar supuso, sin duda, uno de los mayores –y mejores– intentos de reformar la Armada para hacerla más eficiente, pero no tuvo el éxito esperado. Podríamos citar, entre otros motivos, la falta de pagos tanto a los matriculados como a los distintos oficiales encargados de su funcionamiento y administración; pero las casuísticas son muchas más, por lo que se tratarán en otra entrada.
Bibliografía
HOCES-GARCÍA, Alberto. La Matrícula De Mar en el Departamento Marítimo De Cartagena durante el siglo XVIII: una complicada aplicación. Mediterranea-ricerche storiche, 3025, no 12, pp. 539-558.
VÁZQUEZ LIJÓ, José Manuel. La Matrícula de Mar y sus repercusiones en la Galicia del siglo XVIII. Obradoiro de Historia Moderna, 2006, 26, pp. 289-322.
Reblogueó esto en Mar Equinoccialy comentado:
La Matrícula de Mar: tripulaciones para la Real Armada
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Buena aportación para entender en pocas palabras la matrícula de mar.
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Me extraña que el articulo no mencione : 1) El origen francés de la matricula de mar. 2) La razones de su imposición. El método ingles de reclutamiento se justificaba porque la población marinera era muchísimo mas importante que la francesa o la española. Los ingleses tenían la capacidad demografica de armar mas de trescientos navíos. Los franceses menos de cien. La única manera de compensar era la matricula de mar que permitía de armar unos cien navios en pocos meses cuando los Ingleses necesitaban entre uno a tres años apara alcanzar todo su potencial. Ademas, la matricula de mar permitía un mejor comportamiento de las tripulaciones, menos desertores, menos motines, etc.
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Buenos días, publicamos la respuesta a su amable intervención. Muchas gracias por leer el blog y por participar. UN saludo. Cátedra de Historia y Patrimonio Naval.
«Hola Tristan. Lo primero, gracias por tu comentario, me alegra saber de personas que conocen esta importante institución de nuestra historia. Respecto a lo que comentas, se trata de una entrada de blog, bastante limitada en extensión, por lo que no se ha podido incluir todo lo que sería necesario para su completa comprensión; pero, si echas un vistazo a las dos publicaciones referenciadas en la bibliografía, encontrarás que sí se menciona.
De todas formas, aprovecho para comentar que, pese a la clara influencia del système des classes, el origen de la matrícula, y del mismo sistema francés, lo podríamos rastrear de nuevo hasta la Península; pues ya en tiempos del Conde-Duque de Olivares se intentó implantar un sistema de inscripción marítima. Conocidas son las consecuencias de los planes del Conde-Duque, pero sin duda, su énfasis centralizador no pasó desapercibido a las autoridades francesas.
Por otra parte, no estoy muy de acuerdo con las cifras que citas, pero si tienes alguna referencia al respecto me gustaría poder consultarla. Bien es cierto que la matrícula pretendía poder disponer de tripulaciones y que estas fuesen efectivas, pero estuvo lejos de conseguirlo. De nuevo, te remito al artículo «La Matrícula de Mar en el Departamento Marítimo de Cartagena durante el siglo XVIII: una complicada aplicación», donde encontrarás datos respaldados de amplia deserción, tripulaciones no demasiado motivadas y lo más importante, una enorme carestía de personal para poder tripular los barcos del Departamento, no digamos ya cien navíos.
Un cordial saludo y muchas gracias por tu aportación.
Alberto Hoces-García»
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Podrían especificar la evolución del sistema de reclutamiento inglés y su evolución ?
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Le mando la respuesta del autor de la entrada. Saludos.
Dado que la temática daría para una larga entrada en este blog, aquí le dejo un breve texto al respecto que lo explica de manera somera. No es difícil encontrar información, dado que la historiografía británica ha trabajado bastante la materia: https://www.revolvy.com/topic/Impressment&item_type=topic
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[…] competentes hizo que se pusiera en marcha un sistema de reclutamiento conocido como la Matrícula de Mar, con objeto de garantizar a los buques de la Armada una dotación. A diferencia de otros modelos, […]
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