Desde el próximo Oriente hasta la frontera europea con el Atlántico existía desde tiempos muy antiguos la costumbre de exponer o colgar figurillas y distintos tipos de exvotos en los santuarios. En las culturas mediterráneas era frecuente encontrar trofeos y elementos náuticos como señal de devoción de los marinos y, a la vez, como muestra de agradecimiento a empresas culminadas con éxito. Algunos investigadores otorgan un origen egeo a esta costumbre.

Embarcación ligera, Museo Nacional de Cagliari
En la Cerdeña prehistórica
En el Mediterráneo, entre la costa italiana y el norte de África, una isla, Cerdeña, tuvo desde los primeros tiempos una significativa población humana. Una de ellas es la cultura nurágica, que surgió durante la Edad del Bronce y pervivió hasta el s. II a.C. Se llamó así por los promontorios (o torres) que levantaban (nuragas), y es famosa también por sus pequeñas esculturas de carácter religioso. De todas estas esculturillas metálicas, una cantidad considerable estaban concebidas para ser suspendidas en lugares sacros, santuarios, grutas y otros lugares de culto nurágicos. Hay alguna excepción, a la que le han acondicionado pequeñas protuberancias, a modo de pies, para poder situarse sobre una superficie plana como una mesa o un altar. También podían haber tenido una utilidad como lámparas, tanto en santuarios como en los hogares. Entre las esculturas votivas estaban las que tenían forma de nave.

Localización de la isla de Cerdeña en el mapa
Estos exvotos eran maquetas que no representaban fielmente los originales, sino que su forma fusiforme se iba adaptando a las funciones simbólicas o rituales que tenían, lo que hizo que unas veces el casco estuviera curvado para poder contener el combustible y que muchos de los elementos fundamentales de una nave no aparecieran, como la arboladura, las velas o la jarcia.

Embarcación ligera, Anticuarium Arborense de Oristano
El elemento, sin duda, mejor representado es el casco y podemos suponer que responde a un sistema de construcción a base de tracas, que deberían ir reforzadas mediante cuadernas y algún tipo de quilla para aminorar las tensiones del quebranto y de arrufo del casco. Aún con la cubierta sin cerrar, sería necesaria la presencia de algunos baos como refuerzo transversal de la estructura.

Nave nurágica de Padria. Fuente: Melis 2003.
También es muy característica la cabeza de un animal que solían llevar esculpida al final de la roda, o en el caperol, frecuentemente bovinos, ciervos o muflones. Estos últimos sólo aparecían en las naves pequeñas o de mediano tamaño. Los investigadores han señalado que podrían ser blasones identificativos de las comunidades, etnias o de los clanes de armadores de estas barcas y navíos. Eran denominados akroteria. En culturas previas los fenicios llevaban una cabeza de caballo en sus naves o la cabeza de jabalí de la isla de Samos. Otros emblemas igualmente constatados en las fuentes fueron el toro5, el león, el centauro o el tritón.
Atendiendo a las proporciones que nos muestran los distintos exvotos de naves, siguiendo el estudio de Guerrero 2004, es posible establecer tres categorías:
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Barcazas
Son figurillas con cascos de muy escaso puntal, cuya roda acababa en la cabeza de un animal, frecuentemente bovinos o muflones. Es similar a las barcas de la cultura itálica de la Villanova (1000 y 750 a.C.).

Barcaza del museo, Museo Nacional de Cagliari
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Barcos ligeros
Parecen reproducir un tipo de barco muy empleado en el Mediterráneo a lo largo del segundo y primer milenio a.C, como los grandes gaulois, en el caso de las empresas comerciales y los trirremes en la Armada.

Embarcación ligera, Museo Nacional de Cagliari
Los animales que llevan en la roda están bien esculpidos y la forma del casco se puede detectar mejor. Sin embargo, faltan el resto de los elementos estructurales. Muchas de las naves representantes de esta categoría tienen realzada la borda con una falca o escalamote.
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Navíos pesados
Un número importante representan navíos mercantes de gran porte, equivalentes a los strongylos griegos.

Navío de gran tonelaje del santuario de Hera Lacinia (Spadea)
En síntesis, son pequeñas joyas del patrimonio marítimo que nos acercan a otras épocas y nos sirven para poder entender y admirar la cultura marítima de nuestros antepasados.
Más información
DÁVILA VEGAS, V.M. Las estatuillas de bronce sardas. STASIOTIKA. Artículos de Historia, Arte, Geografía, Arqueología, Numismática, Antigüedades, Iconografía, Símbolos. 2001. [Informe muy completo sobre la cultura nurágica].
GUERRERO AYUSO, V. M. Barcas exvotos de bronce de la Cerdeña Nurágica. Akros, 2004, 3, p. 15-26.
GUERRERO AYUSO, V. M. La marina de la Cerdeña nurágica. Pyrenae, 2004, 35, p. 117-155.
MELIS, P. Civiltà nuragica. Sassari (Cerdeña): Carlo Delfino Editore, 2003.
[…] del uso de pájaros para facilitar la navegación en la Antigüedad proceden de Cerdeña, de la cultura nurágica (entre la edad del Bronce y el siglo II a.C.). Labraban pequeñas esculturas de carácter […]
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