Entre las situaciones que podían causar más pánico en la tripulación de un navío, estaban, aparte de las grandes tormentas, la posibilidad de que tuviera lugar un incendio en la embarcación, ya que podía significar la destrucción parcial o total del buque, lo que ponía en serio peligro la vida de sus tripulantes.

Reproducción del efecto del fuego griego
Así, el poder destructivo del fuego se lleva utilizando en los conflictos navales desde el mismo momento en que la guerra se hizo en el mar. Aparte del famoso «fuego griego«, que se utilizaba para dañar las naves, existía la opción de usar barcos específicos destinados a incendiar otros.

Batalla de Siracusa (Guerra del Peloponeso). Cuadro F.P. Getty
Tucidides narra la existencia de un buque lleno de madera de pino que fue prendido y lanzado contra los atenienses en el 415 a.C. aprox., durante la Guerra del Peloponeso. Otro ejemplo de la Antigüedad clásica sucedió en el asedio de Tiro, cuando la flota de Alejandro Magno se encontró que un barco incendiado iba contra ellos, quemando cuanto hallaba a su paso. En la batalla de los acantilados rojos, que tuvo lugar en China entre los años 208 y 209, se utilizó una nave con listones de madera, cañas secas y aceite. Ya en el S. XVI la armada inglesa lanzó ocho brulotes contra las naves españolas en la célebre «Empresa de Inglaterra» de 1588 (la Armada invencible). Se usaron en innumerables conflictos navales.

Brulote representado en una colección holandesa de mapas y dibujos. Detalle del mapa titulado «Tafel en welke vertoont werden alle werk-tuygen behorende tot de krygs-kunde», siglo XVIII. Fuente: Biblioteca del Congreso de Washington
¿Qué eran?
Eran embarcaciones cargadas de material inflamable o de explosivos, o incluso ambos. También se conocían como brulotes o brulots.

Reproducción de un brulote pequeño. Fuente
Podían estar hechas a propósito para destruir e incendiar barcos y otras veces se trataba de naves viejas adaptadas a esta función. Iban llenas de materias combustibles y fácilmente inflamables. Llevaban arpeos (a modo de garfios) fijados en los penoles de las vergas para engancharse más fácilmente en el aparejo del buque enemigo. Se lanzaba hacia las embarcaciones contrarias, especialmente cuando éstas estaban fondeadas, con la intención de incendiarlas.
Iba marinado con una dotación escasa, que lo incendiaba y enseguida abandonaba, en un bote que llevaban a remolque, cerca de la nave enemiga.

Representación del brulote ardiendo ya, con la tripulación de éste huyendo en una pequeña barca. Fuente: Plan d’une nouvelle Construction de Brulot, 1792 (Gallica)
La carga explosiva
El material inflamable usado podían ser barriles llenos de polvo de carbón, alquitrán, grasa animal y compuestos químicos como salitre, una mezcla de nitratos de potasio y de sodio, entre otros. Se podían añadir balas de cañón, trozos de roca u objetos similares, que se compactaban en distintos compartimentos. Así, cuando la explosión tenía lugar, salían proyectados a modo de metralla, aumentando el daño provocado y llegando más lejos.

Demostración de la disposición de los materiales en un brulote francés. Fuente: Plan d’une nouvelle Construction de Brulot, 1792 (Gallica)
Pecios documentados
Se han encontrado pocos restos de brulotes. De hecho, hay documentados sólo tres, uno en la costa de Sitges, que es el mejor descrito y el más antiguo, y los otros en las islas Scilly (Gran Bretaña), y en St. Malo (Francia), en el Canal de la Mancha.
Actualmente se siguen utilizando en multitud de mares, con efectos y daños muy similares, tal y como se puede comprobar en el artículo de Medina Cardo (2013).
Más información
BRUN TARRAGÓ, David. Simulació computacional del naufragi d’una embarcació del S. XVII en aigües del TM de Sitges. 2018. Tesis de Licenciatura. Universitat Politècnica de Catalunya.
MEDINA CARDO, Javier. Armas no convencionales. La amenaza de los brulotes. RevisMar, 2013, 6, p. 554-557.
Museu de Sitges. Los restos de un brulote de la Guerra de los Segadors se descubren en Sitges. 2015.
Plan d’une nouvelle Construction de Brulots insubmercibles proietté pour empêcher les Vaisseaux Ennemis de Blocquer les Places, les Flotes dans les Rades et les obliger à s’éloigner des côtes pour éviter d’être incendiées. Imaginé par le Sr. Loréal, ingénieur. 1792.
Lindo articulo como siempre.
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Muchas gracias. Un saludo.
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ES DE GRAN INTERÉS.
En el tan en boga actual ( y valga la frase), Galeón San Jose y la batalla en la cual se hundió, Wager tenía un brulote el Vulture, y ordenó que su tripulación fuese trasladada a otra nave, es decir se aprestó para su uso, pero…¿qué interés podía tener Wager en incendiar su presa? Evidentemente ninguna, a menos que tuviera otras razones, como hacer desaparecer un buque ya desprovisto del tesoro que se supone había embarcado.
Son teoría, pero sería maravilloso saber si el Galeón, si llevaba el oro, no gastarlo en abundar las cuentas de la exministra, ni en las de los cazatesoros, una vez más el verdadero tesoro es el buque tumba de 600 hombres.
Félix.
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Excelente nota.
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Muchas gracias. Un saludo.
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[…] a la ciudad amurallada sufría continuos ataques, ya que aparte del efecto del mar, se les enviaban brulotes, los que lo levantaban recibían multitud de flechazos desde naves o desde la propia muralla, así […]
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[…] como las dedicadas al transporte de caballos, las que sirven para hacer arder a otras (los barcos de fuego), o los precursores de los acorazados como la barcaza espín, entre otros muchos. También […]
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[…] la gran cantidad de naves romanas, causando multitud de bajas y haciendo huir a Basilisco. Eran los barcos de fuego que se habían usado desde hacía mucho tiempo. Fue una humillación terrible, que costó muchas […]
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