La denominación de «lago español» procede de un hispanista francés, Pierre Chaunu. Hace referencia a que durante más de dos siglos este inmenso océano fue transitado y controlado mayoritariamente por navegantes españoles.
Hay veces que no nos damos cuenta de lo grande que es, sobre todo porque en muchos mapas queda dividido, como ocurre en el de la imagen inferior.
Inicialmente fue nombrado «Mar del Sur» por los colonizadores españoles. El primero fue Vasco Núñez de Balboa, tras su travesía por el istmo de Panamá (1513).

Detalle de un mapa en el que aparece el Mar del Sur. Su autor fue Gerritsz (1622). Fuente: Gallica
Posteriormente tomó su nombre actual, que sabemos que nos ha llegado de la mano de Fernando de Magallanes, el capitán que inició la primera vuelta al mundo.

El Pacífico según el gran cartógrafo Ortelius
¿Por qué esta denominación?
Sabemos que desde su descubrimiento, por parte hispana, hasta la primera mitad del siglo XVIII, el dominio de este espacio marítimo era español. Este largo periodo se puede dividir en dos etapas, según la obra de otro investigador francés, M. Bertrand:
a) 1ª etapa, que va desde el siglo XVI hasta finales del XVII, en el que el dominio español sobre esta inmensidad oceánica no sufre apenas oposición. Los únicos europeos presentes en ambas orillas del Pacífico son los españoles. La costa este, lo que luego se llamará California, era tierra de misiones recorridas por los jesuitas a partir del siglo XVII. El norte de California sigue siendo una tierra incógnita, y ésto se puede demostrar analizando algunos de los mapas levantados en esa época que la dibujan como una isla, en lugar de una península.
Al oeste, la presencia española estaba sólidamente asentada en Filipinas, donde sus posibles rivales podían ser China o Japón, pero estas naciones estaban ya replegadas sobre si mismas, debido a sus políticas aislacionistas.

El Pacífico en un mapa de Forlani (s. XVI)
Las costas pacíficas de América del Sur pertenecían a los virreinatos hispanos, y en sus aguas se adentraban nativos en busca de pescado y de conchas, pero sin salir del litoral. En mar abierto eran algunos buques españoles los que lo atravesaban en misión comercial, de descubrimiento o de defensa.

Mapa de China del S. XVII. J. Hondius. Fuente: Gallica
Para poder entender la amplitud del dominio, el Pacífico español se puede representar como un inmenso triangulo, cuya base la constituiría la costa americana controlada hasta California a través de puertos fortificados, con el vértice en las Islas Filipinas.
Esta premisa no significa que embarcaciones de otras naciones no transitaran por el océano, pero lo hacían casi siempre de forma irregular y llegaban desde el Índico. Hay que recordar que ya en la Baja Edad Media expediciones portuguesas, y posteriormente de otras naciones, navegaron por estas aguas en misiones comerciales hacia puertos asiáticos.
En esta primera época hubo intentos de hacerse con las rutas, como el de los holandeses, que a través de su compañía de las Indias Orientales, llevaron a cabo una expedición entre 1642–43, comandada por Abel J. Tasman. Fue encargado de explorar las tierras áridas, anteriormente ubicadas por varios galeones de la compañía en su ruta hacia Batavia. Dio la vuelta a Australia (pero sin fondear en ella), descubrió y exploró las islas de Nueva Zelanda y la que luego llevaría su nombre (Tasmania).
b) 2ª etapa. Ya en el siglo XVIII los rusos llegan a Alaska (1727) y descienden hacia California. Las riquezas canalizadas por los españoles, gracias a su control sobre la única ruta marítima a través el Pacífico hasta entonces conocida con alguna seguridad, hizo que las demás potencias europeas intentaran participar.

Australia S. XVIII. Fuente: Biblioteca Nacional de Francia (GE C-8865)
Inglaterra intentó, mandando a Drake primero y a otros corsarios después, capturar el galeón de Manilla y hacerse con sus riquezas. Aunque también hubo franceses y holandeses, todos fracasaron durante casi dos siglos, hasta que Anson, en 1742, lo consiguió. Además de las riquezas, se apropiaron de cartas náuticas y documentos hidrográficos secretos que facilitaron el desarrollo de su industria cartográfica. No debemos olvidar que la Armada española era puntera en los levantamientos de cartas y mapas.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, los corsarios y los viajes de exploración de otras potencias europeas dejan a España fuera del dominio absoluto de este mar Pacífico, cediendo poco a poco y dando paso especialmente a ingleses, holandeses y franceses en este nuevo gran espacio marítimo inexplorado e inmenso.
Más información
BERNABEU ALBERT, Salvador. El Pacífico ilustrado: del lago español a las grandes expediciones. Madrid: Mapfre, 1992.
BERNABÉU ALBERT, Salvador y MARTÍNEZ SHAW, Carlos. Un océano de seda y plata: el universo económico del Galeón de Manila. Madrid: CSIC, 2013.
BERTRAND, Michel. El viaje al Pacífico: los fundamentos geo-históricos del «lago español». Espacio, Tiempo y Forma. Serie IV, Historia Moderna, 2015, 28, p. 35-44.
MARTÍNEZ SHAW, Carlos (ed.). El Pacífico español de Magallanes a Malaspina. Madrid: Ministerio de Asuntos Exteriores, 1988.
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