En el mundo antiguo existían profundas diferencias entre sus habitantes. Por ejemplo, en el Egipto faraónico sólo los sacerdotes podían entrar en ciertos lugares de los templos. Entre los antiguos griegos también se daban estas desigualdades y sólo los que eran ciudadanos podían votar. Las mujeres helenas no disfrutaban de ese derecho, además tenían vetado el paso a ciertos lugares sagrados como los templos de Heracles (el Hércules romano). Sin embargo, en uno de esos templos, situado en Asia Menor (la actual Turquía) sí que se les permitía pasar, pero sólo a las que eran tracias, que en su mayoría fueron esclavas. Existe una historia que cuenta el motivo de esta excepción. La cuenta Pausanias (un geógrafo y viajero del siglo II que había nacido en esas tierras) y aunque no sabemos si es cierta, vamos a conocer a las protagonistas de esta historia, los lugares en los que pudo suceder y el texto original que lo narra.
El dios Heracles
Los griegos identificaban a Heracles con Melkart (forma fenicia del dios Baal) por los atributos que le caracterizaban. Melkart era, según Herodoto, el dios de los marinos. Los habitantes de Tiro (antigua Fenicia, hoy en el Líbano) lo consideraban el guía de sus viajes marítimos y exploraciones.

Tracia
Tracia históricamente se extendía desde Macedonia hasta el mar Negro y desde el mar Egeo hasta el río Danubio. Estaba habitada por numerosas tribus guerreras que no absorbieron la cultura griega y que formaban pequeños reinos separados. Sus habitantes solían ser reclutados como mercenarios para el ejército heleno. La zona poseía innumerables recursos de oro y plata, por lo que los griegos los sometieron ya durante el siglo VII a.C. Un fragmento del poeta griego Jenófanes describe a los tracios como personas de ojos azules y pelo rojo:
… Los hombres hacen dioses a su propia imagen… los de los tracios tienen los ojos azules y el pelo rojo (o rubio según otros traductores).
Textos de Jenófanes
Según ésto muchas de las mujeres tracias que emigraron a Eritras, serían fácilmente identificables por su físico distintivo.

Eritrea
Eritrea (o Eritras), la urbe que levantó un templo en honor de este dios marino fue una de las 12 ciudades de la Liga Jónica. Estaba situada en la costa turca del mar Egeo y eran de cultura griega a pesar de estar al otro lado del mar Egeo.


El texto original
Extraemos (y adaptamos) parte del texto que narra cómo llegó esta imagen a Eritrea y explica el motivo por el que se permitía el acceso a las mujeres tracias:
«Disfrutarías también en el Heracleo que está en Eritras. La imagen del dios apareció en una balsa de madera y partió desde Tiro (en Fenicia)».
«Cuando llegó la balsa al mar junio dicen que ancló en un promontorio situado en el centro entre el puerto de Eritras y la isla de Quíos. Los de Eritras hicieron un gran esfuerzo y no menos los de Quíos, afanándose unos y otros para llevar la imagen a su ciudad. Finalmente, un eritreo que vivía del mar y de la pesca y que había perdido su vista por causa de una enfermedad, cuyo nombre era Formión, tuvo la visión en sueños de que era necesario que las mujeres de los eritreos se cortasen el pelo y que los hombres después de trenzar una cuerda con los cabellos llevasen la balsa hacia ellos. Las mujeres de los ciudadanos no quisieron de ninguna manera cortar su pelo para hacer realidad el sueño. Pero todas las mujeres de raza tracia que eran esclavas y las que siendo libres vivían allí se ofrecieron para cortarse los cabellos, y de este modo los eritreos arrastraron la balsa. Por eso la entrada al Heracleo sólo está permitida a las mujeres tracias y la cuerda hecha con sus cabellos la conservan los del lugar todavía en mi tiempo, y estos mismos dicen que el pescador recuperó la vista y vio el resto de su vida».
(Pausanias. Descripción Grecia, libro VII, Acaya).

Para acabar
A pesar de que muchas películas dibujen un mundo antiguo idealizado, la realidad era otra muy distinta. Existía una profunda diferencia entre los ciudadanos griegos y los que no lo eran, dentro de aquéllos entre ricos y pobres, así como entre hombres y mujeres.

Más información
HARRIS DIEZ, Ronald. El paisaje de los dioses: los santuarios griegos de la época clásica y su entorno natural. Aisthesis, 2011, 49, p. 67-83.
Pausanias. Description de la Grèce. s.f.
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