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Archive for the ‘– Jóvenes historiadores’ Category

Por Jorge González Crespo, Licenciado en Historia y Máster en Historia y Patrimonio Naval

Durante el período helenístico, los soberanos de Egipto, la dinastía de los Ptolomeos, vivían en un mundo de lujo, extravagancia y despilfarro, pero también de continuas guerras, por lo que crearon inmensas estructuras que, a la vez que reflejasen su poder y grandeza, también sirvieran para intimidar a sus enemigos. Tenían establecida su capital en Alejandría y eran de origen macedonio, pues su primer rey-faraón, Ptolomeo I, había sido un general del gran Alejandro Magno.

Alejandría, la ciudad que fundó Alejandro Magno, fue la capital de Egipto en época helenística, y estaba situada al norte, en el delta del Nilo

Durante el siglo III a. de C. uno de los miembros de esta dinastía, Ptolomeo IV de Egipto (un antecesor de la famosa reina Cleopatra), mandó hacer embarcaciones de proporciones monstruosas como la Tessarakonteres, ya descrita en una entrada previa. Otra de sus ocurrencias fue la construcción de un palacio flotante, la Thalamegos, que posiblemente fue una exposición más de la grandeza de la dinastía ptolemaica.

Posible aspecto de la Thalamegos. Fuente: Foro Militar General

Pocas fuentes hablan de la Thalamegos (θαλαμηγός, “portacámaras”), pero las que lo hacen abundan en detalles. La describe Ateneo de Náucratis en El banquete de los sabios, en el que recoge el testimonio de Calíxeno de Rodas. Tenía casi 90 metros de eslora, con unos 13 de manga y una altura de 17. Era como un gigantesco catamarán formado por dos grandes naves de remos unidas (las que luego se llamarían galeras).

Ateneo lo describe como una embarcación fluvial, con un calado poco profundo, cuyas cubiertas delanteras y traseras (proa y popa) estaban elevadas («ancho y llano por debajo como un arca»). El casco estaba equipado con todo lo necesario para poder realizar viajes por el Nilo.

Aspecto del pasillo de la nave según un dibujo de Walsh

El lujo imperaba en la nave real: disponía de cubiertas dobles de cerca de 160 metros para pasear, salas de banquetes y fiestas, alcobas colosales, un gineceo, templos y una construcción de piedra a modo de caverna que contenía estatuas de la familia real, entre otros. Todo ello realizado con los mejores y más caros materiales de construcción de la época: oro, marfil de Etiopía, cedro escita, ciprés milesio, tuya, lino egipcio, bronce de Chipre, piedras preciosas de la India y mármol de Paros. La nave era, como la propia dinastía ptolemaica, una síntesis de elementos egipcios y griegos.

Otra vista de la nave, con una estatua de Afrodita, según un dibujo de Walsh

Tuvo mucho más éxito que la Tessarakonteres, siendo usada durante dos siglos por los señores del Nilo. Se sabe que la última soberana helenística de Egipto, la famosa Cleopatra VII (51-30 a.C.), aún recorrió el río sobre ella junto a Julio César. Es la última noticia que se tiene del palacio flotante.

Bibliografía

  • De Náucratis, Ateneo. Banquete de los sabios. Madrid: Gredos, 1988.
  • García Fleitas, L. y Santana Henríquez, G. De la guerra marítima a la suntuosidad de Ptolomeo Filopátor. Cuadernos de Filología Clásica. Estudios griegos y europeos, 2001, 11, p. 211-240.
  • Schuller, W. Cleopatra: una reina en tres culturas. Madrid: Siruela, 2008.
  • Walsh, J. & Reese, T. F. Alexandria and Alexandrianism. Symposium by the J. Paul Getty Museum and the Getty Center for the History of Art and the Humanities and Held at the Museum, 1993.

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Por Jorge González Crespo, Licenciado en Historia y Máster en Historia y Patrimonio Naval

Pese a que el barco asociado a la antigua Grecia es el rápido, ligero y eficaz trirreme, durante el período helenístico se construyeron embarcaciones cada vez más grandes y pesadas. Los soberanos vivían en un mundo de lujo, extravagancia y despilfarro, pero también de continuas guerras, por lo que crearon inmensas estructuras que a la vez que reflejasen su poder y grandeza también sirvieran para intimidar al enemigo. En el fondo, se trataba de trasladar al mar la carrera mantenida por ver quién construía el palacio más lujoso o la biblioteca mejor surtida. Tenían establecida su capital en Alejandría y desde allí gobernaban su mundo.

Alejandría según el mapa de Piri Reis

Ptolomeo IV de Egipto (un antecesor de la famosa reina Cleopatra) que gobernó durante el S. III a. de C., mandó construir embarcaciones de proporciones monstruosas.

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La Tessarakonteres, junto a un soldado para comparar la escala. Fuente: el supercatamarán de la Antigüedad.

Una de ellas fue la Tessarakonteres (τεσσαρακοντήρης, “nave de cuarenta remeros”). Pese a que no se conservan imágenes de ella, los autores antiguos la describieron como un coloso de más de 120 metros de eslora, cerca de 17 de manga y con 20 metros de altura sobre el agua. Los remos del banco superior (los más largos) medían más de 17 metros. Necesitaba 4.000 remeros para ser impulsada, 400 hombres de tripulación y era capaz de transportar a casi 3.000 soldados. Tenía poco calado y llevaba a bordo catapultas. Otros aspectos no están tan claros, y fueron diversos autores de la Antigüedad los que se refirieron a ella, como Calíxeno de Rodas, que sostiene que en un testimonio recogido por Ateneo de Náucratis en El banquete de los sabios, afirmaba que tenía dos proas y dos popas, por lo que se debate si tendría forma de catamarán, con dos cascos unidos por un puente central. Tampoco está claro cómo se aplicaría el llevar 40 remeros por banda, pues no hay más que indicios sobre cuántos remos manejarían, o de su disposición.

Hay un aspecto que los escritores de la Antigüedad sí que dejan claro: su inutilidad. Plutarco afirma que “no sirvió mas que de espectáculo, pudiendo ser mirada como un edificio fijo destinado a la vista y no al uso, por ser muy difícil de mover, y aun no sin peligro”. Calíxeno relata su viaje inaugural, en el que quedó en evidencia lo engorroso e inmanejable que resultaba: tuvo que moverse mediante un andamiaje empujado por una multitud, y después tirado por un remolcador, siendo necesario incluso excavar un canal para que pudiera llegar al mar. Pese a que El banquete de los sabios es una obra que presenta muchos detalles, jamás se menciona que se usase en batalla.

En definitiva, la Tessarakonteres, tal vez la mayor embarcación de la Antigüedad, era hija de su tiempo: un navío gigantesco, inmanejable, carísimo y pomposo. En teoría era militar, pero no se hizo para participar en la guerra: su única utilidad en tal caso sería la de una fortaleza flotante demasiado lenta y frágil para poder funcionar adecuadamente; existía para demostrar el poder y la grandeza del monarca que la hizo construir.

Bibliografía

  • El Tessarakonteres, el barco a remos más grande de la historiaMemento Mori!.
  • García Fleitas, Luz María y Santana Henríquez, German. De la guerra marítima a la suntuosidad de Ptolomeo Filopátor. Cuadernos de filología clásica. Estudios griegos y europeos, 2001, volumen 11.
  • Tessarakonteres, el supercatamarán de la AntigüedadLa Brújula Verde – Magazine cultural independiente.

Información mas detallada sobre esta nave aquí

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Por Daniele Pragliola, Graduado en Arqueología por la Universidad L’Orientale de Nápoles y alumno del Máster en Historia y Patrimonio Naval.

La tabla Strozzi es una pintura al óleo atribuida a Francesco Rosselli (1447-c.1513), por la mayoría de los investigadores. Roselli era un apreciado miniaturista, grabador y cartógrafo florentino. La tabla, que data de 1472, representa en primer plano una parada naval y en el fondo una vista de la ciudad de Nápoles en el siglo XV. Actualmente está depositada en el Museo de Capodimonte de esta ciudad italiana.

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La tabla Strozzi completa

La pintura fue descubierta en 1901, en el Palacio Strozzi (Florencia). En 1904 Benedetto Croce la interpretó como la representación del triunfo naval de Lorenzo de Medici, llegando a Nápoles en 1479, para concluir un tratado de paz con Fernando de Aragón.

Desafortunadamente el investigador no pudo examinar la obra de cerca, y en 1910 Vittorio Spinazzola realizó la interpretación mas aceptada actualmente: la parada triunfal de la armada aragonesa después de la victoria naval contra Giovanni d’Angiò, en la isla de Ischia (1465).

Contexto historico representado

La batalla naval de Ischia representa el acto final de un largo proceso de pugna por el Reino de Nápoles entre la corona aragonesa (presente en Sicilia desde el 1282 tras la revuelta de los Vespros contra Pietro d’Angiò) y la casa angevina misma (reinante en la parte meridional de la península con Nápoles como capital).

La conquista del reino continental por parte aragonesa vino determinada por ciertos vacíos de poder y por la falta de herederos directos en la casa francesa, lo que provocó inestabilidad y trajo consigo conflictos entre los pretendientes.

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Detalle de la tabla Strozzi

El reino pasó a manos aragonesa en 1443, con la conquista de Nápoles por Alfonso V de Trinacria (Sicilia), reunificando el territorio del antiguo estado svevo-normando bajo su poder, con el titulo de Rex Ultrisque Siciliae, con capital en la ciudad conquistada.

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Territorios de la corona de Aragón en esta época

La guerra contra la dinastía angevina siguió con el hijo de Alfonso, Fernando I, que debió defenderse da revueltas de la nobleza pro-angevina en algunas batallas hasta la definitiva del 7 de julio 1465 a lo largo de Ischia, con un escuadrón de navíos napolitanos y una flotilla enviada por Juan II de Aragón, que infligió una aplastante derrota a las fuerzas de Giovanni d’Angio, que tras ella abandonó todas sus pretensiones sobre el reino.

Análisis y descripción

La tabla Strozzi es la vista pictórica más antigua de la ciudad y constituye la representación mas completa del paisaje urbano de la capital de Ferrante (Fernando I) de Aragón. Al fijarnos en la imagen nos damos cuenta de que el autor no representa el momento culminante y central de la parada, en el que la flota cumplió su vuelta triunfal en la porción de mar en frente Castel Nuovo, delante de la mirada complaciente del rey y de la corte. Él pintor eligió inmortalizar la fase final de la ceremonia, con las galeras entrando en el puerto para ser ancladas.

La vista de la ciudad es la que genera y constituye el espacio figurativo coherente.

Tavola

Detalle de la tabla, que representa el maschio angioino o castel nuovo, que todavía se puede contemplar (imagen actual abajo).

Nápoles es representada por la mar y descrita detalladamente en la morfología del territorio y en los caracteres de sus arquitecturas monumentales.

Castillo del Huevo, denominado así por la leyenda que cuenta que Virgilio escondió un huevo en el interior del castillo, y se suponía que éste debía soportar el peso del castillo, y si se rompía el castillo se hundiría y la ciudad sufriría grandes desastres

Vista reciente del Castel nuovo

La tabla describe la ciudad desde el Castel dell’Ovo, a la izquierda, hasta la Plaza del Carmine a la derecha, definiendo con minucia cada edificio. El mencionado castillo aparece representado en su forma anterior (la que tenía previa a las reformas realizadas en la edad virreinal). Aparecen también la torre de San Vincenzo y el Castel Nuovo, construido por los angevinos pero reformado posteriormente, perfectamente definido en su estilo gótico catalán y, extendido hacia el espectador, el muelle Angevino.

Tavola

Detalle de la tabla que representa el muelle y la parte inferior del maschio angioino o castel nuovo

Se reconocen dentro de las paredes defensivas las iglesias de Santa Clara, Santo Domingo, San Lorenzo, la Catedral, San Giovanni a Carbonara, y, en segundo plano, aparecen las colinas de Nápoles. La vista parece definida desde un punto situado en el golfo homónimo, frente a la ciudad.

En realidad la tabla se dibujó adoptando dos puntos de vista diferentes: el primero, situado sobre el litoral oriental en la proximidad de San Giovanni a Teduccio, y utilizado para definir la zona occidental y el centro (hasta la Catedral), y el segundo, colocado en correspondencia con el muelle angevino, pera definir el centro y la zona oriental.

Tavola

Detalle del puerto

La imagen de la ciudad es proyectada de tal modo que la línea de costa aparece deformada, abierta y rectificada en lugar de un golfo cóncavo, todo con la idea de ofrecer una visión panorámica, completa y perfectamente adaptada para ser representada sobre un lienzo.

Maschio

Castel Novo o Maschio Angioino

Esto presupone poseer un elevado conocimiento del espacio urbano, de su perspectiva y del sistema matemático. Todo unido ofrece una representación coherente del espacio, técnicas que se desarrollarán más ampliamente en pleno Renacimiento.

Bibliografìa

BENTLEY, J. H. Politica e Cultura Nella Napoli Rinascimentale. Napoli: Guida Editori, 1995.

DEL TREPPO, M. Le Avventure Storiografiche della Tavola Strozzi. In P. Macry e A. Massafra. Fra storia e storiografia. Scritti in onore di Pasquale Villani. Bologna: Il Mulino, 1994, p. 483-515.

GRIMALDI, A. La iconografìa de la ciudad de Nápoles y de los centros menores de la Campania entre la segunda mitad del siglo XV y el XVI. Revista de Estudios Colombinos, 2010, 6, p. 53-63. 

 

Esta entrada continua en La representación del poder marítimo naval en los albores del Renacimiento

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Hay pueblos que sólo conocemos por la filmografía o por la literatura. Los que viven en el círculo polar ártico son un ejemplo. Pero aparte de ciertos tópicos, apenas sabemos de ellos, de su formas de pensar o de vivir. Publicamos esta semana una entrada, realizada por un especialista, sobre la vinculación con el medio marino de uno de estos pueblos, los inuit, así como un magnífico relato sobre uno de sus mitos: Sedna, la señora de las profundidades marinas, la que originó a los animales acuáticos y aquélla a la que oran para que éstos nunca falten. Analizando mas detalladamente algunos de los seres que aquí se describen, será fácil encontrar analogías con otros mitos marinos mas cercanos. 

Por Carlos Moral García, miembro de la Asociación de Historia y Cultura del Mar (HyCmar)

Un elemento bastante significativo de la cosmovisión inuit es la pequeñez del hombre en su contexto, pues todos los seres son considerados en igualdad, aunque algunos personajes de carácter mítico tienen más protagonismo. La creencia en seres espirituales está muy asentada, pues se considera que conviven con los humanos, de modo que muchas veces se interpreta que participan en acontecimientos de la vida cotidiana.

Rutas de los pueblos inuit. Fuente

Rutas de los pueblos inuit. Fuente

El espíritu del mar

En este sentido, uno de los personajes con mayor importancia es Sedna, inua o espíritu del mar, pues, dado que no se encuentra jerárquicamente por encima del resto de seres, no debería ser tratada como “diosa”. Se trata de un personaje que aparece a lo largo de prácticamente todo el Ártico inuit, con diferentes nombres, como Uiniγumayuituq (“la que no quiere esposo”), Nuliayuk (“Madre de los animales”), Imaqukûa (“Madre del Mar”) o Takanna·luk (“Mujer de las profundidades”). Se trata de un personaje matriz de la vida universal, pues de los animales marinos que ella genera y controla se alimentan los humanos.

La joven Takánakupsâluk dibujada por un chamán inuit.

La joven Takánakupsâluk dibujada por un chamán inuit

Para la tradición de los pueblos Igloolik de Nunavuk, al norte de Canadá, esta joven fue casada en primer lugar con un perro, por orden de su padre. De este matrimonio tuvo dos tipos de vástagos, los indios y los blancos, es decir, los humanos diferentes a los inuit. Sin embargo, en otras ocasiones este primer matrimonio se obvia y toma especial protagonismo el segundo. En esta región se considera que se trata de un petrel, aunque en otras fuese una gaviota o un cuervo, ya que este último en ocasiones tiene carácter cosmogónico.

Sedna y el cuervo

Sedna y el cuervo

En este relato mítico, Sedna se habría casado con el ave ante las promesas de una vida cómoda y apacible con una tienda de pieles en el reino de las aves. No obstante, resultó ser un engaño, pues todo eran incomodidades. Esto hizo que la joven rehusase de este matrimonio y su padre decidió llevarselá en su embarcación. A veces se considera que para poder ejecutar su plan de fuga debió matar al esposo. En cualquier caso, la huída enfurecería al resto de las aves, que iniciarían una persecución con tal furia que provocaría una tormenta.

Dibujo del mito

Dibujo del mito

El nacimiento de los animales marinos 

Ante las dificultades y el peligro de naufragio, el padre cambia de opinión, decidiendo entregar a Sedna, arrojándola por la borda, pero ella se aferró al bote con ambas manos. Para hacer que se precipitase al agua él golpeó sus manos con un remo hasta cortarle las falanges, que cayeron al mar, transformándose en las primeras ballenas blancas o belugas, aún así la joven seguía agarrada. Entonces el padre cortó la segunda articulación, dando lugar esta vez a las focas, pero pese a todo no fue capaz de hacer que se soltase. No obstante, las aves dieron a Sedna por muerta, por lo que se marchan, la tormenta amaina y el padre sube a su hija de nuevo al bote, aunque ya era demasiado tarde para que ella no lo odiase profundamente. Una vez en tierra ella logra que sus perros devorasen las manos y los pies de su padre. Tras esto, la tierra se abre y ambos caen a las profundidades, aunque otras veces el descenso de Sedna es en solitario y él va a buscarla más adelante, arrepentido por sus actos, pasando a ser su guardián.

Escultura de Sedna lanzando una ballena beluga.

Escultura de Sedna lanzando una ballena beluga.

En otras versiones más simplificadas se trata de una bella joven que surcaba los mares en un umiak o bote colectivo, pero una tormenta les sorprendió y sus compañeros tratan de arrojarla por la borda para calmar la tempestad. El resultado es muy similar al del relato anterior, pues le cortan de nuevo los dedos, surgiendo de ellos los animales marinos. Sin embargo, en este caso, ella, agotada y decepcionada, se deja caer hasta sumergirse en las profundidades marinas, donde cuida y guarda a los animales.

Una visión de la mitología inuit vista por una de sus mujeres, Mialia Jaw

Una visión de la mitología inuit vista por una de sus mujeres, Mialia Jaw

En general, los inuit tradicionales habrían considerado que las faltas y rupturas de tabúes enfadarían a Sedna, por lo que retiene a los animales marinos en las profundidades acuosas, lo que produce escasez de caza y alimentos. Esto se debe a que las faltas de los humanos manchan los cabellos de la joven, que por las mutilaciones de los dedos no se puede peinar. Por eso, cuando el chamán desea que la caza vuelva a ser abundante debe realizar un viaje a las profundidades para peinar los cabellos de la Madre de las Bestias Marinas, de modo que se reconcilie con la humanidad. En ocasiones no debe solo peinarla, sino enfrentarse a sus guardianes y someterla por la fuerza, hasta que se calme y entre en razón. Muchas veces los tabúes que más se vinculan con este espíritu están relacionados con la reproducción, como es ocultar las menstruaciones y los abortos naturales, pero también el mal tratamiento de los animales marinos cazados, que deben ser respetados.

Dibujo de Sedna. Fuente

Dibujo de Sedna. Fuente

La dueña de la tierra

En algunas regiones en las que los recursos marítimos comparten su protagonismo con los terrestres tiende a aparecer un personaje paralelo, antitético y complementario. Se trata de un espíritu de los animales terrestres que vive en las profundidades del bosque, Numan-Shua (“Dueña de la Tierra”). En algunas zonas del interior de Canadá, entre los inuit del caribú, recibe el nombre de Pinga o Pingna (“La que está allí arriba”), madre de los humanos y de todos los animales terrestres, pero sobre todo, guardiana de los caribúes, por lo que sus enfados harían escasear la caza.

Museo de arte inuit

Sedna. Museo de arte inuit

Otros seres marinos

En definitiva, se trata de entidades de enorme importancia para la subsistencia de las poblaciones inuit, pues son los seres protectores y propiciadores de la caza. Esto hace que tomen bastante protagonismo en los relatos míticos, aunque también existan otros seres de carácter marino, como los mermemes. Se trata de seres teriántropos, con cabeza humana y cuerpo de foca que en ocasiones aparecían atrapados en las trampas de caza y debían ser liberados para no atraer la desgracia, pues, como ya se ha dicho, el trato respetuoso a los seres de la naturaleza es fundamental en la cosmovisión inuit.

Sedna según el artista Kakulu Sagiatok

Sedna según el artista Kakulu Sagiatok

Más sobre los pueblos del Ártico

Normalmente a las poblaciones del Ártico norteamericano se las ha tendido a llamar esquimales, de forma reduccionista e incluso descalificadora, pues parece significar “comedor de carne cruda” en algunas lenguas de indígenas vecinos. Otro término que se usa con bastante asiduidad es inuit (inuk en singular), pues fue adoptado en 1977 por la Inuit Circumpolar Conference para designar a todos los grupos de lengua esquimal. No obstante, convendría diferenciar en dos familias lingüísticas: inuaq y yupik.

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En épocas pre-europeas se podía apreciar una notable uniformidad cultural en todo el ártico. Existía una notable tendencia a la ocupación de zonas litorales, ya que había una enorme dependencia de los mamíferos marinos para la subsistencia. A estos animales se les empleaba para la alimentación, la confección de vestimenta e incluso para obtener combustibles. Sin embargo, dado el carácter estacional que algunos de estos recursos presentaban, se trataba de una alimentación diversificada, con aprovechamiento veraniego de recursos fluviales y caza de caribúes en algunas regiones.

Caribues

Un inuit con su caribú

Los aspectos relativos a la religión se encuentran articulados a través de relatos orales que se han ido transmitiendo de generación en generación, con bastante continuidad. En estas narraciones no se hace diferencia entre lo natural y sobrenatural o lo científico y religioso, de modo que aparecen diferentes personajes míticos de carácter espiritual en el desarrollo de la vida cotidiana. Esto explica la fuerte vinculación de los inuit al mundo natural y espiritual antes mencionada. Hay que tener en cuenta que se considera que todo ser, vivo o inerte, tendría un “alma” o inua (en plural, inue), que parece significar “persona” o “poseedor” y da forma a cada ser. En ocasiones se diferencia del tarneq, otro tipo de entidad anímica que se identificaría con el “aliento vital”.

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En esta ocasión traemos un proyecto, denominado e-port, que trata de recoger, analizar y difundir la cartografía histórica de los puertos del Atlántico.

Por Alberto Hoces García, graduado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y alumno del Máster en Historia y Patrimonio Naval

¿Qué es?

El portal e-port es fruto de una investigación desarrollada partiendo de repositorios digitales y otras herramientas propias de las Humanidades Digitales, para hallar una fuente de información tan interesante como la cartografía histórica. El objetivo de dicha investigación es estudiar el contexto histórico-cultural y el medio físico y geográfico en que han evolucionado las costas y puertos del Océano Atlántico.

Portada

Portada

Este estudio se realiza mediante el análisis cartográfico e iconográfico de diversos materiales, que otorga conocimiento sobre las representaciones simbólicas, imaginarias, científicas, escalas, textos que acompañan los mapas, autores y leyendas.

Puerto de Lübeck (1572 ), extraído de este proyecto

Puerto de Lübeck (1572 ), extraído de este proyecto

Mediante ello se procede a una interpretación histórica en virtud de las dos líneas principales en que se vertebra el proyecto: «La evolución de las representaciones de línea costera atlántica» y «La organización y equipamiento de los espacios portuarios».

¿Quiénes lo llevan a cabo?

El proyecto en torno al que nace el portal se originó por una convocatoria que el Instituto Francés realizó a la UNED, por medio del Laboratorio de Humanidades Digitales y de algunos investigadores de esta última relacionados con la investigación portuaria atlántica.

Guipúzcoa y Cadiz (1584)

Guipúzcoa y Cadiz (1584)

Por ello, detrás del proyecto se sitúa un grupo compuesto mayoritariamente por investigadores de esta institución (UNED). Así, el equipo científico lo componen Roberto J. González Zalacaín, Marta García Garralón y Ana María Rivera Medina por parte de la UNED, y Álvaro Chaparro Sainz, vinculado a la Casa de Velázquez. Por su parte, el equipo tecnológico lo conforman Elena González-Blanco (UNED) y José Luis Rodríguez Gómez (Patrimonio Nacional), así como el antedicho Laboratorio en Innovación de Humanidades Digitales.

Puerto de Cádiz 1789

Puerto de Cádiz (1789)

¿Qué ofrece?

Dentro del portal podemos encontrar todo tipo de materiales relacionados con la investigación, por lo que principalmente está compuesto de cartografía y otros elementos gráficos históricos empleados en ella, como pueden ser dibujos, pinturas y grabados. Todo este material puede buscarse desde el portal mediante el tradicional cuadro de búsqueda simple, en el que introduciendo las palabras que deseemos se nos ofrecerán los objetos que las contengan.

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Búsqueda a través del mapa

La búsqueda avanzada también está disponible, permitiendo filtrar los resultados por palabras clave, campos, etiquetas o exposición; junto a la opción que permite navegar entre los archivos gracias a su geolocalización, explorando un mapa – basado en el servidor de Google Maps – en el que están enlazados los objetos en la zona que representan o a la que están asociados.

BúsquedaAvanzada

Búsqueda avanzada

Además de ello, se ponen a disposición del internauta 3 colecciones, denominadas “Referencias Bibliográficas”, en la que se ofrecen publicaciones relacionadas con cartografía marítima de los últimos años; “Noticias Bibliográficas”, que consta de fichas personales de los autores de cartas más significativos; y “Puertos”, en la cual se registran 849 elementos relacionados con los puertos, sus litorales y otros elementos próximos.

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Imagen parcial de los resultados

Junto a estas tres colecciones, se da acceso a cuatro exposiciones virtuales que el equipo del proyecto ha considerado oportuno ofrecer desde el portal. Estas son: “Europa en papel” (Biblioteca Nacional de España), “Sorolla, el color del mar” (Caixafórum), “El primer viaje del Capitán Cook” (Royal Museums Greenwich), y una visita virtual al puerto de Dunquerque.

Por último, se ofrece una lista de enlaces a repositorios e instituciones vinculados con el portal, proyectos similares y otras cartotecas en la web.

¿Qué característica especial de este proyecto puede interesar a investigadores, historiadores y curiosos de la cartografía?

Cada imagen recogida tiene un etiquetado especial, que permite singularizar determinados elementos de los puertos y líneas costeras (p.ej., grúas, muelles, torres vigía, fondeaderos, barras, baluartes, almacenes de pólvora…). Estas etiquetas facilitan análisis y estudios comparativos de imágenes a lo largo del tiempo.

¿De dónde procede esta cartografía?

Como es lógico, toda esta documentación no procede de un único sitio, en el portal hay obras digitalizadas que pertenecen a múltiples instituciones nacionales y europeas, tales como la Biblioteca Digital Hispánica o Biblioteca Digital de la Real Academia de la Historia de España, portuguesas (Biblioteca Digital Universidade de Coimbra, Biblioteca Nacional Digital de Portugal), británicas y alemanas, entre otras.

Desde la Cátedra de Historia Naval felicitamos a los miembros del proyecto por esta brillante iniciativa y nos congratulamos de que estén surgiendo investigaciones en las que el Patrimonio Naval y Marítimo tenga una especial relevancia.

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Por Carlotta Lucarini, Graduada en Arqueología e Historia por la Universidad de Florencia (Italia) y alumna en el Máster de Historia y Patrimonio Naval

El día 8 de septiembre de este año 2014 comenzó la asignatura optativa de «Buceo Científico» del Máster en Historia y Patrimonio Naval en Cartagena. Muy emocionados para la aventura que íbamos a empezar, nos presentamos en la puerta del Centro de Buceo de la Armada (CBA), dentro de la estación naval de la Algameca, para que nos dieran los pases, con objeto de poder entrar dentro de la base, ya que sería allí donde recibiríamos el curso.

InsigniaCBA

Después de la bienvenida dada por las autoridades de la Armada, nos dirigimos al muelle para enfrentarnos a las pruebas físicas que determinarían nuestra aptitud para la práctica del buceo. Las pruebas consistían en ser capaces de aguantar un minuto en apnea, picar hasta 4 metros de profundidad, nadar en apnea 18 metros y recurrir nadando 50 metros a cierta velocidad. Una vez superadas las pruebas en la mar, llegó el momento del reto que más nos preocupaba: la cámara hiperbárica.

Camara hiperbárica

Cámara hiperbárica

Nos dirigimos a la entrada del edificio principal del CBA donde, en una de las aulas está colocado el complejo hiperbárico; estábamos todos muy nerviosos y teníamos miedo de no lograr superar la prueba, haciéndonos daño en el oído y no pudiendo seguir con el curso. Íbamos entrando en la cámara en pequeños grupos, a causa de las reducidas dimensiones de la misma, siempre acompañados por un instructor, y conforme la presión iba subiendo (simulando el cambio de presión que se produce al bajar en el agua) teníamos que practicar la maniobra de compensación, fundamental en la práctica del buceo, gracias a la cual la membrana timpánica, inclinada hacia el interior del oído a causa de la presión, vuelve a recuperar su posición natural y permitiendo seguir bajando.

La prueba que más miedo nos daba al final resultó ser una de la más divertidas, porque una vez alcanzada la presión correspondiente a la que nos encontraríamos en 30 metros de profundidad, nuestras voces se oían distorsionadas como si hubiéramos inhalado helio, provocándonos risas sin parar. Con mucha lastima, al salir de la cámara tuvimos que despedir a un compañero, que por practicar de manera equivocada la maniobra de compensación se hizo daño en el tímpano de un oído y no pudo seguir con el curso.

Alumnos dentro de la cámara hiperbárica

Alumnos dentro de la cámara hiperbárica

El buceo es una disciplina que se realiza en un medio que no es propiamente el del ser humano, y desde el principio los instructores (oficiales de la Armada) insistieron mucho en explicarnos las medidas de seguridad que había que aplicar. Para bucear se necesitan unas buenas condiciones físicas y mentales, siempre hay que estar con la mente atenta en una actividad que puede resultar fatal si no se cumplen determinadas normas; cosa que los instructores no se cansaban de recordarnos cada día. Cuantas veces he escuchado esa frase a lo largo del curso: ”Lo primero es la seguridad”.

Después de haber superado la prueba de la cámara hiperbárica, se procedió a la entrega de los equipos personales que teníamos  que cuidar y que nos acompañarían a lo largo del curso. El equipo comprendía: neopreno, botella, reguladores, chaleco, plomos, gafas, aletas y un cuchillo.

Amanecer en la Algameca

Amanecer en la Algameca

Después de una demostración sobre los procedimientos para montar y preparar botella, reguladores y chaleco antes de una inmersión, nos tiramos al agua con nuestros neoprenos, plomos, gafas y aletas, para coger confianza con el equipo y sobre todo para enfrentarnos a la prueba denominada “el colirio”. La prueba consistía en llenarse las gafas de agua, aguantar un rato con los ojos abiertos (en el cual los instructores se divertían haciéndonos hablar) y vaciarlas soplando fuerte por la nariz. Después de haber intentado también recuperar los plomos en el fondo y salir del agua con ellos puestos, con un maravilloso principio de atardecer en la dársena de la Algameca, se terminó el primer e intenso día de curso.

El segundo empezó a primera hora de la mañana, como todos los siguientes, y una vez recogido el equipo de los secaderos donde lo habíamos dejado el día anterior y la botella que nos habían asignado, cargamos todo en el camión y nos dirigimos a la piscina, situada dentro del Arsenal Militar de Cartagena. La primera semana la pasamos entera en la piscina, para que nuestras primeras inmersiones fueran seguras, controladas por los numerosos instructores que nos acompañaban, y para que empezáramos a coger confianza con el equipo y con nuestro compañero.

Alumno listo para sumergirse

Alumno listo para sumergirse

Por cierto, “primera regla del buceo: la pareja”. Siempre hay que estar cerca y constantemente pendiente de tu compañero; es la persona que estará contigo a la hora de tener que solucionar cualquier problema que pueda surgir debajo del agua, e incluso es la persona que podría salvarte la vida. Poco a poco nos enseñaron cómo controlar perfectamente cada parte de nuestro equipo y cómo controlar también nuestra flotabilidad debajo del agua. Día tras día los instructores simulaban clases de problemas que se pueden tener buceando, como quedarse sin gafas, perder una aleta (o incluso dos), perder los plomos y ser capaces de volver a ponérselos, e incluso quedarse sin aire por algún fallo. Colaborando en parejas y reforzando aún más el vínculo que íbamos consolidando entre nosotros, fuimos capaces de solucionar cualquier problema que se nos presentara delante sin sacar la cabeza del agua. Al final de la semana estábamos listos para ir a la mar; habíamos cogido confianza con los equipos y con los compañeros y éramos capaces de resolver cualquier problema que se nos presentara delante.

La segunda semana empezó con inmersiones sencillas a lo largo del muelle del CBA, primero hasta 6 metros y luego hasta 10 metros y, a mediados de la semana, cargamos por primera vez todos nuestros equipos en la embarcación (La Yankee) que nos llevaría hasta el punto de inmersión.  Siempre  en parejas, nos equipábamos y nos tirábamos al agua. El protocolo era el siguiente: “gafas puestas, regulador en la boca. ¿Listo? Agua!!!!”. Con un instructor cada dos parejas empezaban así nuestras inmersiones, en las cuales hemos disfrutado de fondos y paisajes marinos fantásticos.

Alumnos e instructores en la Yankee

Alumnos e instructores en la Yankee

Los días iban pasando, la profundidad de las inmersiones aumentando, así como la experiencia que íbamos cogiendo y los vínculos se hacían mas estrechos con los compañeros y con los mismos instructores. Después de las inmersiones disfrutábamos de los lugares preciosos en los que nos sumergíamos, con un buen baño y un rico almuerzo, para luego volver “a la base”,  colocar todo nuestro equipo en los secaderos y acudir a las clases teóricas. A lo largo del curso nos impartieron clases de seguridad, de medicina y física aplicadas al buceo, nos dieron nociones de reanimación, recibimos las clases de Arqueología Subacuática y de fotografía, además de visitar el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA).

Con muchísima lastima llegamos al último día de curso en el que nos entregaron los diplomas. Fue un día lleno de emociones porque no solo dejábamos el CBA, sino también a nuestros compañeros de buceo, los instructores y a cada uno de los militares con los que tuvimos contacto.

Yankee en el punto de inmersion

Yankee en el punto de inmersion

Para mí este curso ha sido sencillamente maravilloso. He conocido a personas especiales, un sitio especial y, sobre todo, a partir de aquí ha empezado para mí una aventura nueva en una disciplina fantástica. Nunca olvidaré las sensaciones que probaba al estar debajo de veinte o treinta metros de agua: mirar hacia arriba y no poder ver la superficie, estar rodeada de bancos de peces, tan cerca que casi se podían tocar y aquella sensación tan rara de poder casi volar.

Compañeros de buceo listos para subir a la Yankee

Compañeros de buceo listos para subir a la Yankee

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