A comienzos del siglo XVIII, como resultado del interés que el rey Felipe V y sus ministros pusieron en unificar y potenciar la Marina, la construcción de barcos se empezó a multiplicar, y ello supuso que se creara la necesidad de aumentar el número de oficiales. La primera respuesta a la falta de personal cualificado apareció en Cádiz, con la creación de la Academia de Guardiamarinas en 1717. Ilustres alumnos salieron de ella, y contribuyeron a hacer realidad ese sueño hasta entonces inalcanzable: convertir a la Armada española en una de las primeras del mundo.

El edificio construido a principios del s. XIX para albergar la Escuela de Guardiamarinas de Cartagena
El avance fue tan grande y la política tan favorable que pronto fue necesario disponer de mas oficiales, y no sólo para embarcar en misiones de guerra, sino para dirigir expediciones, para investigar, para llevar a cabo importantes misiones diplomáticas o para formar a la siguiente generación. Así en 1777 se pusieron en marcha dos nuevas academias, dependientes de la gaditana: la del Ferrol y la de Cartagena. La ciudad departamental por esas fechas ya había experimentado un profundo auge al amparo de las obras de ampliación del arsenal y astillero. En ella nunca había sido raro escuchar a un forastero hablar francés, italiano o inglés. Como todas las ciudades portuarias recibía nuevos aires con la llegada de los buques a sus costas, sus habitantes comerciaban y se comunicaban con los recién llegados, y de ese intercambio surgía siempre el enriquecimiento mutuo. Años atrás el puerto había albergado la Escuadra de Galeras de España.
En este ambiente cosmopolita nació la Academia de Guardiamarinas de Levante. Recibió inicialmente unos 60 alumnos procedentes de la de Cádiz, aunque ya en años posteriores el ingreso se hacía directamente en Cartagena. Estudiaron Aritmética, Geometría, Trigonometría plana y esférica, Navegación e idiomas, entre otras materias. Practicaban esgrima y, una vez acabadas las enseñanzas teóricas, embarcaban para realizar lo que hoy conocemos como prácticas. Disponían de una biblioteca que, teniendo en cuenta la época y el lugar, era única, y hubiera generado envidia en muchos lugares de Europa. Quizás por eso, una vez que dejaron la Academia, los oficiales crearon sus bibliotecas personales, algunas de las cuales han llegado hasta nosotros. De otras apenas contamos con un inventario, pero si una biblioteca dice algo de su dueño, éstos debían ser excepcionales.
La media de estancia en la Academia era de 3 años, aunque hubo genios que en menos de dos acabaron, y con excelentes calificaciones. Al principio estudiaron en edificios no muy acordes con la situación, pero luego se construyó uno para impartir las clases, el que hoy se denomina de servicios generales, diseñado por Villanueva.
Para los alumnos mas aventajados surgió el Curso de Estudios Mayores o de Matemáticas Sublimes. En él sólo podían entrar los más brillantes de los cadetes. Impartido por uno de sus antiguos alumnos, Gabriel Ciscar, supuso una importante plataforma de lanzamiento para estos oficiales brillantes, que serían escogidos, además de para dirigir la flamante Armada, para las grandes expediciones por el mundo, para ocupar cargos en la Administración del Estado e incluso para convertirse en regentes. Por motivos económicos las Academias de formación de oficiales cerraron en 1824.
En este centro docente estudiaron muchos cartageneros hijos de militares, pero también una cantidad importante de valencianos, andaluces, vascos, mallorquines, cántabros, y de cadetes procedentes de América (peruanos, cubanos, argentinos, colombianos y venezolanos principalmente). También, entre los europeos, encontramos jóvenes italianos, franceses, irlandeses y griegos. Una ligera revisión de los nombres de las calles de esta ciudad, en las que abundan apellidos de ascendencia múltiple, sirve de muestra de esta diversidad.

Casa actual del Almirante del Arsenal de Cartagena. Fue uno de los edificios utilizados en la formación de estos cadetes.
La mayor parte de los cadetes eran hijos de oficiales, pertenecían a sagas navales de raigambre secular, pero en otros casos sus padres eran nobles, caballeros, señores, regidores u oidores. Muchos de estos ilustres oficiales tuvieron reconocimiento público y notorio, otros, a pesar de la importancia de sus acciones, apenas suenan. Recordamos aquí, para regocijo de paisanos, familiares y curiosos, nombres como el de Gabriel Ciscar, Francisco Ciscar o el del Marqués de la Tercera. En futuras entradas nos dedicaremos a difundir la biografía de muchos de ellos.
Más información
SÁNCHEZ BAENA, J.J. Aspirantes a oficiales de la Real Armada en la Academia ilustrada del Mediterráneo: esplendor y crisis (1776-1824). En: GARCÍA HURTADO, M.R.(ed.). La Armada española en el siglo XVIII. Ciencia, hombres y barcos. Madrid: Editorial Sílex, 2012. pp. 329-362.
SÁNCHEZ BAENA J.J. y BOUZÓN CALVO, L. La Academia de Guardiamarinas de Cartagena en el contexto de la invasión napoleónica y la pérdida de los territorios americanos (1808-1824). Ayeres en discusión: temas clave de Historia Contemporánea hoy. 2008.
SÁNCHEZ BAENA J.J. y CHAIN NAVARRO, C. La presencia de hispanoamericanos en la Academia de Guardiamarinas de Cartagena (1777-1800). El Mediterráneo y América: Actas del XI Congreso de la Asociación Española de Americanistas, 2006, vol. I, pp. 433-448.
[…] Academia de Guardiamarinas de Cartagena (1777-1824) […]
Me gustaMe gusta
[…] personajes como Jorge Juan y Antonio de Ulloa y de la apertura de nuevas academias en Ferrol y Cartagena, entraba en una nueva fase: nuevos proyectos exigirían a partir de ahora la rápida formación de […]
Me gustaMe gusta
Como se podría saber los contenidos de los exámenes sublimes de danza, de la escuela de Cartagena de Levante?. He encontrado notas de examen, no de q se examinaban.
Me gustaMe gusta
Buenos días, las consultas se deben hacer desde la página «Consultas». Por favor, si puede copie la pregunta y la pega en el recuadro de la página de consultas. Muchas gracias por su interés. Un saludo.
Me gustaMe gusta
[…] XVIII con la apertura de las academias españolas de formación de oficiales (conocida como la Academia de Guardiamarinas) estudiaron cerca de un 10% de alumnos extranjeros. Algunos sólo entraron para formarse y luego […]
Me gustaMe gusta
[…] -Edificio de la Escuela de Guardiamarinas […]
Me gustaMe gusta