Desde hace menos de un año está disponible en Internet, gracias al esfuerzo de varias bibliotecas universitarias, una parte importante de la colosal colección de 300.000 fragmentos de manuscritos medievales, escritos en múltiples idiomas (principalmente en hebreo, árabe y arameo) y en diversos soportes antiguos (tales como papel, tela, pergamino o papiro), que abordan temas religiosos, literarios, de gramática, filosofía, medicina, astrología y astronomía.
Esta inmensa recopilación se encontró en El Cairo, en el almacén (denominado Genizah) de la sinagoga Ben Ezra, en Fustat (en el Viejo Cairo). Se denomina, precisamente por ello, la Genizah de El Cairo. Por motivos que desconocemos, en España apenas ha habido información al respecto, de hecho todas las fuentes utilizadas para componer esta entrada están en inglés. Sin embargo, se nombran varios lugares peninsulares y aparecen diversas familias hispanas. Textos autógrafos de relevantes filósofos que nacieron y vivieron en España, como Maimónides, han sido hallados en ella.
Estos documentos fragmentados forman una serie continua de más de 1000 años (desde el siglo IX al XIX) con la que se puede conocer la vida de los habitantes del este del Mediterráneo, en concreto del Oriente Medio y del norte de África. Algunos expertos lo igualan a los textos del Mar Muerto.
De momento es la colección más grande y diversa de manuscritos medievales que existe en el mundo. Además de contener textos religiosos judíos y obras bíblicas posteriores, ofrece una imagen única y detallada de la vida económica y cultural de las regiones del Mediterráneo Oriental y norteafricano. La importancia de estos materiales para la reconstrucción de la historia social y económica mediterránea medieval, y especialmente para el período comprendido entre 950 y 1250, es incuestionable.
Según algunos estudiosos como Shelomo Dov Goitein, en estos textos aparecen citadas mas de 35.000 personas, se habla de Egipto, Palestina, Siria, Túnez, Sicilia e incluso La India, y se mencionan ciudades tan alejadas como Samarcanda y Sevilla, o Adén y Constantinopla. Además, hay información genealógica de enorme interés.
Es como un libro abierto de lo que en otro tiempo ocurrió, pero del que sólo podemos ver algunas hojas. La importancia radica no sólo en la cantidad de textos, sino en la diversidad de lenguas en las que están escritos, la continuidad en el tiempo, la multiplicidad de temas, los lugares que aparecen (desde África hasta los confines de Asia), y el número de personas que en ellos se citan.
Hay varias universidades que se han dedicado a comprar, restaurar y describir parte de la colección (hoy dispersa entre Europa, América y Asia). Son principalmente Cambridge, Manchester, Oxford y Princeton. En la Universidad de Tel Aviv están trabajando con sistemas automatizados que faciliten la transcripción de la información hallada. Dos instituciones docentes permiten acceder a las imágenes de los manuscritos que conservan. Ofrecen una detallada descripción de cada uno y excelentes imágenes de éstos.
Una es la Universidad de Princeton.
La otra es la Universidad de Manchester.
¿Cómo se formó esta colección?
En tiempos antiguos, en muchas sinagogas se formaba un pequeño almacén, o genizah, en el que se guardaban textos que ya no estaban en uso, a modo de archivo. Con el paso de los años, estos lugares crecieron y terminaron acumulando una importante cantidad de textos que, lejos del uso habitual y de otros desgastes, han pervivido. Parece que los primeros que se dieron cuenta de la importancia de esta colección fueron unos viajeros, en el siglo XVIII, pero sólo a fines del XIX empezó a ser conocida. Ésta se formó en El Cairo, en la parte vieja de la ciudad, pero hay otras muchas, que poco a poco se van descubriendo, como la de Afganistán o la de Perugia.
Más información
– Blog de la colección de la Genizah egipcia, de la Universidad de Manchester.
– Kahle, Paul E. El Cairo Geniza (2 ª ed.). Blackwell, 1959.
[…] colección es tan importante que los expertos la comparan con la Genizah del Cairo y los manuscritos del Mar […]
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