Existe un profundo desconocimiento sobre la influencia del mundo marino en la praxis religiosa de la Grecia antigua, en parte porque los investigadores a veces se han negado a admitirla. El pueblo griego, por la necesidad de su propio medio geográfico, estaba volcado hacía el mar, tal y como quedó plasmado en una mitología rica en dioses y héroes relacionados con este espacio, que sí que está bien documentada. Sin embargo, acerca de la protección que éstos ejercieron sobre todos aquellos aspectos vinculados de una u otra manera al mar, así como de la presencia de elementos asociados a este medio en los rituales y fiestas religiosas, apenas se han hecho estudios.

Estatua de Poseidón, el dios del mar. Fuente: Imperium
La economía de la antigüedad clásica se basaba en un intenso tráfico marítimo, que en épocas de guerra transformaba ciertas naves en barcos para la batalla. Estas actividades debían ser protegidas por los dioses y éstos «exigían» a cambio, además de culto en sus santuarios, un conjunto amplio de rituales y fiestas conmemorativas en su honor.

Los argonautas dirigidos por Ceres. Siglo XVIII. Fuente: National Galery of Art.
Apenas estudiadas, veremos, gracias a las investigaciones de Mirella Romero, algunas de las más importantes. Además de las que se celebran al inicio y el fin de la temporada de navegación, la ayuda de los dioses en los viajes marítimos, tan peligrosos y al mismo tiempo imprescindibles, se evidencia en algunas otras manifestaciones folclóricas griegas.

La diosa Atenea dirigiendo la construcción de una nave (siglo I). British Museum.
Fiestas vinculadas al mar
Dos son las fiestas que se vinculan sin dificultad al mar y la actividad náutica: las Cibernesias y las Ploiaphesias (o Navigium Isidis), que coinciden con la época de inicio (mare apertum) y de fin de la navegación (mare clausum)*.

Nave griega en un ánfora de la época
a) Celebración del inicio de la época de navegación
En algunos puertos del Mediterráneo se celebraba una fiesta que abría oficialmente la temporada para poder «salir a la mar» en marzo (entre los días 5 y el 9). Estaba dedicada a Isis (son conocidas en la literatura académica como Navigium Isidis o ploiafevsia), y existen evidencias de ella desde la época helenística hasta el siglo IV.
Apuleyo escribió el relato más completo sobre el funcionamiento de esta festividad ya en el imperio romano. Se abría con una procesión compuesta por mujeres, coros de cantantes e instrumentistas, iniciados, sacerdotes -uno de ellos sostenía una pequeña nave de oro- e imágenes de dioses.

Diosa Isis. Fuente: Fandom.
Se dirigían hasta la orilla del mar donde estaba esperando un barco de nueva construcción, decorado con pinturas y en cuya vela había una inscripción bordada en letras de oro, donde se solicitaba una feliz apertura de la estación navegable. El sumo sacerdote entonaba sus oraciones, purificaba la embarcación con una antorcha encendida, un huevo y azufre, y la consagraba a Isis. A continuación, se realizaba una libación con un puré de leche sobre las aguas del mar y se botaba la nave, que iba repleta de ofrendas votivas.

Trirreme clásica
Cuando el barco dejaba de ser visible desde la orilla, la comitiva regresaba al templo donde se volvían a colocar las imágenes en su sitio. Uno de los sacerdotes pedía por la felicidad del pueblo, sus gobernantes, de los marineros y de las naves, finalizando la oración con la fórmula griega del ritual que proclamaba la reanudación de la temporada náutica. Acabada la ceremonia, los asistentes depositaban ramos y coronas ante la imagen de plata de la diosa Isis.
b) El fin de la época anual para navegar: la fiesta de los pilotos
En otoño los marineros celebraban unas fiestas muy antiguas en el puerto de Atenas. Estaban asociadas en principio a Poseidón (la divinidad suprema del mar), que recibiría como ofrenda un sacrificio. Una vez que se introdujo la leyenda de Teseo (que viajó a Creta acompañado de unos pilotos y a su vuelta ordenó que les hicieran un monumento en el puerto de Atenas), se integraron en ellas a estos héroes cuya función resultaba de vital importancia durante la travesía, ya que dirigían el rumbo de la nave.

Dibujo de una nave griega. Fuente: Arquehistoria
Es muy posible que los pilotos contasen con un destacado papel durante las ceremonias, dado que se trataba de una festividad dedicada a sus patrones.
Otras muestras
El mar y las embarcaciones estaban presentes en muchas de las fiestas griegas, aunque no fueran en sí fiestas marítimas. Por ejemplo, en una de las celebraciones atenienses más antiguas y de mayor prestigio (las Panateneas), la túnica (peplo) de la diosa Atenea se traslada en un barco, extendida sobre él. En los festivales celebrados en honor de Dioniso (Antesterias) celebradas en Atenas y Esmirna, la procesión del dios aparece en otro barco. En las fiestas que conmemoraban la victoria naval en Salamina, las procesiones iban desde los santuarios hasta la playa, donde estatuas de diosas como la de Hera de Samos se bañaban en las aguas del mar.

Argo, Calias y Zetes con Medea. Fuente: Velasco
Como puede comprobarse, a pesar del desconocimiento que sobre ello existe, se dieron diversas celebraciones en las que el mar era el protagonista, y en otras en las que elementos como las naves se usaban en diversas fiestas en la Antigüedad clásica.
Más información
El hombre de plata; Tartessos y su alianza con los griegos. Arquehistoria, 2012.
Isis. Fandom.
Resumen de los dioses griegos y romanos. Imperium.
ROMERO RECIO, Mirella. Extrañas ausencias: las fiestas marítimas en el calendario litúrgico griego. Dialogues d’Histoire Ancienne, 2010, 36, 1, p. 51-117.
VELASCO LÓPEZ, Mª Hénar. El viaje de los argonautas. Mitología clásica. Universidad de Salamanca, s.f.
- En la Antigüedad había un periodo para navegar, que coincidía con el tiempo bonancible: era la época del mare apertum (generalmente de mediados de marzo a mitad de octubre). El invierno, por el contrario, dificultaba mucho a los barcos la navegación, por lo era la estación de invernada o del mare clausum (obviamente, entre mediados de octubre y mitad de marzo, de manera aproximada).
Efectivamente, siempre se ha dicho que «los mejores puertos del Mediterráneo son julio, agosto y Mahón».
Saludos
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Muy buen artículo, muchas gracias :). Tengo una duda, dado que los Griegos eran un pueblo muy vinculado al mar, me ha sorprendido no encontrar ninguna festividad con referente a la pesca… Entiendo que el grano era un alimento muy importante, pero habría esperado que por su naturaleza marina, el pescado fuera un alimento esencial, y por lo tanto tuviera algún tipo de festividad asociada, saben por qué? gracias 🙂
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Buenos días, que no se haya descubierto e investigado todavía no significa ni mucho menos que no se celebraran. Sabemos que existen mosaicos y frescos en los que se representan peces y otros animales marinos. En época romana se extendió esta práctica a lo largo del territorio imperial, como puede ver en las entradas de este blog (buscando precisamente la palabra mosaico). Muchas gracias por su mensaje. Un saludo.
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[…] la navegación por antonomasia, y así lo entendían quienes celebraban dos fiestas en su honor: el navigium Isidis para inaugurar la temporada de navegación y el sacrum […]
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[…] medio marino en general. Ya en la época tolemaica se celebraban dos fiestas en su honor: el navigium Isidis para inaugurar la temporada de navegación y el sacrum […]
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