Antes habíamos oído hablar de la ruta marítima de la seda. Era la alternativa al camino terrestre, y surgió cuando la inseguridad, por los ataques a las caravanas, hizo muy difícil el intercambio comercial entre Oriente y Occidente. Desde diversos lugares del Mediterráneo, pero sobre todo desde Oriente Próximo, partían naves hacia China en busca de sus preciados géneros: que aparte de la seda, eran la porcelana y otros productos manufacturados de oro, plata y bronce.
Sin embargo, sólo cuando en el año 2010 un ingeniero alemán T. Walterfang se decidió a recuperar un barco hundido en un naufragio, las pruebas arqueológicas evidenciaron esa antigua ruta marítima. Posteriormente, otros pecios hallados han corroborado esta antigua teoría.

Dhow árabe dibujado por R. Monleón
La historia del barco que cruzó océanos
En el siglo IX, en plena Edad Media, una nave que procedía del Este asiático llegó hasta China en una misión comercial, para comprar porcelana y objetos de oro manufacturados. Cargó la embarcación y partió hacia su destino. En el viaje de retorno, que navegaba por las turbulentas aguas indonesias, una tormenta hizo que se hundiera. El lugar donde perdió el rumbo y naufragó es el peligroso estrecho de Malaca, y la isla cerca de la que se encontraron los restos se llama Belitung, por lo que el naufragio ha tomado ese nombre.

Algunas de las rutas marítimas de esa época, con el naufragio del Belitung marcado en color rojo. Fuente
Diez siglos después, gracias a la información aportada por pescadores de la zona, que encontraron los restos en 1998, y con la ayuda de personal cualificado, el ingeniero Walterfang localizó la nave, que parecía un dhow árabe. Todavía se apreciaban restos de ella, pero lo que más sorprendió fue su preciosa carga: miles de objetos, algunos de los cuales todavía permanecían intactos.
Entre las 65.000 piezas recuperadas había porcelana de China elaborada para jeques árabes, con motivos especialmente diseñados para ellos, también jarras y fuentes, monedas y tejidos de seda, como los que aparecen en las imágenes.
Incluso algunos de los platos hallados estaban pintados con un pigmento que procedía de Persia.
Lujo, riqueza y tradición hallados entre los restos de una embarcación que intentaba llevar estos tesoros a Oriente Próximo. Una muestra única del comercio que existía entre ambos lados del continente asiático, entre culturas milenarias, pero muy distintas. Otra evidencia más de que el mar contribuyó a unir pueblos, que facilitó el intercambio y las relaciones.
Controversia sobre el tipo de nave
Hace sólo unos meses se publicó un trabajo de S. Haw que sostiene que el pecio no era de un dhow árabe, como se ha venido manteniendo desde su hallazgo, sino una nave del sureste asiático. Queda todavía mucho por investigar sobre el origen de la embarcación y sobre su valiosísima carga, posiblemente una generación entera deba dedicarse a ello para poder obtener toda la información de este naufragio único.

Dhow árabe
Epílogo
Esta historia es de las que terminan bien (aunque hay constancia de que algunas piezas fueron robadas del naufragio y de que durante el proceso hubo cierta controversia), en la que personas responsables intervienen para recuperar un patrimonio sumergido que ha cambiado hojas de historia y que ha descubierto relevantes datos perdidos. También porque un pequeño país asiático, Singapur, apostó por adquirir la colección resultante y exhibirla en un museo para disfrute de todos. En el año 2020 no se ha construido todavía el museo, pero hay exposiciones itinerantes que permiten contemplar esta colección.
No siempre los hallazgos patrimoniales tienen este magnífico epílogo.

Dhow árabe
Más información
DONGFANG, Qi. Gold and Silver Wares on the Belitung Shipwreck. Shipwrecked. Tang Treasures and Monsoon Winds, 2010, p. 221-227.
FLECKER, Michael. A ninth-century AD Arab or Indian shipwreck in Indonesia: first evidence for direct trade with China. World Archaeology, 2001, 32, 3, p. 335-354.
HAW, Stephen G. The genus Afzelia and the Belitung ship. Journal of the Royal Asiatic Society, 2019, 29, 3, p. 505-518.
La joya de Muscat. «Réplica» del dhow árabe que naufragó, construida en Omán entre 2008 y 2009.
PEARSON, Natali. Salvaging a wreck: the afterlife of the Belitung shipwreck. 2018. Tesis doctoral
Hace años cayó en mis manos este libro:
-El Viaje de Simbad, de Tim Severin, Edición Española 1992 Plaza & Janes Editores S.A.(ISBN 84-01-24049-2) tradución de la edición Inglesa de 1982 (ISBN 0-09-932290-0).
Donde el autor relata primero la reconstrucción de una una réplica histórica de manera fiel con técnicas y materiales de la época, de un DHOW árabe en 1980 y después la navegación con esta nave desde Mascate (Omán) hasta Cantón (China).
Me pareció un libro interesantísimo. Un saludo y enhorabuena por el artículo.
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[…] país tan joven, donde la innovación es un elemento clave, fue el que adquirió el pecio descubierto por Walterfang en Belitung y parece que continúa con la idea de construir un museo para exponer el magnífico tesoro que se […]
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[…] tipos de barcos, algunos muy conocidos, entre los que se encuentran los lenjes persas, los dhows árabes como el que se encontró en el estrecho de Malaca o los juncos, han servido durante milenios a multitud de civilizaciones para navegar por mares y […]
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[…] momento y las dibuja, viéndolas desde su propio barco. Las naves asiáticas como los juncos, los dhows, las de pesca javanesas o las japonesas son muy relevantes, como también los son los navíos […]
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