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Archive for the ‘– Arqueología Subacuática’ Category

Las ruinas de un antiquísimo poblado de pescadores se encuentran en Grecia, sumergidas en las aguas poco profundas del Vatika, cerca de una pequeña isla llamada Pavlopetri, en una bahía en el sureste de la península de Malea, en el Peloponeso. Es posiblemente el sitio sumergido más impresionante y mejor conocido del mar Egeo en virtud de su tamaño, contenido y por la buena conservación de los restos.

Cronología

Estuvo habitado al menos durante toda la Edad del Bronce (desde los años 2800 al 1100 a.C.). La parte sumergida consta de edificaciones con habitaciones, patios, calles y también tumbas.

Localización

Henderson (2013) estima que cubría un área de aproximadamente unos 9000 metros y tenía una población que podía oscilar entre las 500 y 2000 personas en los mejores momentos. Desde entonces el nivel del mar ha ido aumentando paulatinamente unos 4 ó 5 metros durante los últimos 5000 años (como se puede apreciar en la siguiente imagen de Galanidou 2020), inundando este poblado.


Un puerto

Los restos de esta magnífica infraestructura hundida permiten estudiar con detalle cómo era el puerto, cómo funcionaba, cómo arribaban las naves y hasta dónde llegaron sus contactos marítimos y el comercio en esta época prehistórica. Este asentamiento costero coincidió con el período de algunas de las primeras civilizaciones del Egeo como la minoica, en la isla cercana de Creta y, más tarde, la micénica, ya situada en la Grecia continental.

Comercio marítimo

Como muchas de las ciudades costeras, su riqueza creció progresivamente gracias al comercio marítimo. Los arqueólogos han sacado del mar multitud de partes de objetos cotidianos, tales como ollas para la cocina, vajillas, jarras, envases, jarrones y piedras para moler.

Ánforas halladas en Pavlopetri. Imagen: Cheryl Benard/World Monuments Fund Provenance. Fuente

Recientes estudios han demostrado que las vasijas llegaban a Pavlopetri desde muchos lugares del Mar Egeo y de la Creta minoica. Se han hallado tanto piezas de estas civilizaciones vecinas como muestras de que los habitantes de este asentamiento copiaban y adaptaban estos estilos para producir sus propias versiones de cerámica local. Casi la mitad de la cerámica recuperada se ha datado al principio de la Edad del Bronce, lo que evidencia el interés de las primeras poblaciones por lugares con acceso inmediato al mar y a sus recursos marinos, así como oportunidades para la comunicación por mar.

Parte de las piezas encontradas, recogidas y expuestas en el Museo Arqueológico de Neápolis

En el museo de Arqueología en Neapolis, inaugurado en 2017, hay una pequeña exhibición de artefactos recuperados del poblado

Es importante recordar que la época de finales de la Edad del Bronce fue el escenario histórico de gran parte de las epopeyas de Homero, con héroes como Aquiles y Ulises, y de muchos otros de los mitos heládicos posteriores. 

Recientes trabajos han permitido la reconstrucción virtual de una parte de este poblado hoy sumergido, para que podamos hacernos una idea de cómo era en sus mejores momentos.

Para concluir

Pavlopetri es importante no solo para la cultura griega, sino que es parte del patrimonio cultural de la Humanidad. Es el pueblo sumergido más antiguo que se conoce hasta ahora. Hay otras ciudades mediterráneas de gran relevancia como Alejandría, pero son posteriores. Sabemos, por recientes investigaciones subacuáticas, que en esta parte del Mediterráneo hay cientos de sitios sumergidos, porque es un polo sísmico que a menudo ha ido seguido de numerosos maremotos, por lo que las fuerzas de la naturaleza han terminado hundiendo muchas de estas infraestructuras costeras. Hoy yacen en el fondo del mar como ciudades fantasma que evocan el recuerdo de un pasado rico y poderoso, cuyo patrimonio, aunque muy mermado, permanece «descansando» en las aguas de los mares de la Antigüedad Clásica.

Más información

GALANIDOU, Nena; DELLAPORTA, Katerina & SAKELLARIOU, Dimitris. Greece: Unstable Landscapes and Underwater Archaeology In The Archaeology of Europe’s Drowned Landscapes. Springer, Cham, 2020. p. 371-392.

GALLOU, Chrysanthi & HENDERSON, Jon. Pavlopetri: an Early Bronze Age harbour town in south-east Laconia. Pharos, 2012, 18, 1, p. 79-104.

HARDING, Anthony; CADOGAN, Gerald; HOWELL, Roger. Pavlopetri, an underwater Bronze Age town in LaconiaThe annual of the British school at Athens, 1969, 64, p. 113-142.

HENDERSON, Jon, et al. Mapping submerged archaeological sites using stereo‐vision photogrammetryInternational Journal of Nautical Archaeology, 2013, 42, 2, p. 243-256.

KIPREOS, George, et al. Pavlopetri, the World’s Oldest Submerged City: Analysis of Dive Tourism Perspectives Development in the Region Through SWO T Analysis. Journal of Investment and Management, 2016, 5, 6, p. 199-205.

MCALLISTER, Maddy. The Problem with ‘Digital Realism’in Underwater Archaeology: Photogrammetric Digital 3D Visualization and Interpretation. Journal of Maritime Archaeology, 2021, p. 1-23.

Pavlopetri, Greece; a submerged prehistoric town. Novoscriptorium. 2019

Pavlopetri, la ciudad sumergida bajo las olas. Nautical News Today, 2015.

SMITH, Kerri. Mapping the world’s oldest submerged town. Nature News, 2009.

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Antes habíamos oído hablar de la ruta marítima de la seda. Era la alternativa al camino terrestre, y surgió cuando la inseguridad, por los ataques a las caravanas, hizo muy difícil el intercambio comercial entre Oriente y Occidente. Desde diversos lugares del Mediterráneo, pero sobre todo desde Oriente Próximo, partían naves hacia China en busca de sus preciados géneros: que aparte de la seda, eran la porcelana y otros productos manufacturados de oro, plata y bronce.

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Sin embargo, sólo cuando en el año 2010 un ingeniero alemán T. Walterfang se decidió a recuperar un barco hundido en un naufragio, las pruebas arqueológicas evidenciaron esa antigua ruta marítima. Posteriormente, otros pecios hallados han corroborado esta antigua teoría.

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Dhow árabe dibujado por R. Monleón

La historia del barco que cruzó océanos

En el siglo IX, en plena Edad Media, una nave que procedía del Este asiático llegó hasta China en una misión comercial, para comprar porcelana y objetos de oro manufacturados. Cargó la embarcación y partió hacia su destino. En el viaje de retorno, que navegaba por las turbulentas aguas indonesias, una tormenta hizo que se hundiera. El lugar donde perdió el rumbo y naufragó es el peligroso estrecho de Malaca, y la isla cerca de la que se encontraron los restos se llama Belitung, por lo que el naufragio ha tomado ese nombre.

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Algunas de las rutas marítimas de esa época, con el naufragio del Belitung marcado en color rojo. Fuente

Diez siglos después, gracias a la información aportada por pescadores de la zona, que encontraron los restos en 1998, y con la ayuda de personal cualificado, el ingeniero Walterfang localizó la nave, que parecía un dhow árabe. Todavía se apreciaban restos de ella, pero lo que más sorprendió fue su preciosa carga: miles de objetos, algunos de los cuales todavía permanecían intactos.

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Entre las 65.000 piezas recuperadas había porcelana de China elaborada para jeques árabes, con motivos especialmente diseñados para ellos, también jarras y fuentes, monedas y tejidos de seda, como los que aparecen en las imágenes.

Incluso algunos de los platos hallados estaban pintados con un pigmento que procedía de Persia.

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Lujo, riqueza y tradición hallados entre los restos de una embarcación que intentaba llevar estos tesoros a Oriente Próximo. Una muestra única del comercio que existía entre ambos lados del continente asiático, entre culturas milenarias, pero muy distintas. Otra evidencia más de que el mar contribuyó a unir pueblos, que facilitó el intercambio y las relaciones.

Controversia sobre el tipo de nave

Hace sólo unos meses se publicó un trabajo de S. Haw que sostiene que el pecio no era de un dhow árabe, como se ha venido manteniendo desde su hallazgo, sino una nave del sureste asiático. Queda todavía mucho por investigar sobre el origen de la embarcación y sobre su valiosísima carga, posiblemente una generación entera deba dedicarse a ello para poder obtener toda la información de este naufragio único.

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Dhow árabe

Epílogo

Esta historia es de las que terminan bien (aunque hay constancia de que algunas piezas fueron robadas del naufragio y de que durante el proceso hubo cierta controversia), en la que personas responsables intervienen para recuperar un patrimonio sumergido que ha cambiado hojas de historia y que ha descubierto relevantes datos perdidos. También porque un pequeño país asiático, Singapur, apostó por adquirir la colección resultante y exhibirla en un museo para disfrute de todos. En el año 2020 no se ha construido todavía el museo, pero hay exposiciones itinerantes que permiten contemplar esta colección.

No siempre los hallazgos patrimoniales tienen este magnífico epílogo.

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Dhow árabe

Más información

DONGFANG, Qi. Gold and Silver Wares on the Belitung Shipwreck. Shipwrecked. Tang Treasures and Monsoon Winds, 2010, p. 221-227.

FLECKER, Michael. A ninth-century AD Arab or Indian shipwreck in Indonesia: first evidence for direct trade with China. World Archaeology, 2001, 32, 3, p. 335-354.

HAW, Stephen G. The genus Afzelia and the Belitung ship. Journal of the Royal Asiatic Society, 2019, 29, 3, p. 505-518.

La joya de Muscat. «Réplica» del dhow árabe que naufragó, construida en Omán entre 2008 y 2009.

PEARSON, Natali. Salvaging a wreck: the afterlife of the Belitung shipwreck. 2018. Tesis doctoral

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Los drones, esos artilugios que últimamente son objeto de nuestra atención, están adquiriendo unos niveles elevados de especialización, y uno de ellos es su uso bajo el agua. Son una generación mas avanzada que los robots, y ambos se están usando para poder adentrarse en el océano, ya sea en misiones de reconocimiento, captación de imágenes y video o rescate de pecios.

Tortuga robot británica.

Tortuga robot británica. Fotografía de John Downer Productions

Los robots subacuáticos

En instituciones de investigación de varios países trabajan con robots de exploración con formas y características de plantas y animales. Se utilizan principalmente para la exploración, y algunos son de naturaleza marina.

Robot delfín

Robot delfín

Que un robot se pueda sumergir significa aumentar su resistencia, capacidad y estanqueidad, ya que deben ser impermeables, ser capaces de desplazarse en el medio acuático y disponer de sistemas para que la comunicación con tierra sea viable, para dirigirlos. A pesar de estas dificultades técnicas, ya han sido probados varios, con diferentes formas (delfín, pulpo, tortuga, lamprea, barracuda, entre otros) y además intentan aprovechar las características evolutivas que estos animales han desarrollado, para lograr que avancen más rápidamente.

Octobot. Universidad de Harvard

Octobot. Universidad de Harvard

Algunos, como la barracuda para desminado del gobierno estadounidense, llevarán a cabo actividades, superando la misión de reconocimiento tradicional.

Robot barracuda para eliminar minas submarinas

Robot barracuda para eliminar minas submarinas

La siguiente generación: los robots humanoides en la recuperación de pecios

El profesor Oussama Khatib de la Universidad de Stanford construyó un robot humanoide, el OceanOne, que consiguió descender casi cien metros hasta la fragata Luna, hundida en 1664, para recuperar una vasija entre los restos del naufragio en la costa francesa.  Sin embargo, originariamente se diseñó para ayudar a los científicos a investigar y proteger los valiosos arrecifes de coral del Mar Rojo.

El OceanOne de la Univesridad de Stanford

El OceanOne de la Universidad de Stanford

Se han invertido cuatro millones de dólares. OceanOne a través de un complejo mecanismo permite que un operador humano manipule objetos a través del robot como si fueran sus propias manos. Esto se consigue gracias a un sofisticado sistema de retroalimentación háptica.

Los drones submarinos

Estas naves no tripuladas han acaparado últimamente muchas noticias. Su uso mas conocido es el militar, pero tiene otras utilidades como el control del tráfico, para transmitir información sobre catástrofes o seguimiento de especies, entre otras. Una de las últimas ha sido para filmar objetos arqueológicos sumergidos a grandes profundidades.

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Trident, de Open Rov

La Armada de los Estados Unidos y General Motors están trabajando en el desarrollo de un dron submarino que incorpora la tecnología de la pila de hidrógeno, ya empleada en algunos automóviles.

Cracuns de la John Hopkings

Cracuns, de la Universidad John Hopkings

Incluso se está ya investigando en otros sistemas como los biobots, que son máquinas que se adhieren al cuerpo de los insectos.

Todos son tecnología que nació para usos militares, que con el tiempo está aplicándose a otras tareas, entre las que se encuentra poder observar el océano, la evolución de sus especies o facilitarnos que podamos acercarnos a los pecios que se hallan a grandes profundidades y poder conseguir rescatar algunas de sus valiosas piezas.

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Bajo el patrocinio de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval se ha formado un Grupo de Expertos en la Protección Jurídica del Patrimonio Marítimo y Naval (MARELEX), que fue presentado en Cartagena el día 21 de noviembre de 2016. Tiene como objetivo liderar el estudio de nuevas vías jurídicas que permitan mejorar la protección del patrimonio marítimo y naval, en especial el subacuático.

El grupo de expertos reunido en sesión constituyente en el Museo Naval de Cartagena

El grupo de expertos reunido en sesión constituyente en el Museo Naval de Cartagena

Según uno de sus miembros, el Dr. Ruiz Manteca, «en la actualidad, la protección del patrimonio naval es buena. Pero no existe una normativa específica en España, porque la ley estatal es de hace treinta años. Y esta tarea recae muchas veces en manos de la Administración regional que no tiene los recursos ni probablemente la experiencia suficiente para hacerse cargo de ella».

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Está formado por personalidades del ámbito académico de distintas universidades, vinculadas desde hace años al patrimonio cultural desde su vertiente jurídica. Son:

  • Dr. D. Jesús Prieto de Pedro, Catedrático de Derecho Administrativo de la UNED (Madrid) y ex-Director General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
  • Dr. D. Javier García Fernández, Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, miembro de Hispania Nostra y Director de la revista Patrimonio Cultural y Derecho.
  • Dr. D. Valentín Bou Franch, Catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de Valencia y autor de diversas publicaciones sobre Patrimonio Cultural.
  • Dr. D. Rafael Ruiz Manteca, Jurídico Militar, profesor de la UNED. Autor de varias obras sobre el régimen jurídico del Patrimonio Cultural Subacuático.

Mesa redonda

Los participantes de la mesa redonda

Este grupo de expertos trabajará en la mejora de las normas sobre protección del patrimonio cultural y, específicamente, en la correspondiente al patrimonio marítimo, con la finalidad de aportar y ofrecer a los poderes públicos, y a personas físicas y jurídicas de cualquier naturaleza, soluciones a los diversos problemas que pueda presentar la protección del patrimonio marítimo y naval y, muy especialmente, del patrimonio cultural subacuático, que forma parte de él.

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Con motivo de la constitución de este grupo se celebró una interesante Mesa redonda sobre “Desafíos de la protección de nuestro Patrimonio Marítimo y Naval”. Participaron todos los miembros del grupo, a los que se unió el Dr. D. Juan José Sánchez Baena, Director de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval, que actuó como moderador.

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La principal misión del grupo en estos momentos debe ir dirigida a ayudar en la aplicación de la norma contra la piratería y el expolio, y a favor de la defensa y la protección de los pecios.

El grupo de expertos

El grupo de expertos reunido con los responsables de la Cátedra

En las próximas semanas daremos a conocer mas información sobre el manifiesto de constitución de dicho grupo y sus futuras actividades.

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La localización y posible recuperación de un nuevo pecio de un buque de estado español, hundido por Inglaterra a comienzos del siglo XVIII, sitúa al patrimonio cultural subacúatico, otra vez, en primera línea. Dos aspectos vuelven a ser fundamentales, la defensa y recuperación de un patrimonio cultural para la humanidad y la obligación de ofrecer el debido respeto a las 600 víctimas del naufragio.

La Cátedra, a través de uno de sus miembros, que es un reconocido experto a nivel nacional e internacional, quiere proporcionar luz sobre el tema, ofreciendo algunas consideraciones jurídicas, acompañándolas de imágenes referidas al galeón hundido en aguas del Caribe.

El Galeón español San José fue construido en Guipúzcoa en 1698 y formaba parte de la flota de la Carrera de Indias. Fue hundido por los ingleses el 8 de junio de 1708 cerca de las costa de Cartagena de Indias (Colombia), siendo su comandante José Fernández de Santillán. Más datos sobre el San José se pueden encontrar aquí.

Consideraciones sobre el pecio del buque de estado San José

por el Dr. Rafael Ruiz Manteca, experto en Derecho del Patrimonio Cultural Subacuático.

Ante el anuncio hecho recientemente por el Gobierno de Colombia de haber sido encontrado el pecio del galeón San José en aguas próximas a Cartagena de Indias, y como quiera que este anuncio y las posteriores manifestaciones que le han seguido, procedentes de diversas fuentes, han provocado una verdadera avalancha de opiniones e informaciones, creemos que interesa dejar constancia de las siguientes consideraciones de tipo jurídico:

UNESCO

a) La Convención de la UNESCO de 2001 sobre la protección del patrimonio cultural subacuático no trata de cuestiones de propiedad ni las resuelve, pues su única finalidad (que no es poca) es facilitar a los Estados la puesta en marcha de mecanismos de cooperación en orden a la protección del patrimonio cultural subacuático ubicado en los distintos espacios marinos, así como poner a su disposición unas reglas técnico-arqueológicas que permitan que dicho patrimonio sea tratado de manera científica, con abandono de prácticas espurias, como las comerciales. Y téngase en cuenta que la Convención ha sido ratificada por España pero no por Colombia.

El Galeón, con sus secciones principales. Fuente

El Galeón, con sus secciones principales. Fuente

b) Por otro lado, esta Convención es respetuosa con las normas de derecho internacional y con la práctica de los Estados (es decir, su posicionamiento respecto a cuestiones controvertidas y/o faltas de regulación internacional) relativas a las inmunidades soberanas o cualquiera de los derechos de un Estado respecto de sus buques o aeronaves de Estado. En este sentido, ocioso es recordar que desde siempre el derecho internacional ha reconocido inmunidad a los buques de guerra y otros buques de Estado operativos, siempre que los mismos sean utilizados únicamente para un servicio público no comercial (como es el caso paradigmático de la defensa nacional). Sin embargo, la Convención da un paso más y considera buques de Estado a los de guerra y otros buques de Estado que, en el momento de su hundimiento, fueran utilizados únicamente para un servicio público no comercial, de lo que se desprende que los buques de guerra hundidos (que naturalmente ya no están operativos) conservan la inmunidad de que disfrutaban cuando prestaban servicio. En este orden de cosas, la Convención no hace sino seguir la práctica reciente de bastantes Estados que se están pronunciando por atribuir a sus buques de guerra hundidos inmunidad soberana.

c) Entre estos Estados está España, que en la reciente Ley de Navegación Marítima de 2014 dispone que los buques y embarcaciones de Estado españoles naufragados o hundidos, sus restos y los de sus equipos y carga, son bienes de dominio público estatal (es decir, de España), inalienables, imprescriptibles e inembargables y gozan de inmunidad, cualquiera que sea el momento en que se produjo su pérdida y el lugar en que se encuentren.

Lugar aproximado donde se ha encontrado el pecio

Lugar aproximado donde se ha encontrado el pecio

d) En Colombia ha sido aprobada recientemente una ley (1675 de 2013, de 30 de julio) dedicada al patrimonio cultural sumergido, que ha tenido un largo proceso de elaboración. Conforme a esta ley, el patrimonio cultural sumergido (que se reconoce que forma parte del patrimonio arqueológico y que, como tal, es propiedad de la Nación) está integrado por los bienes productos de la actividad humana, representativos de la cultura y que se encuentren sumergidos en todo tipo de aguas, continentales y marinas, colombianas. Además, es necesario que lleven más de 100 años sumergidos. Pero, sin embargo, hay determinados bienes sumergidos que no se consideran patrimonio cultural subacuático, tales como los cargamentos de buques siempre que estén constituidos por materiales brutos o sean bienes muebles “seriados” que hubiesen tenido un valor de cambio o fiscal (monedas, lingotes) o sean “cargas industriales” (sic).

Ruta del San José. Fuente.

Ruta seguida por el San José. Fuente.

e) Esta ley colombiana permite la posibilidad de que el Ministerio de Cultura contrate con “entidades expertas” la realización de cualquiera de las actividades sobre el patrimonio cultural sumergido, tales como las de exploración, intervención, aprovechamiento económico y preservación. En virtud de dicho contrato, el contratista adquiere un derecho al aprovechamiento económico por la actividad que le encarga el Estado. En fin, se trata simplemente de una consecuencia del contrato, que claramente reviste naturaleza económica. Ese aprovechamiento (que sin embargo no existe cuando la actividad es meramente una prospección o exploración) puede llegar hasta el 50% del valor de los bienes encontrados o rescatados, cuando no formen parte del patrimonio sumergido, como ocurre con las monedas y lingotes, según hemos dicho.

f) En consecuencia, no hay duda de que si el galeón San José se encuentra, como parece, en el mar territorial colombiano, conforme a la ley citada últimamente sus restos son propiedad de la Nación colombiana, regulación que choca en este aspecto (el de la propiedad) con lo dispuesto en la ley española mencionada. Sin embargo, la consideración de los aspectos relativos a la inmunidad del pecio podrían ser determinantes, pues téngase en cuenta que los mismos están indisolublemente unidos a los de la propiedad. En este sentido, según sea el foro (el tribunal) elegido que conozca de un pleito de estas características (nacional de España o de Colombia o incluso un tribunal internacional), la normativa aplicada sería una u otra y la balanza podría acabar inclinándose a favor de uno u otro país.

Galeón-San-José. Fuente

Galeón San José. Fuente

g) Colombia y España mantienen en estos momentos excelentes relaciones y entendemos que deben aproximar sus intereses en este asunto, pues si bien los mismos ciertamente son contrapuestos en lo que concierne a la propiedad, sin duda son coincidentes en lo más importante, como es la preservación de unos restos que pueden ayudar de manera muy importante al avance del conocimiento histórico de la época en que el galeón se hundió. Y no se olvide que los objetos que componen el patrimonio cultural subacuático deben ser preservados o conservados en beneficio de la humanidad (Convención UN sobre el Derecho del Mar, Convención UNESCO sobre protección del patrimonio cultural subacuático), por lo que ambos países deben al mundo entero una solución de amplias miras, más allá de posturas cerradas e individualistas, huyendo de tesis decimonónicas y atrasadas. R.R.M.

Pecios en el CRIBE. fUENTE

Pecios en el Caribe.

Desde el blog «Espejo de navegantes«, el periodista Jesús García Calero ha lanzado una campaña para recoger firmas, en la que solicita a los más prestigiosos especialistas del mundo que unan su voz para pedir respeto al método científico, para que prime la Arqueología frente al negocio, para que el rescate del pecio San José sea un ejemplo de la aplicación de la mejor práctica científica sobre un buque que es Patrimonio de la Humanidad.

Lea las últimas opiniones de expertos sobre esta materia:

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Este verano se ha descubierto un mascarón de proa del siglo XV que representa a un monstruo marino. Se ha hallado frente a la costa de Ronneby, en el sureste de Suecia.

Localización del naufragio

Localización del naufragio

El mascarón, que pesa unos 300 kilos, está tallado en el último tramo, con el diseño de un monstruo con dientes feroces de naturaleza indeterminada. Johan Ronnby, profesor de Arqueología Marina en la Universidad Södertörn (Suecia), ha afirmado que el aspecto feroz se hizo con la intención de asustar y de generar miedo entre los enemigos:

«Es un monstruo marino y tenemos que discutir qué tipo de animal es. Creo que es una especie de animal de fantasía – un dragón con orejas de león y la boca cocodrilo», «es una figura fantástica, única en el mundo».

El mascarón visto de frente

El mascarón visto de frente

Tiene algo en la boca o a alguien siendo devorado por esta «temible bestia». El mascarón también podría representar la cabeza de un grifo, una criatura mitológica muy conocida en la época medieval.

Subiendo el mascarón

Subiendo el mascarón

El pecio se halló por primera vez en los años 70 por unos buceadores deportivos, pero los arqueólogos empezaron a trabajar en él ya entrado el siglo XXI. Tomaron una muestra de madera de la nave y el análisis dendrocronológico reveló que ésta era originaria del nordeste de Francia, y fue cortada durante el invierno de 1482-83. Lo que puede conducirnos a pensar que el buque probablemente se construyó en Flandes o en los Países Bajos.

Imagen del hallazgo

Imagen del hallazgo

Los arqueólogos están explorando los restos del naufragio y recuperando una serie de artefactos, entre los que se incluyen nueve carros de hierro y cañones de retrocarga que están ya depositados en el Museo Blekinge. Han encontrado también varios cepos de bombarda (imagen inferior).

Algunas de las maderas recuperadas

Algunas de las maderas recuperadas, que son cepos de bombarda. La segunda por la izquierda muestra los huecos hechos para que se alojasen los aros exteriores que deban consistencia a la bombarda.

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Un dibujo para entender mejor la función de los cepos de las bombardas de la imagen anterior

Los investigadores han identificado la nave como el Gribshunden, el buque insignia del rey Hans de Dinamarca, que se hundió mientras estaba anclado en Ronneby en 1495. Las fuentes históricas informan que el barco iba camino de Kalmar (Suecia), donde el rey Hans se iba a reunir con el regente sueco Sten Sture el Viejo para discutir sobre la retirada de Suecia de la Unión de Kalmar. Por razones desconocidas, el barco se incendió y se hundió, matando a muchos hombres, aunque no al rey, que fue testigo de la desaparición horrible de su buque insignia y de su tripulación.

El barco

Un buque de la época que lleva un mascarón similar. Fuente: Museo Blekinge

La ubicación de los restos del naufragio, frente a las costas de Ronneby cerca de la isla de Stora Ekon, coincide con los relatos históricos del hundimiento del Gribshunden.

El Gribshunden, una nave de gran tamaño (cuya quilla tenía al menos 35 metros de largo), es el buque de guerra armado construido con el forro del casco a tapa y no a tingladillo (la típica de la construcción escandinava) más antiguo que se ha encontrado en aguas nórdicas, y aunque la mayoría de los restos todavía están enterrados en el fondo del mar, los arqueólogos creen que puede ser la nave construida durante el siglo XV mejor conservada del mundo.

Una carraca del siglo XV (Fuente: Biblioteca Nacional de Francia, ms. lat. 6142, fº B vº

Una carraca del siglo XV (Fuente: Biblioteca Nacional de Francia, ms. lat. 6142, fº B vº)

Consultados los expertos de la Cátedra de Historia Naval, éstos opinan que el buque podía ser una coca o una carraca. En la imagen de este tipo de buques (dibujo anterior) se puede apreciar el armazón por encima del castillo de proa y popa, la jareta, que se hacía para defenderse de los abordajes y de la caída de las piezas de la arboladura durante el combate. También se pueden observar las grandes cofas.

En síntesis: el estudio de los restos del naufragio es de relevancia internacional, ya que se remonta a un período muy importante en la historia de la navegación y puede revelar nueva información sobre la evolución de la construcción de embarcaciones y sus intercambios entre los dos mares que bañan el viejo continente. Igualmente porque sucedieron en la era de los grandes descubrimientos, cuando los viajes trasatlánticos comenzaron a cambiar la visión que Europa tenía del mundo.

Otra vista del monstruo marino tallado en el mascarón

Otra vista del monstruo marino tallado en el mascarón, esta vez durante su traslado

Para una explicación más detallada, puede leer la entrada sobre el pecio escrita por Rolf Warming, uno de los arqueólogos que participaron en la recuperación de los restos.

Más información

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