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Archive for the ‘– Simbología marítima y naval’ Category

¿Existió de verdad Tartesos? Pues sí. Durante siglos ha sido una magnifica leyenda pivotando en los orígenes de la Península Ibérica, hasta que hace treinta años la investigación comenzó a sacar a la luz una verdad histórica: que desde el siglo XI a.C. hasta el V a.C. se desarrolló en el suroeste peninsular una peculiar cultura, la tartésica. Sabemos que estableció importantes redes de comercio internacional durante unos cuatro siglos y que desapareció por problemas económicos y sociales. El núcleo inicial de Tartesos estaba entre Cádiz, Sevilla y Huelva, posteriormente se extendió por una parte importante del oeste peninsular, incluyendo ciertas zonas del centro y sur de Portugal.

Hallazgos arqueológicos de la cultura tartésica. Fuente: Rodríguez 2020

En esos momentos el comercio con la parte Este del Mediterráneo sólo era posible a través del mar, por lo que contar con barcos preparados para el transporte era vital. Es muy posible que fueran los fenicios, los maestros del arte de la navegación, los que introdujeran sus preciadas técnicas en la Península. Pero, aparte de los barcos para navegar por el mar Mediterráneo, en la nueva ubicación, Tartesos, había multitud de cauces fluviales útiles para el transporte, por lo que también tenemos evidencias de navegación por los ríos peninsulares (Guadalquivir, Guadiana, Tajo y Duero).

Se han hallado 13 sitios arqueológicos donde aparecen representaciones de barcos, generando un registro sustancial que permite analizarlos, determinar si son naves fluviales y conocer los vínculos que existen entre buques mediterráneos y las representaciones atlánticas. Aunque no ha sido posible datarlos todos, los conocidos son de los siglos VII, VI y V a.C., fecha que coincide con el momento de mayor expansión dentro de las relaciones coloniales que operaban en la zona de las riberas de los ríos antes citados. Vamos a ver algunos de los más importantes gracias a un reciente artículo publicado en inglés (Rodríguez y García 2020).

Valle del Guadalquivir

Uno de los barcos más significativos aparece en una placa llamada Bronce Carriazo, de 95 × 153 mm, que forma parte de la sección lateral de un bocado de caballo. Localizada cerca de la ciudad de Sevilla. Aunque no se corresponde estrictamente con la forma de nave, algunos autores han sugerido que podría ser el diseño esquemático de un barco, quizás para transportar a la divinidad solar. Los dos pájaros formarían parte de la proa y de la popa, rodeando la escena central en la que se representa a la diosa Astarté portando dos flores de loto.

Bronce Carriazo. Cultura tartésica. Fuente

Valle del Guadiana

La primera imagen de una embarcación se encontró en el yacimiento de Cancho Roano (Badajoz). Se trata de otro bocado de caballo, en el que se muestra la imagen bifronte de una persona que va sobre una barca decorada con cabezas de caballo en sus extremos. Esta pieza tiene el mismo diseño que la anterior y puede sugerir un viaje al más allá. 

Bocado de caballo de Cancho Roano. Fuente

Hace poco han aparecido tres nuevas imágenes náuticas dentro de un yacimiento del siglo V a.C., en el poblado de El Turuñuelo (Badajoz), en la confluencia entre el Guadiana y uno de sus principales afluentes. 

Naves de El Turuñuelo. Fuente: Rodríguez 2020

Son embarcaciones fluviales de poco calado, fondos planos, con voluminosas popas ornamentadas y posiblemente propulsadas a remo, ideales para el tráfico por un río. 

Dibujos de las naves de El Turuñuelo y restos materiales localizados. Fuente: Rodríguez 2020

Valle del Tajo

El barco de La Aliseda (Cáceres), en el tramo central, está representado en un sello de oro de forma ovalada. Es una escena náutica en la que un remero y una divinidad entronizada, que porta un cetro, viajan a bordo de una embarcación. Las figuras están separadas por una flor de loto. A la izquierda de la nave se encuentra un ave (posiblemente un ibis), y bajo el casco hay grabados cuatro peces. El barco es simétrico y de sección alargada, caracterizado por tener tanto la proa como la popa muy elevadas y rematadas con cabezas de ave. Aunque estas representaciones son escasas en el Mediterráneo occidental, se ha interpretado como una especie de barca de totora utilizada para la navegación fluvial.

Valle del Duero

Las imágenes náuticas aquí están en la desembocadura del río. El primer ejemplo conocido es el aro de Baiao, perteneciente a un tesoro de oro hallado en Oporto (Portugal). El elemento decorativo central es un cuenco de palmeta de estilo oriental, muy presente en los elementos de marfil tartésicos. En su decoración hay un diseño en forma de barco, con un casco semicircular rematado en proa y popa con volutas. 

Dibujo del aro de Baiao

Rasgos similares

Los rasgos comunes de todas estas representaciones de embarcaciones son que tienen poco calado y un francobordo mínimo, la proa suavemente inclinada hacia delante y un codaste vertical curvado ostentosamente sobre la cubierta. Los barcos representados no son fenicios, o al menos no son comparables con los registrados en el Este del Mediterráneo, donde surgió esta cultura. Tampoco son naves ‘indígenas’, ya que sus constructores no fueron indiferentes a las influencias mediterráneas. Todos integraron rasgos vistos en ambos sistemas culturales, dando como resultado una nueva tradición marítima híbrida, propia de la región y de este período en particular. 

En síntesis

En definitiva, el importante número de representaciones náuticas documentadas más allá de las Columnas de Hércules revela el impacto que tuvo la navegación mediterránea en las costas atlánticas. También nos acercan al papel que jugó el tráfico fluvial. Todo esto sirve para enfatizar la conexión que existía en el suroeste ibérico, fomentando un proceso de hibridación cultural del que las embarcaciones fueron a la vez vehículo y resultado.

Además, la distribución sistemática de esta iconografía de barcos híbridos a lo largo del suroeste peninsular, así como su superposición con los patrones culturales de la cultura tartésica, nos llevan a sugerir el desarrollo de un ‘paisaje cultural marítimo’ propio (Rodríguez y García 2020).

Nota: aunque en muchas webs aparece escrito Tartessos, la RAE marca que se escribe Tartesos, por eso hemos elegido esta grafía.

Más información

BLÁZQUEZ, J. Mª. Tartessos y los orígenes de la colonización fenicia en Occidente. Salamanca: Universidad, 1975.

CASSON, Lionel. Ships and seafaring in ancient times. Texas: University, 1994.

CULICAN, William. Phoenician remains from GibraltarAustralian Journal of Biblical Archaeology, 1972,  2/1, p. 110–145.

ESCACENA CARRASCO, José Luis. Cuando acabó todo. Un final para el mundo tartésico. Desperta Ferro. Arqueología e Historia, 2017, 12, p. 52-57.

GARCIA CARDIEL, J. El catálogo de las naves de occidente. Embarcaciones de la Península Ibérica, Marruecos y archipiélagos aledaños hasta el principado de Augusto. Oxford: BAR International, 2013.

MOYANO, J. Mucho más que barcos. Una aproximación teórica a las funciones, capacidades náuticas, bases materiales y dimensión social de la tecnología naval prehistórica. Oxford: BAR International, 2018.

PEREIRA, G., and ARRUDA, A. Boats carved on the Atlantic coast of the Iberian Peninsula. Landscape, symbols and people. In A. Betterncourt et al. (eds.). Recorded places, experienced places. The Holocene rock art of Iberian Atlantic north-west. Oxford: BAR International, 2017, p. 193–207.

REY DA SILVA, A. Nautical iconography from the Iberian Peninsula in Prehistory. In S. TRIPATI (ed.), Maritime contacts of the past. Deciphering Connections Amongst Communities. New Delhi, 2014, p. 365–401. 

RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Esther & GARCÍA CARDIEL, Jorge. Between the Mediterranean and the Atlantic: nautical iconography in the south‐west Iberian Peninsula. International Journal of Nautical Archaeology, 2020, 49, 1, p. 179-193.

SOUSA, E. & GUERRA, S. A presença fenícia em Lisboa: novos vestigios descobertos no alto da colina do Castelo de Sao Jorge. Saguntum, 2018, 50, p. 57–88.

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La civilización romana acuñó distintas monedas a lo largo de su historia. Cuando en una de las caras aparecía un emperador acompañado de su nombre, la identificación era sencilla, pero hubo siglos en los que las figuras que se acuñaban eran dioses, lo que dificultaba mucho saber de qué época eran.

Sin embargo, hubo una serie de monedas denominadas as o aes graves o librales, de época republicana, que se consideran las primeras acuñadas como tales, que en su reverso portaban la proa de una embarcación. En el anverso aparecían distintos motivos, muchos de ellos dioses, dependiendo de su valor. Y esta proa es la que se usa para identificar y diferenciar las monedas de la serie.

Orígenes

Previas a éstas hubo de dos tipos, que se parecían muy poco en la forma de lo que hoy llamamos moneda (que suele ser similar a un disco). Eran las aes rude y las signatum. De estas últimas hemos rescatado dos imágenes que presentan temas marítimos, como un ancla (a la izquierda) y delfines junto a dos tridentes (a la derecha).

No era la primera vez que se elegía la proa de una nave, ya que previamente en Macedonia (al norte de Grecia) se habían acuñado monedas en las que aparecía una embarcación, como las dos que vemos a continuación (en la de la izquierda se puede apreciar la nave acompañada de un texto que identifica a la nación, y a la derecha otra de época de Demetrius I Poliorcetes, del siglo III a. C.).

La serie de monedas romanas con una proa

Las aes graves forman parte del primer sistema monetario romano como tal, que según autores se inició entre los siglos VI y III a.C. La característica común, como ya hemos señalado, es que todas las monedas que forman parte de él, tanto las que son múltiplos de la unidad como las subdivisiones de ésta, portan una proa de nave en el reverso, unas veces sola y otras acompañada de diversas figuras.

La proa parece que era en honor de Cástor y de Pólux, los protectores de la navegación en el mundo romano (en la mitología también eran identificados con el fenómeno conocido como Fuego de San Telmo, especialmente cuando éste era de dos puntas), aunque el motivo también podía ser menos complejo, como por ejemplo para celebrar la pujanza de la armada republicana.

Las aes eran de origen etrusco y Roma las adaptó, como hizo con muchos inventos previos griegos. Eran de bronce y su valor monetario era mayor que el del metal con el que estaba acuñado. Había una moneda central denominada como el sistema, el as, que tenía múltiplos y divisores.

a) Múltiplos. Estas monedas valían 10 (decussis), 3 (tripondius) y dos (dupondius) aes respectivamente. En su anverso llevaban grabado el nombre de Roma. En el reverso una proa acompañada de los numerales X, III y II, que se correspondían con su valor.

Decussis. Fuente

b) los aes, la moneda central, que pesaba 12 onzas de bronce y llevaba acuñada la imagen de Jano (el de las dos caras, guardián de las puertas) en el anverso. La proa solía ir sola, aunque a veces llevaba también el nombre de Roma.

As libral

c) Los divisores. El grupo estaba formado por cinco monedas que suponían la mitad (semis), un tercio (triens), un cuarto (quadrans), un sexto (sestans) o una doceava (uncia) parte del as. Portaban en su anverso las imágenes de varios dioses según su valor. Comenzando por el semis, que llevaba a Saturno (dios de la agricultura) o a Júpiter (padre de los dioses en la mitología romana), y en el reverso la proa y una letra S.

Semis. Fuente

En el siguiente (triens), aparecía Minerva (diosa de la sabiduría) y a veces también Roma, con el reverso de una proa y la marca de 4 puntos correspondientes a su valor. El quadrans tenía acuñada la imagen de Hércules (el poderoso), portaba la proa y tres puntos en la otra cara.

Quadrans. Fuente

El sestans festejaba a Mercurio (dios del comercio y del transporte) y llevaba dos puntos acompañando a la proa. Mientras que la uncia solía llevar a Belona (la diosa de la guerra), aunque a veces aparecía igualmente Roma, mientras que en el reverso iban la proa y un punto.

Sestans. Fuente

Para concluir

Hubo una serie de monedas con las que Roma comerciaba y que en la época republicana decidieron decorar con una proa, lo que significa que el mar y la navegación eran muy importantes para esta civilización. Estas monedas se acuñaron también en las provincias romanas, fuera de la capital, por lo que hubo variaciones en las imágenes que aparecen en ellas. De cualquier forma, sirven a los arqueólogos para poder datar los yacimientos, ya estén en tierra o bajo el agua, y al resto de los investigadores para saber algo más de lo que el mar y la navegación significaban para esta poderosa cultura.

Más imágenes de monedas romanas

Más información

Aes grave. Blog de numismática. 2009.

CHAVES TRISTÁN, Francisca. Monedas romanas: República. Real Academia de la Historia, 2005.

POOL BURGOS, Alejandro. El aporte del estudio numismático de la moneda romana imperial a la comprensión de la Mitología ClásicaOMNI, Journal of Numismatics, 2015, 9, p. 141-155.

RIPOLLÈS, Pere P. La moneda romana imperial y su circulación en HispaniaArchivo Español de Arqueología, 2002, 75, 185-186, p. 195-214.

VÁZQUEZ HOYS, Ana Mª. La moneda romana. 2006.

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Los productos que la Humanidad ha obtenido del mar no han sido sólo para la alimentación. Los moluscos, y en especial sus conchas, también han servido para adornarse, se usaban en los ritos funerarios y ceremonias religiosas, y se han utilizado como moneda en muchos pueblos antiguos de América. El spondylus, un tipo de molusco, conocido también como «oro rojo» (por el color coral tan fuerte que tenía), tuvo un papel primordial en estas sociedades prehispánicas. Formaba parte de ceremonias de adivinación o de fertilidad y servía para conocer el estado de la mar en un futuro cercano. En algunas culturas como la Chimú y la de Lambayeque, tenían como costumbre echar polvo de spondylus, por donde iba pasando el rey, y a veces enterraban a su gente con uno de ellos entre sus manos.

spondylus-princeps.jpg

Son muestras del profundo enraizamiento que en algunas antiguas civilizaciones existía con el medio marino. Curiosamente no eran sólo las zonas marítimas las que lo usaban, sino que tierra adentro era casi más valorado y apreciado. El uso frecuente de estos bivalbos en muchas manifestaciones culturales terminó generando un comercio importante, detrás del cual había una serie de buceadores y pescadores que extraían el género del mar, y otra de comerciantes y tratantes que lo distribuían.

Lugares donde se han hallado restos arqueológicos vinculados con el uso de spondylus. Fuente: Lodeiros 2018

El mullu

El mullu de los pueblos andinos está formado por las conchas, o valvas, del molusco. El color intenso que tenía podía oscilar entre el púrpura, rojo, anaranjado e incluso blanco. También se conocía como «alimento de los dioses». Era tan buscado y reconocido que su precio alcanzaba cifras astronómicas, mayores que las del oro, y tenía carácter sagrado.

Recogida del molusco

Su importancia se aprecia en las representaciones iconográficas como las de la cultura Lambayeque, en la huaca de Las Balsas de Túcume, donde aparecen imágenes en las que una o varias personas supervisan la pesca, mientras unos buzos unidos a la embarcación mediante cuerdas atadas a su cintura, van recogiendo medias lunas de tres puntas del fondo del mar, interpretadas como conchas de spondylus. Su recogida ha sido motivo de tallas en orejeras, narigueras, broches y cuencos.

 

El tallado

Aunque hay menos evidencias, se sabe que se usaban piedras porosas, cantos rodados y lascas para raspar, pulir, cortar y tallar esta concha marina.

 

El precio

Aunque hoy nos puede parecer exagerado, diversos autores han calculado cuál podía ser hoy el precio del spondylus según el valor otorgado en las civilizaciones andinas prehispánicas. López Cuevas (2005) afirma que podía estar sobre 60 euros el gramo, precio más elevado que el del oro (que ronda entre los 40 y 50 euros). Sin embargo, lo más destacado del mullu no era su precio, sino su elevado valor simbólico.

Una síntesis del devenir histórico del spondylus como objeto simbólico en la costa del Pacífico americano se puede encontrar en el artículo de Lodeiros, que sintetizamos en la siguiente tabla.

spondylus cuadro.jpg

Las rutas del mullu

Las últimas investigaciones destacan que en el centro del comercio de este molusco estaba la isla de la Plata (Norte de Gauyaquil) desde el II milenio a.C. Como el mullu lo utilizaban tanto las sociedades costeras como las andinas, se generaron una serie de rutas, tanto terrestres como marítimas, para facilitar su distribución.

Los caminos podían estar controlados por diversas culturas como la Chincha o la Chimú. Es necesario que las investigaciones sigan avanzando para poder afirmar con cierta seguridad cuáles eran las rutas seguidas, pero las que aparecen en la ilustración superior sirven para comprobar que era vital en el comercio de las zonas andinas.

La relevancia del mullu

La importancia ritual, social y económica del mullu queda plasmada en un poema del premio nobel chileno Pablo Neruda:

Saqué del mar, abriendo las arenas,
la ostra erizada de coral sangriento,
Spondylus, cerrando en sus mitades
la luz de su tesoro sumergido,
cofre envuelto en agujas escarlatas,
o nieve con espinas agresoras

Todo un mundo simbólico vinculado al mar y representado por unos moluscos que unas veces se relacionaban con la fertilidad, la lluvia o el poder y otras con la vida tras la muerte. La recogida en las profundidades y el tallado supusieron la aparición de excepcionales buceadores, gestores y artesanos. Las rutas de su distribución abrían caminos y señalaban intercambios entre diversas culturas costeras y andinas. Y todas estas interconexiones artesanales, sociales y rituales fueron generadas por el valor otorgado a un bivalvo.

Más información

JARAMILLO ARANGO, Antonio. Comunión e interexistencia. El Spondylus spp. en la Costa Norte del Perú durante el Intermedio Tardío (800-1450 dC)Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología, 2017, 28, p. 77-97.

LODEIROS SEIJO, César, et al. Breve historia del spondylus en el Pacífico Suramericano: un símbolo que retorna al presente. Interciencia, 2018, 43, 12, p. 871-877.

LÓPEZ CUEVAS, Fernando. El Spondylus en el Perú prehispánico. Su significación religiosa y económica. Ámbitos, revista de estudios de ciencias sociales y humanidades, 2005. 14, p. 33-42.

MARTIN-RAMOS, Pablo. En busca del Spondylus. Rutas y simbolismo. 2001.

TORRE, Carlos Wester. El personaje de los Spondylus de Chornancap, Cultura Lambayeque: del mar a la sepulturaQuingnam, 2016, 2, p. 53-83.

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Los descubrimientos de los egiptólogos no dejan de sorprendernos, y en una cultura con una profunda vinculación con el agua no es extraño leer noticias sobre localización de naves dibujadas, maquetas o modelos de barcos. En esta ocasión se han hallado grandes embarcaciones enterradas íntegras junto a la tumba de un faraón de las primeras dinastías, lo que confirma la fuerte relación de esta civilización, desde sus inicios, con la navegación, ya fuera ésta fluvial o marítima. Aunque se encontraron a finales del siglo XX, actualmente se siguen analizando, dada la trascendencia que su hallazgo ha tenido para la Egiptología.

Los barcos de Abydos

Llamados así por el lugar donde fueron encontrados, forman una impresionante fila de 14 naves cuidadosamente enterradas al lado de la tumba del faraón Khasekhemwy, de la II dinastía, aunque hay autores que lo relacionan con otro de la I dinastía (III milenio a.C.).

Localización barcos Bestock 2008

Localización de los barcos en el complejo funerario. Imagen de Bestock (2008)

Para enterrar las naves que iban a acompañar a este faraón a la otra vida, se excavó primero un hoyo en la arena del desierto y sobre él se depositaron piedras para hacer el nicho más estable. Posteriormente se colocaron los barcos, sobre ellos se dispuso una fina estera, se llenaron de ladrillos de adobe y se cubrieron.

Barcos Abydos dibujo enterramiento

Esquema del enterramiento de las naves y de los materiales utilizados. Traducido del texto de Ward (2000)

Podemos conocer la forma de estas naves gracias a un detallado estudio llevado a cabo por Mark en el año 2012. Se sabe que su eslora medía entre 19 y 29 metros.

Barco 10

La nave nº 10 según Mark (2012)

Estaban construidas con madera local, posiblemente de tamarindo, y cada una pesaba más de una tonelada.

Dibujo con la localización de las naves frente a la mastaba, dentro del complejo funerario del faraón

El entierro de estos barcos en los antiguos monumentos funerarios egipcios es, además, una declaración muy significativa de la impresionante riqueza de los faraones.

Barco tumba sacerd 1as din 2018

Una nave hallada en la tumba recién descubierta de un sacerdote en Saqqara (2018). Fuente: Europa Press

W. Rathje (2002) ha sugerido que si nos imaginamos estas naves de hace 5000 años, con sus 20 m. de eslora envueltos en una lámina gruesa de oro, quizás podamos percibir mejor lo que representaban en esta sociedad. Una cultura que usaba embarcaciones para la guerra, para el comercio y para el más allá. Eran potentes símbolos del poder real y han formado parte de la antigua cultura egipcia desde hace al menos unos 7000 años.

Más información

MARK, Samuel. The Abydos BG 10 boat and implications for standardisation, innovation, and timber conservation in early dynastic boat-building. The Journal of Egyptian Archaeology, 2012, 98, 1, p. 107-126.

RATHJE, W. The Nouveau elite Potlatch: one scenario for the monumental rise of early civilizations. En M. Masson & D. Freidel (ed.). Ancient Maya political economics. Walnut Creek, CA: Altamira, 2002, p. 31-40.

VANHULLE, Dorian. Boat Symbolism in Predynastic and Early Dynastic Egypt: An Ethno-ApproachJournal of Ancient Egyptian Interconnections, 2018, 17, p. 173-187.

WARD, Cheryl. Sewn planked boats from early dynastic Abydos, Egypt. En Boats, Ships and Shipyards. Proceedings of the Ninth International Symposium on Boat and Ship Archaeology, Venice. 2000. p. 19-23.

WARD, Cheryl. Boat-building and its social context in early Egypt: interpretations from the First Dynasty boat-grave cemetery at Abydos. Antiquity, 2006, 80, 307, p. 118-129.

WEGNER, Josef. A Royal Boat Burial and Watercraft Tableau of Egypt’s 12th Dynasty (c. 1850 BCE) at South AbydosInternational Journal of Nautical Archaeology, 2017, 46, 1, p. 5-30.

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La forma más completa y más exacta de representar la Tierra es sobre una superficie esférica, es decir, mediante un globo terráqueo. En él se incluyen todos los océanos, mares y continentes de la Tierra. Es, por lo tanto, un modelo tridimensional a escala, y también la única representación geográfica que no tiene distorsión geométrica. El primero que ha llegado a nuestros días es tan antiguo que ni siquiera incluye el continente americano. De hecho, se cree que Cristóbal Colón trabajó con él. Aparte de ser el más longevo, nos transmite muchas evidencias del saber cartográfico de su época y una serie de imágenes de indudable valor estético e histórico.

Behaim MMedit_opt

El mar Mediterráneo y una parte de los continentes europeo y africano

Su autor

Martin Behaim (1459-1507) era un comerciante y cartógrafo alemán, nacido en Bohemia, que tras recorrer varias naciones europeas llegó a Portugal en misión comercial. Allí conoció a su futura mujer, y gracias a estas relaciones tuvo ocasión de entrar en la corte portuguesa, así como de ponerse al servicio del rey luso Juan II. Distintos autores contemporáneos lo llaman Martín de Bohemia y hablan de sus logros (como por ejemplo Pigafetta).

blgo distinas posiciones

El globo Behaim en distintas posiciones

«El mundo es esférico, como una manzana»

El globo

El que aquí exponemos se llevó a cabo en 1492 por orden de los gobernantes de la ciudad alemana de Nuremberg, y se conoce como el globo Behaim o Erdapfel. 

Behaim Mar Rojo_opt

De izquierda a derecha se pueden apreciar las figuras de distintos reyes africanos, el Nilo, el mar Rojo y parte de la península arábiga

Además de la representación de la Tierra hay abundante información textual que orienta e ilustra sobre la geografía allí descrita. Se enumeran alrededor de 2000 ubicaciones geográficas y aparecen unas 200 imágenes en miniatura, que ilustran una gran variedad de temas políticos, religiosos, fantásticos, comerciales, de historia natural, marítimos y navales, entre otros.

Las miniaturas

En las imágenes aparecen representados animales terrestres y marinos (peces, focas, ballenas, hipocampos, así como vacas, serpientes y leones marinos). Además, se dibujan once embarcaciones.

Behaim Navio_opt

Una embarcación navegando en popa con un solo papahigo, posiblemente una carraca, en el Océano Índico, cerca de Madagascar.

Las banderas marcan los dominios de cada nación. También muestra, por ejemplo, cuarenta y ocho reyes o gobernantes sentados en carpas o en tronos, según los lugares de origen.

Behain Tiendas_opt

Esta imagen se corresponde con la parte del continente asiático, muy distinta de la actual

A diferencia de los mapas medievales del mundo, no incluye la representación del paraíso. Pero sí que dibuja en Oriente Medio otros símbolos religiosos, como por ejemplo, entre el Mar Negro y el Mar Caspio, se ve el Arca de Noé, que está varada como una cabaña blanca en el Monte Ararat. A la derecha del Mar Rojo, se sitúa La Meca, debajo de la inscripción «Arabia Petrea».

La geografía

Con influencias tanto de la Antigüedad grecolatina y de libros de viajes, como de los tradicionales mapas medievales y de los portulanos de la Baja Edad Media, Behaim ofrece una visión del mundo integrada, que refleja muy bien el saber geográfico del momento, justo el mismo año en el que Colón salió del puerto de Palos hacia las Indias. Por ese motivo hay una gran masa de agua que bordea los tres continentes recogidos, y en ella confluyen los actuales océanos Atlántico y Pacífico.

Behaim Atlantico-Pacifico sur_opt

Entre la isla que se sitúa a la derecha, que se corresponde con lo que hoy es Japón, y el continente europeo, no aparece nada más que un gran mar. Behaim aprovecha este «vacío» para incluir texto y algunas imágenes

Australia, la terra australis, tampoco está dibujada ya que deberían pasar años hasta su inclusión en los primeros mapas. Nos consta que fue una expedición española al mando del portugués Pedro Fernández de Quirós la que descubrió el archipiélago de las Nuevas Hébridas (actualmente es Vanuatu) en 1606, y que a su isla más grande decidieron denominada Austrialia del Espíritu Santo. Se estaba entonces dando forma el nombre del continente, a pesar de que inicialmente Australia fue conocida como Nueva Holanda.

El colonialismo temprano en la zona litoral oeste de África facilitó que se pudieran incluir detalles de las líneas costeras, así como nombres de algunos ríos y otros puntos de referencia.

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Costa oeste de África y parte del Océano Atlántico, con escudos y banderas portugueses

Los dos polos aparecen como Terra Incognita, ya que en ese momento no se conocía qué había más allá. La región del Polo Sur está ocupada por el Águila de las Vírgenes de Nuremberg, el escudo de la ciudad que impulsó la construcción de este globo.

Curiosidades de esta representación del mundo de 1492

Aunque son muchas, destacamos las que consideramos que pueden ser de mayor interés. La idea del exotismo oriental se puede comprobar en la descripción de la actual Sri Lanka, ya que según Behaim, el «rico rey de Ceilán tiene el rubí más grande y hermoso del mundo y su gente va desnuda». 

Behaim Taprobana_opt

La isla de Sri Lanka (Ceilán), aquí llamada Taprobana

Aparecen igualmente animales fantásticos (sirenas, sátiros, hombres con cabeza de perro). También se incluye Cipango, el actual Japón, como una gran isla entre Asia y Europa.

Behaim Cipango_opt

Sureste asiático. Se ven muchas islas más pequeñas y una grande, que es Cipango, la actual Japón.

Muchos de los pasajes hacen referencia a recursos económicos, como las especias más caras, por ejemplo, la pimienta, la nuez moscada y la canela, lo que refleja perfectamente el oficio de su autor. Gran parte del texto incluido en la esfera proviene de la época de Behaim, aunque luego se realizaron algunos añadidos.

Estado actual de conservación

Los mares del globo originalmente tenían un color azul claro. El envejecimiento y las múltiples restauraciones mal hechas llevaron a una imagen que ahora es difícil de leer con un mar de color gris oscurecido. Se puede ver cómo está actualmente en el vídeo y en el dibujo que aparece abajo, porque el resto de las imágenes se han mejorado para que se pueda apreciar la riqueza y belleza de la obra de Behaim.

Ballena_opt

Un dibujo actual del globo de Behaim, en el que se puede observar, además de la ballena, las naves y resto de figuras, el color oscuro del agua marina, producto del envejecimiento

El globo en 3D

Actualmente se encuentra depositado en la Biblioteca Nacional alemana, en Núremberg, y gracias al repositorio digital de otra Biblioteca Nacional, la de Francia, se puede ver el globo en color, mejorado y en 3 dimensiones.

En síntesis, es otra indudable joya de nuestro patrimonio naval, muy desconocida, estéticamente muy valorable y una fuente primaria básica, con importantes conocimientos históricos, geográficos, mitológicos, políticos y económicos de los inicios de la Edad Moderna.

Más información

MORRIS, J.G. Martin Behaim: The German Astronomer and Cosmographer of the Times of Columbus, Baltimore: Maryland Historical Society/John Murphy & Co., 1885.

NICKEL, H. The Seven Shields of Behaim: New Evidence. Metropolitan Museum Journal, 1995, 30, 29-51.

POHLE, J. Martin Behaim (Martinho da Boémia) e os Açores. Boletim do Núcleo Cultural da Horta, 2012, 21, p. 189-201.

RAVENSTEIN, E.G. Martin Behaim, his life and his globe. Londres, 1908.

Nota: Informamos a nuestros lectores que a partir de ahora las imágenes que aparecen en este blog, sobre las que se ha intervenido para mejorarlas, ampliarlas, eliminar ciertos desperfectos o que los detalles se puedan ver mejor, llevarán la marca de la Cátedra. Por supuesto se mantendrá al pie de página la fuente de la que se han extraído. Hemos tenido que hacer ésto porque varias webs y blogs han copiado literalmente las entradas, texto e imagen, sin citar adecuadamente el origen. A los miembros del equipo de esta bitácora nos supone mucho tiempo y esfuerzo la elaboración de cada una de las entradas semanales y no nos parece correcto que se copien, ni que se reproduzcan sin ni siquiera citar el blog del que se han copiado. Para facilitar las citas se añadirá, a partir de ahora, una forma internacional de referencia, la norma ISO 690, tanto para citar en papel como para las que sean digitales (en ambas sólo hay que añadir en qué fecha se ha consultado, cuyo formato aparece marcado en color rojo).

Cómo citar esta entrada

En papel

CHAÍN NAVARRO, Celia. La representación del mundo en 1492. Blog de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval, 26 de marzo de 2019. Disponible en: https://blogcatedranaval.com/2019/03/26/la-representacion-del-mundo-en-1492/ [Fecha de consulta:  día, mes y año]

En webs, blogs y resto de recursos virtuales

CHAÍN NAVARRO, Celia. La representación del mundo en 1492. Blog de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval, marzo de 2019 [Fecha de consulta:  día, mes y año]

 

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Sobre la importancia de la Orden de Malta en la Historia no es necesario insistir, porque es conocido su papel en la defensa de los intereses cristianos durante parte de la Edad Media y la Moderna. Sus enfrentamientos por el Mediterráneo con embarcaciones musulmanas fueron casi constantes. En esta entrada vamos a reseñar un tema muy poco tratado, como es el lugar de privilegio que se les otorgaba a las galeras de esta orden militar en las fuerzas combinadas, así como los saludos y honores que debían recibir.

localización Malta en le mapa mundi

Malta en el mapa. Fuente

El estandarte

Los estandartes en estas naves de guerra eran muy importantes, ya que definían y representaban el poder del monarca, príncipe o gobernante. Tenían un lugar preeminente y debían estar siempre protegidos. Cuando se iba a dar una acción naval conjunta, la galera que abría la formación era la del país que la lideraba. A su derecha e izquierda se situaban las de la naciones aliadas.

El pabellón de la orden de Malta

Existía una prerrogativa que consistía en que el estandarte de las galeras de la Orden de Malta debía llevar siempre un lugar de honor detrás del monarca que lideraba el enfrentamiento (aunque existía una excepción, que se producía cuando el Papa participaba, entonces su pabellón debía ir siempre el segundo, es decir a la derecha).

Así, ha quedado constancia de que en 1535, en la toma de Túnez, abanderada por el rey Carlos V, llevaba a su derecha el estandarte del Papa y a la izquierda la Orden de Malta, teniendo que dejar su puesto principal la de Génova. Tres años después, el genovés Andrea Doria tuvo que situar a su derecha a la orden de Malta y a su izquierda el de Sicilia. Otro tanto sucedió en años posteriores.

En 1577 en la batalla de Lepanto, cuando Juan de Austria quiso otorgarles preferencia a los príncipes de Urbino y de Parma, fueron los generales de la Orden de Malta los que reclamaron el lugar que según órdenes reales les correspondía. En esta ocasión hasta el Pape Pío VI tuvo que intervenir. En el socorro de la Goleta ocurrió una situación similar, teniendo que ser Juan de Austria el que solicitara a la capitana de Génova que cediera su lugar a la de Malta.

Precisamente debido a los servicios prestados, Felipe III ordenó en 1611 de manera ferviente que la capitana y estandarte de las galeras de San Juan (las de Malta), cuando estaban en la flota a su servicio, debían preceder, es decir ir por delante, de las de Génova.

«Ordeno y mando a mi general de la mar (…) que [cuando] de mi orden se juntaren y a todos mis capitanes generales de mis escuadras en España, Nápoles, Sicilia y Génova (…) que siempre que se ofrezca el caso y no concurran con mi galera o cualquiera de mis capitanes y estandartes, siendo requeridas por mi cédula (…) den la real y verdadera posesión de su precedencia a la capitana y estandarte de la Religión de San Juan».

Recordamos que el rey de España contaba con diversas flotas de galeras, y que evidentemente el primer lugar estaba asignado a su nave, y tras ella, si iban en misión real, debían darle paso a la de Malta. Esta real orden supuso que la flota de Génova tenía que ceder su puesto a las de la Orden, lo que generó descontento, que quedó plasmado en un documento en el que Andrea Doria exponía lo que consideraba como un agravio («Razones que dió la República de Genóva para pretender que se le hizo agravio, en la declaración que hizo Su Magestad de que la galera capitana de la religión de Malta aya de preceder a la galera capitana de la República de Génova»).

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Detalle del asedio al fuerte de San Elmo en Malta en 1565, por parte de la flota turca. Fuente: Gallica.

Los enfrentamientos por la preponderancia

No era ésta, ni mucho menos, la primera vez que había ocurrido, tanto con la flota del rey español como con la del Papa o de otros monarcas cristianos. Así, en 1622 Felipe IV revocó lo dispuesto y dio prioridad a la República de Génova. En la Chancillería de la Orden podemos encontrar testimonios de diversos conflictos generados por esta prioridad que ésta recibía, y que aparecen firmados por diversos monarcas españoles refrendándola.

Podemos ilustrar un caso en el puerto de Nápoles, a mitad del siglo XVII. En la figura superior vemos, a la derecha, la Capitana de la Escuadra española de Galeras de Nápoles, con un fanal y dos fanaletes, barnizada de negro. En el centro, y vista desde popa, la Capitana de la Escuadra de Galeras del Papa, también de negro, con un fanal y detrás la tiara y las dos llaves cruzadas, en oro y plata. Por la proa de la galera papalina aparece la Capitana de la Escuadra de Galeras de Malta, barnizada de negro, con un fanal y detrás la cruz de la Orden.

Otro país que se distinguía por su consideración hacia las galeras maltesas era la República de Venecia, ya que siempre concedía el lugar de la derecha a éstas.

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Detalle de la portada de un documento de 4 h. en el que se narra la victoria conseguida por esta Orden. Fue publicado en Barcelona, en el año 1700. Colección particular.

Saludos

En cuanto a saludos y honores, el rey Carlos III en 1784 emitió un decreto especificando cómo debían ser éstos:

«…que siempre que dichas galeras se encuentren con navíos o otros buques de la Armada católica, tenga el estandarte de la Religión la distinción particular de que (con la excepción de la insignia del Capitán General de la Armada española) todas las demás insignias le saluden primero con trece cañonazos, respondiendo a la de Teniente General con cuatro, al de Jefe de Escuadra con tres…».

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El Capitán General de las galeras de Malta. Fuente: Biblioteca Pública de Nueva York

Todos estos honores se le rendían y mantenían por su labor en defensa de los intereses de los monarcas católicos, lo que a menudo suponía quitar la preferencia a príncipes como Andrea Doria o a generales de otras escuadras aliadas de España, con los problemas que ello solía ocasionar. De cualquier forma, casi siempre se resolvieron a su favor, lo que les permitió disfrutar durante siglos de estos privilegios.

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Galera capitana de Malta en la batalla de Lepanto. Fuente: Gallica

Más información

FONDEVILA, SILVA, P. Las galeras de Malta en la segunda mitad del siglo XVIIIRevista de Historia Naval, 2011, Monográfico nº 63, p. 41-70. 

LASSO DE LA VEGA, A. Las galeras de la religión de San Juan o de Malta. Madrid, 1893. También está disponible en la Biblioteca Virtual de Andalucía (texto)

REY Y CABIESES, A. Emblemática y uniformidad de la Orden de Malta. En: ALVARADO PLANES, J.  et al.  La Orden de Malta en España (1113-2013). Madrid: Sanz y Torres, 2015, p. 665-736.

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