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¿Vivió el megalodón en estas aguas?

Sí a ambos. El mar estaba situado en la actual llanura central europea. La gran masa de agua se generó en las primeras épocas de formación de la Tierra como consecuencia de la desaparición progresiva del Océano Tetis. En concreto, de lo que quedó de éste, el llamado Paratetis.

El Paratetis se terminó cerrando al dejar de tener conexiones con el mar y, tras siglos, generó distintas cuencas hidrográficas, entre las que se hallaba el extinto mar de Panonia. Otras masas de agua que hoy todavía se mantienen fueron el mar Negro, el Caspio y el de Aral, como se puede ver en las imágenes superior e inferior.

Paratetis en el mioceno tardío.jpg

La desaparición de Paratetis transformó ambientes marinos abiertos en sistemas deltáicos lacustres y condujo a fases alternas de desecación e inundación. De él surgió el mar de Panonia, que con los siglos se transformó en el lago Pannon.

Mar de Panonia

De la formación de este mar tenemos noticias hace unos 10 millones de años. Es la cuenca que aparece en la imagen anterior a la izquierda. Cubría la mayor parte de los actuales países de Hungría, Croacia, partes de Serbia, Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Eslovaquia, Chequia, Austria, Rumania e incluso llegaba a Ucrania.

panonian-rough

El mar de Panonia. Fuente

El mar de Panonia desapareció, pero quedan restos visibles en la región, como fósiles y otras pistas geológicas, que nos cuentan la historia de un mar perdido hace mucho tiempo, que alguna vez ocupó gran parte de Europa Central. Era relativamente poco profundo, ya que nunca excedió los 1000 metros, con un área aproximada de unos 200,000 kilómetros cuadrados.

Restos Mar de Panonia

Algunos de los fósiles encontrados. Fuente

Los restos del mar existen hoy en lo que se conoce como la cuenca de Panonia, situada en el centro de Hungría. También hay inmensas dunas en algunas zonas de la antigua extensión marítima.

Aquí vivió el megalodón

El museo del Mar de Panonia informa que en estas aguas existió durante el Mioceno ese cetáceo inmenso conocido como megalodón, uno de los depredadores más temidos en los mares, el tiburón más grande. Podían medir entre 16 y 18 metros de largo y probablemente pesaban 100 toneladas. Parece que en tiempos remotos habitó en la mayoría de los mares del planeta. En Hungría se han encontrado enormes dientes de este animal en varios lugares.

Poco a poco, al perder la conexión con el Mediterráneo sus aguas fueron dejando de ser saladas hasta convertirse, con el paso de muchos siglos, en una extensión salobre que se denominó lago Pannon, hoy también desaparecido.

El lago Pannon

Estaba situado en la cuenca panónica de Europa central y oriental. Existió como tal hace entre 8 y 4 millones de años (Geary 2000).  La historia física de este lago está estudiada y la parte que más se conoce es la de la fauna marina que vivió en él.

Lago Pannon según Neubauer (2016)

El lago albergaba una espectacular malacofauna endémica, que incluía más de 900 especies descritas y muchos géneros endémicos. Había multitud de bivalvos y de gasterópodos.

Pikik 2007

El Lago Pannon en su máxima extensión según Pipík (2007).

Cubría la cuenca de Panonia (Hungría) durante el Mioceno tardío, tenía un fondo complejo, formado por subcuencas más profundas, pero también distintas alturas, que a veces emergían sobre el nivel del lago, a modo de islas y penínsulas. Al excavar el fondo lacustre se han encontrado multitud de fósiles.

fosiles pannon

Tipos de fósiles hallados en la cuenca

Para finalizar

Sí que hubo un gran mar en la mitad central europea. Inicialmente fue el Paratesis, que luego con los siglos se convirtió en el Mar de Panonia. Tras millones de años, debido a los aportes de los grandes ríos europeos y a que se quedó aislado del Mediterráneo, se terminó convirtiendo en una superficie lacustre. Existen fósiles que atestiguan que el mayor depredador marino de todos los tiempos (el pariente gigante del actual tiburón blanco) nadaba en las aguas del mar de Panonia. Todo un hallazgo.

Más información

BUDAI, Soma, et al. Interplay of sediment supply and lake-level changes on the margin of an intrabasinal basement high in the Late Miocene Lake Pannon (Mecsek Mts., Hungary). International Journal of Earth Sciences, 2019, 108, 6, p. 2001-2019.

GEARY, D. H.; MAGYAR, I. & MÜLLER, P. Ancient Lake Pannon and its endemic molluscan fauna (Central Europe; mio-pliocene). Advances in Ecological Research, 2000, 31, p. 463-482.

KÁZMÉR, Miklós. Birth, life and death of the Pannonian LakePalaeogeography, palaeoclimatology, palaeoecology, 1990, 79, 1-2, p. 171-188.

KRIJGSMAN, W.  The evolution of Paratethys: the lost sea of Central Eurasia. Proyecto de investigación (2011-2017). Universidad de Utrecht. 

MÜLLER, P., GEARY, D. H. & MAGYAR, I. The endemic molluscs of the Late Miocene Lake Pannon: their origin, evolution and family-level taxonomy. Lethaia, 1999, 32, p. 47–60.

NEUBAUER, Thomas A., et al. Evolution, turnovers and spatial variation of the gastropod fauna of the late Miocene biodiversity hotspot Lake PannonPalaeogeography, palaeoclimatology, palaeoecology, 2016, 442, p. 84-95.

PEZELJ, Durdica; MANDIC, Oleg & CORIC, Stjepan. Paleoenvironmental dynamics in the southern Pannonian Basin during initial Middle Miocene marine flooding. Geologica Carpathica, 2013, 64, 1, p. 81-100.

SACCHI, M. & HORVÁTH, F. Towards a new time scale for the Upper Miocene continental series of the Pannonian basin (Central Paratethys)EGU Stephan Mueller Special Publication Series, 2002,  3, p. 79-94.

SCHWEITZER, Ferenc. Drainage network development in the Pannonian Basin. Hungarian Geographical Bulletin, 2015, 64, 2,  p. 101-120.

PIPÍK, R. Phylogeny, palaeoecology, and invasion of non−marine waters by the late Miocene hemicytherid ostracod Tyrrhenocythere from Lake Pannon. Acta Palaeontologica Polonica, 2007,  52, 2, p.  351–368.

TIMEA, Kis. Ruzsa természeti földrajza. Sulinet News, s.f.

VASILIEV, Iuliana, et al. The age of the Sarmatian–Pannonian transition in the Transylvanian Basin (Central Paratethys). Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 2010, 297, 1, p. 54-69.

Nota: aunque hay mucha bibliografía, treméndamente especializada, la información más general sobre este mar es poca, y en los artículos que citamos hay datos científicos de interés.

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En nuestro mundo actual existen lugares que son como laboratorios naturales, que sirven a los científicos para conocer qué pasó en tiempos muy remotos o cómo va a evolucionar el planeta en los próximos milenios. Además, de sus recursos se están extrayendo elementos que pueden paliar y curar ciertas dolencias. Muchos de estos parajes son de naturaleza acuática, y dado el desconocimiento que existe sobre este medio, del que algunos investigadores sostienen que apenas conocemos el 5%, es muy recomendable saber más de estos espacios.

Uno de ellos es el lago Baikal, en Rusia, que durante millones de años ha facilitado la vida a los pobladores de sus orillas, ha proporcionado alimento y curas para ciertas enfermedades, y se convertía en vía de comunicación cuando se helaba. Ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1996.

Hoy la Ciencia tiene una deuda con esta extensión de agua dulce, que permite entender cómo fue la vida hace milenios, pero que también está proporcionando datos sobre cómo se formaron los océanos y parece que también es el embrión de uno nuevo.

El Lago Baikal

Este gran lago está ubicado en un lugar remoto de Rusia, cerca de Mongolia, en el sureste de Siberia y mide unas 3.15 millones de hectáreas. Tiene varios récords, como el de ser el más antiguo (25 millones de años) y el más profundo del mundo (alcanza los 1.637 m.). Su lecho está cubierto de sedimentos acumulados durante todo este tiempo, por lo que se calcula que tiene una capa de un espesor cercano a los 7 kilómetros.

Comparación de la profundidad de tres grandes lagos

Contiene el 20% de la reserva total de agua dulce no congelada del mundo. En invierno se convierte en una llanura blanca moteada de espectaculares montículos de hielo, cuya transparencia insólita se debe a la pureza de sus aguas.

Tiene una de las faunas más ricas e inusuales de la Tierra, debido a su edad y al aislamiento geográfico. Alberga 848 especies únicas de animales que no se pueden encontrar en ningún otro lugar.

Foca del Lago Baikal (Pusa sibirica) llamada también nerpa. Fuente.

Ha sido considerado un lugar sagrado y, de hecho, aún se pueden hallar en sus orillas algunas de las tallas que ciertas tribus levantaron allí. Entre las divinidades vinculadas con el agua destaca Uha Loson (o Usan Khan), el señor de los espíritus del lago (Sarengerel, 2000).

Golomianka (Comephorus). Este pez habita en el lago Baikal, tiene una piel transparente, sin escamas ni vejiga natatoria. Fuente.

La Ciencia estudia el lago Baikal

Una de sus ventajas, especialmente para quienes viven cerca, es que el agua es tan transparente y posee tanta calidad que se considera potable gracias a la concienzuda limpieza que efectúan los microorganismos que habitan en ella (incluso se estudia el uso de algunos de ellos para limpiar derrames de petróleo en otras aguas). Hay un pequeño cangrejo llamado epishura que filtra el agua a través de su organismo y contribuye a mejorar la calidad de ésta. De hecho, se puede ver el fondo a 50 metros de profundidad.

Además de la riqueza biológica, que es de un valor excepcional para la ciencia evolutiva, se sabe que su agua tiene propiedades curativas, y de hecho todavía hoy se usa para algunos tratamientos de salud.

El lago también resulta apropiado para capturar neutrinos, unas partículas muy esquivas que pueden suministrar datos de la estructura del espacio y de lo que sucede en otras galaxias, así como en la nuestra. Por ello se ha instalado en él un inmenso telescopio.

Está naciendo un nuevo océano

Pero el lago Baikal no es sólo importante por sus cristalinas y medicinales aguas y su riqueza biológica para estudiar el pasado, o para conseguir remedios para recobrar la salud, sino que recientes estudios de científicos rusos parecen mostrar que su crecimiento anual es la prueba de que se está formando un nuevo océano en su fondo.

El geólogo Dr. Sergey Krivonogov ha coordinado un importante estudio sobre la región, y concluyó que Baikal es un océano embrionario. Aunque admite que todavía faltan análisis, tras revisar los procesos tectónicos acaecidos en los últimos 700.000 años en la placa terrestre donde se asienta el Baikal, se ha comprobado que las orillas del lago se separan unos 2 milímetros al año, mientras que las montañas circundantes aumentan cada año entre 5 y 6 milímetros, lo que hace pensar que se está formando un océano y que, sino hay variaciones, éste emergerá dentro de unos millones de años.

Mare Baikal

Lago Baikal en un mapa del s. XVIII. Fuente: Biblioteca Nacional de España

Así que esta extensión de agua que ya ostenta varios records (la más grande, la más profunda y la más antigua), parece ser que también es el origen del futuro océano que en unos cientos de  miles de años va a surgir.

Más información

COSTLOW, J. & ROSENHOLM, A. Meanings and Values of Water in Russian Culture. London: Routledge, 2016.

Lake Baikal to become a new ocean – but not for 20 million years, say scientists. The Siberian Times, 2017.

The Old Man or The Sea. Volcano Cafe, 2016.

Video. 2′

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