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Archive for the ‘– Lagos’ Category

Un pueblo prehispánico, los muiscas, que habitó en el territorio de la actual Colombia entre los años 600 y 1600, nos ha dejado una importante herencia patrimonial que revela sus conocimientos acerca de la navegación lacustre, así como su interés por los cauces de agua y el medio natural que los rodea.

Vivieron en asentamientos dispersos situados en los valles de las altas llanuras andinas. Eran agricultores y pescadores, pero también grandes artesanos, entre los que destacan los orfebres y las tejedoras. Sus productos eran objeto de intercambio con otros pueblos cercanos.

Una muestra de la orfebrería muisca: cuentas en forma de pez para un collar

Adoraban al sol y tenían una reverencia especial por los objetos y lugares sagrados como rocas, cuevas, ríos y lagunas. En estos sitios, considerados portales a otros mundos, dejaban ofrendas votivas (tunjos). Para llegar al centro de los lagos, especialmente cuando eran lo suficientemente grandes, construían pequeñas embarcaciones rituales, algunas de las cuales llegaron a hacer en miniatura para convertirlas en ofrendas. Este importante legado artístico, ligado con su magnífico trabajo de orfebrería, ha permitido que sobrevivieran dos extraordinarias embarcaciones en miniatura fabricadas con una aleación de oro.

Ceremonias de «investidura»

Entre los muiscas se llevaban a cabo multitud de ceremonias en lagunas y otros cauces de agua. De ellas la más conocida, porque contamos con relatos de los primeros cronistas españoles que llegaron allí, es la de la laguna de Guatavita. Esta tenía lugar para confirmar el nombramiento de un nuevo cacique, que primero era cubierto de polvo de oro y luego se subía a una embarcación, junto a otros notables, y eran llevados al centro de la laguna. Allí saltaba a las aguas, en un acto de limpieza y renovación ritual. Durante la ceremonia, sus súbditos también lanzaban al lago objetos de oro y esmeraldas.

Laguna de Guatavita (Colombia)

Esta historia supuso para los españoles recién llegados una confirmación de algo que habían oído, la existencia de una ciudad de oro, el Dorado. Así, con el paso del tiempo, se ha asimilado la ceremonia muisca con esta leyenda. Sin embargo, para este pueblo prehispánico, el oro no se usaba como moneda, sino como un medio artístico con el que crear exquisitas joyas, así como pectorales, tocados, aretes y narigueras. 

La balsa de Guatavita

En el siglo XX se encontró una pequeña joya de orfebrería muisca, con forma de balsa, en la que iban varios tripulantes. Se trata de una ofrenda votiva, posiblemente vinculada con la investidura de un nuevo cacique. Presenta una escena tridimensional bastante compleja, que está llena de detalles. Mide tan solo 19,5 cm de largo por 10,1 de ancho y 10,2 de alto. Pesa menos de 260 gramos.

Sobre el centro de la balsa se encuentra un personaje de gran importancia y tamaño destacado: el cacique, que lleva muchos adornos, como diadema y nariguera, y está rodeado por otros diez de menor tamaño. Algunos portan poporos (instrumento ritual), los del frente llevan dos máscaras de jaguar y en sus manos tienen unas maracas de chamán. Es posible que los más pequeños, que están al borde de la balsa, sean los remeros.

El ritual en la laguna de Guatavita sobre la ceremonia de investidura del sucesor del cacicazgo, conocida como ceremonia de El Dorado, aparece contado en las crónicas españolas. La descripción más conocida es la de Juan Rodríguez Freyle, que añadimos detrás de la bibliografía, a modo de anexo.

Cómo se hizo

La balsa se fundió en una sola pieza utilizando la técnica de la cera perdida en un molde de arcilla. Primero se hizo el molde en cera, luego se llenó de metal y, una vez solidificado, fue vaciado en una sola operación, sin partes o soldaduras. El metal es una aleación de oro, plata nativa y cobre. Es difícil determinar la época de su fabricación, que puede estar entre los siglos XIII y XVI.

Dónde se encontró

Se encontró, junto con otros objetos, en la cueva de una montaña en Pasca, al sur del territorio muisca. Estaba dentro de un recipiente de cerámica con forma de un hombre sentado, con los codos apoyados en las rodillas y la mano en la barbilla.

Recipiente de cerámica que contenía la balsa de Guatavita, junto a otras ofrendas

Como parte de la misma ofrenda se hallaron, además de la balsa, varias piezas: un recipiente y un poporo, un fragmento del cráneo de un felino y otro objeto de orfebrería. Este tenía una figura semejante al cacique de la balsa, junto a dos personajes de menor tamaño, que llevan los gorros con aletas rectangulares que entre los muiscas se usaban como marcadores de prestigio.

Este objeto formaba parte de la ofrenda en la que iba la balsa de Guatavita

Actualmente se conserva en el Museo del Oro del Banco de la República, en Bogotá (Colombia).

La balsa de Siecha

Previa a ella se había hallado, en el siglo XIX, otra balsa similar en la laguna de Siecha, también en Colombia. Esta era circular, medía 17 cm de diámetro y 7 de altura, y tenía un peso de 270 gramos. El cacique iba acompañado de 9 personajes y los adornos eran diferentes.

Desgraciadamente esta balsa circular se quemó en un incendio, con lo que actualmente sólo contamos con la de Guatavita.

Para acabar

Esta pequeña balsa de oro con once tripulantes, una joya de la cultura muisca, se ha convertido hoy en un símbolo de Colombia. Forma parte, además, del Patrimonio Marítimo de toda la humanidad.

Más información

Balsa muisca. Banrepcultural. 2023.

ESPINOZA, M. y GÓMEZ, L.E. Guatavita, un encantamiento de agua, oro, tierra y vientos. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 2000.

FREEMAN, Agustín. La balsa de oro. Buenos Aires: Ed. Molino, 1946.

GIRALDO DE PUECH, Mª de la Luz & CALVI, Gian. Así éramos los Muiscas. Bogotá: Banco de la República, Fundación de Investigaciones Arqueológicas, 1986. [Cuento infantil].

LANGEBAEK, Carl Henrik. Los muiscas. Bogotá: Ed. Debate, 2019.

LLERAS PÉREZ, Roberto. La trágica historia de la otra balsa muisca: objetos en el pasado, símbolos en el presente. Boletín de Historia y Antigüedades, 2009, 96, 845, p. 353-368.

MONTOYA MARÍN, Jhon Adrián, et al. El camino del Guatavita: El dibujo contemporáneo como herramienta para rescatar y enaltecer el patrimonio cultural del pueblo muisca. Trabajo Fin de Grado presentado en la Universidad de Granada, 2021.

QUINTERO GUZMÁN, Juan Pablo. El ritual en la laguna de Guatavita, Cundinamarca, Colombia. Aproximación arqueológica a una sitio de ofrenda muiscaLos centros políticos ceremoniales o las ciudades. Conceptualizando las dinámicas del poder, la jerarquía y el manejo del espacio en la América Prehispánica. Congreso Internacional de Americanistas, 2012. Lima: Amaruquipus editores, 2012, p. 109-130.

SCHRIMP, R., et al. Balsa muisca  (años 700 – 1600 d. C.) del Museo del Oro. Bogotá: Banco de la República, 1990.

SERNA, Mercedes. Los mitos de los tayronas, los chibchas o muiscas y sus analogías con los europeos o asiáticos. Mito, palabra e historia en la tradición literaria latinoamericana, 2013, p. 57-69.

Anexo: Descripción adaptada de la crónica que narra el ceremonial de la laguna de Guatavita.

“Era costumbre entre estos naturales, que el que había de ser sucesor y heredero del señorío o cacicazgo de su tío, a quien heredaba, había de ayunar…, metido en una cueva…, y que en todo este tiempo no había de tener parte con mujeres, ni comer carne, sal, ni ají, y otras cosas que les vedaban…

Y cumplido este ayuno tomaban posesión del cacicazgo o señorío, y la primera jornada que habían de hacer era ir a la gran laguna de Guatavita. La ceremonia se hacía una gran balsa de juncos, adornada; con cuatro braseros encendidos para quemar mucho moque y trementina con otros muchos y diversos perfumes. Estaba a este tiempo toda la laguna en redondo, con ser muy grande y hondable, de tal manera que puede navegar en ella un navío de alto bordo; la cual es toda coronada de infinidad de indios e indias, con mucha plumería, chagualas y coronas de oro, con infinitos fuegos a la redonda, y luego que en la balsa comenzaba el sahumerio, lo encendían en tierra, de tal manera, que el humo impedía la luz del día.

A este tiempo desnudaban al heredero y lo untaban con una tierra pegajosa y le espolvoreaban con oro en polvo y molido, de tal manera que iba cubierto todo de este metal. Metíanle en la balsa, en la cual iba parado, y a los pies le ponían un gran montón de oro y esmeraldas para que ofreciese a su dios. Entraban con él en la balsa cuatro caciques, los más principales, sus sujetos muy aderezados de plumería, coronas de oro, brazales y chagualas y orejeras de oro, también desnudos y cada cual llevaba su ofrecimiento. En partiendo la balsa de tierra comenzaban los instrumentos, cornetas, fotutos y otros instrumentos, y con esto una gran vocería que atronaba montes y valles, y duraba hasta que la balsa llegaba al medio de la laguna, de donde, con una bandera, se hacía señal para el silencio.

Hacía el indio dorado su ofrecimiento, echando todo el oro que llevaba a los pies en el medio de la laguna, y los demás caciques que iban con él y le acompañaban, hacían lo propio; lo cual acabado, abatían la bandera, que en todo el tiempo que gastaban en el ofrecimiento la tenían levantada, y partiendo la balsa a tierra comenzaba la grita, gaitas y fotutos con muy largos corros de bailes y danzas a su modo; con esta ceremonia recibían al nuevo electo por señor y príncipe” (Adaptado de Rodríguez Freyle, El Carnero, escrito en el año 1636. La edición utilizada es la que lleva notas explicativas del Dr. Miguel Aguilera. Medellín: Bedout, 1973, p. 65-66). [Existe una edición digitalizada publicada en Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1979. La crónica de esta leyenda aparece en p. 18 y 19].

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Fue un importante y antiguo lago situado en la costa este del Pacífico, entre los Estados Unidos y México. Hoy es un desierto, pero todavía son visibles los restos geológicos y arqueológicos de lo que antaño fue. 

Localización del antiguo lago Cahuilla. Fuente: Gobalet, 2000

La formación del lago

Se formó cuando la cuenca salida del río Colorado varió de dirección y, en lugar de dirigirse hacia el antiguo mar de Cortés (hoy golfo de California), cambió su rumbo a la izquierda, hacia una cuenca que tenía una gran profundidad, de casi 80 metros. En su máxima extensión llegó a tener 180 km de largo y 50 km de ancho. Su cuenca contaba con una superficie de unos 5.500 km2 y un perímetro de más de 400 km de costa. Según las pruebas de radiocarbono realizadas en huesos de pescado allí hallados, el lago Cahuilla existía desde antes del año 1200.

Recibe su nombre del pueblo aborigen que allí vivía. En él pescaban y recogían plantas acuáticas como el carrizo, los juncos o la espadaña (imagen inferior).

En sus inicios se formó un lago interno con agua salobre, mezcla de la del río con la del mar, pero con el tiempo casi todo era de agua dulce. El caudal fluvial en ciertas épocas descargaba al lago y en otras al golfo de California, por lo que el nivel lacustre subía o bajaba indistintamente. El flujo de agua variaba mucho, según la cantidad y duración de las avenidas. Con el paso del tiempo, el fondo del lago se fue elevando por la acumulación de sedimentos, hasta que el agua terminó saliendo hacia el golfo. Estas condiciones continuaron durante siglos, lo que es fácil de apreciar al ver todavía conchas de moluscos de agua dulce, tanto en el suelo como en las incrustaciones en los sedimentos arcillosos.

Casi todos los restos biológicos encontrados son del pez charalito elegante (Gila elegans), en la imagen inferior de la izquierda, y el matalote jorobado (Xyrauchen texanus), a la derecha. Otros que también vivían en el lago eran la lisa, Mugil cephalus y Elops affinis.

Gruposhumanos que habitaban en sus orillas

En sus costas se encontraban grupos que vivían de la pesca y captura de moluscos, pero cuando el lago se secó ya no pudieron sobrevivir y solo quedaron sus vestigios. Aparte de la tribu que le dio nombre, también estaba poblada por los kumiai y los cucapás.

Retrato de un cucapá. Fuente

Estos pueblos construían unas trampas para peces de roca que estaban formadas por paredes semi-circulares hechas con piedras, con forma de «v» o de «u». Estos artefactos, en algunos casos, ocupaban superficies de varios centenares de metros cuadrados. Se han hallado restos materiales de esta técnica en las orillas de la costa antigua, pero todavía no están muy claros ni su uso, ni su estructura completa (en la imagen inferior izquierda se puede ver a un investigador descubriendo una de ellas). Los pescadores las situaban en las zonas del lago que se mantenían con agua, por lo que poco a poco, y al ritmo en el que este se secaba, fueron desapareciendo.

Los cucapás usaron este tipo de trampas en otros lugares ribereños, haciendo uso de tallos de plantas como el carrizo (similar a las de la imagen superior de la derecha). Con la marea alta, al subir las aguas y con ellas los peces, éstos entraban por las puertas y podían ser atrapados, cerrándolas con redes o cercos del mismo material.

Se desecó

Sin embargo, en una época indeterminada el río dejó de aportar agua y poco a poco el lago se fue secando. No tenemos, por ahora, fechas de cuándo pasó a ser sólo una cuenca seca.

En 1905, por un error humano en la construcción de unos diques, una crecida del río Colorado desvió su curso hacia el valle antes ocupado por el Cahuilla, formando el lago Salton (Salton Sea) que cubre aproximadamente la sexta parte de la cuenca original. Durante las décadas siguientes el lago aumentó de tamaño por los aportes de agua procedentes de las nuevas tierras cultivadas. En la actualidad tiene aproximadamente unos 50 km de longitud y 13 metros de profundidad máxima.

Pesca tradicional por parte del pueblo cucapá. Fuente

Para acabar

La superficie del lago Salton está a 70 metros por debajo del nivel del mar, porque ocupa un valle previo dejado por el lago anterior, que, además, está situado en plena falla de San Andrés.

A pesar de su desaparición, la memoria del Cahuilla ha quedado grabada en los depósitos de sal, en los restos arqueológicos y en los relatos de los nativos. Un importante patrimonio marítimo lacustre que debemos conocer y apreciar.

Más información

COCKERELL, T. D. A. The Age of Lake Cahuilla. Science, 1946, 103, 2669, p. 235.

GOBALET, Kenneth W. & WAKE, Thomas A. Archaeological and paleontological fish remains from the Salton Basin, Southern California. The Southwestern Naturalist, 2000, p. 514-520.

PHUKAN, Anjali, et al. Shorelines in the Desert: Mapping Fish Trap Features along the Southwest Coast of Ancient Lake Cahuilla, California. Advances in Archaeological Practice, 2019, 7, 4, p. 325-336.

ROCKWELL, Thomas K., et al. The late Holocene history of Lake Cahuilla: Two thousand years of repeated fillings within the Salton Trough, Imperial Valley, CaliforniaQuaternary Science Reviews, 2022, 282, p. 107456.

SCHNEIDER, Joan S., et al. On the Shores of Silver Lake, Mojave Desert, California: Late Holocene Shoreline Features and Functional Hypotheses. California Archaeology, 2017, 9, 2, p. 259-291.

WATERS, Michael Richard. Lake Cahuilla: late quaternary lacustrine history of the Salton Trough, California. Trabajo Fin de Máster. Universidad de California, 1980.

WHITE, Eric S. & ROTH, Barbara J. Fish traps on ancient shores: Exploring the function of Lake Cahuilla fish traps. Journal of California and Great Basin Anthropology, 2009, p. 183-194.

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¿Vivió el megalodón en estas aguas?

Sí a ambos. El mar estaba situado en la actual llanura central europea. La gran masa de agua se generó en las primeras épocas de formación de la Tierra como consecuencia de la desaparición progresiva del Océano Tetis. En concreto, de lo que quedó de éste, el llamado Paratetis.

El Paratetis se terminó cerrando al dejar de tener conexiones con el mar y, tras siglos, generó distintas cuencas hidrográficas, entre las que se hallaba el extinto mar de Panonia. Otras masas de agua que hoy todavía se mantienen fueron el mar Negro, el Caspio y el de Aral, como se puede ver en las imágenes superior e inferior.

Paratetis en el mioceno tardío.jpg

La desaparición de Paratetis transformó ambientes marinos abiertos en sistemas deltáicos lacustres y condujo a fases alternas de desecación e inundación. De él surgió el mar de Panonia, que con los siglos se transformó en el lago Pannon.

Mar de Panonia

De la formación de este mar tenemos noticias hace unos 10 millones de años. Es la cuenca que aparece en la imagen anterior a la izquierda. Cubría la mayor parte de los actuales países de Hungría, Croacia, partes de Serbia, Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Eslovaquia, Chequia, Austria, Rumania e incluso llegaba a Ucrania.

panonian-rough

El mar de Panonia. Fuente

El mar de Panonia desapareció, pero quedan restos visibles en la región, como fósiles y otras pistas geológicas, que nos cuentan la historia de un mar perdido hace mucho tiempo, que alguna vez ocupó gran parte de Europa Central. Era relativamente poco profundo, ya que nunca excedió los 1000 metros, con un área aproximada de unos 200,000 kilómetros cuadrados.

Restos Mar de Panonia

Algunos de los fósiles encontrados. Fuente

Los restos del mar existen hoy en lo que se conoce como la cuenca de Panonia, situada en el centro de Hungría. También hay inmensas dunas en algunas zonas de la antigua extensión marítima.

Aquí vivió el megalodón

El museo del Mar de Panonia informa que en estas aguas existió durante el Mioceno ese cetáceo inmenso conocido como megalodón, uno de los depredadores más temidos en los mares, el tiburón más grande. Podían medir entre 16 y 18 metros de largo y probablemente pesaban 100 toneladas. Parece que en tiempos remotos habitó en la mayoría de los mares del planeta. En Hungría se han encontrado enormes dientes de este animal en varios lugares.

Poco a poco, al perder la conexión con el Mediterráneo sus aguas fueron dejando de ser saladas hasta convertirse, con el paso de muchos siglos, en una extensión salobre que se denominó lago Pannon, hoy también desaparecido.

El lago Pannon

Estaba situado en la cuenca panónica de Europa central y oriental. Existió como tal hace entre 8 y 4 millones de años (Geary 2000).  La historia física de este lago está estudiada y la parte que más se conoce es la de la fauna marina que vivió en él.

Lago Pannon según Neubauer (2016)

El lago albergaba una espectacular malacofauna endémica, que incluía más de 900 especies descritas y muchos géneros endémicos. Había multitud de bivalvos y de gasterópodos.

Pikik 2007

El Lago Pannon en su máxima extensión según Pipík (2007).

Cubría la cuenca de Panonia (Hungría) durante el Mioceno tardío, tenía un fondo complejo, formado por subcuencas más profundas, pero también distintas alturas, que a veces emergían sobre el nivel del lago, a modo de islas y penínsulas. Al excavar el fondo lacustre se han encontrado multitud de fósiles.

fosiles pannon

Tipos de fósiles hallados en la cuenca

Para finalizar

Sí que hubo un gran mar en la mitad central europea. Inicialmente fue el Paratesis, que luego con los siglos se convirtió en el Mar de Panonia. Tras millones de años, debido a los aportes de los grandes ríos europeos y a que se quedó aislado del Mediterráneo, se terminó convirtiendo en una superficie lacustre. Existen fósiles que atestiguan que el mayor depredador marino de todos los tiempos (el pariente gigante del actual tiburón blanco) nadaba en las aguas del mar de Panonia. Todo un hallazgo.

Más información

BUDAI, Soma, et al. Interplay of sediment supply and lake-level changes on the margin of an intrabasinal basement high in the Late Miocene Lake Pannon (Mecsek Mts., Hungary). International Journal of Earth Sciences, 2019, 108, 6, p. 2001-2019.

GEARY, D. H.; MAGYAR, I. & MÜLLER, P. Ancient Lake Pannon and its endemic molluscan fauna (Central Europe; mio-pliocene). Advances in Ecological Research, 2000, 31, p. 463-482.

KÁZMÉR, Miklós. Birth, life and death of the Pannonian LakePalaeogeography, palaeoclimatology, palaeoecology, 1990, 79, 1-2, p. 171-188.

KRIJGSMAN, W.  The evolution of Paratethys: the lost sea of Central Eurasia. Proyecto de investigación (2011-2017). Universidad de Utrecht. 

MÜLLER, P., GEARY, D. H. & MAGYAR, I. The endemic molluscs of the Late Miocene Lake Pannon: their origin, evolution and family-level taxonomy. Lethaia, 1999, 32, p. 47–60.

NEUBAUER, Thomas A., et al. Evolution, turnovers and spatial variation of the gastropod fauna of the late Miocene biodiversity hotspot Lake PannonPalaeogeography, palaeoclimatology, palaeoecology, 2016, 442, p. 84-95.

PEZELJ, Durdica; MANDIC, Oleg & CORIC, Stjepan. Paleoenvironmental dynamics in the southern Pannonian Basin during initial Middle Miocene marine flooding. Geologica Carpathica, 2013, 64, 1, p. 81-100.

SACCHI, M. & HORVÁTH, F. Towards a new time scale for the Upper Miocene continental series of the Pannonian basin (Central Paratethys)EGU Stephan Mueller Special Publication Series, 2002,  3, p. 79-94.

SCHWEITZER, Ferenc. Drainage network development in the Pannonian Basin. Hungarian Geographical Bulletin, 2015, 64, 2,  p. 101-120.

PIPÍK, R. Phylogeny, palaeoecology, and invasion of non−marine waters by the late Miocene hemicytherid ostracod Tyrrhenocythere from Lake Pannon. Acta Palaeontologica Polonica, 2007,  52, 2, p.  351–368.

TIMEA, Kis. Ruzsa természeti földrajza. Sulinet News, s.f.

VASILIEV, Iuliana, et al. The age of the Sarmatian–Pannonian transition in the Transylvanian Basin (Central Paratethys). Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 2010, 297, 1, p. 54-69.

Nota: aunque hay mucha bibliografía, treméndamente especializada, la información más general sobre este mar es poca, y en los artículos que citamos hay datos científicos de interés.

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En nuestro mundo actual existen lugares que son como laboratorios naturales, que sirven a los científicos para conocer qué pasó en tiempos muy remotos o cómo va a evolucionar el planeta en los próximos milenios. Además, de sus recursos se están extrayendo elementos que pueden paliar y curar ciertas dolencias. Muchos de estos parajes son de naturaleza acuática, y dado el desconocimiento que existe sobre este medio, del que algunos investigadores sostienen que apenas conocemos el 5%, es muy recomendable saber más de estos espacios.

Uno de ellos es el lago Baikal, en Rusia, que durante millones de años ha facilitado la vida a los pobladores de sus orillas, ha proporcionado alimento y curas para ciertas enfermedades, y se convertía en vía de comunicación cuando se helaba. Ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1996.

Hoy la Ciencia tiene una deuda con esta extensión de agua dulce, que permite entender cómo fue la vida hace milenios, pero que también está proporcionando datos sobre cómo se formaron los océanos y parece que también es el embrión de uno nuevo.

El Lago Baikal

Este gran lago está ubicado en un lugar remoto de Rusia, cerca de Mongolia, en el sureste de Siberia y mide unas 3.15 millones de hectáreas. Tiene varios récords, como el de ser el más antiguo (25 millones de años) y el más profundo del mundo (alcanza los 1.637 m.). Su lecho está cubierto de sedimentos acumulados durante todo este tiempo, por lo que se calcula que tiene una capa de un espesor cercano a los 7 kilómetros.

Comparación de la profundidad de tres grandes lagos

Contiene el 20% de la reserva total de agua dulce no congelada del mundo. En invierno se convierte en una llanura blanca moteada de espectaculares montículos de hielo, cuya transparencia insólita se debe a la pureza de sus aguas.

Tiene una de las faunas más ricas e inusuales de la Tierra, debido a su edad y al aislamiento geográfico. Alberga 848 especies únicas de animales que no se pueden encontrar en ningún otro lugar.

Foca del Lago Baikal (Pusa sibirica) llamada también nerpa. Fuente.

Ha sido considerado un lugar sagrado y, de hecho, aún se pueden hallar en sus orillas algunas de las tallas que ciertas tribus levantaron allí. Entre las divinidades vinculadas con el agua destaca Uha Loson (o Usan Khan), el señor de los espíritus del lago (Sarengerel, 2000).

Golomianka (Comephorus). Este pez habita en el lago Baikal, tiene una piel transparente, sin escamas ni vejiga natatoria. Fuente.

La Ciencia estudia el lago Baikal

Una de sus ventajas, especialmente para quienes viven cerca, es que el agua es tan transparente y posee tanta calidad que se considera potable gracias a la concienzuda limpieza que efectúan los microorganismos que habitan en ella (incluso se estudia el uso de algunos de ellos para limpiar derrames de petróleo en otras aguas). Hay un pequeño cangrejo llamado epishura que filtra el agua a través de su organismo y contribuye a mejorar la calidad de ésta. De hecho, se puede ver el fondo a 50 metros de profundidad.

Además de la riqueza biológica, que es de un valor excepcional para la ciencia evolutiva, se sabe que su agua tiene propiedades curativas, y de hecho todavía hoy se usa para algunos tratamientos de salud.

El lago también resulta apropiado para capturar neutrinos, unas partículas muy esquivas que pueden suministrar datos de la estructura del espacio y de lo que sucede en otras galaxias, así como en la nuestra. Por ello se ha instalado en él un inmenso telescopio.

Está naciendo un nuevo océano

Pero el lago Baikal no es sólo importante por sus cristalinas y medicinales aguas y su riqueza biológica para estudiar el pasado, o para conseguir remedios para recobrar la salud, sino que recientes estudios de científicos rusos parecen mostrar que su crecimiento anual es la prueba de que se está formando un nuevo océano en su fondo.

El geólogo Dr. Sergey Krivonogov ha coordinado un importante estudio sobre la región, y concluyó que Baikal es un océano embrionario. Aunque admite que todavía faltan análisis, tras revisar los procesos tectónicos acaecidos en los últimos 700.000 años en la placa terrestre donde se asienta el Baikal, se ha comprobado que las orillas del lago se separan unos 2 milímetros al año, mientras que las montañas circundantes aumentan cada año entre 5 y 6 milímetros, lo que hace pensar que se está formando un océano y que, sino hay variaciones, éste emergerá dentro de unos millones de años.

Mare Baikal

Lago Baikal en un mapa del s. XVIII. Fuente: Biblioteca Nacional de España

Así que esta extensión de agua que ya ostenta varios records (la más grande, la más profunda y la más antigua), parece ser que también es el origen del futuro océano que en unos cientos de  miles de años va a surgir.

Más información

COSTLOW, J. & ROSENHOLM, A. Meanings and Values of Water in Russian Culture. London: Routledge, 2016.

Lake Baikal to become a new ocean – but not for 20 million years, say scientists. The Siberian Times, 2017.

The Old Man or The Sea. Volcano Cafe, 2016.

Video. 2′

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