Las academias de formación de los oficiales de la Marina española (guardiamarinas) surgieron durante el siglo XVIII, al amparo de la política borbónica, que propició la creación de una nueva Armada que aunó la formación militar y la académica.
Este proyecto, comparado con los de otros países, era muy novedoso:
a) Estaba formado por una compañía de cadetes de muy pocos años (entre 14 y 16 según Reglamento), reservada a los nobles e hijosdalgo. Ello supuso un cambio abismal: frente a la educación cortesana tradicional, se intentó dar una base matemática. Se quería combinar la formación militar con la racionalidad geométrica que permitía, además, abrir las mentes de sus oficiales a las ideas ilustradas que en ese momento llegaban de Europa, y que estaban arraigando con mucha fuerza en el viejo continente.
b) No hubo debate con respecto a las enseñanzas a impartir, al contrario de lo que sucedió en el Ejército.
Varios fueron los políticos que colaboraron en esa tarea, aunque fue Patiño, como secretario de Marina, el que firmó la creación de la primera Academia, la de Cádiz, en 1717. En el informe inédito que aparece abajo, que se comenta más en profundidad en la web de la Cátedra, en el documento del mes, se explica la evolución de la institución en sus tres primeros años de vida (1717-1720).
La idea de crear academias para los futuros oficiales se tomó de nuestros vecinos franceses, mas partidarios de la formación en las aulas, y se mezcló con el pragmatismo inglés, que basaba en la práctica el conocimiento necesario. De esta forma, un guardiamarina español recibía conocimientos teóricos en una Academia militar durante varios años, realizaba prácticas en las aulas y, cuando aprobaba, pasaba a embarcar en los buques de la Armada durante una temporada.
Las materias que estudiaban eran Matemáticas, Geometría, Trigonometría, Cosmografía, Náutica, Fortificación y Artillería, y realizaban prácticas de artillería, armamento, construcción naval y maniobras. También se impartían clases de danza, esgrima e idiomas.
Estudiaban, entre otros, con los siguientes manuales:
-CEDILLO, P. M. Compendio del arte de la Navegación (Sevilla, 1717) y Trigonometría aplicada a la Navegación (Sevilla, 1718).
-KRESA, J. Elementos de Geometría de Euclides. Bruselas, 1689.
-TOSCA, T.V. Compendio matemático. Valencia, 1709-15.
La denominación «guardiamarina» es una de las muchas que hacen referencia a los cadetes que estudiaban en las academias navales. También se llaman «guardias de la marina» o «guardias marinas». El término que aquí utilizamos es el más común en los documentos de la época, y que terminó siendo el más usado, probablemente como transcripción de la unión fonética habitual de ambas palabras (yuxtaposición).
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