Esta es la segunda entrega dedicada a el mundo de las galeras, con la que abrimos otra nueva etapa en la que nuestro experto Pedro Fondevila Silva, además de redactar los textos, los acompaña de dibujos realizados por él o bajo su dirección, muchos hechos expresamente para que se pueda entender mejor la forma de vida en estas embarcaciones.
La corulla de la galera de la primera mitad del siglo XVI no tenía cobertura superior. Adosados al yugo de proa se disponía de una serie de fuertes maderos verticales: los maimones, que sirven para meter en batalla (meter en batería) al cañón de crujía, y los maimonetes, que aguantaban la reculada de los medios cañones y sacres, sirviendo también de ciriales (afuste vertical donde se introducía la horquilla de los morteretes y esmeriles). El orificio era de mayor diámetro que el pie de la horquilla, permitiendo su giro.

Artillería de la corulla de una galera en la primera mitad del siglo XVI. Los tojinos de madera (en color naranja) clavados sobre el yugo de proa servían para evitar que el roce de las gúmenas amarradas a los ferros desgastasen el yugo.
Esta acumulación de artillería en la corulla se debía a la conveniencia de disponer de la máxima potencia de fuego en el área ofensiva del buque; a la dificultad de colocar artillería por las bandas, dado que las galeras de este periodo carecían de corredor, que no aparecerá hasta la segunda mitad del siglo y a la carencia de artilleros en estas fechas (normalmente uno por galera, con un ayudante o aprendiz, que solía ser hijo o yerno del artillero).
Habitualmente las piezas se llevaban cargadas con anterioridad, y el artillero disparaba las de la corulla y el ayudante las de la banda y popa. En combate era inusual la recarga de las piezas.
Por último, decir que el cañón de crujía iba estibado dentro de la crujía, delante del árbol maestro (para evitar el riesgo del quebranto). Como el modelo de las galeras era anterior a la incorporación de tanta artillería, el sistema para retirar el cañón de crujía a su estiba (las anguilas) no podía inclinarse tanto que permitiese cubrirle con los cuarteles de la crujía, razón por la cual asomaba parte de la pieza. Este inconveniente se corrigió en las galeras de la segunda mitad del siglo.
Nota:
Rogamos a nuestros lectores que si hacen uso de la información y/o de la imagen que aquí aparece, por favor citen esta entrada. Añadimos la referencia bibliográfica, que se puede adaptar a los distintos sistemas de citación:
FONDEVILA SILVA, P. La artillería de las galeras. Blog de la Cátedra de Historia y Patrimonio Naval. 2018. Disponible en: https://blogcatedranaval.com/2018/03/06/la-artilleria-de-las-galeras/
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Excelente trabajo.
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Mil gracias. Un saludo.
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Excelente y muy didáctico trabajo, gracias.
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Buen y documentado trabajo, muchas gracias por compartirlo.
Buena proa.
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Muchas gracias. Un saludo.
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[…] el resto de los buques, cuando iban a la guerra estaban dotadas de artillería, que fue variando desde las armas de mano como las ballestas, pasando por las bombardas, hasta […]
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[…] instrucciones de la Armada (1557 y1564) reglamentaron cómo debían ser las personas armadas que servían en las galeras, tales como los gentiles-hombres y los entretenidos. En la siguiente centuria las Ordenanzas de […]
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